martes, diciembre 12, 2017

Entrevistas con Vicente Feliu.

El trovador cubano Vicente Feliú se presenta en El Aserradero
"Somos la resistencia perpetua"
Fundador del movimiento Nueva Trova Cubana, el compositor regresará a la ciudad con un repertorio en el que incluye nuevas canciones y otras rescatadas del pasado. Todas unificadas por un mismo fin: el de alzar la voz ante las injusticias.
Por Edgardo Perez Castillo
A fines de los años 60, Vicente Feliú comenzaba a transitar su camino como trovador con la conciencia clara sobre la importancia del rol asumido. "Cuando la sal de la tierra y los huesos se funden en huecos,/ no falta nunca un poeta que cante a los muertos./ Cuando el pedal de la historia y los ríos destruyen lo viejo/ no falta nunca un poeta que cante a lo nuevo", escribió en "Aunque el momento requiera poesía", una de las obras con las que pronto desembarcaría en el movimiento de Nueva Trova Cubana que fundó junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, entre otros. Una obra que incluyó en uno de sus últimos discos: Las flores buenas de Javier Heraud, obra compartida con Miryam Quiñones y dedicada al poeta y guerrillero peruano asesinado en 1963. Porque pasado y presente se funden en la voz del trovador que, a poco de cumplir sus 70 años, sigue apostando a la poesía como una herramienta para contar nuestros días, rescatando además voces necesarias de otros tiempos. Todo ello confluirá en el concierto que esta noche (a las 21.30) Feliú ofrecerá en El Aserradero (Montevideo 1518), donde sumará la compañía de Fernando Montalbano.
Vicente Feliú junto al rosarino Fernando Montalbano,
 que lo acompañará en escena.Imagen: Alberto Gentilcore
"Teníamos ganas de cantar juntos con Fernando, y no lo hemos logrado más que en alguna canción. Vamos a suplir esa deuda pendiente", dirá entonces Feliú en relación al concierto compartido con el músico rosarino, que aporta: "Vicente es mi hermano mayor en la canción. Uno sigue sus andanzas, sus aventuras. La idea es que él haga un bonito recital y yo cante alguna canción". "Algunas canciones", pluraliza el cubano en la redacción de Rosario/12, y anticipa: "Seguramente haremos también algunas canciones de autores que nos gustan a los dos, de Serrat, de Silvio. Por mi parte cantaré canciones que han sido escuchadas acá en Rosario durante muchos años, algunas canciones nuevas y otras tan viejas que no he cantado, canciones de los años 70 que he ido rescatando".

- El trovador tiene una doble responsabilidad: por un lado, ser la voz que permita que perduren en el tiempo músicas que pertenecen a la tradición oral, sosteniéndolas vivas. Y, por otra parte, un rol sustancial que es el de hablar de su tiempo, del presente.

- Sí, en este caso hay un par de canciones que no son nuevas, pero que he estado cantando y que siento que hay gente que las descubre, como "El último adiós", que nació en el año 99 por los desaparecidos de Argentina, después de tres tandas de encuentros con Víctor Heredia, y que ahora quiero dedicar a Santiago Maldonado. Y una canción a una compañera internacionalista portorriqueña, Ana Belén Montes, que siempre les decía a los presidentes americanos que Cuba nunca fue un problema para su seguridad nacional. Ella está presa, entonces le voy a dedicar la canción a ella y a Milagro Sala, que está en una situación similar: presa injustamente por delitos que no ha cometido. Son cosas que están en el tapete, están al día.

- "El último adiós" va a cumplir veinte años y sostiene vigencia. Una canción como "Apuntes para una canción al pueblo" (de 1971) también sigue vigente. Por un lado, y con justicia, puede elogiarse la vigencia de una obra, pero a la vez puede considerarse una cuenta pendiente de la sociedad. ¿Qué siente cuando descubre la vigencia de algunas de sus composiciones?

- A veces me duele. Hay canciones muy generales, pero cuando hay canciones tan específicas, urgentes, cuando se mantienen vigentes se sufre. Porque el problema está, no se acaba de resolver. Entonces la felicidad va a ser siempre una cosa muy controvertida, ¿por qué eres feliz? ¿por qué no lo eres? Hay cosas que uno quisiera cambiar, y cuando no cambian y se mantienen vigentes... resisto. No puedo hacer más que cantar.

- Sin despegarse de sus raíces, de su origen, los trovadores cubanos se convirtieron en ciudadanos de Latinoamérica. ¿Qué percibe en sus recorridos por los distintos países del continente, que evidenciaron un regreso fuerte al liberalismo, con gobiernos muy alejados de lo popular?

- Que hay que seguir. Creo que somos la resistencia perpetua. Parece ser que el mundo no va a mejorar nunca, entonces tenemos que seguir intentando tratar de ser mejores. Es lo único que nos queda.

- Junto a Teresa Parodi apadrina el encuentro Mujer Trova en el Espacio Cultural Nuestros Hijos de Buenos Aires; Fernando recién lo consideraba como un hermano mayor y es habitual que comparta proyectos con músicos de generaciones menores. ¿Siente que hay nuevas generaciones de trovadores que puedan sostener esa resistencia que menciona?

- Sí, estoy totalmente convencido. Sobre todo por el hecho de que haya surgido un espacio donde se puedan encontrar las mujeres cantores de Argentina, que aparecen cada vez más, sobre todo gente joven. No hay manera de evitar que surjan cantores, trovadores, y que vengan con la misma impronta de los grandes, de Atahualpa, de Violeta, Larralde, Chico Buarque, Jobim... Cada cual tendrá sus propios elementos e influencias, su propios tiempos y gustos, pero el espíritu será el mismo.
equeña serenata diurna para chivos expiatorios.

"Nuestra canción es nuevamente necesaria"

El cantautor cubano, que pertenece a la legendaria nueva trova, regresa hoy a Rosario con todos sus clásicos y temas para estrenar.


A punto de cumplir 70 años, Feliú sigue de gira por el mundo,
coordinando un proyecto colectivo de autores.
A punto de cumplir 70 años y con un largo camino recorrido tanto en lo artístico como en la defensa de los postulados de la revolución, el cubano Vicente Feliú regresa Rosario para compartir sus canciones esta noche, desde las 21.30, en El Aserradero, Montevideo 1518. "Vengo a compartir algunas canciones conocidas, otras nuevas y otras que he ido rescatando y son tan viejas que se convierten en nuevas", dijo sobre la actuación de hoy, en la que participará como invitado especial el cantautor rosarino Fernando Montalbano.

"Ahora hay muchas más posibilidades de grabar gracias a las tecnologías nuevas. Con buenos micrófonos y un lugar sin ruido se puede grabar prácticamente en tu casa", aseguró entusiasmado cuando se le preguntó por las condiciones que hoy tiene la isla para los músicos. "Lo que no hay es un circuito de distribución, los discos los vendemos en los conciertos. Igual, con esto de Internet, ahora hacés una canción y al rato ya está en la web", agregó. Fundador de la Nueva Trova Cubana junto a artistas reconocidos mundialmente como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, Feliú sigue recorriendo el continente, coordinando un proyecto colectivo de compositores denominado "Canto de todos".

—¿Cuál es la realidad de la llamada en su momento Nueva Trova Cubana, en un tiempo en que el mundo ha cambiado tanto?

—Yo creo que el mundo está haciendo cambios tan tremendos ahora como cuando nosotros surgimos, por eso esta canción empieza a ser nuevamente necesaria y buscada. Y hay muchos trovadores actualmente en Cuba, de todas las edades y en todo el país. Actualmente tienen una impronta más rítmica, tirando hacia vertientes como el son cubano.

—¿La actual trova fusiona el ritmo de la Vieja Trova con las letras de la Nueva Trova?

—Sí. Además está vinculada con el rock y con los ritmos del Caribe, con letras profundas o algunas muy simpáticas y humorísticas, que mantienen la esencia de la canción testimonial, crítica, pero con una impronta muy actual.

—¿Y qué quedó en lo organizativo de aquello que forjaron ustedes?

—Felizmente se desintegró. Nosotros fundamos la Trova para defendernos de la burocracia, de todas las historias jodidas que había por aquellos años. La Nueva Trova además fue una orientación de las altas esferas de la revolución. Ya cuando nuestra generación creció no hizo falta la organización como tal. Lo que sí tenemos ahora es un vínculo más entrañable, casi de sangre.

