domingo, abril 13, 2014

"Santiago era como un niño grande"

Frank Delgado: Nos hemos quedado huérfanos de Santiago Feliú. Sus seguidores y conocidos aún no creen su repentino fallecimiento ésta semana, se resisten a creerlo o a interiorizarlo. Entre los grandes amigos de Santy, como le decían sus allegados, destaca el trovador Frank Delgado. “Lo conocí tan bien que no sé cómo empezar, no entiendo cómo la gente puede sedimentar tan rápido y escribir sobre Santiago, yo aun estoy muy aturdido y no quiero empezar con el lugar común que todos usan sobre como lo conocío. Declaró el trovador que llegó hasta su casa para rememorar la figura del zurdo maravilloso.

Por más de una hora conversamos con el autor desobre la pérdida y su inolvidable amistad con Santi. “Es una noticia inesperada que me resistí a creer. Viendo ahora las fotos publicadas en Internet en las que se aprecia con su imagen muy juvenil es aún más terrorífica esta muerte. Santiago era una especie de encarnación del eterno joven, pues físicamente lo parecía y en su vida fue siempre un transgresor y los transgresores tienen siempre ese halo de ser gente siempre muy joven. Yo no lo podía entender cuando me llamaron, estuve en el hospital Emergencias al que llegó sin vida.”
¿Qué podrías decir acerca de los rumores sobre su repentina muerte?
Se ha especulado mucho sobre la vida de Santiago, que si era un sibarita, un epicúreo y que fue víctima de los placeres de la vida, pero desde que había debutado como hipertenso se cuidaba mucho más. Hacía un año y un mes se había vuelto a casar, lo recuerdo porque un día antes hicimos un concierto juntos en el Teatro Raquel Revuelta, decidimos hacer ese homenaje a los cuarenta años de la trova cantando canciones de la trova tradicional y no quiso ensayar mucho porque estaba en los preparativos de su quinta boda con la que estaba muy entusiasmado.
La última vez que lo vi fue en noviembre cuando vi a Gema, su viuda, que ya estaba embarazada y lo veía muy contento. Estaba muy feliz también porque su hijo Adriano que vivía en Barcelona decidió regresar a Cuba a vivir con él. Económicamente fue un tipo al que nunca le fue bien, era muy botarate, tuvo grandes oportunidades y contactos pero su relación con el dinero fue pésima, vivía muy al día lo que lo estresaba mucho. Quizá estaba muy estresado por no contar con el respaldo económico para afrontar los gastos de sus hijos. No sé como a la gente puede hablar en momentos como estos.
En la vigilia que hicimos en el Instituto Cubano de la Música quise hacer un par de anécdotas pero no quise robarme el show. A él no le hubiera gustado que otro fuera el centro, no me lo hubieran perdonado ni él ni su ego por lo que solo leí la bella crónica que escribió Fito Paéz. internet en el hospital y lo puse en mi Facebook.
Allí lo vio Fito y de inmediato llamó a Ivette de Relaciones Internacionales del Ministerio de Cultura, que se encontraba también en el hospital y le confirmó la noticia. La noticia se corrió como pólvora a la media hora me habían llamado muchas personas de varias partes del mundo. Santiago no era un ángel. Era un tipo difícil. En su obra estaba, como decía Fito, metido en una especie de urna. A través de su misma poética en los últimos tiempos estaba como metido en una ostra.

Había mucho de ostracismo y poco de sociabilización en sus últimas canciones, a pesar de haber sido una de los primeros críticos con canciones como temas duros para el momento. Cumplió siempre esa máxima de los trovadores de hacer canciones para sí mismo, escribía los temas sobre sus experiencias personales. Últimamente no fue un trovador prolífico, hacía muchas músicas pero se le ocurrían pocas letras como me está pasando a mí, porque es difícil encontrar temas novedosos y de interés.

Decía que había dejado de ser un trovador para convertirse en un cantautor, contaba que había aprendido un poco de piano cuando joven y desde que le regalaron un teclado se pasaba largas horas tocándolo y hasta quería acompañarme con aquel instrumento cuando cantábamos juntos, a lo que siempre me negué. Muchas de sus canciones del disco Ay la vida fueron concebidas luego de la llegada del piano.

 Santiago tuvo últimamente un tiempo de silencio en el que casi no se presentaba porque se dedicó más a su proyecto de vida personal. A él no le gustaba cantar en bares privados o estatales donde le pagaban, no resistía que le hicieran más caso a la bebida en el centro nocturno que a él. Siempre le decía que tenía que aprender a trabajar en la noche cubana. Hizo sus mejores intentos en el Teatro Nacional con un ciclo que se llamaba ;donde con una gran banda y hermosos arreglos interpretaron temas de los sesenta y los setenta hispanoamericanos. De alguna forma la noche lo superó a él. Tampoco le gustaba el Sauce, lo llevé en varias ocasiones, incluso la semana pasada estuvo programado allá.

