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viernes, diciembre 22, 2023

Tal dia cómo hoy se presento amorios.

 Amoríos de Silvio, el concierto


Por: Mónica Rivero, Iván Soca


22 diciembre 2015 | 9 | 



Silvio Rodríguez presenta su disco "Amoríos" en el Museo Nacional de Bellas Artes. Foto: Ivan Soca.


Era marzo de 2013 y, como muchas otras veces, Silvio Rodríguez entró en su estudio con una guitarra y algunas canciones bajo el brazo. Lo distinto esta vez era que había echado mano de canciones escritas entre 1967 y 1980 que no había incluido en ningún disco –ni siquiera en sus Descartes– y no circulaban más que en copias de copias de originales de allegados o acaso propios, grabadas en algún concierto o presentación más o menos formal; canciones que no cantaba hacía muchos años. Con sus músicos, los “amoranautas” originales (Jorge Aragón, Jorge Reyes, Oliver Valdés y Emilio Vega) hizo entonces lo que sería una primera versión del trabajo presentado esta noche, al cabo de dos años puliendo.


Amoríos se escuchó en la salita del Museo Nacional de Bellas Artes por primera vez completo, luego de haber sonado por partes en no pocos escenarios durante los últimos meses. Fue ese el lugar escogido, ya que allí se podría “reproducir la música de la manera más natural posible, un poco como nosotros la escuchamos donde ensayamos... Para que pudieran escuchar lo que nosotros oíamos sin pasar por la electrónica”, explicó Silvio antes de anunciar que dedica el disco “al pueblo de Cuba, que es capaz de amar y desamar igualito que todos los que estamos aquí sentados”.


Unidos en la coincidencia de ser eso, “canciones sobre amar y desamar”, los diez temas evocan antiguas musas eternizadas como en Se cuenta de ti, pasiones como la que habla en Exposición de mujer con sombrero; bríos de amante que filosofa el amor, metalenguaje sentimental.


Está Qué distracción, “viejísima, casi de las primeras y, de las mías, la preferida de Julio Cortázar y de Félix Grande, dos buenos amigos que están por ahí. Se las dediqué póstumamente”, cuenta el trovador. Alguna “ingenua”, como presentara una vez En cuál de esos planetas, la imagen de toda la pregunta que cabe en un hilillo de luz. Alguna otra “ajena”: “Esta canción, Querer tener riendas, no es mía: la regalé cuando la hice. A Sara González”.


Entre los presentes, Leo Brouwer, que conoce a Silvio “desde que era un adolescente” aseguró que “este disco es una culminación. Es el Silvio de siempre pero aun más fresco --si es posible-- y a la vez hay cosas que ya bordean la canción de concierto. Es decir, música inteligente y bella al mismo tiempo. Además de una voz seráfica, purísima; y el repertorio, que tiene cosas tremendas… Qué distracción me sacó de mis casillas, me sacó lágrimas”.


“El montaje es absolutamente exquisito y la variedad dentro de lo que es Silvio Rodríguez es la misma de siempre, de tanta riqueza poética y musical. Es algo extraordinario en la historia de la canción, no solo cubana: la canción dentro de la cultura popular. No lo digo por gusto”, añadió.


Guille Vilar, hablando más emocionado que crítico musical, dijo que “el concierto estuvo repleto de personas que seguimos a Silvio desde su comienzo. Y vemos que sigue siendo el mismo. Nos ha llevado a canciones inéditas de aquella etapa, pero con un sonido muy contemporáneo junto a estos músicos estelares. Para resumirlo en una palabra: ha sido un concierto exquisito, con el que reafirma que sigue marcando la pauta en la canción cubana”.


Yusa, instrumentalista y cantante de otra generación y quien acompañara al trovador en una de sus presentaciones de Buenos Aires, celebró “lo contemporáneo del sonido. Me encanta la puesta en escena sonora, todo tan acústico, tan limpio. Además, siempre es un aprendizaje, yo soy una eterna discípula de su legado”.


Silvio; al fondo, Jorge Reyes; de espaldas, Jorge Aragón. Foto: Ivan Soca.



Niurka González en la flauta, y Tanmy López en segunda voz y violín acompañaron al trovador en varios temas. Maikel Elizalde fue invitado en las cuerdas. Foto: Ivan Soca.



Las teclas a cargo de Jorge Aragón. Foto: Ivan Soca.


Silvio y Emilio Vega, en el vibráfono. Foto: Ivan Soca.


Silvio junto a los "amoranautas", como los llamó en broma. Foto: Ivan Soca.



El concierto de lanzamiento de "Amoríos" cerró con una ovación. Foto: Ivan Soca.



martes, octubre 25, 2016

Se cuenta cantando


El cantautor cubano Silvio Rodríguez conversa sobre su nuevo material discográfico, ‘Amoríos’, su primera relación con la empresa Sony Music.
Daniel Domínguez   02 sep 2016 - 00:05h

“Cuando decido exponer algo es porque ya he superado muchas contradicciones en mi propia conciencia y en mi trabajo”, manifiesta Silvio Rodríguez. “Cuando decido exponer algo es porque ya he superado muchas contradicciones en mi propia conciencia y en mi trabajo”, manifiesta Silvio Rodríguez.
“Cuando decido exponer algo es porque ya he superado muchas contradicciones en mi propia conciencia y en mi trabajo”, manifiesta Silvio Rodríguez. La Prensa\ArchivoTwitter Shares
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La música escrita y cantada por Silvio Rodríguez siempre rebosa de sentimientos y emociones. Este maestro es capaz de sumergir al oyente en historias que encajan a la perfección con sus ideales y anhelos.
Leonardo Padura: la complejidad de ser cubano
Esta característica en las melodías de uno de los padres de la Nueva Trova cubana se mantiene en su labor discográfica más reciente: Amoríos.

Las piezas de Amoríos (su primer álbum con la Sony Music) están habitadas por seres humanos que aman, sueñan y sufren; que tienen la esperanza de encontrar la felicidad y aspiran a que sus soledades encuentren compañía.

Este poeta, guitarrista, dibujante y escritor es el responsable de clásicos como Días y flores (1975), Al final de este viaje (1978), Rabo de nube (1980) y Unicornio (1982).

Amoríos es un interesante cruce de caminos entre un puñado de algunas de sus miles de hermosas piezas. Es algo parecido a una antología, pues se trata de composiciones hechas entre 1967 y 1980 por este renombrado cantautor.

“Eran canciones a las que les debía una presentación en público”, explica a este diario Silvio Rodríguez, creador cubano que tiene cuatro décadas de carrera.

El compositor que ha hecho música para discos, filmes, teleseries y piezas de teatro comenta que escribe “porque me gusta contar cosas”.

“A veces ando con la idea de una canción durante muchos años; otras veces descubro la canción después de terminada”, detalla el autor de composiciones poéticas que han sido traducidas a idiomas como el francés, italiano, alemán, inglés, portugués, guaraní, ruso, chino, japonés, coreano, sueco y catalán.

“Amoríos’ es un disco en el que predominan las relaciones de pareja. Se trata de canciones muy queridas que nunca había editado”: Silvio Rodríguez.
LA MÚSICA COMO MATERIA ARMABLE

Las canciones de Silvio Rodríguez son sentidas crónicas cotidianas sobre ese conjunto de ternuras, decepciones, descubrimientos, temores y glorias que trae consigo el amor que es correspondido, y también ese otro amor que no termina de despertar en el corazón que se aspira conquistar.

De relaciones que son peligrosas y otras benditas, de esas que solo quedan en intentos o se alcanzan como un regalo que te da la vida, de eso escribe este artista en las 14 canciones que integran el disco Amoríos, lo nuevo suyo desde que en 2009 editó el álbum Segunda cita.

En Amoríos, décimo octavo disco de Rodríguez, podrá escuchar las piezas “Una canción de amor esta noche” (3:57 minutos), “Con melodía de adolescente” (4:37), “Tu soledad me abriga la garganta” (6:20), “Haces bien” (3:31), “Día de agua” (3:23), “Qué distracción” (4:03), “En cuál de esos planetas” (5:37), “Se cuenta de ti” (3:27), “Querer tener riendas” (4:16), “Dibujo de mujer con sombrero” (4:54), “Óleo de mujer con sombrero” (3:36), “Detalle de mujer con sombrero” (6:10), “Mujer sin sombrero” (5:44) y “Qué poco es conocerte” (4:27).

Aunque tienen sus años de haber nacido, ninguna de las piezas, salvo Óleo de mujer con sombrero, habían pasado formalmente por un estudio de grabación.

Para lograr ese sonido tan propio, y a la par ofrecer sonoridades refrescantes, se alió con el cuarteto de jazz compuesto por Jorge Aragón Brito (piano), Jorge Reyes (bajo), Oliver Valdés (batería) y Emilio Vega (vibráfono).

Para darle un toque aún más cabal, también se apoyó de la flauta y el clarinete de Niurka González; el tres de Maykel Elizarde; el violín de Tammy López Moreno, y en los miembros de la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Arte, dirigida por José Antonio Méndez Padrón.

Como cabe esperar, la dirección musical, la producción y la autoría de todas las composiciones son de Silvio Rodríguez Domínguez, y como era de rigor, se grabó Amoríos en los Estudios Ojalá, ubicados en Miramar, La Habana, Cuba.

A Silvio Rodríguez no le "gusta cuando se cuelgan conciertos o fragmentos tomados con los celulares”.
PARA RECOMPONER

¿Sigue una estructura para crear sus canciones?

Siempre hay una estructura, siempre hay un orden, aún en los aparentes desórdenes.

¿Qué es lo que más le gusta de ser músico?

La música es una materia que puede armarse, desarmarse, recomponerse de muchas maneras; su plasticidad es infinita, eso es lo interesante.

Después de tantos álbumes y canciones, ¿le inquieta el encuentro con su público?

Me importa lo que piensan los demás, pero después de haberme inquietado ante mí mismo. Cuando decido exponer algo es porque ya he superado muchas contradicciones en mi propia conciencia y en mi trabajo.

¿Por qué cree que sus canciones contactan tanto con audiencias de diversas generaciones?

Debe ser porque evito lo sectario y lo esquemático. Aunque escriba a veces sobre circunstancias específicas, trato de no caer en ciertos lugares comunes.

MÁS EXIGENTE

¿Qué lo llevó a espaciar su anterior disco, ‘Segunda cita’, y ‘Amoríos’ que aparece casi siete años después?

Ahora mismo estoy trabajando en varios discos a la vez, pero con el tiempo solemos volvernos cada vez más exigentes.

¿Qué tal fue la experiencia de trabajar con la Sony Music el disco ‘Amoríos’?

Con Sony tenemos un contrato de distribución física, porque mis discos los produce Ojalá, mi muy modesta casa. Estamos viendo con optimismo este acuerdo.

¿Qué representa ‘Amoríos’ dentro de su hoja de vida musical?

Es un disco en el que predominan las relaciones de pareja. Se trata de canciones muy queridas que nunca había editado. Tiene la virtud de estar realizado con excelentes músicos, grabado en Ojalá, el estudio que dirijo. Es una faena tras medio siglo dedicado a la música.

¿Qué elementos musicales y creativos le fueron útiles para sus composiciones de ‘Amoríos’?

Absolutamente todo lo que existe, y cosas que no existen pero que imaginé. Todo, todo lo posible y parte de lo imposible está en Amoríos.

El amor es un tema constantes en ‘Amoríos’.

El amor es lo más entretenido que hay. Y también lo que da mejores resultados.

El desamor también tiene su espacio en ‘Amoríos’. ¿En qué medida el amor perdido o el que no fue, son sentimientos que ayudan más para escribir?

Tiene razón. A veces el sufrimiento es más inspirador. Malagradecidos que podemos ser.
También aparece la soledad, lo ido, ¿qué representa para usted la soledad?

La soledad es el mejor lugar para hacer canciones, así que no le tengo mucha roña.

"Tengo un blog que se llama Segunda Cita, como un disco mío, y tengo una cuenta en Facebook", comenta Silvio Rodríguez.
SEGUNDA CITA

¿Qué opina de la industria musical moderna en estos tiempos de la era digital?

No sé mucho de la industria musical, ni moderna ni antigua. Yo he hecho mi música en Cuba, país que fue excluido de muchas formas del funcionamiento universal. Eso puede haber sido, según se vea, un inconveniente, aunque también ha sido una ventaja.

¿Cómo se lleva con las redes sociales?

Tengo un blog que se llama Segunda Cita, como un disco mío, y tengo una cuenta en Facebook. Al blog entro a diario porque por ahí me comunico con mucha gente y se producen buenos intercambios de ideas; pero no tengo mucho tiempo para lo demás.

¿Qué opina de formas modernas de tener acceso a la música como iTunes, Spotify, Amazon...
Son instrumentos de comunicación y de comercio. Son útiles, según el empleo que se les da. Cuando ese uso es constructivo lo encuentro bien, pero no siempre se usan positivamente… No me gusta cuando se cuelgan conciertos o fragmentos tomados con celulares. Eso mata por completo la calidad sonora de un trabajo musical, calidad por la que a veces los músicos trabajamos durante meses. Es injusto.

POLÍTICA

¿Qué opina del histórico acercamiento entre Estados Unidos y Cuba?

Que ya era hora.

¿Qué opina que la mayoría republicana del Congreso rehúsa levantar el embargo a Cuba?

El bloqueo es una medida económica que ha hecho mucho daño al pueblo de Cuba. Los que votan a favor están votando por dañar a mi pueblo. Yo lo que no me explico es cómo es que los políticos de un país se reúnan para decidir dañar a otro. Es algo que me resulta inconcebible.

¿En qué áreas piensa usted que Obama debe usar sus facultades ejecutivas en lo que le resta de su mandato?

En todo lo que pueda, y también en lo que no pueda.

¿Para que los procesos acercamientos se mantengan y aumenten, le conviene a Cuba que gane Hillary Clinton o Donald Trump?

He visto que la mayoría de los analistas dice que a Cuba le conviene más la señora. Tiene lógica: incluso Obama la recomienda. Pues ojalá gane la señora y levante el bloqueo.

viernes, febrero 05, 2016

Entre el amor y el desamor

Joaquín Borges-Triana cultura@juventudrebelde.cu
30 de Diciembre del 2015 23:08:44 CDT

Cartel que acompañó a una de las presentaciones del disco Amoríos 
Foto: Juventud Rebelde
Una de las cosas que más admiro en Silvio Rodríguez, además de su verticalidad en el sentido ético y que se expresa en su radical actitud en contra de lo que él no esté de acuerdo (venga de donde venga), es su capacidad para no repetirse entre un trabajo musical y otro. Si se formula un análisis pormenorizado de la producción fonográfica de este trovador, desde su ópera prima, el LP Días y flores, hasta el reciente CD titulado Amoríos, se comprobará que, al margen de los rasgos que identifican su estilo creativo, de un disco a otro Silvio logra establecer diferencias y no caer en esas repeticiones tan comunes desde el punto de vista melódico, armónico o de arreglos, que se dan en la obra de numerosas figuras, cuando ya llevan determinada cantidad de años en las lides musicales.

Incluso, la vocación por renovarse y no quedarse parado en el tiempo, lleva a Silvio a rehacer sus propias creaciones de antaño, cuando las recupera del baúl de los recuerdos y las pone de nuevo en circulación. Ello se aprecia en los retoques que en ocasiones da a un verso, una línea melódica, así como en la transportación tonal que hace en la armonía, para adecuarlas a su actual registro vocal.
Todo lo antes expresado se verifica en el álbum Amoríos, presentado en la noche del lunes 21 de diciembre con un excelente concierto llevado a cabo en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, que no me canso de repetir que hoy resulta el mejor espacio en La Habana para disfrutar de presentaciones musicales no concebidas para el baile. Este fonograma retoma lo llevado a cabo en anteriores producciones como Érase que se era, es decir, grabar viejas canciones de décadas como las de los 60 y los 70, del pasado siglo, conocidas en algunos casos por tomas informales (lo que en la actualidad serían demos o maquetas) en cintas o  casetes altamente valorados por los admiradores del trovador, pero que no habían quedado registradas en ningún disco.
Si bien una primera audición de los 14 temas de este nuevo CD de Silvio podría llevar al oyente a pensar que se trata de un material enfocado en el tema del amor, ello sería una apreciación un tanto limitada pues, en el álbum, el desamor también juega un rol protagónico. Creo que Rodríguez es uno de nuestros artistas que más ha abordado esa otra zona de la relación de pareja, o sea, lo vinculado con la ruptura y la pérdida de quien nos acompañase durante cierto tramo de nuestra existencia. La intensidad con que Silvio ha trabajado dicha arista, entre nosotros solo tiene equivalencia en lo hecho por el desaparecido Santiago Feliú en un disco como Sin Julieta, perfecto retrato sentimental de la generación a la que Santi y yo pertenecemos.
Desde el punto de vista musical, Amoríos es un trabajo en el que encontramos un feliz matrimonio entre los aires de la trova, el jazz y la música de cámara. Ahí radica, en mi opinión, uno de los grandes aciertos del disco, con piezas que echan mano a elementos del son, el guaguancó, el chachachá, el danzón, el bolero, el blues…, en una clara apuesta por una cancionística influenciada por los procesos de hibridación que vive el arte contemporáneo.
Por orden de aparición, se incluyen en el álbum las piezas: Una canción de amor esta noche, Con melodía de adolescente, Tu soledad me abriga la garganta, Haces bien, Día de agua, Qué distracción, En cuál de esos planetas, Se cuenta de ti, Querer tener riendas; Dibujo de mujer con sombrero, Óleo de mujer con sombrero, Detalle de mujer con sombrero, Mujer sin sombrero (cuatro cortes que arman la suite Exposición de mujer con sombrero); y Qué poco es conocerte.
Compilación de viejos temas, desconocidos para el gran público pero no para los fervientes admiradores del trovador, el disco Amoríos vuelve a poner sobre el tapete la discusión de qué sería mejor, si hacer esto que ha hecho Silvio de reactualizar antiguas canciones o presentar las versiones originales tras un proceso de masterización. En esta polémica, en la que hay argumentos a favor y en contra en cada uno de los bandos en que se dividen los seguidores de Silvio, dejo que el lector se pronuncie. Por lo pronto, solo me queda recomendar la audición de este fonograma, muestra de un creador que casi a sus 70 años no deja de renovarse.

martes, diciembre 22, 2015

Presenta nuevo disco Amoríos

En un intimo concierto en el teatro del museo nacional de bellas artes de cuba

Fotos de Ivan Soca