viernes, noviembre 06, 2015

Ali Primera el forjador de conciencias

Hace poco más de 30 años que el Cantor del Pueblo, Alí Primera, partió físicamente, pero su pensamiento quedó plasmado en cada letra de sus canciones, palabras que sirvieron para la formación de la juventud que apenas germinaba en la década de los ochenta.
Para esa juventud que creció escuchando Techos de Cartón, Coquivacoa, Canción Mansa para un Bravo Pueblo, Mamá Pancha, Madre Déjame Luchar, Canción para los Valientes, La Guerra del Petróleo, Los que mueren por la vida y Dispersos, entre otras, a Alí hay que llevarlo en las venas, sentirlo en el corazón y pregonar su mensaje de lucha, amor, justicia e igualdad.

Marly Cecilia Sierra, cuenta con 31 años de edad, es oriunda de Maracaibo, estado Zulia. A los siete años empezó a escuchar el mensaje de Alí, un mensaje con el que rápidamente se sintió identificada y que, afirma, “influyó mucho en mi formación de izquierda”.
Su encuentro con el revolucionario fue gracias a su padre. “Todos los domingos, durante la noche, mi papá escuchaba a Alí, y todavía lo escucha. De allí viene mi interés por él”.
Y es que, a través del recital que aquel humilde falconiano, la joven que ahora vive en Caracas, aprendió a valorar más su tierra querida.
“A mí me afecta mucho Coquivacoa. Esta canción habla del Lago de Maracaibo. A mí me duele el Lago. Desde que Alí Primera estaba indignado por la contaminación del Lago, así estamos cada uno de los marabinos porque el Lago sigue contaminado. Han pasado años y el Lago no ha vuelto a ser lo que era”.
Además de las canciones, en sus discursos e intervenciones Alí supo transmitir desde cada escenario al que subió, su mensaje de lucha por una Patria libre, soberana, independiente, próspera, con oportunidades para todos, cuyo resultado se tradujera en mayores índices de felicidad para el pueblo.
Alí
“Yo quiero la libertad de que los muchachos tengan cupos (en las escuelas y universidades), de que no se nos sigan muriendo la gente en los hospitales porque es indigno de nosotros pararnos frente a la radio cuando cantan el Himno Nacional y cuando no nos ponemos de acuerdo y sensibilizados para profundizar el camino transformador de esta realidad. No se puede hablar de Bolívar en una forma abstracta, no se puede hablar de la Patria en una forma abstracta”, era el tono de los discursos que dirigía a su pueblo para crear y formar conciencia sobre la realidad que padecían los más necesitados.
Tenía claro el rumbo hacia el que debía transitar la Patria, pero para ello se necesitaba un pueblo despierto.
“En cada acto nuestro en esta sociedad le decimos al pueblo que debe ser un guerrillero, en el sentido que estamos siempre combatiendo con nuestra conciencia y combatiendo con no dejarnos engañar con lo que nos dicen a través de la televisión”, sostenía el músico y poeta.
Letra viva
Para Javier Requena, joven de 30 años, con fuerte convicción revolucionaria y amante de las canciones del cantor del pueblo desde que tiene uso de razón, “Alí es el combustible de todos los revolucionarios que crecimos en esta época”.
Las nuevas generaciones han tomado su canto como bandera para profundizar los logros alcanzados en materia social durante los últimos 16 años.
En Alí “encontramos una canción necesaria que nos llama a buscar un mundo más justo, en donde todos estamos llamados a aportar nuestro granito de arena para conseguirlo”, sostiene.
Sierra agrega que “en Techos de Cartón, Alí nos recordó las precariedades que sufría el pueblo en un país con grandes riquezas, donde pocos tenían mucho y donde la mayoría tenía poco, por no decir, nada”.
Hoy día, y quizá partiendo de las inquietudes que transmitía Alí, una de las banderas de la Revolución Bolivariana es la puesta en marcha de programas sociales para atender las necesidades del pueblo. El Comandante Hugo Chávez, de alguna manera, atendió el llamado plasmado en Techos de Cartón, Ruperto y Ahora que el petróleo es nuestro al crear las misiones Robinson, Ribas, Sucre, Barrio Adentro, Vivienda Venezuela, en Amor Mayor, entre otras, para garantizar a la población sus derechos fundamentales, haciendo especial énfasis en los excluidos durante años.
Venezuela Ahora
En 1979, Porfirio Torres tuvo la oportunidad de entrevistar a Alí. Durante el encuentro, este le comentó al locutor lo que significaba para él cada canción.
Cuando llueve llora el sol, “es la respuesta de un niño ante una pregunta”.
La piel de mi niña huele a caramelo, “es para mi niña y para todos los niños”
Humanidad, “fue la primera canción que escribí”.
Esquina Principal, “es una canción donde yo habló de la Gobernación de Caracas”.
Canción mansa para un bravo pueblo, “la coronación de un músico”.
Reverón, “una canción al pintor y a los pintores de nuestro país”.
Coquivacoa, “una canción al Lago y a la Chinita”.
El coro triste de mi canción, “mi patria chica, mi ciudad”.
Los que mueren por la vida, “los que han muerto y siempre se quedan dándonos la sensación de que siempre están”.
Ahora que el petróleo es nuestro, “no quiero ver pordioseros”.
La soga, “nuestro pueblo enlazado por todas las cosas que lo rodean de miseria. La única forma de reventar es halando la soga”.
Ante la pregunta, ¿cómo ha sido considerada tu música y las letras de tus canciones por los dirigentes que precisamente no están en tu militancia revolucionaria, de hombre considerado como de izquierda en el país. Cómo la ven, la respetan, la desechan, la atacan, la toleran, la combaten?.
-Yo parto diciendo que hay crítico y hay quísticos – que están adentro- , sin embargo yo estoy bastante agradecido de mi pueblo en general, no de una ideología, o no de la gente que es militante de mi mismo camino. Yo he recibido muestras de cariño de un pueblo en general, o por lo menos, si no es de cariño de respeto y eso para mí me ha ayudado mucho, es decir, yo no he hecho las cosas solos, yo he hecho las cosas inscrito en un pueblo, en un combate y la respuesta que he recibido de mi pueblo son el estímulo más grande que me ha ayudado a perseverar y a seguir en este camino como cantor, como hacedor de cosas que en alguna forma me confía el pueblo.
María Milagro Sánchez/Hoy Venezuela

No hay comentarios: