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lunes, junio 01, 2020

Las cartas que se escribieron Subcomandante Marcos y Joaquin Sabina

Carta del Subcomandante Marcos pidiendole a Joaquin Sabina que transforme su poema en una cancion18 de octubre de 1996.
De: Subcomandante Insurgente Marcos.
CCRI-CG del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Montañas del Sureste Mexicano, Chiapas.
México.
Don Sabina:

Yo sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele la muela y, según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas también, siguen siendo mexicanas. Entonces pensé yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarlo e invitarlo a echarse un "palomazo" con el Sup (a larga distancia, se entiende).
¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Que qué tiene que ver el dolor de muelas con el "palomazo"? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabés Sabina.

Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre (esa etapa, vos lo sabés Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca), conocí a un viejo que, sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles pero tan amables que eran, y son, las mujeres. "Mira muchacho" me dijo, "la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fijate que digo 'una mujer' y no 'cualquier mujer'. Y por 'una mujer', muchacho, me estoy refiriendo a una de 'única'. El problema está en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa 'una mujer' que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la 'una mujer' que estaba uno buscando." El viejo carraspeó y me confió: "Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho, esa mujer es la 'una mujer' que andabas buscando". Yo me quedé perplejo, pero como quiera tomé nota de la fórmula. A mí nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer. A mí se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara solo con el pensamiento. Respecto a las mujeres, yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa "una mujer" me encontrara a mí, que a buscarla yo. A mí ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaqué mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logré picarme dos muelas con tanto éxito que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibióticos. Repetí la fórmula, ahora con la confianza de saberme auténtico, y los resultados siguieron siendo magros.Así hubiera seguido adelante, acabando con mis muelas, si no es porque, ya adolescente, encontré a otro viejo que, cruel, me dijo: "Tu problema está en la cara. Más bien en tu nariz. A los feos, las muchachas no les hacen caso, a menos que sean cantantes".
"¿Cantantes?" Bueno, esta nueva fórmula les daría reposo a mis muelas (que por lo demás ya estaban definitivamente destrozadas). Claro que el problema entonces era saber qué se necesitaba para ser cantante. Después, escuchando canciones, me di cuenta de que el problema era mayor, ya que una cosa era ser "cantante" y otra más difícil era ser "cantautor" o "canta-autor" (vos lo sabés Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara lo que escribía) y dejaba siempre pendiente la música.
Resulta que (vos lo sabés, Sabina) hay ahora una muchacha que está demasiado lejos y entonces pensé que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire que no es lo mismo pero pudiera ser igual). Y usted podría echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto, es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup redactada en los siguientes términos:
"Sabina (sí, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tú compórtate como si tal cosa): He trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (Vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo) pero ha sido inútil. No me sale nada original. Así las cosas, busqué en el cofre del pirata y solo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño. Es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el "hit parade" internacional (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tú ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia, no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho). En este caso particular, a mí solo me interesa una muchacha que está demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así, vos lo sabés Sabina, una sonrisa o una lágrima. El poema dice, más o menos, así:
"Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,
como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,
como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si, al fin, un buen poema me saliera.
Llegar a ti."
La tonadita puede ir más o menos así: tara-tarara-tararira-etcétera, vos lo sabés Sabina. El título de la canción podría ser "Canción para una muchacha que está demasiado lejos", o "Un dolor de muelas para ella", o "Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup". En fin, ya se te ocurrirá algo. El crédito puede ser "Letra: el Sup. Música: Joaquín Sabina", o "Letra y música: Joaquín Sabina (a petición del Sup)" o como quieras. Vale.
Salud y ojalá ella entienda... El Sup."
Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina. Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo, con mi dolor de muela y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo que usted, tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría contarle yo la historia de los dolores de muelas, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que está demasiado lejos.
Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos. Ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe...
Desde las montañas del sureste mexicano.
México, octubre de 1996
Subcomandante Marcos

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Carta de Joaquin Sabina en respuesta a la del Subcomandante Marcos