—Es que ese vínculo entre algunos, como en tu caso con Silvio Rodríguez, venía desde antes...

—Desde antes de todo, de la infancia, de los 14 años, cuando no existía la guitarra y cantábamos canciones de Los 5 Latinos, que era lo que se escuchaba en esa época. Vivíamos a 10 cuadras y la secundaria nos quedaba en el medio. Entonces nos íbamos de una tía mía que vivía por allí y machacábamos el piano. Luego Silvio se fue al servicio militar y allí aprendió a tocar la guitarra, y yo también en la misma época, de pura casualidad. Así que cuando nos volvimos a juntar, ambos habíamos empezado a componer algunas cosas.

—Hoy, cuando se vuelven a encontrar, ¿qué les pasa? ¿Tienen algunas diferencias?

—Silvio por suerte y por talento es el que más reconocimiento ha tenido a nivel mundial, y reconocimiento económico también. El lo ha utilizado en extraordinaria medida para apoyar proyectos culturales y no culturales, aunque a él no le gusta que lo contemos. Tiene dinero pero no vive con ostentación, vive como una persona común y corriente, que sigue trabajando mucho.

—Y en tu caso, ¿cómo sigue esta historia?

—Mientras me dé la cuerda voy a seguir haciendo lo que creo que debo hacer. Sé, sin modestia falsa, que el trabajo que hago es seguido por nuevas generaciones, que es con las personas que hay que trabajar. Hay que hacerles saber a los jóvenes que son parte de un gremio universal, sobre todo latinoamericano, con ese concepto de la unidad tan bolivariano, tan martiano, tan atahualpiano. Es un concepto en el que yo insisto, porque tenemos la misma raíz y la misma lucha.

GUERRERO MUSICAL Y REPRESENTANTE DE LA NUEVA TROVA CUBANA
Vicente Feliú: “Cuando asesinaron al Ché, mataron a un hombre pero parieron a un símbolo que no hay dios que lo mate”

“ A mí la militancia me llegó como crecer. Yo tengo once años cuando el triunfo de la Revolución y veo a mi familia yendo al trabajo voluntario, fundando los comités de Defensa… yo soy fundador del CDR con doce años”
PABLO ALÍAS BARRERA 09/10/2017

Vicente Feliú nos recibe en su habitación de hotel en Sevilla a raíz de la presentación de su colección de textos Créeme, la republicación de su obra musical Guevarianas, y su participación en el poemario Veinte Poemas de Amor y una Canción Esperada, todas ellas obras editadas por la Editorial Atrapasueños. Feliú, que interpretó algunos temas en la Fiesta del Partido Comunista de España el pasado 1 de octubre en Madrid, es uno de los principales representantes de la Nueva Trova cubana, género nacido en los años '60 de corte reivindicativo y de gran excepcionalidad musical, que parió otros autores como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

En la entrevista le preguntamos sobre su vida como músico comprometido y sus orígenes, sobre la reedición de sus obras y sobre algunos aspectos de la política latinoamericana de reciente actualidad. Vicente Feliú tiene prevista una gira de actuaciones por la Península, coincidiendo con el 50 aniversario del asesinato del Ché Guevara.

Aquí tienen a un músico histórico, que trabajó en conflictos poniendo su guitarra, sus manos y su inteligencia, y que a pesar de ello, o gracias a ello, conserva fresca la familiaridad al hablar de su familia, sus compañeros y compañeras y su obra.


P. Has venido a España a republicar el disco Guevarianas ahora que en 2017 se cumplen los 50 años de aniversario del asesinato del Ché Guevara, y que presentaste el primer domingo de octubre en Madrid, en la Fiesta del Partido Comunista de España. ¿Qué tal fue la fiesta, el encuentro con los camaradas?
V. Fue hermoso. Yo no sé si ésta es la primera vez que asisto a esa Fiesta del Partido aquí en Madrid. Pero bueno, por lo menos participé en tres actividades. Una de ellas como escuchante, al final del concierto de Lucía Sócam. Agarramos el final, Hasta Siempre Comandante. Esa no es una canción de comienzo (risas). Es muy agradable escuchar a Lucía, una guerrera del canto tremenda. Participé en otras dos actividades, en la presentación del libro 20 Poemas de Amor y Una Canción Necesaria, la Canción Necesaria es la letra de una canción mía, la primera que compuse al Ché, en el año 68. Ahí alguno de los participantes leyeron algunos poemas y yo tuve la suerte de que Joaquín, el editor de Atrapasueños, me pidiera que leyera el poema del Ché que encabeza el libro. Al poco rato canté en dos tandas y muy bien, qué te voy a decir. Había gente del Partido, pero había gente de todas partes, gente que pasó, gente que sabía que yo iba a cantar, gente amiga, muy amiga, y la pasé como casi siempre lo paso aquí en territorio español.

P. El otro trabajo que presentaste es Créeme, que es una antología de textos.
V. Es casi, casi las obras completas. No es completa porque todavía estoy vivo y otros no están ahí porque no me parece que fueran tan importantes, pero hay más de cien textos y un montón de fotos. Esta es una reedición ampliada, la edición cubana es de hace nueve años y esta es ampliada en algunas canciones que no se por qué no fueron en el primero, otras que escribí después y otras que no incluí porque ni las encontré. Hay algunas fotos de estos últimos ocho años y algunas otras opiniones, un prólogo de Silvio Rodríguez y otro prólogo de Guillermo Rodríguez Rivera. Un lujo, de un hermanazo que murió hace relativamente poco. Es una edición preciosa, hecha con amor. Y con el disco, que va dentro, creo que tiene plena vigencia a pesar de tener veinte años.

P. Sí, es del 97.
V. Sí, exactamente. Lo encabeza una canción que se llama Ché: 30, o sea treinta aniversario para mi del nacimiento de un símbolo, porque mataron a un hombre, parieron un símbolo que no hay dios que lo mate.

P. Decía Amaury que tu obra es toda ella un tratado de ética revolucionaria. Además de eso tú participaste en la Revolución desde joven. Mi pregunta es: ¿cómo nace ese nexo entre la música y la Revolución? No te pregunto cuándo, sino cómo.
V. A ver, yo provengo de una familia revolucionaria desde muchísimo antes de nacer, Mi abuelo, catalán, y mi bisabuela, aragonesa, participaron apoyando a las tropas insurrectas cubanas contra el régimen español. Mi bisabuela de hecho fue muy amiga de un patriota poeta, cubano, Bonifacio Birnes, cuyos versos sobre la bandera dijo Camilo Cienfuegos en el último discurso antes de morir. Otra parte de mi familia estuvo vinculada a los sucesos del año '35, una especie de movimiento 26 de Julio previo al de Fidel en el cual Fidel se inspiró, se llamó la Joven Cuba. Carlos Aponte, venezolano que había combatido con Sandino en la Segovia, murió combatiendo con el revólver de mi abuelo, en casa de quien estaba escondido antes de irse al combate donde muere. Eso es parte de mi familia, ¿entiendes? A mí la Revolución me llegó normal, yo tengo once años cuando el triunfo de la Revolución y veo a mi familia yendo al trabajo voluntario, fundando los comités de Defensa… yo soy fundador del CDR con doce años y mi primera guardia la hice con una ametralladora Thompson como la de Al Capone, con muescas en la culata que eran de mi tío. Participé de una manera breve en la campaña de alfabetización con trece años, a los catorce participé de actividades fuera de mi entorno en las primera recolecciones de café en las montañas orientales que además llevaban el seguimiento de las campañas de alfabetización. Ahí me agarró la Crisis de Octubre, en Sierra Maestra, ahí cumplí quince años. En mi familia había muchos músicos, con los años me he podido encontrar con un descendiente de mi bisabuela compositor y piano. Cuando descubrí la guitarra de mi padre, que hacía canciones también, muy bonitas, en plena adolescencia la agarré y toqué una canción suya, muy mal supongo, pero toqué una del viejo. Y la segunda fue una cosa espantosa, pero mía, que feliz y conscientemente olvidé. Ya en la segunda mitad del '64 me reencuentro con Silvio, me llama por teléfono al salir del servicio militar, y me dice "te tengo una sorpresa", "yo también", "ven pa acá", y era que los dos tocábamos la guitarra.