 Como mismo él decía “su canción era una canción de arte que no hacía ningún tipo de concesiones,” había que seguirla con todas las de la ley. Su canción favorita eradecía que era en la que mejor logradas estaban la música y la letra. Ambas muy rebuscadas, en el 2004 hicimos juntos una gira en México en la que le decía a todos que él era Santiago Feliú el autor de era una canción un poco densa, aunque él se encargó que fuera bien conocida, en ocasiones la cantaba hasta dos veces. Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Santiago y tú fueron compañeros de generación.

¿Cómo era el Santiago de esos primeros años?

 Fue el primero de nuestra generación en tener un amplio poder de convocatoria. Nuestra generación no fue precisamente una banda sonora de la Revolución, tuvo más bien una conciencia crítica quizá por eso no nos apoyaban ni Casa de las Américas ni el Ministerio de Cultura, éramos profesionales por derecho de autor porque no pertenecíamos a ninguna empresa.

 Fuimos profesionales tiempo después porque Silvio y Pablo nos ayudaron mucho. Empezamos con muy pocos seguidores, llenábamos los teatros con nuestros amigos. Santiago fue el primero de nosotros de grabar un disco con el que estuvimos muy involucrados porque íbamos casi a diario a los estudios de San Miguel para ver cómo funcionaba aquello. Luego hizo conciertos multitudinarios en Chile, Argentina. Cantó con Fito Páez, León Gieco, quienes para nosotros eran dioses.

Y que Santiago pudiera llegar a ellos nos parecía el primer vínculo internacional que tenía nuestra generación. Era muy fuerte en el escenario, tocaba magistralmente con su zurda. Su canción tenía una frecuencia media que no tienen las de los que tocamos con la derecha. Era muy rápido. Siempre estaba muy distanciado de la realidad, me tocaba a mi siempre darle una psicoterapia para bajarlo a tierra, entre tanta melodía y poesía se perdía. Siempre fue rojo, nunca engañó a nadie sobre su filiación política, con todo el riesgo que esto conllevaba, en tiempos como estos en que la gente no se quiere comprometer. El si quemó las naves, algo que siempre admiré de él

 ¿Por qué dices que no era precisamente un ángel?

 Le prometí que nunca más haríamos un concierto juntos después de aquel de diciembre de 2012. Hizo todo lo contrario a lo que habíamos ensayado, se portó muy mal, se levantaba cuando yo cantaba, etc, fue muy estresante, fue un malcriado. Lo tenía claro, que no iba a cantar más con él, lo tuve claro hasta el día de ayer. Me decía hasta viejo cascarrabias en público. Con su ego desmedido le gustaba apabullar a la gente y ese día lo hizo conmigo. Cantó las canciones que no programamos cantar un tanto para aplastarme. Tenía un gran ego, como mismo él decía, un ego desubicado.

No era un ángel, hubo muchas personas que en su tiempo estuvieron peleadas con élpor su manera de ser. Su desenfado a veces sonaba insensible. Metió sus patas muchas veces, lo que lo alejó de muchas personas. Yo siempre lo quise mucho, nunca pude guardarle rencor a pesar de sus cosas, aunque después de aquel concierto te confieso que lo quería ahorcar. anécdotas y leyendas sobre la personalidad de Santiago… Santiago no escuchaba a nadie, era muy para sí mismo, en una fiesta había que oír solo su música.

 En una ocasión presentó a Carlos Varela como el tercer mejor trovador de Cuba. Entonces le pregunto si se había puesto de segundo, me dijo que el segundo era Silvio, él era el primero. Hace unos años en el ISA nos iban a entregar un reconocimiento. No pudimos asistir por encontrarnos fuera del país

. El fue en nuestra representación a recibir el título honorífico de manos de Fidel Castro. Y Fidel le pregunta al verlo cuál de los dos Feliú era él, a lo que son su desenfado característico responde. Yo, el talentoso. Sobre su ego hay toda una mística, quizá leyendas urbanas. Es verdad que era un gran ególatra, pero le salía orgánico y yo sabía cómo molestarlo hablando bien de otros, a veces hasta lo inventaba, era como un niño grande.

viernes, abril 04, 2014

Cronicas del concierto en Zocalo de Mexico D.F.


Minuto a minuto concierto del Zocalo

Cronica de Televisa

A 'media luz', Silvio Rodríguez deleita a mexicanos con su trova

  La trova de Silvio Rodríguez reúne 80 mil en el Zócalo

Cronica de Cubadebate

Cronica de la Jornada

“Soñar con imposibles es posible; ignoro si aferrarse tenga sentido”

Antes creía que la poesía salvaría el mundo; hoy, que ayuda a mejorar
Cuando no nos percatamos de la necesidad de evolucionar nos damos de bruces con una revolución, señala en entrevista el autor de Fusil contra fusil El primer poeta mexicano que conocí fue Juan de Dios Peza con Reír llorando, evoca el cantautor, que vuelve a México este mes. Silvio RodríguezDomínguez (San Antonio de los Baños, Cuba, 1946) reflexiona sobre la prensa cubana, la clausura de los cines privados, las reformas migratorias y la poesía.

