sábado, agosto 16, 2008

Recordemos presentación Cita con Angeles.


«mi papel de trovador en estos momentos es este disco».
 La Sala Che Guevara enmudeció oscurecida cuando comenzaron a sonar los acordes angelicales de esta cita esperada. Luego apareció Silvio; con él nuevamente la luz, y también la magia. Iniciaba de esa manera la presentación en la legendaria Casa de las Américas, de su nuevo disco Cita con ángeles, once canciones «grabadas con un mismo espíritu, una misma época y estado de ánimo».Fotos: Iván Soca

La Sala Che Guevara ―una vez más― enmudeció oscurecida cuando comenzaron a sonar los acordes angelicales de esta cita esperada. Sobre la pantalla se sucedían las imágenes del magnífico video de Manuel Iglesias, pretexto para un listado infinito de imprescindibles ángeles que siempre están. Luego apareció Silvio, con él nuevamente la luz, y también ―una vez más― la magia.

Iniciaba de esa manera la presentación en la legendaria Casa de las Américas, lugar de nacimiento de la nueva trova que fundó hace 35 años, su nuevo disco Cita con ángeles, once canciones «grabadas con un mismo espíritu, una misma época y estado de ánimo». El lanzamiento contó con la participación del poeta Roberto Fernández Retamar, el ministro de Cultura Abel Prieto, y estuvo colmado además de diversas personalidades de la cultura cubana, entre los que contaban los pintores Roberto Fabelo y Zayda del Río, los músicos Noel Nicola, Vicente Feliú, Polito Ibañez, Lázaro García, Augusto Blanca y José María Vitier, así como otros cantautores de varias generaciones de trovadores cubanos.


Silvio fue precedido por Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, quien lo calificó como «uno de los grandes poetas del amor». Asimismo recordó la vieja relación del cantautor con esa institución cultural y evocó el vínculo que unió al autor de Rabo de nube con trovadores de etapas intermedias como José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz.

Un poco tímidamente, Silvio salió a la palestra para confesar que se sintió nervioso cuando supo que Retamar iba a presentarlo. «Es alguien que nos abraza, nos quiere, que nos prodiga amistad, camaradería. Ha trazado ahora, de mano maestra, una visión de lo que significó la nueva trova», dijo.

Su poesía ―agregó― ha nutrido mi música. «Le he copiado versos enteros sin darle crédito», y citó como ejemplo su famosa Te doy una canción ―que tomó algunos elementos del poemario Con las mismas manos, de Retamar―, y «otras más que me da miedo revelar ahora».
En conferencia de prensa trasmitida en vivo por el canal Cubavisión Internacional e Internet a 15 países, el trovador declaró que esta nueva «expedición musical» producida, grabado y mezclada en los estudios Ojalá «carece del acompañamiento sinfónico de su producción anterior, pero posee mayor sonoridad trovadoresca.

«Lo más interesante que tiene es que no me propuse hacer un disco», dijo. Las canciones compuestas entre el 2002 y el 2003 fueron «tomando cuerpo hasta consolidarse en un álbum», indicó Rodríguez, quien esta vez fue acompañado por menos músicos que, en Expedición, un «trabajo previo realmente agotador, que surgió desde el principio con una concepción sinfónica. Fue un disco carísimo, con el que vendí mi alma al diablo», confesó. «Me interesaba mostrar canciones desnudas, sensibles. Expedición me ayudó a la síntesis lograda en éste».

«El corte específico Cita con Ángeles es el que reúne mayor cantidad de compañeros músicos». Aludió la colaboración inestimable de Frank Fernández, Chucho Valdés, Leo Brouwer, Tata Güines, Juan Formell, Ilmar López Gavilán, pero sobre todo de Pancho Amat y la talentosa flautista Niurka González.

«Leo Brouwer ―abundó―, que hace tiempo no tocaba la guitarra, desgranó algunos compases magistrales, con acento flamenco, en la estrofa que termina hablando de Lorca».
De igual modo se refirió a Tata Güines, al que definió como el Horovitz de las tumbadoras, «alguien capaz de extraerle a ese instrumento todos los sonidos imaginables y no imaginables». Bromeó al narrar que, para el coro de ángeles, contó con la participación de un trío seráfico: los trovadores Amaury Pérez, Vicente Feliú y Noel Nicola, entrañables amigos suyos y gestores también del movimiento de la canción protesta y el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.



