jueves, julio 05, 2018

Una voz y una guitarra para la nostalgia

Aquellos maravillosos discos

 Durante los años 70 floreció una interesante generación de cantautores que han marcado la conciencia musical
Joan Manuel Serrat ha sido y es uno de los máximos exponentes de los cantautores españoles / 
¿Cuántos de ustedes han soñado con ser bandolero? Durante tres años a mediados de los 70 vivimos trepidantes aventuras con Curro Jiménez. Una serie que hablaba de valores. Y a eso vamos.


Hoy queremos hablar de cantautores de aquellos años 70 que despertaron las conciencias y los sentimientos de los españoles. Y en eso el maestro fue, sin duda, Joan Manuel Serrat, que alcanzó su gran éxito a principios de la década con ‘Mediterráneo’, un disco que incluía ‘Aquellas pequeñas cosas’. Es difícil encontrar a un escritor de canciones como el barcelonés, pero sin duda uno de ellos es el gran José Luis Perales.
Un sentimiento en boca de Perales se convierte en un éxito automático. El conquense es autor de infinidad de éxitos para otros artistas, pero este ‘Celos de mi guitarra’ fue su primera canción publicada por él mismo en el 73. Y si tenemos que completar una triada de cantantes y autores de la época, no nos puede faltar el asturiano Víctor Manuel con ‘Quiero abrazarte tanto’.
Crecer, enamorarse, formarse un criterio o solo sentir las palabras. Todo eso conseguían las canciones de estos artistas que en muchos casos no les salieron gratis. Serrat y Víctor Manuel estuvieron en el exilio y censuraron sus temas, pero no fueron los únicos. Los aires de libertad llegaban con el dictador todavía en el Pardo de la mano de canciones como ‘A cántaros’, de Pablo Guerrero.
También nos llegaron de allende los mares con otros pensamientos, con ideologías muy claras y temas sin ambigüedades que estuvieron prohibidos ‘prohibidísimos’ en esta España nuestra pero que aun así tuvieron su difusión, primero velada y luego abiertamente como ocurrió con el cubano Pablo Milanés, que nos cantaba aquello de ‘Pobre del cantor’.
Reuniones de sindicatos o partidos entonces prohibidos, salones parroquiales con curas combativos o cafés musicales reivindicativos. Siempre con los grises acechando, pero cualquier sitio escondido era bueno para escuchar cantos de libertad, contrarios al pensamiento único. Justo en la frontera que marca la muerte de Franco, Luis Pastor publica otra obra imprescindible‘Fidelidad’.
Pastor ha seguido publicando desde entonces con una regularidad considerable, pero las décadas posteriores han relegado a la última fila a aquellos que en su día sirvieron para que el pueblo español tomara las riendas de su destino. Y prácticamente todos fueron censurados. Le pasó a Cecilia, cuya ‘Mi querida España’ se intentó convertir en un canto patriótico con la España “mía… nuestra” en lugar del original de la España “viva… muerta”.
Pero hubo quien quiso ver también una respuesta conservadora a los cantautores ‘rojos’, por algunos llamados. Y ahí situaron a María Ostiz y su, por otra parte, gran canción del 77 ‘Un pueblo es’.
También se significó escorado al conservadurismo otro de los grandes cantautores de aquella generación, que sin embargo nunca usó términos políticos o ideológicos en su discografía y que prefirió cantarle al amor, a la vida sencilla o a sí mismo, como hacía en ‘Autorretrato’. Hablamos del versátil y nunca bien ponderado Juan Pardo.
Pardo había sido pionero del pop con Los Brincos y se convirtió luego también en productor de éxito y mantuvo una línea musical propia más ligera. También cultivó en su carrera el rock y el folk un marroquí madrileño de adopción que aún sigue en activo pero cuya repercusión posterior no ha hecho justicia: Noel Soto, que en 1974 alcanzó la fama con ‘Noche de samba en Puerto España’.
Otro que nació fuera de nuestras fronteras fue Roberto Carlos, ese aterciopelado brasileño que ha sido y es una leyenda musical en su país y que en el nuestro tuvo el gran exitazo en los 70 de‘El gato que está triste y azul’.
Ahora hablaremos de otro cantautor que ha marcado una época, sí, pero cuyo estilo es diametralmente opuesto a los anteriores. Porque si les digo maestro y difusor de la rumba catalana solo pueden pensar en un par de nombres, y uno de ellos es el de Peret, cuyo ‘Borriquito’ revolucionó el panorama musical y social de la España desde 1971.
Y ya saben que es tradición cerrar con un grupo que no escribía sus éxitos pero que marcó la época. Así que como mandan los cánones de esta sección, nos despedimos con Fórmula V y su canción ‘Cenicienta’.

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