 “Es probable que con la prensa nos pase como a Alejandro Magno cuando a las puertas de Asia se encontró con el Nudo Gordiano. La espada que corta este nudo pudiera ser la web. Necesitamos más y mejor Internet para intensificar el debate”, propone y así responde a un amplio cuestionario que le envía la redacción de La Jornada, elaborado por editores, reporteros y colaboradores, por medio del correo electrónico, a una semana de presentarse con la Gira interminable en Puebla (7 de marzo), ciudad de México (9 y 10), Tijuana (17), Guadalajara (14), Hermosillo (19) y Monterrey (22).

A continuación presentamos la primera de dos partes de la entrevista que el autor de temas que han sido fuente de inspiración de una riada de compositores actuales.
 –Acaba de cumplir 67 años de edad, ¿cuál es su estado de ánimo como artista, como creador y como persona?
 –Hasta ahora todos esos estados de ánimo me han permitido seguir trabajando, aunque desde hace algunos años dedico más tiempo a mi familia.
 –Dicen que al llegar a esta edad uno se aferra a lo imposible. ¿Tiene ese síntoma?
 –La verdad es que soñar con imposibles siempre es posible… Ignoro si aferrarse tenga sentido.
 –¿Cuál es su mayor angustia y cuál su mayor satisfacción?
 –Mi mayor angustia es cuando pienso que pude hacer más. Mi mayor satisfacción es haber encontrado tiempo que perder. –Es el momento de dar gracias a quien le llame evolución.
 –Referente principalísimo del canto latinoamericano. ¿De qué le ha servido y cómo ha utilizado tal distinción?
 –El canto latinoamericano es lo suficientemente extenso y rico como para sentirse gota de agua.
–¿El mundo está cerrando los oídos a la poesía?
 –Los pueblos hacen constantemente poesía; en los campos se escucha hablar así. Dicen que en Rusia, desde la época de Pushkin, gustaban de escuchar a los poetas; por eso después Maiakovsky pudo declamar a multitudes. En la mayoría de los países las ediciones de poesía han sido exiguas. En Cuba ha sido mejor por el hábito de lectura que creó la alfabetización y porque los libros son baratos. Yo me aficioné temprano a ese lenguaje. Cuando joven creía que la poesía iba a salvar el mundo. Hoy pienso que nos puede ayudar a comprendernos y a ser mejores. El mundo que excluye la poesía se está perdiendo cosas.
–Es demasiado pretencioso pensar que la canción puede ayudar a resolver cosas en el proceso de cambio de una sociedad, pero en algo debe ayudar.
¿En qué?
 –La canción puede ser trasmisora de buenos sentimientos; puede enseñarnos a ser mejores. Una canción, como un himno, puede elevar nuestra autoestima, o hacernos querer lo que nos une. Una canción puede alertarnos, activar nuestras antenas. También puede orientarnos en momentos de confusión. Conozco médicos que han usado canciones para mejorar el estado emocional de sus pacientes. Algunas personas dicen que tales canciones formaron parte de la banda sonora de sus vidas. Si eso es cierto, las canciones pueden ser muy importantes.
 –¿Cómo ve un comunista la globalización ideológica que se vive?
 –No soy militante comunista. Pero no me disgusta que me llamen así, porque no emparento la palabra con los fracasos del llamado “socialismo real” ni con un burdo igualitarismo, sino con sentimientos de justicia social que son parte de aspiraciones humanas muy legítimas. La globalización no estaría mal si se globalizaran la salud pública y la educación. Pero lo que se suele repartir es la guerra, el consumismo y el achatamiento cultural, que sirven de cuñas para la explotación.
 –¿Qué piensa de José Mujica, “el presidente más pobre del mundo”, que vindica con el ejemplo la sentencia martiana de “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”.
 –Creo que José Mujica no fue reducido por la prisión y los fracasos, sino que le mostraron otros caminos para contribuir al mejoramiento humano. Un caso ejemplar en que el resentimiento no pudo con el hombre. (R)evolución ¿Sigue pensando que a la revolución cubana “se le debe quitar la R”?
–Sigo pensando que hay momentos de la historia que son revolucionarios, pero que la mayoría de las veces de lo que se trata es de evolucionar. También ha pasado que cuando no nos damos cuenta de la necesidad de evolucionar nos damos de bruces con una revolución. revolución cubana ha sido determinante tanto en su vida como en su obra. Pero imaginamos que los grados y elementos de influencia han variado con el tiempo ¿Cuáles serían hoy? ¿Qué le inspira la Cuba actual?
–Hace algún tiempo me quejaba, sobre todo entre amigos, de que no nos movíamos. Soy de los que piensan que perdimos tiempo, sobre todo en la década de los 90. Ahora que nos movemos, hay opiniones sobre cómo lo estamos haciendo: unos dicen que demasiado lento; otros, que no en la dirección correcta. Pues yo doy gracias –a lo que haya que dárselas– de que estemos moviéndonos en orden. Basta un ojeada al mundo para ver lo que pasa cuando el caos se apodera de las calles. La Cuba actual me inspira preocupación y ocupación, o sea respeto y esperanza.

–¿Qué piensa de las relaciones actuales de Estados Unidos con Cuba, sigue siendo el mismo de siempre, intervencionista, o ha cambiado?

 –Hay que tomar en cuenta que Washington lleva más de medio siglo poniendo en práctica políticas hostiles e intervencionistas contra Cuba. No sólo con absoluta conciencia del daño que nos hace, sino después de haber explicado con pelos y señales todo lo que se propone hacernos.

En términos legales sería “con premeditación y alevosía”.
 “Cada año se constata más el fracaso de esta política y laONU invariablemente la condena. Ahora además se hacen ilusiones, viendo que la generación histórica de la revolución se va retirando. Supongo que por estas razones cada vez son más los que se pronuncian en favor una normalización.

Pero esos pronunciamientos nunca dicen: ‘Nos hemos equivocado: debemos tratar a Cuba como nos gusta que Cuba nos trate’. Más bien siempre llevan la coletilla de que ‘la línea dura no ha surtido el efecto deseado’. Ese “efecto” no es otra cosa que devolver a Cuba al redil que la tenían los gobiernos anteriores a 1959.
 Prejuicios materiales “Si Washington hubiera cambiado, no permitiría que continuaran las injustísimas condenas contra los cubanos antiterroristas, prisioneros en cárceles del norte (Gerardo Hernández, nada menos que con dos cadenas perpetuas). Si hubieran cambiado, nos hubieran devuelto el territorio de Guantánamo, ocupado contra nuestra voluntad.
 También es evidente que si hubieran cambiado ya no existiría el bloqueo que Juan Pablo II calificó de inmoral. “Se podrá cuantificar el perjuicio material que nos han causado, que ya suma miles de millones, pero el daño espiritual que ha recibido el pueblo cubano, el sentimiento de tener un vecino egoísta que calcula y maltrata, va a sobrevivir mucho después de los que padecimos directamente su maldad.”

 –¿Se han podido independizar los países latinoamericanos de esa rémora que destabiliza?
 –Varias corrientes de pensamiento gobiernan en América Latina. Hay países más independientes y países en que la dependencia parece omnímoda. Aún así, recuerdo la tristeza en los ojos de Pete Seeger cuando en 2010 me dijo que Latinoamérica no era mejor por culpa del gobierno de su país… Para mí es obvio que si el gobierno del norte no tuviera una base en nuestros países, otro gallo cantaría. “Recuerdo que hace años acusaban a Cuba de fomentar la insurrección en América Latina.

Era una ayuda para conseguir independencia, y ocurría porque los revolucionarios, torturados y asesinados en sus países, iban a Cuba a pedir ayuda. ¿Dónde si no, hubieran podido acudir en esta región? La insurrección armada fue la única opción que vieron aquellas generaciones.
Las oligarquías se aliaban con el norte y ponían gobiernos que las beneficiaban, sin la más mínima contemplación con sus pueblos. Todo el que el que no entraba por el aro era reprimido y calificado de comunista, cuando muchas veces no era así.

¿De dónde salió la Teología de la Liberación?
 “La información no viajaba a la velocidad de hoy. Pasaban años, décadas, y nada cambiaba. Algunos decidían combatir las armas con que les negaban la justicia. De ahí salió Fusil contra fusil. Aquel enfrentamiento armado, aún cuando fracasara como método, resultó una advertencia que abrió muchos ojos y flexibilizó zonas del pensamiento conservador.

Ojalá haya sido hasta el punto en que se pueda crecer. Yo supongo que podríamos dar un salto como especie; pero no desde el punto de vista tecnológico, sino desde el punto de vista humano. “Desde esa esperanza, creo que debemos dejar de pelear, pasar a otra etapa.
Debemos aprender de la historia, de lo bueno y de lo malo que hemos hecho. Debemos encontrar puntos de contacto y de diálogo para que las pugnas se suavicen y entre todos hagamos lo que se debe por la mayoría que lo necesita. Los ricos no tienen que dejar de serlo, sólo pensar un poco en los que no tienen su suerte. Perdón por la utopía, pero cualquier otro camino me parece injusto e infinitamente más doloroso.”
 –Desde hace años promueve y defiende cambios en la legislación cubana. Flexibilizar las medidas migratorias ha sido una de sus propuestas.

¿Vislumbra otras soluciones en el futuro?
 –No sólo yo: muchos llevábamos tiempo abogando por más libertad migratoria, al menos por parte de Cuba, porque ahora los obstáculos están en las embajadas. Es cierto que nos faltan cambios, pero en algunas provincias se están realizando ensayos de descentralización. Sé que no es fácil, porque estamos acostumbrados a que “las instancias superiores” se pronuncien primero.

 “Respecto de la prensa todos parecemos de acuerdo en que debe ser más activa y autocrítica. Se hacen reuniones, se sale de allí con optimismo y, cuando nada cambia, se culpa al periodista. No creo que sea culpa de los periodistas si no tenemos mejor prensa, sino de los que deciden. Es probable que con la prensa nos pase como a Alejandro cuando a las puertas de Asia se encontró con el Nudo Gordiano. La espada que corta este nudo pudiera ser la web. Necesitamos más y mejor Internet para intensificar el debate.” Religión.

–Ha llegado el momento en que nos descubra en qué cree ¿Cuál es su fe, su religión? ¿Es un hombre de mentiras o de verdades?
 –Esta pregunta me recuerda a una planilla que tuve que llenar cuando ingresé a la televisión en 1967.
 En Cuba les llamábamos un “cuéntame-tu-vida” y eran comunes en aquellos tiempos de prejuicios. Pero desde hace muchísimos años uno ve incluso a militantes del PCC con prendas de santería y nadie se mete en eso (cosa que está muy bien).

 “Soy un hombre hecho de verdades y, lamentablemente, también de mentiras. Prefiero las verdades, y tengo fe en que el género humano llegue a ser algo inmenso que hoy ni siquiera imagina. Ya he dicho que las religiones me parecen la burocracia de la espiritualidad.” México para Silvio
–¿Qué significa México en su carrera?

–Con México tuve una empatía inmediata. Yo había leído un poco sobre culturas precolombinas, incluso había escrito una canción que evocaba un mito náhuatl. Vine por primera vez en 1975, como parte de una extensa embajada cultural integrada por el ballet, la salsa, la rumba, lo sinfónico, el cine.

En medio de todo aquello, yo tenía una participación discreta y fue una sorpresa que desde el público pidieran La era Fusil contra fusil. A partir de entonces empezaron a invitarme a jornadas de solidaridad con países que entonces sufrían dictaduras militares. Inicialmente tuvimos un auditorio universitario que poco a poco se fue extendiendo.

 “Entre lo que recuerdo está haber conocido a Eugenia León en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuando cantaba en un cuarteto que llamaba Víctor Jara Junto a Noel Nicola hice una gira con el grupo argentino-mexicano Zanampay, integrado por Hebe Rosell, Naldo Labrín, Caíto, Delfor Sombra, y en el que también era vocalista Guadalupe Pineda. Por entonces Tania Libertad se mudó a México.

Compartíamos a menudo con la formidable Amparo Ochoa, con Óscar Chávez, René Villanueva y Los Folkloristas, el Negro Salvador Ojeda, Marcial Alejandro, Gabino Palomares, La Nopalera. México era un desfile. Muchos del Cono Sur estaban exiliados en este país y no era raro coincidir con Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Los Parra o Nacha Guevara.

 –¿Cómo ve México?
 –Para mí es el país donde José Martí adquirió el acento que, dicen, predominaba en su forma de hablar; donde hizo amigos para siempre, escribió no pocas cosas y publicó textos en la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, que luego imprimió grabados de José Guadalupe Posada. En esa imprenta después durmió un clandestino Fidel Castro, cuando se disponía a regresar a Cuba.

Yo pude ver aquel taller, que estaba en un patio, creo que de la colonia Roma, porque conocí a Arsacio Vanegas, el luchador que enseñó defensa personal a los expedicionarios de Granma. Arsacio me daba masajes cuando la espalda se me engarrotaba por tantos conciertos. Hay muchas cosas de México que no me dejan verlo desde fuera.

 Influencias
 –Usted ha dicho que “cada quien tiene las influencias que merece” ¿Cuáles han sido las suyas? ¿Con qué tipo de creador se ha sentido más identificado?

–En realidad esa respuesta me la dio Nicolás Guillén el día que le dije que algo de su poesía estaba en mis canciones. Y es que, por supuesto, me han impresionado infinidad de creaciones. Todavía escucho, leo y veo cosas que me hacen sentir alimentado. Cualquier descubrimiento, por simple que parezca, es aprendizaje. –En poesía, nos gustaría que hablara de su relación con poetas mexicanos.

–El primer poeta mexicano del que tuve noticia fue Juan de Dios Peza. Cuando era niño mi padre me leía sus divertidos versos familiares. Peza no figura en todas las antologías, pero tiene un poema que cada vez que lo leo me aprieta el pecho. Se llamaReír llorando. Muchos años después, cuando llegué a México, tuve la suerte de conocer a Efraín Huerta, a Thelma Nava, a Juan de la Cabada, a quienes recuerdo con mucho afecto.

Por supuesto, estoy consciente de la altura literaria de Octavio Paz. Me gustan Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Eduardo Langagne. Confieso que me encantan los textos precolombinos, los libros del Chilam Balam. Los poemas atribuidos a Netzahualcóyotl son de una belleza penetrante. Una poesía a la que siempre regreso es a la de Sor Juana, a quien considero una voz fundacional. Tomado del Progreso Semanal

Cronica de conciertos en Mexico

Haydee Santamaría, musa inolvidable de Silvio Rodriguez

Quien indague por qué Casa de las Américas nos abrió sus puertas para que cantáramos en febrero de 1968, debe saber que aquel ademán solidario no salió del vacío, y menos porque abundaran noticias felices sobre los jóvenes trovadores. Por entonces era habitual que nos precediera una aureola de conflictivos, palabrita que solía usarse como sinónimo de "ten cuidado con ese". Quizá por ello, antes de la primera invitación a cantar, Haydeé Santamaría en persona se reunió con nosotros y se informó de primera mano de nuestras procedencias y correrías, así como de nuestra forma de entender temas universales y del patio.

¿Qué determinó el interés inicial? Alguien dijo que quien primero le habló a Haydeé de aquel grupo de trovadores fue Santiago Álvarez. Lo creo, porque conocí bien a Santiago. ¿Cómo fue la comunicación inicial con ella? Aunque parezca raro, en cierta medida por nuestro repertorio. Digo que puede parecer extraño porque llegamos por un auspicio del Centro de la Canción Protesta y nuestro arsenal no era pródigo en el tipo de canción que solía clasificarse como tal. Es decir, cuando llegamos frente a Haydeé habíamos escrito escasos temas sobre la guerra en Viet-Nam, la discriminación racial y el antimperialismo. Por su parte, el cantor de la reafirmación revolucionaria era --y es para siempre-- Carlos Puebla. Nosotros desde el inicio fuimos otra cosa. Mezclábamos lo cotidiano con lo trascendente y no eludíamos hablar de los contratiempos de la sociedad en revolución. Lo hacíamos así porque así era nuestra vida, y la vida real es quien suele poner las mejores palabras en una canción. Esto no era conflicto para Haydeé, que siempre nos escuchaba respetuosamente, cantáramos lo que cantáramos. Sólo una vez me preguntó qué quería decir yo con aquello de "me iré a soñar al trueno / de un país desconocido". Fue entonces cuando, obligado a profundizar, le confesé mi secreta aspiración de convertirme en combatiente internacionalista.

Quizá la materia que más fluidamente dejó correr nuestra afinidad fue el Che y la lucha armada. A ella le gustaba hablar de cuando se habían hecho amigos en la Sierra Maestra y a mi me encantaba escucharla, lamentando en silencio no haber tenido edad suficiente para alzarme. En la Sierra él le había prometido que ella lo acompañaría a la hora de la liberación Latinoamericana (ella se apagaba un poco cuando explicaba por qué no habían podido correr la misma suerte). También más de una vez me contó que el argentino decía que lo que más le gustaba de ella era verla "disparando a la redonda", como una rebelde en el seno de los rebeldes. Y supongo que ése debe haber sido otro punto cardinal de nuestra identidad: la convicción de que era necesario seguir siendo insurrectos, para darle continuidad al mejor espíritu revolucionario. Ella era, por derecho histórico, una semejante del Che. Yo, por vocación y edad, émulo del "Gigante" de Martínez Villena. Con tan especial identidad, rápidamente nos volvimos amigos.

Haydeé, como ya he dicho, puso la épica revolucionaria a nuestro alcance, al narrarnos algunos hechos como ella los recordaba y no como parecía pintarlos cierta mitología castradora. Su visión realista y a la vez poética era la anunciación de que el sacrificio era una forma de ascenso en la escala humana. Así que sintiéndonos cada vez más comprometidos, aunque sin ataduras, nos fuimos hermanando y ella dejó de ser Haydeé y se convirtió en Yeyé, como le decían doña Joaquina y sus hermanas Aida y Adita, de las que también nos volvimos familia.

Puede que ahora yo sea algo más cuidadoso que en aquellos tiempos, cuando todo --yo incluso-- era más joven. Por entonces, y aunque mis bríos a veces se pasaran de rosca, no entrar en contradicciones me parecía una cobardía y no ser impetuoso lo consideraba un defecto. Ante tales arranques, Haydeé tenía una capacidad de comprensión y compasión enormes. Sabía leer, donde está escrito, el por qué cada cual es como es. Su dolor de alma, lo trágico de su vida le fueron refinando la ternura hasta lo sublime. Así mismo era capaz de sentarse a discutir con quien fuera y de cantarle las cuarenta al más pinto. Maravillosamente, también tenía la admirable costumbre de no dejar que se hiciera leña del árbol caído. Si tronaban(*) a un compañero, o algo así, Haydeé no admitía que se hablara mal de él, todo lo contrario. Por eso cuando uno la escuchaba resaltar insistentemente las virtudes de alguien, podía casi asegurarse que ese alguien estaba en "capilla ardiente". Ella era como una gran academia de humanidad en un cuerpo pequeño y con voz de flauta. Pero nadie podía equivocarse respecto al carácter que residía en aquel ser que hablaba cantando. Para mi Yeyé fue una argamasa que pegó y contribuyó a que tomaran forma algunas cosas importantes que por entonces todavía me bailaban adentro.

Jamás podré olvidar que cuando en 1980 los trovadores Vicente Feliú, Lázaro García, Augusto Blanca y Saresquita Escalona fueron secuestrados y torturados durante un golpe de estado en Bolivia, Yeyé transformó su oficina de Casa de las Américas en un centro de movilización internacional. Desde allí ideó y ejecutó el rescate de nuestros compañeros y no fue a descansar hasta saber que ya venían de regreso.

La fascinación que ejercía me hizo escribir cientos de palabras con música, con las que intenté un tributo a la proeza de su generación, en la que había brillado su hermano Abel. O sea que de no existir nuestra amistad posiblemente no hubiera escrito algunas canciones, entre ellas "Canción del Elegido". Durante los años en que nos conocimos, en cambio conseguí que me redactara una dedicatoria para el libro "Haydeé habla del Moncada", donde puso: "Silvio, compréndeme y quiéreme".

