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viernes, noviembre 26, 2021

 En sus 70, radiografía del León más querido.

Kaloian Santos Cabrera


El algoritmo de Facebook me recuerda hoy esta foto de León Gieco y Silvio Rodríguez, justo el día en que el autor de Sólo le pido a Dios está cumpliendo 70 años.



La instantánea la tomé en el festejo por el 41 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, en noviembre de 2018. ¿Cuánto amor e historia se agolpan en esta escena? ¿Cuánta revolución y ternura en ese apretón de manos de estos dos gigantes y hermanos de oficio

Hace más de una década charlé con León en La Habana, con el malecón y el mar embravecido del Caribe como testigo. De ese encuentro recuerdo todos los detalles nítidamente y, por suerte, aun guardo apuntes de nuestra conversación.


8León me contó que de muy joven, a sus 18 años, conoció la música de Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo, una especie de Carlos Gardel cubano. También que con sus amigos intercambiaban casettes de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés envueltos en toallas y periódicos.


“Fue en los 70, cuando comenzó la dictadura. Era subversivo tener las canciones de Silvio y Pablo. Si te atrapaban te metían preso”, detalló en aquella tarde como para ponerme en contexto.

Entonces León nunca imaginó que en 1976 sus canciones serían las prohibidas y hasta tendría que exiliarse porque estaba amenazado de muerte. El destierro le duró hasta 1983, con la restauración de la democracia.


En 1984 Silvio y Pablo ofrecieron en Argentina los célebres conciertos en el estadio de Obras Sanitarias e invitaron a compartir el escenario a algunos de sus colegas gauchos. Entre ellos estaba León Gieco:


“Fueron varias presentaciones en un estadio para 5000 personas. Siempre repleto. Silvio y Pablo no podían parar porque la gente pedía más y más. Esos conciertos los recuerdo como un desquite absoluto, porque al mirar tantas personas congregadas para verlos, pensaba: “Hay que escuchar a estos tipos”. Nosotros, la juventud argentina, teníamos razón cuando nos pasábamos clandestinamente aquellos casetes. De todos modos la canción toma su revancha”, recordó emocionado en nuestro encuentro.


“Es estúpido creer que pueden prohibir las canciones y cortarles las alas a la juventud. La juventud siempre va a sobrevivir peleando por las cosas nuevas y la canción siempre va a estar junto a ella”, me dijo y es una frase que, desde entonces, llevo conmigo.


Hoy le escribí a Silvio para contarle sobre la hermosa casualidad de que me apareciera esta foto justo el día del cumpleaños de León. El acuse de recibo del trovador cubano ha sido una sublime radiografía del León más querido.


“Buen día, Kalo. León y yo nos conocimos en el 84, pero no en Argentina sino en Quito, en un evento de canciones que había allí, donde estuvimos Pablo y yo antes de llegar a Buenos Aires. Alguien me había hablado de él allí mismo, no recuerdo si Fito, que también estaba. No conocíamos a esa generación, más cercana a nosotros, fue allí que empezamos a conocerlos personalmente (conocíamos a Mercedes, a Guaraní, a Yupanqui, Cafrune, pero no a los más jóvenes).


Yo había conocido en Madrid a Alejo Stivell y a su mamá Zulema Katz. A Horacio Guaraní lo visitábamos a veces, comíamos en su casa, y también a Zitarrosa. Medio Cono Sur estaba por allá. Alejo fue quien me puso las primeras canciones que escuché de Charly, Spinetta y esa corriente más joven. Era la época de Sui Géneris.


El caso es que desde que escuché a León, allá en Quito, me di cuenta de que en él había una voz propia, de muy fuerte personalidad.


Después me fui enterando de las experiencias que tuvo en lo profundo de las regiones donde ocurre eso que llamamos folklore, que no es más que la forma natural de expresarse de seres y lugares raigales. León es un compendio de todo eso, con una información más amplia. Un ajiaco perfecto, diría Don Fernando Ortíz (no sé si será guiso por allá).


Es un artista muy poderoso, una estatua viviente.

Gracias por mandarme la foto, la voy a poner en el blog para celebrar a León. Abrazos, Silvio.”

jueves, diciembre 15, 2016

Leon Gieco y sus jóvenes 65 años.

 Nació el 20 de noviembre de 1951 en una chacra del norte de Santa Fe. Su familia se muda a Cañada Rosquín, un pueblo cercano, y allí comienza a trabajar a los 8 años. La primera guitarra la compró León con su propio sueldo, en 1959.
Comenzó entonces a presentarse en los actos del colegio y en un grupo de folklore, Los Nocheros. Paralelamente, también se integra a Los Moscos, una banda de rock, con la que poco a poco logran cierta popularidad en los pueblos cercanos. Hacían covers de Los Beatles, de los Rolling Stones y del Spencer Davis Group. Finalmente, en 1965, ganan un concurso para presentarse en Canal 5 de Rosario. Llegar a presentarse con un grupo en esa ciudad era más de lo que había esperado.
En el verano de 1969 viajó por primera vez a Buenos Aires, con su guitarra al hombro y casi sin dinero. Poco a poco comienza a relacionarse con el mundillo rockero: Litto Nebbia, Tormenta y, sobre todo, Gustavo Santaolalla. Es justamente el guitarrista de Arco Iris quien le consigue algunas presentaciones como telonero de Moris y Pajarito Zaguri. Incluso llegaron a presentarse León, Nebbia, David Lebón, Cacho Lafalce, Gabriel Ranelli, Bernardo Baraj, Claudio Martínez y Diana Lenguanegra, bajo el nombre La Banda de los Ocho.
En noviembre del '71 llega la primera presentación grande, en el Festival B.A.Rock II y luego el "Acusticazo" (junio del '72), junto a Nebbia, Lebón, Domingo Cura, Edelmiro Molinari y otros. Allí se registra la primera grabación de "Hombres de Hierro", uno de los temas más famosos de León. En diciembre llega la tercera versión del B.A.Rock y para marzo del '73 sale a la calle el primer disco, que había sido grabado como producción independiente con Santaolalla a lo largo de dos años. El tema de difusión es "En el país de la libertad". Poco a poco va logrando cierta difusión y se lo comienza a nombrar como "el Bob Dylan argentino".
"La Banda de los Caballos Cansados" (1974) es el título de su segundo álbum, que sigue la línea progresiva-folklórica del primero. Su forma de expresión es directa, casi osada. Medio a la fuerza, por la nueva separación de su banda de apoyo, León sale a tocar solo con su guitarra y su armónica. Tenía un contrato firmado para dos shows, pero no tenía con quién tocar.
Muchas trabas por parte de la censura tuvo que sortear para poder sacar su tercer LP: "El fantasma de Canterville" (1976), al punto de tener que modificar la letra de seis temas y directamente eliminar otros tres ("La historia esta", "Tema de los mosquitos" y "Las dulces promesas"). Pese a todo, el material es muy bien recibido. León continúa con las giras por el interior, hasta que se aventura a Latinoamérica, a comienzos de 1978. Escapando de la censura, se radica por un año en Los Ángeles.
Del "IV LP" (1978) sobresalen "Cachito, campeón de Corrientes" y "Sólo le pido a Dios", el otro himno de Gieco, junto a "Hombres de hierro". En realidad, León no estaba muy convencido de incluir este tema, que lo encontraba "aburrido y monótono", pero finalmente siguió el consejo de Charly García, y a partir de ese entonces, León lo canta para cerrar sus shows.
En abril de 1981 se presenta en Obras en el lanzamiento oficial del disco recopilación "Siete años" (1980), shows en los que también adelantó canciones de su siguiente LP, "Pensar en nada" (1981).
Es en 1981 cuando comienza su inmensa gira nacional que le demandará en total tres años. "Semillas del corazón" (1989) marca el retorno a los estudios de grabación "convencionales", tras ocho años de giras. Fue realizado como una producción independiente y grabó con Sandro el tema "Mi amigo".