P. Tu generación fue la que se ocupó de construir un país con una ideología socialista, y Silvio y tú lo hicisteis desde la perspectiva de la militancia, pero luego desde la militancia musical.
V. A mí la militancia me llegó como crecer. Era mi generación, te estaba pidiendo engancharte. Y precisamente ahí nos conocimos, en la Asociación de Jóvenes Rebeldes.

P. Silvio trabajaba de dibujante.
V. Claro, y ahí empezábamos una amistad de asambleas, y mantuvimos la amistad. Por el camino fue apareciendo la guitarra.

P. De hecho, en la canción Créeme Silvio llegó a poner doble voz.
V. Sí, en el disco Créeme sí. En el disco Guevarianas la voz la pone Aurora de los Santos, mi hija, que canta muy bien. El disco es de hace veinte años, el disco tenía entonces catorce años.

P. Y es la cinta original, claro.
V. Sí, sí, el disco es el original de hace veinte años. Exactamente, ahí participa un grupo de amigos: Lázaro García, Carlitos Lage (que está aquí viviendo en Barcelona), Karel García, Paula Ferrer, una trovadora argentina, Sara Losada… y Aurorita. Y todos cantan al final en la canción Donde Habita el Corazón.

P. Quiero preguntarte por un tema algo más espinoso: la institucionalización musical. La Nueva Trova, cuando comenzó a desarrollarse como corriente, se institucionalizó. Yo he leído esa palabra, pero… yo como crecido en el siglo XXI no entiendo la institucionalización de la música (risas). Te he visto cantar en cárceles, minas… y quería saber cómo confluye eso.
V. (Risas) No, no, déjame explicarte eso. A ver, en un momento determinado la burocracia nos estaba tratando de ahogar, porque nosotros éramos críticos, medio hippis, pelúos, herejes, y decíamos sin preguntarnos mucho lo que pensábamos. La mayoría de las veces teníamos razón. Y la burocracia empezó a atacarnos, la dirección de la Revolución (no del país) dijo: Reúnanlos, le dijo a la Unión de Jóvenes Comunistas, y que ellos decidan qué quieren hacer. Es una prueba de fe del carajo, que ellos decidan. Eso lo dijo no sé quién, pero alguien muy, muy, muy encima de la dirección. Ahí lo que hicimos fue reunirnos, pensando la gente que íbamos a pedir guitarras, y lo que más hicimos fue hablar de los problemas de Cuba, de la política, la sociedad y la cultura. No pedimos nada, sólo trabajar. Decidimos nosotros mismos organizarnos para ver de qué manera podíamos hacer ese trabajo que ya existía y sobre todo rastrear los trovadores que quedaran en el país. Y creamos una organización, a semejanza de la Unión de Jóvenes Comunistas y los Comités de Defensa. La idea era organizarnos y al final desaparecer, cuando todos los planteamientos culturales y políticos fuertes fueran asumidos, cuando la punta de lanza que éramos nosotros no hiciera falta. La Nueva Trova era dos cosas: un movimiento artístico que generaba un fenómeno cultural alrededor; es decir, un trovador, ahí está su obra, pero tiene ochenta que lo escuchan y lo cantan. Pero no había quien organizara eso, nos sobrepasaba cualquier tipo de posibilidad. Entonces nosotros lo adaptamos, nos dimos cuenta como a los cinco o seis años y teníamos que deslindarnos, ya no tenía sentido, estábamos en una edad en la que la UJC… ya nada que ver. Y creamos una cosa que debiera llamarse la Asociación de Trovadores de Cuba, ligada a lo oficial, no afiliada a lo político sino a la sociedad civil. Era absurdo que no siguiéramos con la unidad, pero eso no se dio, no se le hizo el swing que necesitaba.