Entre sus planes futuros está la grabación de un grupo de canciones que compuso en la década del 60 y no cupieron, por razones estilísticas o temáticas, en su primera placa de 1974. «Yo estaba componiendo desde hacía 10 años y tenía una gran cantidad de música acumulada, así es que no tuve más remedio que seleccionar para ese debut discográfico un grupo de las que consideré con cierta unidad».



A lo largo de las once canciones del nuevo CD, ―dedicado a su hija Malva y a su nieto Diego― aborda sus temas favoritos: el amor, la muerte y la política, concretamente su posición contraria a la guerra de Irak. Las orquestaciones estuvieron a cargo del propio Silvio y será vendido en Argentina, México, Perú, Guatemala, Ecuador, Nicaragua, España, Bolivia, Colombia y Chile y Estados Unidos, principalmente en Nueva York y Miami.



Las pistas auditivas reflejan las preocupaciones que se agolpan en la cabeza de un Silvio que se ataja cuando se va a sentir mayor, para achicarse otra vez. Vuelve el amor —ese que lo ha universalizado— a mezclarse con el odio, con la muerte o con los fantasmas de Bagdad.
Regresa también su guitarra, que esta vez se une a la flauta y el clarinete de Niurka González o el cuatro y el bongó de Pancho Amat.



Nos ofrece varios tipos de temáticas en sus canciones ya que muchas tratan sobre la nueva llegada de una angelita –Malva- y otras sobre los conflictos bélicos que han sucedido en Irak y Afganistán, los ataques terroristas del 11 de septiembre en EE.UU y el golpe militar contra el presidente chileno Salvador Allende, a quién consideró «un hombre muy adelantado para su tiempo, profundamente radical, profundamente subversivo, un marxista declarado, que quería hacer una revolución en su país».



Manifestó su admiración por el guerrillero mexicano conocido como el subcomandante Marcos. «Me parece muy interesante ese proceso en Chiapas, porque es una guerrilla que ha logrado combatir más con las ideas que con las armas», apuntó el trovador al responder a una pregunta.
«Admiro en ese movimiento el nivel de decisión del sub (comandante Marcos), su sentido del humor. Es un hombre brillante y le deseo una larga vida y resonante triunfo en esta lucha en que se ha metido», recalcó.



Respecto a las críticas de antiguos amigos durante los meses de la campaña mediática contra Cuba, calificó estos «desencuentros» como «una especie de enojo que hubo con nosotros porque se pensó que estábamos dando lugar a ser criticados».



Recordó que durante una sesión de la Asamblea Nacional, de la que es diputado, aseguró «que estaba con este socialismo que era perfectible».



«Cuando yo dije esa palabra allí, en la Asamblea, delante de Fidel y de todos mis compañeros, me refería a muchas cosas que yo desearía que superáramos», añadió.
«Eso no es nuevo en mí. Todo el mundo sabe que yo pienso de esa manera. Creo que no a pesar de eso, creo que incluso por eso, a mi me hicieron diputado. Así es que esas opiniones, en vez de a la prensa extranjera, prefiero dárselas a mis compañeros», recalcó.



También hizo recordar que incluso en la madurez conserva rasgos de irreverencia. Preguntado sobre el papel que considera corresponde al trovador, respondió que rechaza «las recetas y las cosas uniformadas», porque «sobre todo en materia de ideas, no me gustan mucho», y agregó: «la vida es diversa, la realidad es diversa y no hay derecho a imponerle a nadie cómo debe o deja de ser».



Para el trovador cubano, «el papel es el que asuma cada persona de acuerdo a sus propias experiencias y convicciones…, mi papel de trovador en estos momentos es este disco».
Subrayó finalmente que su «vida entera ha sido una batalla de ideas» y que apoya completamente esta nueva lucha de la Revolución Cubana para tratar de defender sus ideales e independencia. Aseguró además que «uno de los motivos que lo han alejado de los escenarios es que nunca se ha sentido cantante» y considera el acto de cantar «tan especial que no lo puede relacionar con una actividad comercial».



A petición del público y de los mensajes que llegaban constantemente por Internet, tomó en sus manos la guitarra para interpretar algunas de las piezas de Cita con ángeles, entre ellas Alabanzas, Sinuhe, Quiero cantarte un beso, y Camelot, acompañado por la flauta virtuosa de su esposa Niurka.



© La Jiribilla. La Habana. 2003 IE-800X600

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