domingo, febrero 19, 2017

Analisis de El Vagabundo

Silvio Rodriguez Significado de Canciones

«El vagabundo» fue estrenado por Silvio 13 años después de su composición, en el mítico recital de la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba en abril del año 1983. Lo hizo entremedio de gritos de la gente pidiéndole temas más clásicos. Lo hizo cambiándole el tempo a la canción en mitad de la introducción, muestra de que realmente la había rescatado hacía muy poco y no la había practicado tanto como para sentirse cómodo con el ritmo. Lo hizo desde la intimidad de su guitarra, y no acompañado por el grupo Manguaré, ni el tres de Pancho Amat, ni la segunda voz de Pablo Milanés, como sí lo hizo cuando la editó al año siguiente en su trabajo Tríptico, homenaje al primer cuarto de siglo del triunfo de la Revolución cubana. La sala del Teatro Nacional se llenó de aplausos. Esto quiere decir que es una canción importante y querida para Silvio, y no dudó en incluirla en la próxima edición en aquella época (¡ya son 30 años de aquello!).

La canción nos sitúa —por lo menos a mí— en el espacio exterior y en ese sentido se parece mucho a la atmósfera de «Canción del elegido» siendo inevitable pensar en El Principito del francés Antoine de Saint-Exupéry, por eso de personas que habitan en asteroides o viajan sobre planetas pequeños.
El Vagabundo
«Conozco un vagabundo del espacio.
Recorre el universo en su asteroide,
sin órbita ni puerto ni partida.
Tapa la soledad con todo el (con ese) frío
de su vida.»
Silvio nos narra desde la tercera persona, es decir, no es él el vagabundo sino que él conoce a un vagabundo. Vale, esto es muy obvio decirlo pero lo menciono porque en la gran mayoría de sus canciones —y sobre todo las alegóricas, como Casiopea—usa la primera persona. Nos cuenta sobre este vagabundo que flota a la deriva en el espacio, sobre un asteroide y de la historia que le ocurrió. El vagabundo vaga —valga la redundancia, y a todo esto en algunas partes se les llama «vagamundo», por lo que nuestro protagonista vendría siendo algo así como un «vagaespacio»—libremente, sin origen, ni trayectoria ni destino predeterminado. Simplemente viaja recorriendo el universo, solo en su asteroide.
Los asteroides son «planetas menores», especialmente aquellos que existen en el interior del Sistema Solar. Los más grandes son llamados también «planetoides». Vale esta aclaración para alinear conocimientos y no pensar que el vagabundo tiene que hacer poco menos que equilibrio para sostenerse en un pequeño astro. No. Los asteroides son mucho más grandes, como el planeta del Principito y más.
La última frase de la primera estrofa habla de la soledad en la que vive el vagabundo. Una soledad que sólo puede ser tapada por el frío de su propia existencia (lo único que le brinda el universo y la falta de un sol alrededor del que girar). El acto de tapar a la soledad también habla de que no es algo con lo que viva gustoso, el problema es que sólo la puede tapar con su frío y eso habla de aislamiento y tristeza. En su corazón él no es feliz estando solo y anhela compañía. Puse entre paréntesis el texto original de la canción —presumo—, ya que así la canta en el recital de Sala Avellaneda (dice “con ese frío”, en vez de “con todo el frío”).
«Un día llegó un pájaro a su isla,
dentro de un pomo que cabía en su mano.
Daba tristeza verlo allí encogido,
cantándole al silencio (a la piedra) sin respuesta,
sin sentido.»
De pronto aparece un pájaro flotando dentro de un frasquito (pomo), tan pequeño que el vagabundo lo puede tomar con su mano. —Daba tristeza verlo allí encogido— dice Silvio. Es una observación de Silvio sobre la situación del ave, es decir, de cómo él ve la escena y cómo el vagabundo debe haberla percibido. Una situación triste ver al pájaro cantando, acurrucado sobre sí mismo, pero sin poder escucharlo por estar dentro de este pequeño domo. En la versión de la Avellaneda Silvio dice “cantándole a la piedra sin respuesta” en vez de “…al silencio…”, probablemente refiriéndose a que parecía que el pájaro le cantaba al asteroide del vagabundo. Finalmente lo cambio por “el silencio”, para reforzar la idea de que el sonido del ave no se escuchaba afuera de la jaula, en el silencio del cosmos donde habita el vagabundo.
«El vagabundo nunca oyó a su pájaro
y lo veía cantar tras los cristales.
Hasta que un día pudo más su sueño
y lo libró de la escafandra blanca
de animales.»
Nuestro vagabundo del espacio nunca pudo oír ni una sola nota de la garganta del pájaro —a todo esto, ¿qué especie de ave habrá sido o se habrá imaginado Silvio?, ¿una alondra quizás?—. Sus ansias de escuchar el canto del ave pueden más y el vagabundo rompe el cristal del frasquito para liberarlo —supuestamente— de su «escafandra blanca de animales». Esta es una metáfora para la celda del pájaro, que hace alusión a el caso del traje de los astronautas, sólo que en este caso no es de humano sino obviamente de animal. El pomo es el traje espacial del pájaro y que le permite vivir en el espacio exterior. Esta estrofa es muy importante porque también menciona el concepto de LIBERTAD, el que se contrapone al de la SOLEDAD del vagabundo. El vagabundo cree que está otorgándole la libertad al pájaro, cuando en realidad está haciendo todo lo contrario…
«El pájaro flotó hasta congelarse,
como las lágrimas del vagabundo.
Entonces metió al pájaro en la jaula
y lo soltó a la suerte con que vino,
sin comprender jamás lo sucedido.»
El pájaro perece al verse desprovisto de su protección, sucumbe ante la inclemencia de vivir sin una atmósfera amigable y el frío del universo. El vagabundo llora por lo que acaba de hacer. Alguien podría calificarlo como un acto de egoísmo, pero ¿estaba consciente el vagabundo de las consecuencias de romper el cristal que protegía al ave? Claramente no, porque él lo que quería era escuchar el canto del pájaro. Por eso llora y en un acto de compasión lo sepulta poniéndolo de vuelta en el pomo y soltándolo a la deriva. Es como un niño que saca a un pez del agua para tenerlo de mascota. Silvio nos remata este triste final indicando que el vagabundo jamás comprendió lo sucedido. Y creo que eso aplica a muchos de los que hemos escuchado decenas de veces esta canción, pero sin entenderla. ¿Comprendemos lo sucedido en la canción? Como todos los análisis e interpretaciones, siempre puede ser subjetivo. Además, ¿por qué el vagabundo no es vulnerable al espacio al igual que el pájaro o cualquiera de nosotros? Pareciera ser que el vagabundo es más especial de lo que pensamos. Claro, es un vagabundo que erra sobre un asteroide, no hay que buscarle ciencia ni matar la poesía en este punto.
Para mí, es una lección de vida. Muchas veces queremos y creemos hacer un bien a algo o alguien cambiándole algo. En realidad lo empeoramos, porque quebramos algo vital que permitía que ello existiese. Yo lo extrapolo —o me hace pensar más bien—en la relación de Cuba con Estados Unidos y el sistema neoliberal. Muchos querrían que Cuba fuera “más libre” si adoptarán el sistema capitalista, pero ¡cuánto moriría de Cuba! Cuba ya no sería Cuba sin lugar a dudas. Pero más me hace pensar en lo personal, en el tema de cambiar algo para mi deleite, mi placer, en vez de yo adaptarme a las cosas. No forzar sino esperar. No tomar sino observar. Tal vez una cosa me parezca a mí que no tiene sentido o se ve muy triste —como le pasó al vagabundo al observar al pajarito—, pero no todo lo que tiene sentido para mí lo tiene para el resto. Al final todos somos como el pájaro y como el vagabundo a la vez. Vivimos en una jaula llamada planeta Tierra, cultura, personalidad o paradigma y al mismo tiempo somos seres vagamundos entre millones de jaulas con otros seres vagamundos dentro.

3 comentarios:

Richard dijo...

Gracias por las luces.

Scottunimusic dijo...

Muy buena perspectiva. Como sucede en muchísimas canciones de Silvio, la simbología es compleja y nos hemos acostumbrado a medio entenderle.

Anónimo dijo...

Lo que haces no es un análisis, sino una descripción de la canción