Silvio Rodríguez
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lunes, enero 06, 2025
Vuelve el Festival Longina a Santa Clara: 8 al 12 de enero (+Fotos)
Mariley García Quintana
Con el concierto del trovador Frank Delgado el miércoles 8 de enero en el Centro Cultural La luna Naranja, de Santa Clara, iniciará la XXIX edición del Festival «Longina canta a Corona», con dedicatoria especial a Marta Valdés, compositora e intérprete de icónicas canciones en la memoria musical de la Isla.
Este año participará la popular vocalista Ivette Cepeda, quien pidió cantar en «El Mejunje de Silverio», comentó Yeni Turiño, trovadora y miembro del comité organizador del evento, que da comienzo cada año a la programación de festivales culturales en Villa Clara.
Turiño añadió que habrá presencia de jóvenes cantautores, porque «para darles espacio a ellos surgió esta cita de la Asociación Hermanos Saíz».
El programa, que se extiende hasta el domingo 12 de enero, amplía sus horizontes con invitados de otros países: este año llegan al centro de Cuba los mexicanos Darío Parga y El Moy Bedolla.
Si bien los espacios fundamentales de la cita trovadoresca son instituciones santaclareñas, el 10 de enero llegará a espacios de otros municipios villaclareños, como Caibarién, Remedios, Camajuaní, Santo Domingo, Sagua la Grande y Ranchuelo.
Entre las voces que se escucharán destacan Adrián Berazaín, Ariel Barreiro, Azucena y Pedro Sánchez y en la gala clausura – homenaje principal a Marta Valdés- coincidirán intérpretes que incluyen en su repertorio canciones de el Premio Nacional de Música, citemos a Marcia Tandrón, Leonardo García, Helen Montero, el Trío Palabras y Rey Montalvo.
Coherente y armónico es el programa del Festival, explicó Elizabeth Casanova, Presidenta de la AHS en Villa Clara: desde el póster promocional, los catálogos, la exposición fotográfica inaugural, la gala de cierre y la proyección del documental de Raúl Nogués y Juan Carlos Travieso «Marta Valdés, soberana del tiempo».
El misterio de Longina
Eduardo Vázquez Pérez
Cubadebate
Dos veces, la historia llamó a la vida de Longina O' Farrill. Fueron de naturaleza muy dispar, pero una llevó a la otra. En el entrecruzar de memorias, donde nada le es ajeno, surgió la historia, la leyenda y la canción.
Cantando nanas a un centauro
De su primer contacto con la historia, la hermosa mulata Longina no tuvo idea hasta muchos años después. En los inicios del siglo XX, uno de los más importantes sastres de La Habana la contrató como nodriza de sus hijos. La madre de los pequeños era irlandesa y hablaba a sus hijos en inglés. Fue con la niñera que Nicanor y Cecilio comenzaron a conocer el español.
Cuando fueron a Estados Unidos, también los acompañó Longina. Como el padre estaba casado, los pequeños fueron inscritos con los apellidos de la madre. El mayor, a quien decían Lamy, fue inscrito como Nicanor McPartland, pero la historia de Cuba lo conoce como Julio Antonio Mella.
En una biografía de Mella se dice que el sastre Nicanor Mella contrató “a la mulata Longina O’ Farrill, cuya extraordinaria belleza había inspirado al compositor Manuel Corona una canción de amor que tituló Longina. (Christine Hattzky: Julio Antonio Mella, Editorial Oriente, 2008, p. 42).
Error mayúsculo. Cuando Manuel Corona compuso Longina, Mella tenía 15 años y hacía rato no necesitaba nodriza.
La segunda visita de la historia a Longina O’ Farrill ya la conocen: cuando Manuel Corona le dedicó la canción que, desde entonces, no ha dejado de rendir corazones.
En el lenguaje misterioso de tus ojos/ hay un tema que destaca sensibilidad/ en las sensuales líneas de tu cuerpo hermoso/ Las curvas que se admiran despiertan ilusión…
Aunque de naturaleza independiente, ambos hechos terminaron relacionándose. Si no hubiera sido por la extraordinaria fama de la pieza musical, los biógrafos de Mella no hubieran dejado constancia del nombre de su manejadora o niñera, como entonces le llamaban. Incluso, propagando errores como los que mencionamos antes.
El amor que no existió
De sus curvas y las ilusiones que despertaban el cuerpo de Longina O' Farrill dejaron constancia quienes la conocieron en su deslumbrante juventud. Aunque mucha agua ha rumorado sobre la posible relación entre el autor de la canción y la mujer objeto de su inspiración, todo parece ser más esperanza del espíritu romántico que realidad.
La pieza fue un encargo, al menos así se lo trasmitió María Teresa Vera a Lino Betancourt y él a mí en un sabroso “intercambio de detalles”. Como es conocido, la canción la estrenó el 15 de octubre de 1918 no en un teatro, sino en el humilde solar donde vivía Teté en la calle San Lázaro 201, entre Lealtad y Escobar, que para consuelo de pobres se llamaba La Maravilla.
Longina seductora cual flor primaveral
En un cuarto del solar La Maravilla se encontraban varios cantores, como entonces se les decía a quienes hoy llamamos trovadores. Nada especial. Una de esas “descargas” habituales, que no se sabe cuándo pasan de conversación trivial a paseo de canciones.
Entre los tertulianos de aquella tarde estaba uno de los amigos más cercanos de Teté y de quien se consideraba discípula: Manuel Corona (Caibarién, 1880-La Habana, 1950).
El alcohol ya había calentado las cuerdas vocales privilegiadas. La botella semejaba ya un dique seco cuando tuvo lugar una de esas escenas de contrastes en un mismo espacio, que Carpentier señalaba en nuestra historia como lo real maravilloso.
En la entrada de la cuartería llena de negros, blancos y mulatos pobres se detuvo un lujoso automóvil. La mujer que recogía la ropa de la tendedera demoró su tarea para observar mejor. De las puertas siempre abiertas de los otros cuartos de la cuartería varios ojos escudillaban.
Un hombre dijo “es el político” y calló cuando el aludido tendió su mano y del coche emergió un tributo de la naturaleza en forma de mujer. Fue en ese momento cuando la mujer del observador cerró la puerta del cuarto.
El político y la joven atravesaron el área común del solar. Las palomas levantaron vuelo y las guitarras se inmovilizaron. Pero Teté y varios de sus amigos si conocían quién era ese hombre, no así a la joven.
Un personaje de novela
Pocas semanas antes, Armando André Alvarado, comandante del Ejército Libertador, figura prominente del Partido Conservador en el poder, había sido nombrado director de la Junta de Subsistencia del Gobierno de Mario García Menocal.
Como trofeo a exhibir, traía del brazo a Longina O' Farrill. Los tertulianos vieron los cielos abiertos, porque el ilustre visitante, amante de la música y mecenas de trovadores, contribuiría a eliminar la amenaza de sequía alcohólica.
La guitarra como espada
Cuando no tenía pactado ningún duelo o entuerto político o negocio bajo la manga, Armando André disfrutaba de la vida bohemia. Ese fue el motivo de su llegada esa tarde al humilde hogar de María Teresa Vera.
Armando André proporcionó más estímulo etílico y la reunión continuó. Sin freno ni relojes. En la despedida, el mecenas hizo la invitación que motivó el hecho histórico: “Corona, ¿por qué no le dedicas una de tus canciones a la muchacha?”.
Para Manuel Corona, no era un pedido difícil. Pero, recordando el día del santo de Teté y la “ayuda” económica que sin dudas recibirían del agradecido político, dijo: “Regrese el día 15 [día del santo de María Teresa] y la va a escuchar”,
Y con la misma, preguntó el nombre de la muchacha. “Longina”, fue la respuesta. “Pues Longina se llamará la canción”, dijo.
El misterio de trascender
La trascendencia siempre es un misterio. ¿Por qué una buena obra solo es valorada por la posteridad y otras nacen acunadas por el éxito?
El 15 de octubre de 1918, en el humilde cuarto de un solar, se escuchó por vez primera Longina. Los testigos se emocionaron con su hermosura, pero no imaginaron que vivían un momento histórico. La imaginación popular tejió leyendas entre el autor y el motivo de su inspiración.
Hay en la canción un delicado toque de miniatura de marfil, de insinuaciones que estimulan el juego erótico de la imaginación.