Al Subcomandante Marcos
¿Dónde encontrar una excusa para tan terca mudez? Sucede que, cada vez con mayor saña, las musas se vengan de quien abusa del ripio y el do, re, mi. Qué puedo contarte a ti, que no sepas de memoria, si andas cambiando la historia con la tinta y el fusil. Bastaría con que en las actas chiapanecas del dolor, conste que mi corazón es una ciencia inexacta, que a regañadientes pacta, con la razón militante. Ojalá, subcomandante, al cabo de este pregón merezca tu absolución, este afónico cantante. Pero, elige con cuidado a quién diriges tus cartas, porque hay leyendas que infartan al ánimo más templado. ¿Cómo puede merecer corresponsal tan bragado quien desde el mejor hotel de Cancún o de Sevilla oye hablar de la guerrilla como quien oye llover? Y, sin embargo excluido de partidos y banderas, me conmueve tu manera de no darte por vencido, de disputarle al olvido la hoguera del porvenir, de desempolvar la crin del caballo de Zapata, de matar a los que matan, de enseñarnos a vivir.
Me encargaste una canción aunque no se escribir por encargo, y por décimas te salgo, hace meses que cabalgo sobre la contradicción de restaurar la emoción, en tiempos tan iscariotes, con la mano en el escote del verso a la antigua usanza. Así hablaba Sancho Panza con mi señor Don Quijote. Por lo demás, cuídate, cuando vengan por las malas, que no te rocen las balas, que no te falte papel, ni frijoles, ni mujer, que la virgen lacandona te esconda bajo su lona. Te lo pide un gachupín que se despierta en Madrid soñando con tu persona.
Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,
como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,
como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si al fin un buen poema me saliera…
una oración.
Como si la arena cantara en el desierto
los cantos de sirena del mar Muerto,
como si para crecer sobraran las escaleras,
como si escribiera un ciego un libro abierto.
Ven a poblar el zócalo de ojos,
siembra de migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.
Ponle al sordo voz y alas al cojo,
bendice nuestro arroz, nuestro minuto,
como si no fuéramos cómplices del luto…
del corazón.

sábado, enero 11, 2020

"Ni tan joven ni tan viejo" un tributo intergeneracional a sabina.


https://www.diariosabina.com/2019/11/05/ni-tan-joven-ni-tan-viejo-tributo/

sábado, agosto 31, 2019

Sabina me dijo como Jesús a San Pedro: 'Déjalo todo y ven conmigo'... y fui"

FOTOGRAFÍAS: ALBERTO DI LOLLI
IÑAKO DÍAZ-GUERRA Madrid9 MAY. 2019 02:13


Pancho Varona. Madrid, 1957. Músico. Lleva 37 años siendo la mano derecha de Joaquín Sabina, con el que ha compuesto más de 100 canciones, pero nunca se ha detenido ahí. Publica Pociones, un libro de poemas, letras y pensamientos, y hoy toca en la Sala Bira de Bilbao.

¿Por qué has decidido publicar estos textos que tenías guardados hace años?Yo no he decidido nada, en realidad. La editorial de repente me ofreció recopilar estas cositas antiguas y me enterneció que a alguien le preocuparan las cosas que yo podía haber estado escribiendo estos últimos 15 o 20 años. Así que les dije que sí.¿Tiene cabida esa modestia en un mundo de egos como el de la música o es un poco de postureo?No, no es postureo. Por ejemplo, una vez hice un disco en solitario porque me convenció una discográfica de que lo hiciera y ahora hago un libro por lo mismo. Yo no voy buscando ni discográficas que me graben ni editoriales que me publiquen, pero si alguien me lo pone fácil yo le digo que sí, sobre todo por el cariño que ponen en el proyecto. Realmente esa no es mi vocación, no me ha llamado el Señor por ese camino. Yo sé lo que soy: un músico al que le gusta estar dos metros detrás y dos metros a la izquierda de Joaquín (Sabina). Eso es lo que me gusta, ese es mi lugar en la vida, que bastante bonito es. Lo demás son cosas que me va regalando la vida y, como son regalos, los agradezco mucho.

¿Nunca has tenido la tentación de emanciparte y montártelo por libre?No. Hay mucha gente que tiene el síndrome de Messi y yo tengo el síndrome de Busquets. Me gusta más organizarlas cosas y verlas desde atrás. Dejo a los frontmen que sean frontmen, porque yo soy un hombre de segunda línea.¿Te facilita eso la vida?Sí, mucho. Conozco las dificultades de mucha gente muy grande para andar por la calle y pasear tranquilamente por las ciudades, que es algo que a mí me encanta hacer. Me gusta que me pidan una foto al día. Esa es mi media. Una está muy bien porque te mantiene el ego ahí arriba, pero te deja vivir tranquilo. Wyoming decía que es insoportable caminar por Preciados y que te paren 50 veces y yo sé lo que es eso, porque llevo con Joaquín Sabina muchos años y veo lo que es salir con él a la calle. Así que me encanta mi foto al día. Es la dosis perfecta: uno al día, que parece que hablo de sexo, pero hablo de fotos...¿De sexo no hablamos entonces? ¿Dónde ha quedado aquello del sexo, drogas y rock and roll?Del sexo, drogas y rock and roll, de esa última ele, estamos colgados del palo horizontal los rockeros mayores. Todo lo demás se acabó y de ese último palo estamos agarrados los Serrat, Sabina, Miguel Ríos, yo... Aunque ellos me sacan 10 o 15 años y esa pequeña ventaja les llevo. Yo me siento una persona joven. Me gusta que mis amigos tengan tu edad más que la mía. Prefiero tener más amigos de 30 y 40 que de 60. Me parece maravilloso porque tengo más que ver con ellos. Me gusta todos los días descubrir algo nuevo en la música y en la vida.

¿Y lo logras?En la música intento no quedarme anclado. Me jodería mucho quedarme fuera de todo lo que está pasando ahora, por eso soy muy amigo de bandas actuales como Love of Lesbian o Vetusta Morla. Me sigo manteniendo vivo, sobre todo, a través de mis gustos musicales. Si miras mi Spotify, está lleno de gente actual. Me interesa mucho y creo que la gente de mi generación se está perdiendo eso pensando que todo lo que no se hizo en los años 70 es una mierda. Yo me junto con tres personas más de 60 años y parece que vamos a mirar una zanja. Pero con tres de 40 me apetece meterme en una tienda de discos a buscar música con ellos. Esa es la diferencia.¿Tienes espíritu de maestro?Al contrario, soy alumno siempre. Alumno aventajado, eso sí. Soy ese repetidor que se las sabe todas a base de repetir una y otra vez.¿No se hace raro salir a un escenario a tocar los mismos temas que tocabas con 30?Se hace raro, pero la gente ama a las canciones más que a las personas y quiere escucharlas las toque un chico de 20 o un señor de 60. Me aplauden ahora igual que me aplaudían entonces y por eso no me siento ridículo. Aunque hay veces que veo actuar a gente de 60 años y digo: "Joder, qué mayor está ese tío para estar subido a un escenario". Y luego pienso: "Hostia, si es de mi edad, yo debo dar la misma impresión". Pero a mí me da la sensación de que no hago ese ridículo que me producen otros. Es curioso. No ver tus defecto cuando los ves en otros... un pecadillo.

¿Está muriendo el rock?Me preocupa que no exista un rock en estos momentos de la calidad del que escuchaba con 20 o 30 años. Mis bandas siempre han sido Led Zeppelin, King Crimson, Pink Floyd, Police... Y eso ya no existe, eso se ha acabado. Ahora hay otras cosas que a mí me gustan menos, como Coldplay. Y hasta los mejores que hay hoy, como Arctic Monkeys que me encantan, no me gustan al nivel que me gustaban los Zeppelin. Y hablamos de grupos de hace 10 años. Ahora mismo no hay nada, hay un vacío que nunca sé si es que yo me he dejado de enterar de cosas o es que han dejado de pasar. Cualquier tiempo pasado fue mejor musicalmente. Hay otros géneros, claro, pero a mí me interesan menos. Aunque siempre pienso que es un problema mío, que no escucho lo suficiente por más que lo intento.Lo que también parece desaparecer es la parte contestataria del rock. Los nuevos grupos tienden a esquivar el posicionamiento político que era constante en tu generación.Sí, por el miedo. No se meten mucho en charcos. Mira Serrat y Joaquín cómo se han posicionado en el tema de Cataluña y hay mucha gente allí enfadada con lo que piensan. Están pagando un precio por haberlo hecho. Es valiente, estés de acuerdo o no. Veo que hay mucha gente en redes que se calla y yo siempre he pensado que el que tenga un micrófono y cien mil seguidores tiene que decir lo que piensa. Y si tiene un millón, más todavía. Sea de política o de fútbol. De todo. Aunque te granjees enemigos, aunque a la gente no le guste. Da igual. No puedes estar siempre agarrándotela con papel de fumar: hay que opinar, hay que ser, hay que estar.



LOS ROCKEROS DE MI EDAD ESTAMOS COLGANDO DE LA ÚLTIMA ELE DEL SEXO, DROGAS Y ROCK AND ROLL

¿Te ha tocado ser mucho el Sancho Panza de Sabina, el que frena al genio?Sí. Joaquín a menudo me pregunta "Panchito, ¿qué dicen en las redes sociales?" o "¿Te ha gustado la entrevista que hice?". Y lo hace para que yo pulse la opinión de la gente que tengo alrededor y le haga un balance. Sí, me ha tenido siempre como cable a tierra, pero Joaquín es una persona muy inteligente que lee cada mañana cinco periódicos españoles de todo el espectro político, otro argentino, otro mexicano y no tiene redes sociales. Así que está siempre muy bien informado porque lee a todos, se forma su opinión y no le afecta el ruido de las redes.

En estos tiempos en los que todo ofende, ¿sigue apeteciendo crear?Ahora hay que crear más que nunca y decir las cosas como las piensas. Y si te buscas un marrón, así sea. Hay muchas injusticias y tenemos que decirlo muy claro para que deje de haberlas. No puede haber censura nunca ni en la música ni en el humor ni en el teatro ni en la literatura ni en nada.¿Dejamos que las redes sociales nos hagan pensar que ciertos movimientos son más grandes de lo que luego son, sea Vox, la censura, etc...?Bueno, la parte de que Vox tenga 24 escaños me horroriza aunque esperasen 50. Si llega a pasar eso, me cambio de país. Pero, sí, las redes son terribles, son pura ponzoña. Y yo las disfruto, pero o te aíslas un poquito de la parte fea o sufres. Yo busco información constante y las redes me tratan bien, aunque a veces he sido un poco bocazas. No tengo mucho hater y, si lo tengo, no es muy agresivo. Los que más, por ser del Atleti. Pero en general me tratan muy bien y lo agradezco, porque sufro mucho viendo las persecuciones que padecen otros.Llegaste a Sabina y, por extensión a la música, un poco por casualidad.Sí, fue un accidente. Yo tocaba la guitarra en el sofá de casa viendo la tele. Sacaba la música de los anuncios porque tengo buen oído, pero no quería ser músico en la vida, no era lo que tenía previsto profesionalmente. Yo iba a ser funcionario del Ministerio de Defensa. Mi madre tenía cierto enchufe allí, que es algo que hace 40 años podía suceder, y yo quería meterme en el Ministerio de Defensa como estuvieron mi madre y mi padre tanto tiempo. Ese era mi plan vital, ser funcionario, pero de repente pasó Joaquín por mi vida y me dijo como Jesús a San Pedro: "Déjalo todo y vente conmigo". Y fui.

Pero no aparecería Joaquín de la nada...No, yo iba a verlo actuar junto a Krahe en La Mandrágora y, como era un sitio muy pequeño que no tenía ni camerinos, cuando acababan no tenían donde meterse: o se iban a casa o tenían que sentarse a charlar con el público en las mesas. Y terminé haciendo cierta amistad con él a base de darnos fuego y cigarros. En aquella época había una brecha de edad considerable, yo tenía 25 y él y sus amigos 35, pero conecté bien y llevamos 37 años juntos.¿Cuál es tu canción favorita de las que has hecho?Últimamente me gusta mucho Ruido, una canción que está en Esta boca es mía, que la letra es de Joaquín y Pedro Guerra y la música es mía. Estoy muy orgulloso de ella y es la que más me pone últimamente. Pero yo quiero mucho a todas mis canciones y mi preferida va variando, aunque hay cuatro o cinco básicas: Peces de ciudad, Y sin embargo, Contigo, La del pirata cojo, No me importa nada, de Luz Casal... Esas siempre están en mi santoral.Eres un pluriempleado, ¿no vivían como Dios los rockeros?A ver, tengo mi gira en solitario, Ruta 52, en la que pretendo tocar en las 50 provincias y Ceuta y Mellilla. Llevo diez, pero no hay prisa. Ahora he montado un proyecto que me encanta y se llama El viejo y el mar, como la novela de Hemingway, en la que yo soy el viejo e invito a un joven a dar un concierto juntos en la sala Galileo. El próximo es el 7 de junio con Guille Galván, de Vetusta Morla: cantamos, charlamos, contamos anécdotas, chistes... Luego, la gira con la Noche Sabinera, la radio todos los martes en RNE, las giras grandes con Joaquín, el libro... Curro mucho. Los derechos de autor, aunque se van reduciendo, me los tomo como un regalo caído del cielo, porque nunca sabes cuánto te va a caer y son una sorpresa maravillosa, pero hay que seguir trabajando porque tengo dos casas, dos coches y pago más del 40% de mis ingresos en impuestos, porque yo pago a conciencia hasta el último euro... Así que vivo bien, pero no me da para ahorrar ni para dejar de trabajar. Además, yo he sido muy gastarín, aunque ahora ya soy ahorrarín porque empecé a pensar en el futuro.¿Y sigues trabajando con gusto?Sí, la música es una aventura preciosa. En cuanto haya 60 personas que me quieran ver, voy a tocar donde sea. Con 60 personas me da para pagarme la gasolina, el hotel, la SGAE, el IVA y me queda un poquito. Poco, pero me gusta. A mí me sigue sorprendiendo que la gente me quiera ver, aunque soy consciente de que hay mucho sabinero en el mundo que es muy feliz escuchando las historias que yo cuento, porque mi mérito en los conciertos no es cantar bien: es contar bien. Eso es lo que yo ofrezco.Pues cuéntame una historia de esas canciones.Hay una muy divertida que es que le hice una canción a Enrique Iglesias. Me la pidió, se la enseñé, no le gustó y me la quedé yo. Luego, a Joaquín le gustó mucho la música, me tiró la letra entera a la basura, escribió una nueva y la grabó: es 69 punto G. Y tiene un verso en esa letra que vale más que todas las letras que he escrito yo en mi vida. Dice: "Y los adivinos adivinan y los aladinos aladinan". Es una historia bonita con final feliz.Estáis preparando una nueva gira con Sabina y Serrat, ¿cómo podéis llevar siendo amigos casi 40 años en una profesión tan competitiva?Porque somos gente muy sensata. Sabemos qué hacer para llevarnos bien constantemente. El secreto es terminar una gira y dejar de vernos durante un tiempo. Así luego tenemos muchas ganas de estar juntos. Sabemos qué hacer para que los demás estén contentos. Joaquín dice que seguimos juntos tanto tiempo porque no hay sexo entre nosotros. Así que parece que otra vez nos vamos de gira y yo feliz. Agarro la guitarra y para Argentina que me voy. Mi vida es un viaje.Llevas casi 40 años viviendo sin saber qué vas a hacer pasado mañana.Sí. Cada mañana me levanto y doy gracias no sé a quién por permitirme poder inventarme cada día una vida nueva. Me encanta. Es bonito reinventarse cada día, me mantiene vivo. Un día toco solo para 60 personas y al siguiente con Sabina y Serrat para 10.000. Es precioso estar en los dos extremos. ¿Qué más puedo pedir?Me estás dando una envidia espantosa.¿Por qué? A mí me hubiera encantado ser periodista.Te aburrirías metido durante horas en una redacción.Hay conciertos que son una oficina, también. Giras muy largas y muy cansadas, que no sabes ni en qué ciudad te despiertas... Una vez que sales al escenario todo es precioso, pero el viaje a ninguna parte de toda la banda con la maleta: el check in y el check out en el hotel, la prueba de sonido, las horas en el autobús y el aeropuerto, facturar las maletas, el vuelo... Eso es lo peor. Me he pasado media vida esperando una maleta en una puta cinta de un puto aeropuerto.Bueno, y el Atleti, ¿qué?A mí el Atleti me hace muy feliz. Este Atleti me está tratando muy bien, aunque yo vengo de un Atleti de Gárate y Ufarte que también me dio muchas alegrías. Y las chicas han ganado la Liga, que es maravilloso y permite que me vuelva el romanticismo por el fútbol. En el mundo de la cultura hay un poco de postureo respecto al fútbol. Existe cierta obligación de mostrarse decepcionado por su lenguaje, por los programas de la tele, por el entorno... Pero el fútbol en sí me hace feliz.

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domingo, abril 07, 2019

El Pregon de Joaquin Sabina en el Carnaval de Cadiz

Alexis Diaz Pimienta
Cuando me dijeron que estaba invitado a compartir escenario con Joaquín Sabina, como parte del pregón del carnaval de Cádiz 2019, lo primero que recordé fue la noche en que nos conocimos, hace ya varios años, durante la fiesta literaria de Rota, el municipio gaditano donde el cantante veranea.
Sabina y yo participamos en aquella fiesta de la poesía junto a otros grandes de la música y la literatura españolas como Joan Manuel Serrat, Javier Ruibal, Almudena Grandes, Luis García Montero, Eduardo Mendicutti… Aquella noche, también como ahora, yo acaba de bajarme de un avión, directo desde Cuba. Aquella noche, como ahora, me subí al escenario a improvisar para un público entregado al disfrute de la palabra en cualquier forma: escrita, cantada, improvisada. Y al final de mi actuación, le pedí pies forzados al público (una de las especialidades de la casa). Recuerdo que el primer pie forzado, desde la primera fila, lo lanzó Mendicutti (“dentro de una cacerola”, supongo que refiriéndose al calor agostino de esa noche), y que malogré una décima, que es mejor ni citarla.
El segundo lo puso Sabina, con su voz “de lija y café”, y a todo pulmón: “el comemierda que fui”, uno de esos pies forzados que asustan a priori, que pueden paralizar, pero que a la vez son un reto de ingenio para un repentista.
Confieso que me gustó el tono desparpajado y provocativo (típico de Sabina) de aquel verso. Me gustó incluso que el cantante intentara hacerme ver que conocía “el español de Cuba” en su versión más canallesca y popular (“comemierda” en La Habana equivale a “gilipollas” en Madrid). Me gustó incluso su risa socarrona al decirlo. Y entonces, ante tamaño reto, improvisé esta décima anecdótica (una de las más difíciles del género, porque más que un poema, uno se obliga a improvisar un microrrelato):
Cuando joven me creíael mayor intelectual,un repentista genial,el Dios de la poesía.A todo aquel que veíalo achicaba frente a míPero hoy que te conocíy te veo humilde y tosco,lo primero: reconozco“el comemierda que fui”.
Todavía recuerdo los aplausos y las risas del público. Y el siguiente pie forzado lo lanzó al aire nada más y nada menos que Joan Manuel Serrat, como respondiéndole a Sabina y tirándome un capote: “Y dice que es un amigo”. Y al genio catalán, uno de los artistas que más admiro, le improvisé esta décima, hablándole a él pero mirando a Sabina, quien seguía siendo el protagonista del performance:
Con un cigarro en la manoJoaquín se rasca una ceja,pero esa ceja lo dejaoír al bardo cubano.Él, más tarde o más temprano,tendrá que trovar conmigo. Pero como no persigoni venganza ni ilusiónyo le doy mi corazón“si dice que es un amigo”.
Y ya ven, regalos de la vida: el puente de esta décima improvisada (que era más deseo que premonición) se hizo realidad el pasado 2 de marzo en Cádiz. El mismísimo Sabina me invitó a participar de su pregón, junto a estrellas de la canción y la literatura como mi gran amigo Jorge Drexler, Rozalén, Vanesa Martín, Leyva, Chipi la Canalla, Pasión Vega y muchos otros.
Y al fin, “trovamos” juntos. Sirvan entonces estas líneas de prólogo a esta crónica en décimas de mi controversia con Joaquín Sabina en Cádiz, un momento inolvidable que ahora rueda en forma de vídeo en Internet, ese otro universo.
El 28 de febrerodespegué desde La Habanaen un avión de Cubanarumbo a España (“el extranjero”).Yo era el único viajerode los que iban en cabinaque a pesar de la rutinay el jet lag amenazandoiba en silencio, pensando:“Voy a cantar con Sabina”.
Aterrizaje en Barajasy luego el AVE a Sevilla.¿A cuántas horas por millase envejece cuando viajas?No lo sé, pero trabajaspara rejuvenecer.En Sevilla una mujeres mi mejor aeropuertoy el tiempo para el conciertoya es mucho menor que ayer.
Suelto en casa las maletasy otra vez a la estación.Vivo entre el tren y el avión:el karma de los poetas.Llego a Cádiz. Hay caretasy máscaras y pelucas,supermanes, mamelucas,minions, brujas y toreros,océano de sombreros, frentes que parecen nucas.
Vamos directo al hotely del hotel a la calle.Drexler me guía: un detalle(el más gadinato es él).Chirigotas a granelhay en todas las esquinas.Confetis y serpentinas.Colores y coloretes.Aspirantes a grumetesde Joaquines y Sabinas.
Y entre tantas chirigotasy romances y cuartetasun mar de buenos poetasse hace tsunami… y explotas.Palabras y palabrotasse agolpan en mi garganta.Me gritan: “Pimienta, canta”.“Vamos, Pimienta, improvisa”.Y se parten de la risalos del top-ten y el top-manta.
Es Cádiz de Carnaval.Cádiz más Cádiz que nunca.Hoy la tristeza está trunca.Hoy el llanto sabe mal.Ya falta poco. Al final,te duchas, vistes, renaces.Ya no sabes lo que haces,solo sabes que hay que entrar(sin tiempo para ensayar)en un baile de disfraces.
 Llego y me cambio de ropa(todos ya van disfrazados).Cuántos piratas “pirados”en este rincón de Europa.Voy a integrarme a la tropadel Gran Capitán Sabina.Hay un bar en una esquinadel backstage. Pido un ron.(¿Es mi homenaje a Long Jonho mi amor por la cantina?)
Yo, pirata-cocinero,con mandil o delantal.Hoy me siento un man-fatalle,con botas y con sombrero.Soy Pimienta el Bucanero(homenaje a mi cervezapreferida: en mi  cabezaLa Habana es fría y borbota).Miro todo y tomo nota.La noche pirata empieza.
Disfrazados por Joaquínvan Drexler (el Capitán)y Chipi, un dulce truhány la Vanesa Martín.Pasión Vega está por finpirateada “para bien”.Y qué hermosa Rozalénde corsaria aventurera.Y Almudena, de loqueray Luis, loquero también.
El gran Jesús Bienvenidoy el crack David Palomarsiempre soñaron pasarpor piratas. Y han podido.Pancho Varona vestidode él mismo no desentonaporque ya Pancho Varonaera pirata hace rato.Y Mara Barros, retratode una pirata-amazona.
Disfrazados por Joaquínvan muchos chirigoteros.Qué perfectos bandolerosson la Koki y Benjamín.Manu Sánchez con bombíntambién se suma a la fiesta.Qué noche tan loca estade showmanceros y cantes,piratas tan elegantesque no hacer selfies nos cuesta.
Y está Joaquín: a la vezCapitán y Comandante,Cabecilla y Almirante,la sombra y la lucidez.Sabina con su vejezsobre el hombro, con su arrojosobre el hombro, medio cojocomo los buenos piratas.Drake “el de las serenatas”con un parche sobre el ojo.
Hoy la tierra gaditana(un sitio espectacular)va a escuchar improvisara un pirata de La Habana.Con la tropa sabinianadaré versos a granely espero estar a un “nivelplaneta” o “exo-planeta”disfrazado de poetapara parecerme a él.
Yo cuando niño queríaser de los cuentos “el malo”con garfio, pata de paloy embarcado todo el día.Hoy en la pirateríalogro esas ensoñaciones.Y Espronceda, entre pregonesmurmura: “el cubano andacon sus diez versos por bandaen lugar de diez cañones”.
Y cuando dijeron “play”,y subió Joaquín a escenaestalló una plaza llena,rompió el cuadro Dorian Gray,el sol se quitó el jersey,llovió a mares serpentina.Aplausos en cada esquina.Música, risa, emoción.¡Luces, cámaras… pregón!Y empezó a cantar Sabina.
Y yo pensando en Rolando,el poeta, mi sobrino.Y en mi hijo Axel que no vino,y en mí joven, sabineando.Cuántos recuerdos flotandoque buen viaje a HamelínCómplice, Charo Martín,compartiendo adrenalinajunto al lejano Sabina,frente al cercano Joaquín.
Hasta que llegó el momentode improvisar a su ladoy todo quedó grabadoy el viento detuvo al viento.Ni siquiera haciendo el cuentola emoción se me termina.Y así fue, limpia y genuina,la controversia “violenta”entre el pirata Pimientay el Gran Capitán Sabina.

miércoles, octubre 31, 2018

Joaquín Sabina se perfila como pregonero del Carnaval 2019 de Cadiz

Joaquín Sabina se perfila como pregonero del Carnaval 2019
El alcalde cierra el acuerdo en una comida con el cantautor en Rota

Se trata del 'fichaje' más mediático desde Alejandro Sanz en 2005

Joaquín Sabina, en un momento de su actuación en septiembre del año pasado en el Estadio Municipal de Chapín de Jerez. / JOSÉ CONTRERAS

MELCHOR MATEO
Cádiz, 19 Agosto, 2018 - 01:33h

A no ser que lo niegue todo, como tituló su último disco y espectáculo -que a buen seguro no será así- Joaquín Sabina se perfila como pregonero más que de lujo del Carnaval de Cádiz 2019, según ha podido saber y confirmar Diario de Cádiz a través de varias fuentes.

El propio alcalde, Jose María González, cerró el viernes este acuerdo con el cantautor en el transcurso de una comida en Rota en la que también estuvo presente la parlamentaria andaluza y pareja del regidor gaditano Teresa Rodríguez.

Desde hace años, Joaquín Sabina tiene casa en la localidad vecina, a donde llegó de la mano de sus amigos la escritora Almudena Grandes y el también escritor y director del Instituto Cervantes Luis García Montero. De hecho, en verano no es raro verlo pasear por las calles de Cádiz.

Según ha podido saber este periódico, el músico, poeta, escritor y pintor ubetense ha acogido y aceptado con muchísimo agrado la petición del alcalde de Cádiz, con quien ya había coincidido en varias ocasiones y con quien mantiene muy buena relación.

La última vez que el autor de 19 días y 500 noches visitó la provincia de Cádiz fue el uno de septiembre del año pasado, cuando puso en pie al multitudinario público que congregó en el Estadio Municipal de Chapín, en Jerez.

Una vez formalizado este fichaje estrella para la fiesta grande gaditana -el más mediático desde el de Alejandro Sanz en 2005- Joaquín Sabina se subirá al escenario de la Plaza de San Antonio el primer sábado del Carnaval 2019, que el año que viene será el dos de marzo.

El Ayuntamiento tiene previsto hacer pública la designación oficial de Joaquín Sabina como pregonero del Carnaval del año que viene a la vuelta a la ciudad de la concejala de Fiestas, María Romay, actualmente en un evento internacional de recreación histórica en Moscú, encabezando la delegación de Cádiz que se ha desplazado a la capital rusa para dar a conocer a aquel público el gran festejo gaditano.

Con el nombramiento de uno de los más grandes cantautores españoles como pregonero del Carnaval de Cádiz, el equipo de Gobierno que encabeza José María González rompe la norma de designar a algún personaje de Cádiz, preferentemente involucrado en la fiesta.

Si en 2016, el encargado de anunciar el Carnaval era el músico y presentador gaditano Pablo Carbonell, el año pasado le tocaba el turno a Antonio Rico Segura, Pedro el de los Majaras, que en 2018 cedió el privilegio a La compañía de Teatro Las niñas de Cádiz, compuesta por las actrices también gaditanas Ana López Segovia, Alejandra López, Teresa Quintero y Rocío Segovia.

miércoles, septiembre 20, 2017

"A veces no me reconozco en la persona que dicen que soy".

El cantautor reaparece después de 8 años de ausencia de los estudios de grabación; su disco está posicionado en los primeros lugares de iTunes y Mixup


el cantautor, poeta y pintor Joaquín Sabina (Úbeda, Jaén, España, 1949) grabo  su fonograma número 18, Lo niego todo (Sony Music, 2017). Trabajo que cuenta con la colaboración de Leyva: “un jovenzuelo que me gusta mucho, con él intento renovarme musicalmente para no estancarme después de tantos años haciendo canciones”, ha dicho el intérprete de “19 días y 500 noches”.

Figura clave de la canción hispana, ha vendido más de 10 millones de copias de sus álbumes, publicado varios libros de poemas y recopilaciones de letras de canciones. En este disco aparece un Sabina con la misma ironía de siempre, pero con el soplo de la madurez “de tantos años cumplidos, los cuales asumo con decoro y responsabilidad”, precisó ayer el vocalista español frente a los medios de comunicación de México, España y otros países hispanos.

“Este fonograma empezó porque quería burlarme de mí mismo, romper con el mito que soy: a veces no me reconozco en la persona que dicen que soy. En las doce piezas que integran el álbum habla un Sabina quizás distinto, no sé; pero sí un hombre que se mira en el espejo y se reconoce en ese otro. Los espejos son inquietantes. Pensemos en Borges y su obsesión por el tema”, comentó.

“La canción de primavera” esta musicalizada por Pablo Milanés, y así también lo hizo con “La Magdalena”: la música es del trovador cubano. ¿Por qué? Cada vez que me sale una letra a la cual no puedo ponerle música, se la mando a Pablo Milanes. Así pasó con “La Magdalena” y ahora con “Canción de primavera”. Sus melodías son hermosas y, a veces, difíciles de interpretar. Le escribí una vez: ‘Oye cabrón, ¿tú crees que no voy a ser capaz de cantarlas?, pues te voy a demostrar que sí’. Sus melodías son finas y elegantes. Por eso recurro a él, es un amigo de muchos años.

¿Un Sabina en plena madurez, pero siempre irónico? La ironía soy yo. Entre más Sabina haya más sarcasmo habrá. Estas composiciones han sido vividas para cantarlas, así como Gabo vivió para contarlo. Una canción es una crónica de varios minutos en que se canta un pedazo de vida.

En sus discos anteriores se percibía una ‘procacidad de tierna incitación’. Aquí, sin embargo, se percibe una ‘procacidad de desnudez provocativa’… Insisto, he querido burlarme de mí mismo. De ahí la aparente sinceridad de estas nuevas canciones. No sé escribir de cosas que me son lejanas: me vi obligado a escribir textos sobre todos estos años que me circundan; el viejo Leonard Cohen me ayudó. Escuche “Leningrado”, vea como la historia del siglo XX se resume en esa canción de triste glosa mediante la remembranza del amor.

Casi todos los temas son letras suyas con música de otros. ¿Un poemario musicalizado? No. No estoy de acuerdo. Muchas veces un buen poema no alcanza la categoría de canción, y viceversa la buena canción no alcanza la categoría de poema. Aquí he dado letras y otros la han musicalizado. Todo se completa con mi interpretación y con el aporte de los instrumentistas. Quiero mucho a los músicos: son mis hermanos.

Una reportera le inquirió sobre Trump y el muro: “Qué se metan el muro por el cul…”, manifestó el español. “Qué mejor plaza para iniciar la gira mundial de este álbum que México. Amo a esta tierra mezcla indígena y española con una cultura indestructible. No se me quitan las ganas de hacer un disco con mariachi, en cualquier momento los sorprendo”, concluyó.