Puede que esas sean las palabras clave para la canción que le debo. Mas, como se ve, trato de transcribir algo de su memoria al lenguaje común, sin conseguir revelar la magnitud de su presencia.

No quiero dejar de decir que con ella también nos reíamos mucho. A ella le encantaba reír y hacer reír. Si se piensa que los sentidos son tributarios de la personalidad, uno de los esenciales en Yeyé era el del humor, a veces matizado por su maternidad expansiva. No se me olvida un día en que me invitó a comer y que mientras al resto de los comensales se les servía una cena criolla, me puso delante una descomunal tortilla de plátanos maduros. Fue que una vez me oyó decir que me gustaba mucho ese plato.

Un 31 de diciembre, fecha que ella había escogido como su cumpleaños, la vi empolvarse la cara, echarse una sábana por la cabeza y alumbrarse la barbilla con una linterna. Así, después de apagar todas las luces de la casa, se le apareció a Noel Nicola, que roncaba en un sofá. Noel saltó del sueño echando chispas y palabrotas, y al día siguiente estaba apenadísimo por las expresiones que se le habían escapado. Yeyé, cada vez que lo veía, le pinchaba las costillas con un dedo y le soltaba una risita.

La última vez que Julio Cortázar estuvo en Cuba, desayunamos juntos. Habíamos coincidido en algún evento, pero buscando intercambiar otras palabras quedamos en vernos un domingo temprano, en el Hotel Riviera. Yendo para la cita, Haydeé --que también estaría en el desayuno--, me iba explicando la situación: Cortázar tenía una nueva compañera, a la que quería mostrar La Habana. Para que pudiera moverse con comodidad durante su visita, inicialmente se le había brindado un vehículo con chofer, pero Julio, cronopio por antonomasia y enemigo de resultar el más mínimo estorbo, había declinado el carro y a cambio había pedido un par de bicicletas, para recorrer la ciudad.

--Así que, Silvio, en algún momento del desayuno tú tienes que decir que no tienes cómo ir a tus actividades y que necesitas una bicicleta --me iba instruyendo la heroína del Moncada, mientras conducía por el Malecón.

--Y ¿eso para qué, Yeyé?

--Para ver qué dice Julio, chico --y me miraba con los ojitos brillantes.

Torpe como soy, me pasé aquel desayuno desaprovechando los "pies" que Yeyé me ponía en las narices, retrasando el momento acordado. Yo me sentía en conflicto, porque por una parte me daba pena la candidez de Julio y por otra no quería defraudar a mi cómplice, dejando de hacer mi papel. Para no hacer más largo el cuento: cuando por fin logré decir que necesitaba una bicicleta, Julio reaccionó con su bondad proverbial, diciendo que casualmente él tenía dos y que con gusto me prestaba una. Aquel momento fue la eclosión de la mañana: la carcajada de Yeyé, mi cara de tomate y el rostro primero desconcertado de Cortázar, tratando de llegar al entendimiento, hasta que por fin arqueó las cejas y empezó a menear la cabeza, escuchando decir a nuestra amiga:

--¡Oye eso, Julio! ¡Con la escasez de bicicletas que tenemos...!

Analisis de Blanco

Caballo Místico
Iba a editar mi post y lo borré por error Decía que siempre entendí esta canción como si Silvio hablara de un amor que ha durado muchos años y quiere recuperar la pasión que hubo en un principio, la frase "ayer te leí una mano y cada dibujo al verme me interrogó" me parece que es esa monotonía que llega luego de muchos años y la relación se vive más por costumbre que por amor, los dibujos que interrogan son todas las cosas que hubo antes, el amor la pasión y todas las cosas que ya no hay, es lo que yo pienso.

Maine Duelo- trova me había comentado que pensaba escribir algo sobre esta canción. Por eso tiro algunas ideas pero no me extiendo. En líneas generales, concuerdo con Julián.

¡Qué bueno eso de los dibujos de la mano!. Pero además me parece que esta canción es toda una teoría sobre el amor en la posmodernidad. O mejor dicho, del amor en lucha contra los "valores" de la posmodernidad. No es novedad, el amor no está de moda. Es incompatible con el individualismo propio de nuestras sociedades.

No es fácil de lograr, implica un proceso, y no es un mecanismo de persuasión exitoso para la publicidad. No tiene una finalidad utilitaria, implica una madurez difícil de alcanzar, es anacrónico, cursi, anticuado, etc. El amor no vende. Pero además, los géneros están en lucha. Cosa que entendía yo cuando comentaba acerca de la canción "La familia, la propiedad privada y el amor". Cuando se encuentran un hombre y una mujer, vienen con una carga cada uno, carga que le han impuesto los siglos. Y todo esto empeora luego de que una pareja trasciende ese primer encantamiento, como dice Julián.

¿Qué hay después de esos primeros años en que un@ está prácticamente idiotizad@? ¿Cómo se sostiene el amor si es que todo tira para otro lado? ¿cómo "salvarse"? Me parece que parte de este mensaje tiene que ver con la humanización del amor. Sacudir al amor de todas esas cuestiones mágicas, trascendentes y delirantes que le han atribuido desde tiempos remotos.