Ahora que la moda deja ver hasta la ropa interior, queda poco por imaginar. Sin embargo, el misterio de Longina radica en que, a pesar de que nos rodea ese modo agresivo en las letras musicales, esta canción centenaria continua seduciendo. ¡Cuántas veces, al compás de sus lentos requiebros amorosos, cayó el último punto de la fortaleza asediada!
Cinco años más tarde, Corona le dedicó a Longina otra composición que tituló La rosa negra. Pero no logró ni la altura expresiva ni la popularidad permanente de la anterior.
¿Qué fue de los personajes de esta historia?
Teté
María Teresa Vera nació con duende saltarín. Nieta de esclavos, hija de la cocinera y sin padre reconocido. Como escribió Marta Valdés, en pocos años saltó de “niña cantadora a quien todos reclamaban en las fiestas entre amigos” a dama de la trova cubana. Sin encajes, ni brillos, con dicción descuidada que no delimitaba entre los acentos de las calles y los estudios de grabación. Impuso un estilo.
Podemos escuchar sus grabaciones, distantes de las exquisiteces de la tecnología actual, y admirar sus facultades vocales, pero no podremos reconstruir el misterio de la emoción de quienes la escucharon cantar en vivo.
Como afirmó Frank Domínguez, otro grande de la canción cubana, “qué fuerza para decir las cosas con su guitarra como una espada”. Con esa espada se hizo dueña de la bohemia. Escapó de la canción porque ella era la canción. En 1962 sufrió un infarto cerebral y falleció tres años después.
Armando André: Fugado de una novela de aventuras
El historiador Rolando Rodríguez lo calificó de personaje turbio. No hay controversia política del primer cuarto del siglo XX en que, de una u otra manera, no aparezca el comandante Armando André Alvarado (1872-1925). Es uno de esos personajes como escapado de una novela de aventuras y picaresca.
Apresado por conspirador contra el poder colonial, “por una cabeza” salvó la suya. Gracias a poseer la ciudadanía norteamericana, fue deportado. Regresó a Cuba con una importante correspondencia para Máximo Gómez. Pero, además de los documentos, trajo la idea de volar el Palacio de los Capitanes Generales con Weyler adentro.
Al final, el 28 de abril de 1896 colocó el explosivo en un baño de la planta baja del edificio. La bomba provocó algunos destrozos y dos heridos leves, pero Weyler solo sufrió el susto.
Junto con otros laborantes, puso cargas explosivas en otros lugares de la ciudad hasta que la mayoría de los conspiradores fueron detenidos. Armando Andrés pudo escapar y se unió al Ejército Libertador, terminando la guerra como comandante. Esa afición suya por la dinamita ha hecho que algunos hayan escrito que era anarquista. De los anarquistas le interesaron los métodos de acción, pero no su ideología.
Otro detalle, ninguna de las bombas que hicieron explotar en La Habana logró su objetivo. Movilizaron a las autoridades coloniales y a los habitantes de la ciudad. La guerra estaba dentro de la ciudad. Era el momento en que Antonio Maceo se batía con éxito en Pinar del Río, a las puertas de la capital. Pero la falta de conocimiento especializado y la falta de dinero los llevaron a adquirir dinamita de bajo poder explosivo.
Como director del periódico El Día, ejerció un periodismo belicoso. Atacaba a sus opositores tanto en lo político como en lo personal. Eso lo condujo a sostener más duelos que D' Artagnan y, finalmente, a la muerte.
Armando André, el enlace fortuito para el encuentro de Corona y Longina, tuvo el nada ambicionado privilegio de ser víctima del primer asesinato ordenado por Gerardo Machado como presidente de la República. En la madrugada del 20 de agosto de 1925, dos sicarios lo ultimaron mientras intentaba abrir la puerta de su casa en la calle Concordia.
Longina seductora
Longina O' Farrill terminó prisionera de su celebridad oblicua. En la medida en que pasaban los años, quien fuera pretenciosa mulata joven, de “cuerpo orlado de belleza” y “andar señoril”, como dice la canción, solo salía de su anonimato cuando la curiosidad llevaba a ver a la mujer que inspiró tan hermosa composición.
Por eso, antes de morir pidió que la enterraran al lado de Manuel Corona, el hombre que la había hecho famosa. Murió en un asilo para ancianos y fue sepultada en La Habana, donde residía.
No fue hasta el 25 de diciembre de 1989 que se pudo cumplir su voluntad. Desde ese día, sus restos descansan en el cementerio de Caibarién junto a los del hombre que hizo que la historia llamara por segunda vez en la vida de la hermosa mujer de pueblo. Frente al sepulcro de ambos se cantó la imperecedera canción.
En el juego de lo que pudo ser y no fue, pienso: si esa tarde, en casa de María Teresa, en lugar de Corona hubiera estado Villalón, o Campanioni, o Delfín, o Rosendo, o Sindo, ¿tendríamos otra Longina? Pero estaba Corona y esa es la historia.
Rey sin corona
Manuel Corona (1880-1950) fue uno de esos seres premiados por la naturaleza. Acaparó talento y hambre a partes iguales. Negro y pobre, el éxito de composiciones como Mercedes, Aurora, Santa Cecilia y la misma Longina no le proporcionaron comodidades. Se llevó de la vida el resplandor fugaz de interminables jolgorios y nos dejó su gloria.
Uno de los más importantes compositores cubanos, que grabó más de 100 piezas para compañías como RCA Victor, Edison y Columbia, murió en la mayor pobreza el 9 de enero de 1950 en un cuarto de la playa de Marianao que le había prestado el dueño del bar Jaruquito.
Todavía conmueve contemplar los humildes pliegos con letras de sus canciones, que se imprimieron a fines de 1948, donde clamaba por auxilio económico. “Ayúdenme que estoy enfermo”, escribió. “Respetuosa y voluntariamente deme Ud. su aguinaldo. POR FAVOR. Muchas gracias y Dispénseme. Manuel Corona”.
Leyendo ese reclamo de una gloria del arte cubano vienen a la mente estos versos de Shakespeare: “La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre actor que se pavonea y agita, una hora sobre el escenario, y que después nadie recuerda”.
La trova en la sangre
En la peña Icaic: Segundo piso otra vez, en el Centro Cultural de Artex Fresa y Chocolate, se presentó el trovador Carlitos Lage, en un concierto marcado por la identidad
Autor: Guille Vilar | internet@granma.cu
3 de enero de 2025 19:01:37
Lage en el centro, junto al percusionista Roy Carvalloso y el trovador Frank Delgado. Foto: tomada del perfil de Facebook del artista |
Como dice el conocido refrán de que «quien busca, encuentra», el pasado 27 de diciembre, fuimos testigos del hallazgo de un verdadero oasis para la trova cubana de siempre. Se trata de la peña Icaic: Segundo piso otra vez, que tiene lugar en el capitalino Centro Cultural de Artex Fresa y Chocolate, en las tardes de los últimos viernes de cada mes.
Auspiciada por el propio Icaic, bajo la dirección de dos figuras relevantes para el desarrollo de la música cubana contemporánea: Enrique Carballea y Joaquín Borges Triana, en estos encuentros se han presentado desde Diego Gutiérrez hasta Augusto Enríquez y Yusa, pero, en esta oportunidad, le tocó el turno al trovador Carlitos Lage.
Es en este entorno agradable, con entrada libre y marcado por módicos precios, donde Lage nos reitera, una vez más, el poderoso hechizo de la trova en pleno siglo XXI. Independientemente de las huellas del flamenco en su obra, canciones como el emotivo bolero Cuando me digas adiós, la hermosa balada titulada Tristeza, o el ocurrente tema Adjetivo de mujer, nos remiten a un trovador cubano de pura cepa que, acompañado por un notable percusionista como Roy Carvalloso, hizo del concierto una inspirada declaración de identidad. Sin embargo, al compartir la escena con otro de los trovadores imprescindibles: Frank Delgado, no paraban de interpretar clásicos de la trova tradicional, que hicieron el deleite de la concurrencia allí reunida, al corearlos junto con ellos.
No obstante, si la peña Icaic: Segundo piso otra vez, se llama así en homenaje al legendario Grupo de Experimentación Sonora del Icaic, cuyos integrantes se reunían a trabajar en el segundo piso del emblemático edificio, en realidad se trata de un ambicioso proyecto que conlleva filmaciones de los músicos invitados y que, además, se va a extender hacia otros géneros como el jazz; pero la efusiva respuesta del público a la presentación de Carlos Lage nos está enviando señales que debemos tener en cuenta.
Por mucho auge que pueda tener la música urbana u otras manifestaciones musicales nacidas en estos tiempos, cuando el cubano se encuentra en el entorno sonoro de la trova, se percata de inmediato que dicha sonoridad la lleva consigo en la sangre como una huella generacional, condición que nos reclama presentarla en otras plazas para el pleno disfrute popular.
domingo, diciembre 29, 2024
Nuevo análisis de Quería saber
Mario A.S.
23 Diciembre 2024
Ojalá
Nota: 9.25
Comentario crítico:
Anunciaba pocas semanas atrás el trovador cubano que lanzaría un nuevo disco que recopilara las canciones que había presentado a lo largo de sus conciertos gratuitos por los barrios de La Habana. A quien los haya escuchado por YouTube le vendrán a la mente varios ejemplos, bien América, bien Para no botar el sofá... el caso es que en Quería saber figuran todas. Salvo Ángel ciego, que es del 2020, y Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, poema del año 1923, todos los cortes del álbum son de la década pasada.
A Silvio no se le puede achacar falta de productividad. Al menos desde la pandemia. En 2020, sacó Para la espera, con diez temas inéditos y tres anteriormente presentados. Un año después, fruto de su confinamiento involuntario (como lo fue para todos), acabó de producir, mezclar, y arreglar un disco que grabó con el grupo Diákara allá por el año 1991. Así las cosas, el de San Antonio de los Baños fue al grano, pues tan solo publicó dos singles antes de que su nuevo proyecto saliera a la luz; Quería saber (que da título al álbum) y América.
Llama la atención que dos de las canciones aquí presentes fueran ya publicadas en Para la espera, Viene la cosa y Danzón para la espera (de la que ya llevamos tres grabaciones). En el primer caso, quien escribe estas líneas prefiere la primera versión, más “sencilla”, con menos elementos, pero con el mensaje más claro. Respecto al segundo, tal vez la versión se haya enriquecido más, en forma de son montuno con mayor pluralidad de instrumentos y voces. De todas formas, y a pesar de algunos desaciertos de producción, la voz demasiado aguda de Silvio en algunos temas, los coros de Para no botar el sofá, estamos ante un grandísimo disco.
América habla acerca de una muchacha muy atractiva vecina de Silvio Rodríguez en sus años de juventud. En palabras del propio cantautor en uno de sus conciertos “todos la soñábamos”. Por el contenido de su letra podría confundirse con un canto de resistencia hacia el continente, pero el músico cubano ya se ha encargado de disipar dudas. Musicada con gusto, arropada por flautas, con un leitmotiv inicial casi medieval, su estribillo contundente se alterna con el reposo de las estrofas y las secciones instrumentales, en el que destaca un vibráfono y un conjunto de cuerdas.
De Viene la cosa ya hemos destacado que, posiblemente, hubiera quedado mejor con menos instrumentación, pero, en cualquier caso, sigue siendo una canción inteligente, que tiene su origen en el cartel de un barbero de La Habana, en el que se leía: “Prohibido hablar de la cosa”, para evitar, se supone, trifulcas políticas.
De pronto la tatagua (polilla en España) es una pacífica canción, con el piano como protagonista. Está dedicada, en memoria, a Fernando Núñez de Villavicencio, médico cubano. Dentro de su aparente simpleza musical y poética, se esconde, a mi juicio, una profunda y tierna evocación al pasado.
Para no botar el sofá, lleva el subtítulo de “canción editorial”. Es una de las críticas más fuertes y directas que haya podido hacer el trovador cubano. Es, por ello, una de esas composiciones suyas que incomodan. Como pasó en su día con Canción en harapos, El necio, o Sea señora. Esas personas, mencionadas en plural, a las que se hace referencia en la letra, que “cebaron las hogueras de la homofobia”, “aparentaron jugar duro, pero a resguardo”, o que “descalificaron canciones por diferentes” pueden ser quienes queramos que sean. De todas formas, conforme la vamos escuchando, nos hacemos una idea de a quiénes va dirigida. Si se me permite una objeción a este mayúsculo tema, en directo el estribillo, es más interesante o llamativo, pues Silvio recita algunos versos, haciéndolos más tajantes. Más allá de eso, los instrumentos, en especial el piano, interactúan muy bien con la voz. Hay talento, para sorpresa de nadie, detrás de esas conducciones y esos arreglos.
A continuación, nos encontramos con la mencionada Danzón para la espera. Su primera versión era bonita, pero le faltaba ese empuje extra que aquí se ha conseguido. La cadencia del son montuno unida a las flautas, coros, congas, y piano, la llevan a otro nivel musical.
El sexto corte se titula La cuota diaria en referencia a una frase atribuida a Fidel Castro (tal vez pronunciada en uno de sus infinitos discursos de siete horas): “Todos pagamos nuestra cuota diaria de humillación”. Se menciona a ciertos “impunes”, Silvio críptico de nuevo ¿o es que lo quieren todo mascado? El arreglo de los vientos (flautas, pícolo, clarinetes...) corre a cargo del propio Silvio Rodríguez. Me parece curioso que esta canción bien podría incluirse en su disco Expedición (2002). Por su instrumentación y progresión de acordes, y sus calmadas secciones instrumentales que se alternan con la voz. En definitiva, todo funciona aquí. La letra, en sintonía con lo solemne de la música, es resignada y estoica (“Los impunes me echaron la jauría y entre nuevos colmillos me abro paso”).
Avanzando en la escucha, llega Ciudad, una original propuesta, pues la narración se desarrolla desde el punto de vista de una urbe, con todo lo que eso conlleva; el paso del tiempo, los habitantes que van muriendo, etc. Es muy emocionante por las verdades que dice. Abre con un nostálgico riff de piano, dinámico desde el punto de vista rítmico, y poco a poco se van sumando flauta y percusiones, hasta llegar a la voz.
Posteriormente, llega como contraste una canción que Silvio dedica a su nieto Diego: Nuestro después. Emociona no menos que la anterior. Habla del legado, de la posibilidad, por parte del pasado, de repercutir en el futuro, de trascender, en última instancia (“Me pregunto quiénes contarán lo que fue, lo que fuimos”. “Qué memoria tendrá nuestro después, [...] y cuán fuerte será nuestro después en su suerte”). Y digo lo del contraste por su minimalismo. Apenas una guitarra, la voz principal, y una segunda a cargo de su hija Malva.
Llegamos casi al final del disco con el track principal: Quería saber. De nuevo, el son se hace presente. Aquí Silvio no solo canta y toca la guitarra, sino que también ejecuta algunas percusiones y una vihuela. Es una de las composiciones con mayor contenido filosófico en su esencia más genuina, las preguntas. El cantautor cubano puso “proa al horizonte”, quizás, por su condición de isleño, como ha señalado él en alguna ocasión. Y es que, la interrogación, si no más importante, fundamental de alguien que vive en una isla es ¿Qué habrá más allá del horizonte, del mar? De ahí que quiera saber si “tras la línea que está lejos, donde se despierta el sol, sería grumete, marinero, timonel o pescador”.
La penúltima canción de este álbum es Ángel ciego. Uno de los puntos que más le llamará la atención a cualquiera que conozca bien la música cubana es el inconfundible piano de Frank Fernández, que también se encarga aquí de la orquestación. El octogenario músico ya trabajó, en su día, no solo con el propio Silvio Rodríguez, sino también con el inmenso Pablo Milanés (y con ambos cuando los dos últimos eran amigos y compañeros musicales). La letra es pesimista, y vuelve a evocar la figura del ángel, que ya le dio tanto juego al compositor cubano en discos como Cita con ángeles o Segunda cita.
Cierra este fantástico trabajo Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, del citado e infravalorado poeta cubano de principios del siglo XX, al que, por cierto, le tocó vivir la dictadura de Machado. Murió joven de tuberculosis, y su producción fue escasa, pero magnífica. Estas cuartetas alejandrinas están musicadas con sabiduría, el solo de flauta es soberbio, y el uso del tres le aporta dinamismo. Lo meritorio aquí es, como ocurre en tantas composiciones de Silvio, cómo complejiza, melódica y armónicamente, una simple progresión de acordes, tanto si está él solo junto a su guitarra, como cuando está acompañado por músicos de primer nivel. Partiendo de las dos estrofas presentes consigue entregar una magnífica pieza musical de algo más de cinco minutos.