P. Culturalmente hablando, ¿la Nueva Trova es un cambio estético? ¿Consigue llegar a ese cambio estético-cultural?
V. Nosotros nos organizamos en el año '73 y hasta buena parte de los '80 surgieron no solamente muchísimos más trovadores, sino que además la música bailable cubana, aparte de nutrirse de canciones de muchísima gente de la Nueva Trova, cambió la manera de hacer las letras. La gente de la Escuela de Cuba no paró jamás, ni aún en el Período Especial más crudo, la gente tocaba el piano sin martillo, las guitarras sin alguna cuerda, en esos años puñeteros jamás cerró una escuela de música de Cuba. Aparte de todo eso la estética de las letras fue sembrando en muchos compositores de música. De hecho salieron muchos trovadores con un espíritu muy salsero, lo cual es un vacilón, en Brasil todo el mundo los baila, nosotros éramos más trancados. Todo eso fue ocurriendo y qué bueno que fue ocurriendo.

P. Y a todo esto, te he visto en muchas entrevistas televisadas contar lo que supuso Fidel para la Nueva Trova.
V. Para la Nueva Trova no, para el cubano. Fidel sabía quién era cada uno de los trovadores fundamentales. Fidel es Fidel, qué te voy a decir. Yo dije una vez delante de él, y él así, así medio riéndose, porque salí a cantar delante de él en un evento de educadores, me temblaban las barbas, y entonces dije "estoy muy nervioso porque es muy difícil cantar delante de quien me enseñó a pensar". Él me miró e hizo así… muerto de risa. Él era… no le pidieras que entonara el himno nacional, pero él sentía, era muy capaz de aprehender unos versos.

P. La verdad es que Fidel ha sido en términos de criterio como un padre para muchos de nosotros. Vamos a venirnos más a hoy en día. En el prólogo Silvio dice que tu obra es existencialista. ¿Te ves así? El existencialismo, incluso el humanista, desde el marxismo ha sido muchas tachado incluso directamente de contrarrevolucionario. Para serte sincero, más que existencialista, y tal vez se deba a la generación en la que vivo, en la que la izquierda ya no tiene la URSS, yo te veo más melancólico que existencialista. Melancólico no de una época, sino de una cierta forma de ver y hacer.
V. En el entorno en que lo dice Silvio, como habla en el prólogo de Créeme, dice que soy un hombre de acción, que me salen canciones épicas y líricas, siempre con un viento épico rondando. Tan es así que en una canción que parece de cuna, se llama Entró Pidiendo Permiso, la primera canción que yo compuse a Aurora, un verso dice "andando el tiempo se fue / acostumbrando a mi abrigo / y al cabo ha ocurrido que se ha acuartelado conmigo". Estoy hablando de un cuartel como para defendernos. O la misma canción Créeme… soy épico. Lo dice Silvio, lo dice Guillermo… en ese sentido debe decir Silvio que soy existencialista.

P. Precisamente por eso decía que en el panorama actual, tanto lo que veo en España como lo que desde España veo en Latinoamérica y Centroamérica, que es como ese extrañamiento de las formas de lo que tradicionalmente nosotros entendíamos por la Política en mayúsculas. Esto conecta con la siguiente parte, que es la situación política, ideológicamente hablando, de Latinoamérica. ¿Cuba como se desenvuelve? A eso me refería con esa melancolía de tus letras, a que esa epicidad, es más un deseo que… lo que hay en la calle.
V. Yo sigo siendo épico, no me cabe otra. ¿Y qué pasa? La épica también tiene una mística, que vi toda mi historia, y de haber visto en trabajos voluntarios a Ché Guevara y otras personas, de haber vivido esos años iniciales… e iniciáticos de la Revolución. Yo creo que esa mística sí anda perdida, y no obstante con toda la mierda que hay en este planeta por convertir a los países en empresas y a los ciudadanos en esclavos… parece una película de ciencia ficción pero es lo que hay, la creación del Estado Islámico, la manutención de las maras, la creación de estos animales que están en Venezuela dándole candela a la gente… ¿qué cosa es eso? ¿qué oposición es esa? Todo esto, ¿qué es eso? Eso son los que sobran. Se te acaban las mejillas. Entonces, yo creo en esa épica, en esa mística, y creo que el mundo está al borde de un estallido. Ahora mismo, hoy por la tarde, Trump ataca Nicaragua también. Venezuela, ahora con Cuba, ¿cuántos frentes va a abrir para limpiar las cagadas internas de EEUU? ¿Hasta dónde vamos a permitir que eso ocurra? Y no me digan, no me hablen de tranquilidad y paz. Yo quiero paz. Pero los muertos tienen que ponerlos otros. No siempre podemos ser nosotros.