En agosto del '89 se presentó junto al legendario exponente del folk norteamericano Pete Seeger, en el teatro Opera, y este material se editó bajo el nombre de "Concierto en vivo" (1990). Al año siguiente, Seeger lo invitó para presentarse juntos en Washington, Boston y New York. A las funciones de la capital norteamericana se sumó David Byrne (de Talking Heads), que había conocido a Gieco en su visita a Buenos Aires, unos meses atrás.
Hacia fines de 1994 edita "Desenchufado", una ironía a la tendencia mundial impuesta por la MTV norteamericana de los Unplugged. En este caso se trató de un formidable re-make de los clásicos de León, entre ellos "El fantasma de Canterville", compuesto por Charly García para el cantautor. La presentación de este disco en la Capital fue recién a fines de 1995, con Nito Mestre, Rodolfo García, Oscar Moro y los ex Oveja Negra como invitados.
"Orozco" (1997) sorprendió con el hit bailable homónimo, cuya letra no contiene otra vocal que la "o". Sin embargo, detrás de ese tema, se esconden canciones de calidad muy superior: "Alas de tango" o "El embudo", un homenaje a la Patagonia para la cual prestaron sus voces Mercedes Sosa, Ricardo Mollo (de Divididos), Santaolalla, Ricardo Iorio (ex-Almafuerte y Hermética), Chizzo (La Renga), entre otros.
En el año 2001 lanza una nueva producción, "Bandidos rurales", con letras fiel a su estilo que hablan de la situación social y de los problemas que aquejan al mundo. Temas como "Idolo de los quemados", "de igual a igual" o "la memoria" sonaron en las emisoras y se incorporaron a su ya larga lista de grandes composiciones.
Dos años después lanza un disco en vivo con todos sus grandes éxitos, y en el 2005 reaparece con "Por favor, perdón y gracias" que incluye como primer corte la canción "el ángel de la bicicleta", un tema que cuenta la historia de Claudio Lepratti, alias "Pocho, un muchacho de 35 años que vivía en Rosario, trabajaba en una escuelita de bajos recursos y colaboraba con un comedor infantil. En diciembre del 2001, en medio de la situación socio-política que vivía la Argentina, fue asesinado de un balazo en la garganta, mientras le pedía a la policía que no disparase contra el comedor donde él colaboraba, ya que adentro había chicos comiendo.
Este disco también se alzo con polémica ya que incluí la participación en uno de los temas de "Pato" Fontanet, el líder de la banda Callejeros imputado por la causa de la tragedia de Cromañón. "Por favor, perdón y gracias" incluye además versiones de temas de "Los Piojos" y "Los Tipitos".
En el 2006, León decide que es momento de repasar su historia musical desde 1991 hasta ahora. Es por eso que lanza "15 años de mí", un CD-DVD que incluye sus grandes clásicos mas 3 bonus track, vídeo clips, extras y "momentos especiales".
Entre las novedades figuran el tema "Para la Vida", de la banda original de sonido del film "Iluminados por el fuego", dirigida por Tristán Bauer, "Todos los Caballos Blancos" (en vivo teatro Opera 2005), y "El surco" (inédito-grabado en 2005).
En el año 2008 edita "Por partida triple", un pack que muestra la esencia mas pura de León, la del autor comprometido, la del músico que comparte y sobre todo la del ser humano cálido y sincero que desde sus ideales supo construir una carrera admirada por todos.
A través de 3 CDs, agrupados bajo los títulos "Rock", "Folclore" y "Rutas", desfilan colaboraciones, versiones y participaciones,en vivo y en estudio, con un amplísimo arco de músicos de diversos estilos, generaciones y países.