En resumidas cuentas, Silvio Rodríguez sigue a su mejor nivel. Ha evolucionado desde aquel lejano y digno LP Días y flores, trabajando con diversas agrupaciones y explorando todo lo que la música puede ofrecer con acierto y singularidad. Sospecho-y espero-que nuestro querido trovador no ha dicho su última palabra, y que aún le queda alguna inquietud que calmar, componer, y grabar. De momento, nos ha regalado otro disco magistral, y eso que, a sus 77 años, ninguna obligación tenía. Siempre lúcido, reflexivo, y visionario. Que nos dures, Silvio.
Vicente Feliú: Una vida al límite mayor
A punto de entonar ese reconocido tema de la Bayamesa, partió a la eternidad Vicente Feliú el 17 de diciembre de 2021, víctima de un infarto cardíaco. Al hacer pública la noticia en Facebook, su hija Aurora de los Andes recordó, antes de proferirle un te amo, que uno de los fundadores de la trova en Cuba se fue, “haciendo” en toda su estatura y con el corazón más grande que el pecho.
Partió Vicente Feliu, quizás al viento de una razón que no permite espera, partió quizás a ser machete en plena zafra, bala feroz al centro del combate o en cualquier sitio de esa poesía que nos legó en Créeme, su voz.
Entonces hoy por Feliú, el amor quizás espanta, nos derretimos ante un te quiero dulce, somos felices abriendo una trinchera para hacer en su nombre un verso de la vida, que quepa en cada corazón cobarde, enamorado, revolucionario o triste, en los que se inspiró. En cualquier corazón que lata por la trova y se nutra en su voz.
Inicia Vicente Feliú el tránsito a lo eterno, dejándonos el sueño a lo profundo en sus más de siete discos cantándole al vivir, porque NO sabe quedarse, como él mismo cantara, nos deja. Nos deja su arte poética, su aurora, sus ansias del alba, sus guevarianas, su colibrí.
En las Américas, Europa y Asia ha dejado la huella de la trova cubana, ha dejado formas de hacer, de ser y de creer. Se nos queda de cualquier modo el hombre al que el amigo Silvio Rodríguez describiría como aquel en quien se "... sintetiza en mucho una de las aspiraciones del Movimiento de la Nueva Trova: hacer de la canción y del que la canta una compacta unidad. Es un hombre de su tiempo y, desde la acción, le surgen crónicas, canciones, testimonios. Su lenguaje varía según el timbre de la vida o el sueño, pero siempre hay un viento épico rondándolo. Un hombre, un poeta, un trovador sincero"
Vicente Feliú se queda en el pecho cubano con una flor, apuntando en su muerte, a la vida.
Cada uno tiene un Playa Girón donde hacer la canción que le falta
Cada uno tiene un Playa Girón donde hacer la canción que le falta-
(para Silvio en su cumpleaños)
Cada trovador tendrá su Playa Girón.
El barco pesquero donde hacer su canción.
Y tendrá zapatos viejos para andar la Historia.
Y sentir la espina para abrazar la rosa.
Cada cantautor llorará sobre su guitarrra.
Hasta inundar la trama de su mal de amor.
Y será durmiendo como un Che Guevara.
Que retornará a casa cabalgando en un corazón.
Cada trovadora tendrá su palabra
suspendida en el aire de la tradición.
Mascarón de proa que los mares abra.
Cada trovadora
tendrá su Playa Girón
¡Su abracadabra!
Trovadora y trovador
Por los siete mares con un son.
Un día se asoma su nave
como gaviotas en el malecón.
Algún día
¿quién sabe?
Trovadora y trovador
sendas guitarras al ristre
en el fantasma del Playa Girón.
29 de noviembre de 2024
Esto no es un elogio
En el "cumple" del trovador mayor, no podia faltar mi, su página en "Ella y yo", mi librito "trovadicto" de 2014.
Por cierto, fue el primero en "bendecir" sus páginas cuando se las envié con la esperanza de que pudiera publicarlas mediante su Fundación Ojalá. Lamentablemente no contaba con recursos para ello, según me dijo, pero sí me dio opiniones y sugerencias muy valiosas, entre ellas la idea del título, que tomé de modo casi literal (él me sugería "La trova y yo").
De modo que, arropado siempre por sus inigualables canciones, tenga Ud, feliz día...pisando los talones al mío, en la órbita de Sagitario.
Silvio Rodríguez
Esto no es un elogio
Cuánto se ha escrito, empezando por mí mismo, del trovador por antonomasia, la figura cumbre del Movimiento de la Nueva Trova; sus virtudes artísticas son materia estudiada, comentada. Por eso me gustaría acercarme a él, en esta ocasión, desde otro costado.
Lo cierto es que, si bien entre sus canciones y yo hubo de siempre una empatía absoluta, algo me inhibía de acercarme al ser humano, lo cual no ocurría con otros trovadores.
Había escrito ya bastante sobre su obra cuando se produjo nuestro primer encuentro… en su propia casa. Andaba esa mañana con el trovador Augusto Blanca, rumbo al CENDA (Centro Nacional de Derechos de Autor), y de la entonces lejana oficina aterrizamos en la residencia de Silvio.
Yo había acabado de comentar un disco suyo, Oh, melancolía, de los pocos que no me entusiasman demasiado en su fonografía, y tras la presentación de rigor, él me espetó ni corto ni perezoso:
—Has escrito tantas cosas buenas, que por la última mierda no te voy a pasar la cuenta…
Suspiré, y solo atiné a responder con no menor resolución:
—Lo cual te agradezco, porque una cuenta pasada por ti debe de ser muy dura.
Sonreímos ambos, y a partir de ese momento la conversación fluyó animada.
Es persona de una sencillez que cautiva, parco en sus juicios, sin un adjetivo ni sustantivo que sobre, aunque de fácil expresión, abundoso en ideas, que proceden de una inteligencia superior.
No hemos sido lo que se dice amigos, pero existe entre los dos cordialidad y respeto; siempre me ha demostrado que escucha la voz ajena, aunque no sea precisamente favorable.
De su oficina llegan siempre los CDs que graba, algún libro, con la misma dedicatoria: «Para Frank Padrón, con amistad.» Prefiero ese tipo de amistad a otras que se anuncian, hasta se cacarean, y no son tales. Aunque se le achaca un carácter difícil, una personalidad compleja, lo que siempre me ha trasmitido Silvio es una honestidad a toda prueba, y en definitiva, una auténtica bondad.
Por último quiero dejar plasmado, ahora sí en el plano estrictamente artístico, que también al parecer su inspiración es inagotable, en lo cual supera a no pocos de sus colegas. Sus canciones recientes son tan buenas como las viejas, esas que tenemos por clásicos indiscutidos. No han perdido un grano, un gramo de esa espesura conceptual, ese vuelo que ha convertido a Silvio en un filósofo aun de lo más cotidiano o en apariencia simple, y claro, desde siempre, en todo un poeta.
Y a propósito de poetas, varias confluencias también nos unen: Edgar Allan Poe, César Vallejo, Atahualpa Yupanqui, y un amigo común, Luis Rogelio Wichy Nogueras.
Aunque ha trabajado en diferentes etapas con grupos (Experimentación Sonora; Afrocuba; Diákara), Silvio es también, y fundamentalmente, un «animal de guitarra», como demuestra su más reciente y duradera etapa.
Ah, y lo del subtítulo de estos apuntes no solo tiene que ver con el carácter de los mismos. Resulta que, pese a su centenar de piezas ante las cuales no sabría uno decidirse, mi preferida es esa que parafrasea el título: "Esto no es una elegía".
( Foto: el autor con Silvio y Augusto Blanca).
Ovación a Vicente Feliú
Todo cobra sentido en su trovada fascinante, perturbadora, elocuente, profunda y divertida también.
16 de noviembre de 2024 Hora: 11:29
Para los que aman la lírica de la canción de la Nueva Trova cubana, ellos, los de la foto, continúan juntos en la memoria musical y colectiva.
Recientemente se ha estrenado el Día Mundial de la Canción de Autor, celebrado en homenaje a Vicente Feliú en el día de su nacimiento, un 11 de noviembre de 1947. En torno a la tarja que modestamente lo recuerda en el Centro Histórico de La Habana, trovadores, poetas e incondicionales, se reunieron a cantarle.