P. El año pasado se celebró en Caracas la Convención de Países No Alineados, y uno de los temas que menos se trataron fue precisamente afrontar de manera pragmática el enfrentamiento con Estados Unidos. Por las noticias de últimos días, ¿el gobierno cubano ha dado una respuesta en firme?
V. En firme sí, o sea, vayan a la mierda. Nosotros no vamos a enfrentarnos militarmente a los EEUU, porque además les vamos a ganar, ellos lo saben. Ha habido ataques en todos lados, pero cuando hay tres bolsas negras que les llegan se cagaron. Porque son cobardes. Lo que pasa es que el que invade no está dispuesto a morir. El que se defiende, el invadido, está dispuesto a morir.

P. ¿Cuánto tiempo estuviste combatiendo?
V. Yo no estuve combatiendo, estuve cantando en el frente de combate. La guitarra venía en el blindado, decían "coño, está Silvio Rodríguez aquí", "¿qué coño va a hacer Silvio Rodríguez aquí?". Hasta que no cantaba nadie creía que era Silvio. Estamos hablando del año '76.

P. ¿Qué es más difícil, luchar o construir?
V. Construir, construir es todos los días. Es el trabajo de hormiguita, incluso donde tienes compañeros con los que te has jugado la vida y no estáis de acuerdo y hay que conversar, no hay que pelearse. No hay una única opinión de cómo queremos que sea la sociedad cubana. Al principio estaba mucho más claro, porque era contra Batista. Era el asesino mayor, pero hay un cambio completamente diferente de generación, de política… Ahora con Trump las fuerzas más ortodoxas de Cuba, dentro de los revolucionarios cubanos se trancan.

P. Para terminar. Tu proyecto, Canto de Todos, ¿sigues en ello?
V. Sí, realmente es un proyecto que salió de la necesidad de las cosas que fui viendo a finales de los '90, encontrando a gente nueva. A finales de los '80 cuando se acabaron las dictaduras, los golpes militares… pero no se resolvió ningún problema. Aunque hubo un cierta apertura. Los viejos, las generaciones más luchadoras de los años '70, estaban un poco como que fuera de onda, y los nuevos estaban sin brújula, no eran conocidos. Como yo iba moviéndome, este me daba un disco, este otro, y como siempre hay una radio, esos casetes de entonces o esos cd's los fui llevando de radio en radio, haciendo una red. Todos debían tratar de encontrarse entre sí. Canto de Todos, como la canción de Violeta Parra: canto de todos / que es mi propio canto. Y ahí estan Atahualpa Yupanqui, ahí está Violeta Parra, pero no es latinoamericano sino iberoamericano. ¿Por qué? Porque España y Portugal son las más jodidas de Europa y son las madres patrias nuestras. España, con todos los países que significa España y Portugal con lo que es. Siempre la gente habla del colonialismo pero yo digo: sí el colonialismo fue terrible, pero nos dejó algo, un arma que no tiene Europa, nos dejó el idioma. Nosotros nos entendemos, carajo. Cuando dos trovadores se encuentran empiezan a conspirar. ¿Y dónde cantan los trovadores, en el Olympia de París?

P. En la primera esquina que encuentran.
V. Exactamente, son gente de pueblo, y eso es importante. El que no sabe escribir, te oye. Y escucha también a Goytisolo, a Alberti, a Celaya… hay gente en Cuba que no tenía tiempo de haber leído a los españoles y de pronto Serrat fue como qué, podían escuchar a Hernández y a Machado. Hasta qué punto el trovador es capaz de mover todo eso. La poesía o encuentra la música o no sirve como canción.

P. Te voy a decir una última frase, que atribuyen a Paco de Lucía, supongo que te sonará. Cuando le preguntaron si él era de izquierdas o derechas, él decía que no sabía de política, sólo de guitarra. Pero que en la guitarra la mano izquierda piensa… y la derecha ejecuta.
(Risas) Ah, eso es muy bueno, muy bueno.

No hay comentarios: