martes, marzo 03, 2015

El cantatutor cubano Pablo Milanes se ha asociado con el compositor Jose Maria Vitier para grabar un album

El cantautor cubano Pablo Milanés se ha asociado con el compositor José María Vitier para grabar un álbum

José María Vitier ha escrito música para diferentes medios, como el cine, el teatro, la televisión y la radio
Modesto A. Tuñón F.
Al igual que las otras temporadas, el otoño está lleno de connotaciones. El cambio del color de las hojas y su caída en preparación para el invierno, traslucen también la sensación de senectud.
Es por esta razón, que esta estación ha inspirado múltiples obras, tanto en las artes visuales como en la literatura y en la canción. Dos ejemplos son El otoño del patriarca , de Gabriel García Márquez, así como la suave melodía interpretada por Nat King Cole, que alude a este periodo.
José María Vitier ha escrito música para diferentes medios, como el cine, el teatro, la televisión y la radio. Cuando llegan a edades otoñales, los artistas miran hacia atrás. Es entonces cuando se percatan de que es necesario recorrer la creación vivida, para poner de relieve aquello que se dejó en el camino; ahora con nuevos enfoques o con el dinamismo generado con la experiencia. Algo similar parece haber ocurrido al cantautor cubano Pablo Milanés, quien se ha asociado con el compositor José María Vitier para dar realidad a algunos materiales que les han rondado.
El producto de esta colaboración es un disco denominado Canción de otoño , que conjuga textos y armonías musicales de uno y otro; además de fragmentos de poesía de autores como Rubén Darío, José Martí, Federico García Lorca, Salvador Díaz Mirón, Gabriela Mistral, Cintio Vitier y otros. Todos han dejado plasmado en estas letras, sensaciones como el amor, la soledad, deseos, la muerte, el nacionalismo y la religiosidad.
Vitier confiesa que hace dos años, Milanés le visitó para proponerle este proyecto, que además, se inspiraba en un interés de más de 30 años de espera. El autor había compuesto algunas canciones luego de escuchar al cofundador de la Nueva Trova y le pareció excelente la iniciativa. Reunieron a sus equipos técnicos y Vitier extrajo sus apuntes con versos musicalizados de varios poetas y se metieron a trabajar hasta culminar este compendio.
DOS GRANDES SOBRE EL ESCENARIO
El concierto de presentación tuvo lugar en el Teatro Nacional de Cuba ante un lleno impresionante durante una noche templada y amenazada por un frente frío que se asomaba a La Habana. Justo a la hora programada, se apagaron las luces y un escenario lleno de pantallas de diferentes dimensiones apareció sobre el escenario. Ellas crearían el ambiente a cada interpretación y los diseños plasmados cambiaron, conforme fueron entregando la propuesta.
Vitier se sentó al piano e interpretó un par de arreglos y luego introdujo a Milanés, quien cantó una versión de unos versos muy sencillos de Eugene O’Neill: Paloma plañidera , para posteriormente refugiarse en dos de sus clásicos: Ya ves y Para vivir , que hicieron recordar al público, mientras seguía a coro al cantante, en las épocas en que los trovadores inundaban el espíritu revolucionario y la sensibilidad de una juventud llena de desafíos.
Luego de esta introducción, Pablo salió del escenario y el pianista retomó su instrumento para ofrecer una de sus creaciones que se constituyó en tema de la película del mismo nombre: Fresa y chocolate . El dúo se volvió a constituir; empezaron con el repertorio de su nuevo DVD y entregaron Canción de otoño de Rubén Darío. Milanés hizo la explicación acerca de la utilización del concepto de otoño en el título, término orientado por las respectivas edades y el camino recorrido por los cantantes.
Vitier se esmeró en conferir cierta musicalidad a las piezas, como quien ornamenta una joya con filigrana, tan delicada y sin quitar el sentido a los versos, a las figuras y a la rítmica que la acompaña.
Milanés todavía mantiene su impresionante voz, matizando cada palabra, metáfora, repetición. Es capaz de modular con un sentimiento que impulsa a los oyentes a imaginar el vuelo de la paloma, el águila con el poema de O’Neill, o los besos de Mistral, por mencionar algunos casos.
Las líneas de Martí sobre el sentimiento de ser cubano ocuparon un lugar especial en la audición. El cantante resaltó la necesidad en este momento de mencionar la vigencia de este gentilicio. Interpretó además dos canciones de autoras locales, Silvia Rodríguez Rivero y Fina García-Marruz, Quizás fue ayer, de la primera y Solo el amor , dedicada a su pareja, Vitier.
Una última canción fue dedicada a la virgen de la Caridad del Cobre, Al pie de tus altares , que hace una invitación a reunir a la familia cubana en el territorio de la isla. Esta composición de Vitier, resalta el sentimiento de religiosidad y propone utilizar los mares para llegar a la tierra de los orígenes y envolver a la población en un proyecto futuro común.

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