Cuando se reúnen
“Andan solos pero cuando los trovadores se reúnen, algún regalo se desprende para el corazón de quien se dispone a prestarles oído”. Escribió hace tiempo la cantautora Marta Valdés (1934-2024) y así fue en La Habana, cuando volaron entre las cenizas de Vicente, sus canciones.
Benditos trovadores. “A cada rato saco mis cuentas y me alegra mucho pensar que, a estas alturas y en este mundo, somos un país con trova; tenemos una fuerza que toma la palabra y el sonido, no importa cómo sea la voz, si aguda o grave, si clara o hasta un poco gangosa y no nos apena, al cabo de tantos siglos, seguir llamándonos trovadores; continuar puliendo la palabra trova para mantenerla brillosa, como recién acuñada, porque la hemos sacado para siempre de entre tanta cosa prestada y hemos demostrado, de sobra, que ya se ha vuelto nuestra”. Agregó en defensa de los cantautores, quien fue una de las más grandes compositoras y críticas de la historia musical cubana e intérprete de sus propias canciones; la más longeva que recientemente dejó este plano de la existencia con 90 años.
Desde ahora cada 11 de noviembre será una fecha importante para los cantores del planeta. Se trata de una iniciativa convocada por el Centro Lucini de la Canción de Autor en Granada, España y junto al colectivo argentino MujerTrova, para conmemorar el Día Mundial de la Canción de Autor y Autora. Así, las redes sociales dieron cuenta de países latinoamericanos como Chile, Paraguay, Argentina y Cuba, entre otros, además de instituciones culturales y personalidades que se sumaron en diversas formas -conferencias, conciertos- dadas a conocer a través de las publicaciones con el hashtag #DiaMundialCancion.
Son ellos, los imprescindibles trovadores. “Comienzan casi niños y les agarra la medianía de edad con esa angustia de no saber si el diálogo espiritual que da sentido a su arte podrá, finalmente, fructificar. De todos modos, allá fueron a juntarse y un aire nuevo se levantará -seguro- a su regreso”. Continúa fiel la descripción de Marta, quien sintió profundamente cada una de sus emblemáticas composiciones, que salieron desde su guitarra para que otros las cantaran; sin embargo, siempre será íntimamente diferente cuando la interpreta el propio autor (a).
“Ellos pasan de uno en uno, rectos como el mástil de la guitarra o un poco encorvados de tanto contar con ella para todo, que no la pierden de vista mientras el sueño no los ha rendido. La leyenda de los más viejos, nos los presenta de uno en fondo, personajes solitarios armados con la moral de un oficio para ganarse el pan, airosos peregrinos que sólo se permitían escasas pausas para afinar el instrumento antes de entonar la canción bandera acabadita de terminar: esa que -a última hora- siempre aparece alguien a quién mostrarle por dónde va”.
Todo cobra sentido en su trovada fascinante, perturbadora, elocuente, profunda y divertida también. Ellos lo saben, porque cuando termina una descarga musical, la historia vuelve a empezar a la menor provocación.
“Así viajábamos contentos, sin equipaje. ¿Qué cosa era un trovador? No eran personas que estaban subvencionadas o promovidas, sino seres que sentían, pensaban, actuaban y cantaban”, recordaba Silvio Rodríguez, uno de los fundadores del histórico Movimiento de la Nueva Trova cubana, constituido el 2 de diciembre de 1972.
Previamente
“En febrero de 1968, por primera vez son invitados a este concierto los que derivarían en figuras icónicas de la Nueva Trova cubana: Noel Nicola, de 21 años, Silvio Rodríguez de 22 años, Pablo Milanés, con 25 años”. Narra el libro dedicado a Sara González y al 50 Aniversario de la Nueva Trova Cubana “La Pasión sin matices”, donde Vicente Feliú ofreció, quizá, su última entrevista.
El más joven (Noel), definió su compromiso y, el de sus compañeros, con este movimiento, muy tempranamente: «a través de una profunda revalorización de nuestras tradiciones, de nuestro acercamiento desprejuiciado y crítico a los valores más genuinos de nuestro acervo cultural, es como podremos desarrollar un arte verdaderamente revolucionario».
“En el disco dedicado a la obra de estos jóvenes cantautores cubanos, editado por el centro de la Canción Protesta, Casa de las Américas, aún se le nombraba ‘canción revolucionaria y de protesta antiimperialista en Cuba’. Cuentan que ese día el repertorio preparado fue insuficiente, porque el concierto se extendió durante horas. Los asistentes continuaban pidiendo canciones, entonces Silvio invitó a tres jóvenes trovadores desconocidos para la mayoría: Eduardo Ramos, Martín Rojas y Vicente Feliú”, relata el mencionado libro disponible en A.
“No recuerdo exactamente cómo llegué a Casa de las Américas ese día. Supuestamente se trataba de un concierto de canciones políticas, porque meses antes se había realizado en ese mismo lugar el Primer Encuentro Internacional de la Canción Protesta, en donde participaron cantores de todas partes del mundo y el único cubano invitado había sido Carlos Puebla”, recordó Vicente Feliú.
«Este concierto —de Silvio, Pablo y Noel, señala Vicente— sería, el primero de lo que después se convirtió en el núcleo de la Nueva Trova, no fue hasta cuatro años después que el movimiento se asentó como organización.
“Allí —en Casa de las Américas— tuvimos lo que necesitaba un joven: comprensión y respeto, sentirse atendido y apoyado”. Y continuó Silvio Rodríguez; era un escenario de proyección del cual supo darse cuenta Haydeé Santamaría y un hogar de acogida para los jóvenes creadores, muchos de los cuales, consecutivamente integrarían el GESI (Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC). Creado en 1969, reunió a algunos de los rebeldes de la época.
Guitarras multiplicadas
“Cuando se crea ese movimiento se reúnen un grupo de gente que ni siquiera eran amigos, pero venían con una mochila cargada de sueños y esperanzas, y con la seguridad de lo que eran capaces de hacer con un movimiento y como personas. Es decir, ser joven, tener esos problemas y enfrentar incomprensiones y burocratismos, le dio a esa generación una tranquilidad de que podrían pasar sobre todo eso”, narró Jorge Gómez, fundador del Grupo Moncada, creado a inicio de los años “70” del siglo XX.
“Debemos tener consciencia de que este es nuestro nuevo punto de partida y hay que mirarse por dentro y salir a buscar ciertas cosas que deberíamos tener. La mochila de los sueños sigue existiendo y las guitarras se han multiplicado”, concluyó a propósito de la declaración de la Trova como Patrimonio Inmaterial de la Nación.
Heréticas
Cuando consultaron a Aurora Hernández, el amor de largos años en su camino, acerca del homenaje a Vicente Feliú a través del Día de la canción de autor, le pareció algo demasiado grande, teniendo en cuenta la cantidad de importantes cantautores que han existido: “Me dieron el argumento de que cada cual hizo su obra, pero quien se dedicó a conectar a los trovadores del mundo unos con otros, y a hacer una labor de búsqueda en cada país, fue Vicente. Por eso consideran que se lo merece, y estoy de acuerdo”, declaró al diario Granma.
El proyecto “Canto de Todos” de la canción iberoamericana, coordinado desde Cuba por el trovador Vicente Feliú, aglutina a creadores de la nueva canción en Latinoamérica y España, y propicia el intercambio en escenarios de esos países y en la Casa del ALBA Cultural en La Habana.
Simultáneamente fue publicado (11/11/2024) en el canal oficial de YouTube del autor de “Créeme”, su disco póstumo “Heréticas”, bien bautizado por el autor en consonancia de la “herejía de ser rebelde”. Este es el primero -de tres discos- con la producción general de Silvio Rodríguez. Está conformado por 40 canciones que el trovador grabó en el sello Discos Ojalá, antes de su repentino fallecimiento.
Vicente Feliú murió el 20 de diciembre del 2021, haciendo lo que más le gustaba, cantar. Un infarto masivo sobre el escenario, sorprendió a todos a sus saludables 74 años, mientras cantaba el tema simbólico tema, amoroso y patriótico, “La Bayamesa”.
Algunas canciones del nuevo disco “Heréticas”, son muy conocidas por ser parte de su repertorio habitual. Se trata de algunas escritas a mitad de los intensos 1960 y 1970, junto a melodías y letras consideradas clásicas de la trova tradicional o su “Créeme”, siempre cantada a coro por los presentes.
“Creo que Vicente sacaba el aliento entre rebelde y épico que recorre este puñado de canciones de la trayectoria de su familia guiterista y militante de La Joven Cuba. “Apuntes para el presente” parece hecha ayer. “Paloma de una paz” parece estar hablando del genocidio que hoy sufre el pueblo palestino. “No es fácil” es una de las canciones más valientes de nuestra generación, en la que funde un verso suyo: “en cualquier calle te espera el peligro de ser joven” con otro de Padilla: y “en cualquier hoja se engendra un poema peligroso”. Señala Silvio Rodríguez en sus notas de presentación del disco.
Acerca de la fotografía que ilustra el disco, aporta Silvio: “Creo que no hay foto que ilustre mejor al creador de estas canciones —que él mismo calificó de heréticas— que esta de Miguel Durán. Fue tomada una mañana de 1970, en el central Habana Libre, donde un grupo de “pelúos” o “hippies” (como nos llamaban) cortábamos caña durante la “zafra de los 10 millones”. Así era el Vicente Feliú Miranda de aquellos días en que surgieron buena parte de estas canciones y creo que así sigue siendo para siempre: un ser aguerrido que, según sus propias palabras, iba “rompiendo monte, en cueros, y en el puño un corazón”. Alguien que, no bastándole lo que en vida era capaz de dar, en estado de euforia revolucionaria pedía para después de muerto: “hundan sus manos en mi piel y experimenten con mis vísceras”.
Portada de este artículo
“Eso fue en el segundo viaje a Angola de Vicente y mío, al que se sumaron Noel y Pablo. Estamos en los bajos del hotel Presidente, residencia oficial de todos los cubanos que pasábamos por allí, siempre a medio construir. Debe haber sido en los primeros días de diciembre de 1976, porque llegamos a Angola el 29 de noviembre, día en que yo alcanzaba a Noel en sus 30. Pablo tenía 33 y el Tinto* 29”, detalló el trovador Silvio Rodríguez en su mensaje, respondiendo a la curiosidad del fotógrafo y periodista Kaloian Santos, publicado en OnCuba.
» Ese año Pablo había publicado el disco Pablo Milanés, que incluía, entre otras, las icónicas “La vida no vale nada”, “Para vivir” y “El tiempo, el implacable, el que pasó”. Un año antes, Silvio había lanzado Días y flores, su primer disco, que contenía temas célebres como “Sueño con serpientes” y “Pequeña serenata diurna”. Ya había escrito “Ojalá”,
“La era está pariendo un corazón”, “Fusil contra fusil”… Vicente Feliú tenía en su repertorio, entre otras, la estremecedora “Detrás del mar queda el soldado”, y su himno “Créeme” comenzaba a resonar. Noel Nicola había compuesto “Comienzo el día” y “Para una imaginaria María del Carmen”, así como “Es más, te perdono”.
Esa es Cuba, una canción de trova acabadita de estrenar, que se queda para siempre en el canto de todos.
martes, diciembre 24, 2024
domingo, diciembre 01, 2024
Felicitan autoridades cubanas al trovador Silvio Rodríguez
ACN | Foto: Tomada de @DiazCanelB
29 Noviembre 2024
La Habana, 29 nov (ACN) Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, felicitó hoy al cantautor Silvio Rodríguez en su cumpleaños.
"Querido Silvio, felicidades en tu cumpleaños. Sigo escuchándote cuando el camino es difícil. Y cuando no lo es también. Gracias por estar", escribió el mandatario en X.
El Presidente le deseó un hermoso día acompañado de sus seres queridos y con los mejores deseos de quienes lo quieren por su inmensa obra.
A través de la misma red social, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, le deseó un feliz cumpleaños al trovador cubano, cuya obra es parte imperecedera de la cultura nacional.
Silvio Rodríguez comenzó en 1974 a grabar su primer disco en solitario, “Días y flores”, producido por Frank Fernández, que vio la luz en 1975.
Rodríguez posee una amplia discografía que ha musicalizado filmes, teleseries y piezas de teatro.
Entre los premios y condecoraciones que ha recibido están Artista Unesco por la Paz (1997), Premio Nacional de Música (2004); Premio Latino por toda una vida (2006), título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, Perú (2007), Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (2011), Doctor Honoris Causa en Arte que otorga la Universidad de las Artes de Cuba (2017), entre otros.
Desde finales de 2010 hasta febrero de 2020 encabezó la Gira por los Barrios junto a un grupo de músicos, escritores y artistas que actuaron en los barrios más necesitados de la ciudad de La Habana y otras provincias, para un total de 109 conciertos.
En diciembre de 2022 recibe el Coral de Honor del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana por sus contribuciones a bandas sonoras del cine cubano.
sábado, noviembre 30, 2024
viernes, noviembre 29, 2024
Fijeza de lo fugaz.
En el Cumpleaños de nuestro Silvio Rodriguez:
Sobre una foto de Iván Soca, por Waldo Leyva
Pasa un avión --hay frío, Silvio canta--
Se aleja hacia algún punto del planeta.
Mientras cruza el avión oigo al poeta
Y no existe frontera en su garganta.
Hay una luz azul que se levanta
más allá de las nubes, y la inquieta
mirada de Iván Soca no se aguanta
y le da voz al lente, voz secreta
que después nos revela ese misterio
donde acepta la luz su cautiverio
para dejar el tiempo detenido.
¿Quién habita el avión? Nadie lo sabe.
¿Qué nota musical, aguda o grave
entregaba el cantor contra el olvido?
La foto sigue ahí, para la historia,
para que no se pierda la memoria.
WLP
Estrenan en redes disco cubano inspirado en obra de Silvio Rodríguez
La Habana, 29 nov (Prensa Latina) El disco "A mano y sin permiso", con canciones inspiradas en la obra del cantautor Silvio Rodríguez, que hoy celebra su 78 cumpleaños, se estrena en redes, según anunció el Instituto Cubano de la Música (ICM).
noviembre 29, 2024 | 00:21
La institución adelantó en sus canales informativos digitales que el fonograma se grabó de forma relámpago tras una convocatoria del también cantautor Raúl Torres.
Este artista promovió una especie de taller de experimentación a tiempo completo junto a otros 10 intérpretes para concretar el disco, precisó el ICM.
La institución expresó que las buenas noticias se comparten y aprovechó la oportunidad para poner al día a sus seguidores desde sus plataformas.
Silvio Rodríguez nació el 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de los Baños, La Habana (actual provincia de Artemisa).
Fue fundador del importante Movimiento de la Nueva Trova en Cuba junto a figuras como Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú.
Es uno de los compositores cubanos contemporáneos con más reconocimiento nacional e internacional.
Posee una amplia discografía con más de una veintena de álbumes.
Ha compuesto música y letra de cientos de canciones y muchas de estas forman parte de la memoria musical y colectiva de Latinoamérica y otras regiones.
jha/dla
#cuba #disco #Raúl Torres
Te doy una canción, Silvio Rodríguez: memoria de su concierto en Costa Rica
Ha pasado ya una década desde que el trovador cubano cantó por última vez en nuestro país. Recordemos las imágenes de esa mágica noche en que compartió escena con Malpaís
28 de noviembre 2024, 01:12 p. m.
Guitarra en mano, con calidez y su voz intacta, se presentó Silvio Rodríguez en el concierto que dio en Costa Rica, en abril del 2013. (Archivo/Abelardo Fonseca/Archivo/Abelardo Fonseca)
“La música tiene caminos infinitos: anoche, miles de costarricenses se apostaron en Tibás para escuchar canciones que nacieron en el contexto cubano, del que se pueden hacer tantas lecturas diferentes y que guarda complejas diferencias con el costarricense, y que mágicamente se volvieron declaraciones universales de amor, paz y compasión”. Así comenzó la crónica publicada por La Nación sobre el último concierto que el cantautor cubano Silvio Rodríguez ofreció en Costa Rica.
Ese recital, el reencuentro de Silvio con sus seguidores ticos, ocurrió el 12 de abril del 2013. Hace más de una década, el trovador de la revolución cubana se entregó a un público que llenó el estadio Ricardo Saprissa, en Tibás.
La velada tuvo grandes significados y, como un homenaje al músico y autor, quien este 29 de noviembre cumple 78 años, recordamos esa noche con imágenes del fotógrafo Abelardo Fonseca y los detalles que el periodista Alessandro Solís recopiló en su crónica.
El concierto de 2013 marcó el regreso de Rodríguez a nuestro país. Habían transcurrido 23 años desde la primera vez que vino a cantar. Sus seguidores esperaban con ansias este reencuentro y el artista les ofreció un gran espectáculo.
En 1989, Silvio se presentó en Costa Rica con tres conciertos, pero además tuvo oportunidad de ofrecer una conferencia de prensa y reunirse con Óscar Arias Sánchez, presidente del país en ese momento.
LEA MÁS: Silvio Rodríguez en concierto:una noche estrellada y mucho para dar
Después de dos décadas, Silvio decidió regresar a suelo tico y lo hizo por todo lo alto gracias a la promoción de Segunda cita, su álbum del 2010.
El cubano abrió el concierto con la canción que le dio el título a ese disco. El recorrido musical continuó con Días y flores, San Petersburgo, El mayor y Canción del elegido. “Lo hermoso nos cuesta la vida”, le coreaba el estadio completo a Silvio.
“¿Para qué los ojos, cuando los oídos reciben toda la información que se debe procesar? ¿Para qué millones de luces elaboradas y fuegos artificiales que podrían desconcentrar al receptor del mensaje original? ¿Para qué tanto despliegue espectacular cuando la música dice todo lo que se necesita saber?“, redactó el periodista al describir las emociones del espectáculo.
Esa noche, Costa Rica vivió también uno de los momentos musicales que han marcado la historia del arte nacional: el regreso del grupo Malpaís a los escenarios. La banda había dejado de tocar dos años antes, luego de la muerte de su líder, Fidel Gamboa.
Sin embargo, ante la invitación de ser parte del concierto de Silvio, los músicos y amigos de Fidel no pudieron negarse. Era, además, una especie de homenaje a Gamboa, quien hubiera querido que ellos siguieran tocando.
Spotlight, sección de Nacion.com, tiene toda la información veraz y confirmada sobre los conciertos en Costa Rica. Síganos en Instagram y TikTok.
Miles de fanáticos de la música del trovador cubano Silvio Rodríguez se dieron cita en el estadio Ricardo Saprissa para verlo en directo. (Archivo/Abelardo Fonseca) |
En el concierto que dio Silvio Rodríguez en Costa Rica no faltaron las manifestaciones ideológicas por parte del público. (Archivo/Abelardo Fonseca) |
En las afueras del estadio Ricardo Saprissa y previo al concierto de Silvio Rodríguez, se vendían camisetas y artículos del recuerdo del cubano. |
"Siete Días con el Pueblo": 50 años de música, compromiso y resistencia
Este evento histórico de la Nueva Canción en República Dominicana reunió, en 1974, a destacadas figuras del canto internacional y dominicano
Santo Domingo - nov. 25, 2024 | 09:03 a. m.| 4 min de lectura
El cantautor dominicano Ramón Leonardo junto a Expresión Joven en "Siete Días con el Pueblo". (ARCHIVO LISTÍN DIARIO) |
Hoy se celebra el 50 aniversario del Primer Encuentro Internacional de la Nueva Canción, titulado "Siete Días con el Pueblo", llevado a cabo del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 1974.
Este histórico evento se realizó en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo y tuvo actividades paralelas en Casa de Teatro, Santiago y San Pedro de Macorís.
Organizado por la Central General de Trabajadores (CGT), en un contexto político marcado por la represión del gobierno de Joaquín Balaguer, esta iniciativa reunió por primera vez en el país a grandes figuras del canto internacional.
Su impacto fue profundo, no solo en el público, también en una generación de artistas locales comprometidos con causas sociales.
Entre los artistas internacionales que participaron destacan:
la argentina Mercedes Sosa y su compatriota Bernardo Palombo; los puertorriqueños Danny Rivera, Antonio Cabán Vale (El Topo), Lucecita Benítez y Estrella Artau; los cubanos Silvio Rodríguez y Noel Nicola; los españoles Víctor Manuel, Ana Belén y Francesc Pi de la Serra; el grupo venezolano Los Guaraguao; el mexicano Guadalupe Trigo, y el uruguayo Roberto Darwin.
Por el lado local, tuvieron destacadas actuaciones Expresión Joven, Convite, Cuco Valoy y Los Virtuosos, Johnny Ventura y su Combo Show, Nueva Forma, Presencia Generación y Alta Voz.
El laureado cantautor cubano Silvio Rodríguez, presente en el festival. |
Orígenes del evento
La idea inicial provino de Enrique de León, dirigente de la CGT, quien había asistido en París al concierto "Un día para el pueblo". Inspirado por esa experiencia, propuso realizar un evento similar en Santo Domingo, cuyo objetivo sería recaudar fondos para financiar los trabajos de la central sindical.
La CGT, liderada por Francisco Antonio Santos, Nélsida Marmolejos, Julio de Peña Valdez y Ramón Paulino, asumió la organización del evento con el apoyo de artistas y gestores culturales, como Rafael (Cholo) Brenes, empresario artístico y manejador de Expresión Joven, quien asumió la dirección artística del evento junto a los grupos Nueva Forma, Convite y Expresión Joven.
La agrupación Nueva Forma, integrada por Víctor Víctor, Sonia Silvestre, Claudio Cohén, Luis Tomás Oviedo, Fran Canelo, Ismael Guante, Sixto Reynoso, René Merette y Víctor Cruz. |
El primer artista internacional contactado fue Danny Rivera, quien estaba en la República Dominicana al momento de recibir la propuesta. Rivera no solo aceptó de inmediato, sino que comenzó a sugerir otros artistas y contactos que podrían participar.
El Combo Show de Johnny Ventura en el festival. (ARCHIVO LISTÍN DIARIO) |
Aliados clave
Figuras y organizaciones locales se unieron para hacer realidad el evento, entre ellas: Freddy Ginebra y Ana María Acevedo de Casa de Teatro; Arístides Febles y Tácito Perdomo de Serigrafía Dominicana, y Amalia Ramírez Báez, administradora de la agencia de viajes que financió los pasajes de los artistas internacionales.
Otros colaboradores destacados incluyeron a Orlando Martínez, Sonia Silvestre, Dagoberto Tejada, Víctor Víctor, Claudio Cohén, Tommy García, Ramón Leonardo, Chico González, Luis Días, Horacio Lamadrid, y figuras de la talla de Pedro Mir, Rafael Herrera, Ramón Oviedo, o Félix Servio Ducoudray, entre otros.
Impacto cultural y legado
El encuentro "Siete Días con el Pueblo" marcó un antes y un después en la historia cultural dominicana, consolidando la conexión entre artistas internacionales y la sociedad dominicana. Muchos de ellos regresaron años más tarde al país, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva y en el desarrollo de la música de contenido social.
«Es muy raro tener deseos de hablar y darse cuenta de que no tienes a quien llamar»
El legendario cantautor cubano publicó el pasado verano su último trabajo, 'Quería saber'. Kaloian Santos
Silvio Rodríguez | Cantautor
El trovador cubano publica su vigésimo segundo álbum de estudio tras más de 50 años de carrera
Jueves, 7 de noviembre 2024, 00:24 | Actualizado 07:54h.
Silvio Rodríguez, la voz más representativa de la Nueva Trova cubana, cumplirá 78 años el próximo 29 de noviembre. Su último trabajo, 'Quería saber' (Ojalá, 2024), llegó a las plataformas digitales el pasado mes de junio. Tras unos intensos meses en el estudio, el creador de himnos como 'Ojalá', 'Rabo de nube', 'Óleo de mujer con sombrero', 'Quién fuera', 'La maza', 'Canción del elegido', 'Unicornio' y 'Te doy una canción', vuelve con el que hace el vigésimo álbum de estudio de una carrera de más de medio siglo.
- Han pasado tres años desde su anterior disco con el grupo Diákara. ¿Cómo ha sido el proceso de grabación?
- He dado a conocer mis canciones al revés de como las empresas comerciales de la música suelen hacer. Es decir, en vez de hacer el disco y después salir a defenderlo, me acostumbré a exponer primero las canciones en conciertos y cuando ya las he considerado maduradas, entonces es que voy con ellas al estudio.
- El disco se abre con 'América', una extensa composición donde le acompañan 15 músicos. En su letra se niega a seguir «los cantos de sirena» de América. ¿Es una metáfora sobre el supuesto paraíso estadounidense?
- La heroína del tema era una chica bellísima y por supuesto muy codiciada de mi antiguo barrio llamada América. Esa coincidencia posibilita que la canción tenga varias lecturas. Por otra parte, siempre admiré la curiosidad casi suicida de Odiseo, cuando ordena que lo aten al mástil y que ignoren sus reacciones ante los cantos de las sirenas.
- En otras canciones opta por un formato más íntimo y familiar. Como en 'La cuota diaria' junto a su mujer, Niurka González (piccolo, flauta, flauta en sol, clarinete y clarinete bajo), o en 'Nuestro después', junto a su hija Malva a la voz (de 21 años, pianista de brillante futuro). ¿Cómo decide cuál es el formato adecuado para cada canción?
- Generalmente las estructuras de las piezas suelen proponerme sus sonoridades. A veces sé cómo van a sonar desde que comienzo a escribirlas. Por otra parte, siempre me ha gustado explorar opciones.
Fin de una generación
«Me estoy quedando sin viejos amigos, gente que descubrió el mundo a la vez que uno»
- Usted 'quería saber' (canción que da título al disco) qué hay más allá de la línea del horizonte. ¿Sabe ya si es grumete, marinero, timonel o pescador?
- Creo que estoy entre grumete y aprendiz de pescador.
- En ocasiones ha afirmado que el son es la auténtica esencia de la música cubana. 'Se va el danzón cuando del monte baja un son' es la letra final de una de las canciones, finalizada con este ritmo. ¿Es un homenaje necesario?
- Ese asunto es un tema recurrente de nuestra cultura musical. El danzón es considerado en Cuba como el baile nacional. En cierto momento de su desarrollo, hubo la tendencia de terminar los danzones, que son piezas para bailar con elegancia, con un montuno de son, que suelen ser formas más movidas y permiten un poco de más libertad a la pareja. Son cosas que los cubanos, sobre todo los viejos, entendemos muy bien.
- El disco se cierra con 'Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena', otra composición extensa con el grupo al completo. ¿Qué hace aquí una creación de los primeros años 70?
- Ese tema nunca estuvo en un disco y, además, son los versos de Rubén Martínez Villena, gran poeta cubano que murió de tuberculosis a los 36 años, dedicando sus últimas fuerzas a organizar una huelga que ayudó a deponer a un gobierno tiránico.
- El libro de Patricia Ballote 'La Habana, día de un año', recrea el concierto germinal de la nueva trova, casi olvidado: un lunes de 1968 en el escenario de La Casa de las Américas. Usted tenía entonces 21 años. ¿Qué recuerdo le ha quedado?
- Siempre quise que quedara algún testimonio de cómo empezó la colaboración de aquel grupo de trovadores que después fue identificado como una corriente dentro de la cancionística cubana. No recuerdo si a fines de 2016 o a principios de 2017 hablé en 'Ojalá' sobre la idea de hacer el libro, para que saliera en 2018, cuando se cumplieran 50 años de aquel primer concierto. Entonces Patricia trabajaba con nosotros y se brindó a hacerlo y lo aprobé. Y ahí lo tenemos.
- En los últimos años han fallecido muchos de sus compañeros de generación: Luis Eduardo Aute (2020), Vicente Feliú (2021), Pablo Milanés (2022), Martín Rojas (2023)… ¿Qué sentimiento le produce esta situación?
- También Noel Nicola y Eduardo Ramos, y escritores como Guillermo Rodríguez Rivera, Jesús Díaz, Antonio Conte y muchos otros de mi generación que se nos fueron… Es raro irse quedando sin viejos amigos, gente que estaba descubriendo el mundo a la vez que uno. Es muy raro tener deseos de hablar de cosas y darse cuenta de que no tienes a quien llamar… Supongo que 'es la Ley', como diría Luis Rogelio Nogueras, el mejor poeta de mi generación, que se nos fue con solo 40 años.
- ¿Cuida su voz de alguna manera especial para que suene igual de bien que siempre a sus 77 años?
- Sinceramente, no me parece que mi voz haya sonado bien alguna vez. Y ahora, a mis casi 78, ¿qué decirle?... Espero que no sean sus oídos los que necesiten de cuidado.
Forma de cantar
«No creo que mi voz haya sonado bien nunca y, ahora, a mis casi 78 años, ¿qué decirle?»
- Ha sido visitante habitual de los escenarios vascos desde hace casi 50 años. ¿Algunas de sus visitas a Bilbao, San Sebastián, Pamplona, Portugalete… le han dejado algún recuerdo especial?
- Me han pasado cosas muy hermosas e interesantes en el País Vasco. Allí he sentido siempre mucha solidaridad con Cuba. Eso, por supuesto, es inolvidable y produce una especie de armadura interna indestructible. En Euskadi también he tenido amigos extraordinarios, como el cineasta Antxon Ezeiza o Mikel Laboa. Son muchas cosas y, hasta hoy, todas buenas.
- En 2009 Pablo Milanés cantó en euskera en un disco del trikitilari Kepa Junkera. Usted lo hizo en 2023 en la canción 'Nostalgia', invitado por el bertsolari y cantante Jon Maia. ¿Qué es lo primero que pensó al recibir la invitación?
- Lo primero que pensé fue que la canción era bellísima. Confieso que eso fue lo que me conquistó. Muy obvio que los autores son excelentes artistas. Como decía un amigo: 'El que pida más es un goloso'.
Situación en Cuba
«El bloqueo que desde hace más de 60 años impone EE UU nos ha hecho muchísimo daño»
- ¿Es cierta la anécdota reciente de que le habían sorprendido fotografiando en La Habana una ambulancia del Servicio Vasco de Salud donada por el Gobierno autonómico?
- Sí, yo estaba con un familiar en un cuerpo de guardia y, de pronto, veo que llega una ambulancia con un letrero que decía que era una donación del pueblo vasco. Maravillado, le hice una foto a la parte donde estaba el letrero. Un enfermero me preguntó por qué la foto y le expliqué.
- En los últimos años ha llevado a cabo en Cuba giras muy especiales, como la de las prisiones (2008) o la más reciente Gira por los Barrios (más de cien conciertos). ¿Tiene en mente más proyectos de este tipo?
- Estuvimos algo más de 10 años haciendo conciertos barriales, no sólo en La Habana o en Cuba, lo hicimos también en otros países, pero la pandemia nos detuvo. Después empezaron a aparecer problemas económicos, que si el combustible, que si el servicio eléctrico... Ojalá más adelante podamos retomarlo, o que otros sigan el camino.
- Una pregunta obligada para alguien que siempre ha hablado de la necesidad de cambios: ¿Cómo ve Cuba en un futuro inmediato? ¿Qué se podría cambiar para mejorar la complicada situación del pueblo cubano?
- Estoy convencido de que el bloqueo que desde hace más de 60 años imponen los gobiernos norteamericanos contra Cuba nos ha hecho muchísimo daño. El colmo de la crueldad fue incluirnos entre los países patrocinadores del terrorismo. Todo el mundo sabe que eso es falso. El mismo gobierno norteamericano lo ha reconocido. Pero es una sanción que sigue ahí y que seguimos pagando con limitaciones bancarias, portuarias, con menos inversiones y turismo, con todo. En definitiva, como ellos siempre han dicho, el bloqueo es para que el pueblo cubano se canse de sufrir y se vire contra su gobierno.
Biografías de Silvio
Silvio memoria trovada de una revolución en PDF(1994)
https://mega.nz/file/KA1l1RaD#e9iCu7VXICY8evXjWzk97mL4M9_f8PSo8UYBUSCnCPU
Silvio memoria trovadas de una revolución en txt
https://mega.nz/file/3V0lEKLZ#SmKCxWOG-gv3nh5dLm_98qe1ia4BaYry_7BOMjSxHy4
El elegido(2001).
https://mega.nz/file/3QUGQLyB#iDlq3_C387BjPdlmgqKMZsUAy4UK_iQiLUehFsNn4LA
Trova a un trovador (2004)
https://mega.nz/file/PZ8wXbib#J_JAk0q_ZJi1-Z5E3tW_gX_jiF60jTYEktD63ZIbT_E
Silvio aprendiz de brujo(2010).
https://mega.nz/file/XQVEDLAD#Nm4gHQvfRbd2fFj3urM78WpSWHpq1fZPoF8ur3TBDH