En el primer de sus dos shows con aforo completo en el Antel Arena, Silvio Rodríguez repasó el viernes a la noche en dos horas, casi todos sus grandes éxitos
El “casi” responde a que, por ejemplo, no incluyó la energizante “La maza” u “Óleo de mujer con sombrero”, una de la canciones sobre las que cimentó el cariño de los uruguayos, y otras tantas. El detalle no hizo mella en el efecto emocional que genera ver a uno de esos artistas latinoamericanos que los uruguayos sienten cercanos.
Tampoco estuvieron “Playa Girón”, “Historias de las sillas”, “El dulce abismo”, “Por quien merece amor” pero el listado solo reafirma lo poderoso repertorio que el cubano ha construido a lo largo de ya 50 años de carrera. Capaz que algunas entrarán hoy a la noche en la segunda función, en la que se anuncia estará el presidente Yamandú Orsi.<-- 0px="" 1="" 50="" 50px="" 51px="" absolute="" all="" auto="" baseline="" counter-reset:="" cursor:="" direction:="" flat="" float:="" font-family:="" font-feature-settings:="" font-size:="" font-style:="" font-variant-alternates:="" font-variant-east-asian:="" font-variant-emoji:="" font-variant-numeric:="" font-variant-position:="" font-weight:="" height:="" hyphens:="" inherit="" inset:="" line-height:="" list-style-image:="" list-style-position:="" list-style-type:="" list-style:="" manual="" margin:="" max-height:="" max-width:="" min-height:="" min-width:="" none="" normal="" opacity:="" outside="" overflow:="" padding:="" perspective-origin:="" perspective:="" position:="" quot="" quotes:="" table-layout:="" text-align:="" text-decoration:="" text-shadow:="" transform-origin:="" transform-style:="" transform:="" transition:="" unicode-bidi:="" vertical-align:="" visibility:="" visible="" width:="" word-break:="" word-spacing:="" z-index:="">
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El público coreó con respeto y saludó con admiración cada una de las estaciones musicales que planteó un show largo que no se hizo sentir.
En un escenario austero en el que apenas un telón aportaba colores y diseños funcionales se repartían los músicos con Rodríguez en el centro detrás de un atril y con un gorro que lo autoproclamaba “Aprendiz”. Su voz sigue teniendo la misma nitidez y calidez, aunque muchas veces pareció necesitar un esfuerzo extra.

Silvio Rodríguez Antel Arena 2025
Silvio Rodríguez en el Antel Arena
Lo rodea un prolijo octeto acústico de dos guitarras (Rachid López y Maikel Elizarde, del trío Trovarroco), piano (Jorge Aragón), contrabajo (Jorge Reyes), batería (Oliver Valdés), vibráfono (Emilio Vega), la flautista y clarinetista Niurka González, esposa del cantautor y de destacada presencia en los arreglos y la hija de ambos, Malva Rodríguez, en acompañamiento vocal.
La única vez que el protagonista se movió del centro de la escena fue para interpretar en familia un bloque romántico y de canciones de tres compositores cogeneracionales de Rodríguez: “Créeme” de Vicente Feliú; “Te perdono” de Noel Nicola y “Yolanda de Pablo Milanés, uno de los grandes momentos de la noche y de las primeras veces que se hizo sentir el coro respetuoso de la parcialidad.
Estaba citando así a la nueva trova cubana ("mi generación", dijo), una de los productos de exportación cultural más fuertes surgidos de la isla y del que él, junto con la de Milanés, es la voz más notoria. Ambos, de hecho, estuvieron en los festejos del retorno de la democracia, el 1° de marzo de 1985 y su música fue banda de sonido de la resistencia a la dictadura. Eso cimentó para siempre el vínculo afectivo de los uruguayos con su música y su figura.

Silvio Rodríguez Antel Arena 2025
Anoche, en arreglos de sutiles diferencias e interpretaciones de gran elegancia (aunque, desde la cercanía en que vi el show, el contrabajo se notaba poco), estuvieron las siempre hermosas “Sueño con serpientes”, “Pequeña serenata diurna”, “Casiopea”, “Canción del elegido”, “La era está pariendo un corazón”, “Ángel para un final”, “Ojalá” y “Unicornio” cantada cerca del final solo con su guitarra en uno de los grandes momentos de la noche. De esas hubo un montón más.
Verlo es, en cierta medida y para buena parte de su público, un acto de militancia. En su paso por Buenos Aires, visitó a la expresidenta Cristina Kirchner en su arresto domiciliario y acá cumplió con el ritual de visitar la chacradel fallecido expresidente José Mujica.
Se esperaba que para la función de hoy también concurra la viuda de “vuestro Pepe, nuestro Pepe”, como lo mencionó Rodríguez, la exsenadora Lucía Topolansky, su viuda. El repertorio incluye “Más porvenir”, la canción que le dedicó a Mujica.
Lo político y militante aparecieron en gritos desde el público de “Viva Cuba”, la seguidilla de aplaudidas citas al Che Guevara en la canción “Tonada del albedrío” pero poco más. Hubo saludos a figuras culturales vinculadas a la izquierda local (y de las que él fue amigo) como “Daniel (Viglietti), Alfredo (Zitarrosa), Eduardo (Galeano) y Mario (Benedetti)” a quienes les dedicó "Noche sin fin y mar"
En asuntos más coyunturales, una kufiya, el pañuelo tradicional palestino, fue el único accesorio de vestuario de Rodríguez, y junto con la lectura del poema “Halt” del cubano Luis Rogelio Nogueras, hicieron aparecer entre el público una veintena de banderas palestinas y un aplauso solidario.
El vínculo de los uruguayos con Rodríguez (o simplemente Silvio como se lo menciona desde la admiración y el cariño) está marcado por una emotividad que se hizo notar anoche en el Antel Arena en el show organizado por ZR Producciones.
Algún grito de “Te amo”, el respetuoso silencio con que se siguieron sus canciones, la emoción palpable en algunos momentos del show dejaron claro, lo que ya se sabe: Rodríguez es de los grandes compositores contemporáneos con un fondo de canciones inagotable y un cariño enorme de parte de su público.
Así, es fácil, a pesar de las canciones que nos quedamos esperando, terminar ganando el corazón de la gente. Hoy lo va a hacer de nuevo
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