Y salvarlo además del olvido al que lo tiene confinado el ritmo de la forma de vida occidental. "Me quiero salvar haciendo revolución desde tu cuerpo por variar" Su concepción del amor es una negación a este sistema. Ta, ya me extendí demasiado. Quedo a la espera de las palabras de Iván y de los demás. Wow, que bueno lo que escribiste Maine, concuerdo 100x100 en esta idea "real" del amor.... de hecho pienso que muchas parejas que "no deberían haberse separado" terminaron por hacerlo por no soportar "dejar de ser" enamoradizos al estilo mágico/trágico de lo que decía en aquel estribillo Silvio, burlonamente: " te quiero mi amor, no me dejes solo, no puedo estar sin tí, mira que yo lloro".

 Maria Rita Pues bien me sumo a tu comentario y le agrego alguito no más respecto a esta frase "Aunque no esté de moda te pido una mano, mis entrañas no entienden de estética y cambios aunque no esté de modarepite conmigo", siempre me pareció una manera de "darse permiso" por parte de Silvio, para "pedir" lo que necesitaba en ese momento. Sobre todo viniendo de un hombre. Durante mucho tiempo "no estuvo de moda" que expresaran sus sentimientos, sobre todo aquellos que dejaran en evidencia cierta necesidad y por tanto, debilidad. Perdón por lo extenso. Abrazo.

 escaramujo No se trata solo de desempolvar las ventanas, también es vivir de corrido. ¡ Qué obscenidad y qué cansancio vivir corriéndose todo el tiempo!. Bromas a parte me ha resultado transparente en el detalle tu explicación Duelo Trova y complementaria con la visión de Maine de carácter mucho más general. Al final la idea que se me queda de la canción es un silogismo Si amor de fin de siglo (los 70 ya eran fin de siglo) es un amor de mercado, egoísta, sin entrega y de cara a la galería (no está de moda y hace poesías),en que uno no se desnuda porque no se muestra tal como es (como saben eso los viejos amantes, esos sí que conocen de verdad a la pareja) Si la revolución es un sol (si ése al que le da el interruptor), un ruido como de pasos (porque ya llega y la hacen los caminantes)(¡Qué bien traído lo de yo te invito a caminar conmigo Duelillo mío!) , en fin, amor compartido.

 Entonces el verdadero amor que propone Silvio a esa hipotética amada a la que quiere hacer un regalo viejo no es sino otra manera de hacer la Revolución, otra manera de luchar contra la moral burguesa que ha disfrazado el amor de hamburguesa (que chispa tengo), pura fastfood lista para consumir. Hala, ya está. Disculpen la molestia.

 Maine "Revolución en la plaza, en la casa y en la cama" suele citar Aleia. Y es que no se puede tener a la libertad como un valor sin ver el complejo entramado de todas las represiones. Gracias Iván, no tardaste en satisfacer nuestras peticiones, y como era obvio, no nos defraudaste. Me gusta cómo cambias el color para pasar de lo objetivo a lo subjetivo jejeje, muy bueno. Señalo algo que me interesa, la canción tiene por tema algo tan específico....no se puede decir que sea una canción "de amor", meramente; un@ en seguida se imaginaría un texto que le canta al enamoramiento, al sentimiento en bruto.

Pocas veces se podría encontrar una canción que habla de ese otro amor que no está pintado como idilio, el amor de otra etapa de la relación. Eso ya es una primer ruptura con la norma, si fuera por el imaginario creado a través del arte y los medios, esa etapa del sentimiento no existiría. Su reivindicación ya es una resistencia, ya es un ir tras lo primordial, la esencia. De ahí que me parece que el trozo que tomó Mª Rita es la afirmación más importante de la canción.

 El amor post pasión inicial tiene varios frentes que atacar. La rutinización sería el primero, en tiempos en que todo debe ser nuevo, descartable y pasajero para mantener el interés de quien lo consume, suele ser difícil intentar resucitar una pasión "empolvada" en vez de ir en busca de otra que la sustituya. La otra lucha es más externa y tiene que ver con lo que decía en el otro post, las relaciones humanas han sido reguladas por la sociedad desde siempre, la sociología demuestra la siguiente contradicción: la intimidad de la pareja en el acto sexual debería ser uno de los momentos en donde menos opera la intromisión de las normas sociales, por ser uno de los momentos en que más se conecta un@ con sus instintos primordiales......pero ¡minga!, todos sabemos que no es así, hasta en el sexo hay conductas esperables de acuerdo al género, y sobre todo, una serie de imposiciones estéticas pautadas por la sociedad que convierten al sexo en un campo fértil para vergüenzas, pudores y qué se yo. Bueno, creo que esta canción invita un poco a trascender esas cosas.
La exhortación es clara; por debajo de todo ese artificio hay algo más fuerte que debe ser rescatado. Se puede recuperar el impulso inicial de amar, de buscar la compañía en base a lo que dictan las entrañas, no el envoltorio estético. El impulso está, existe desde que el mundo es mundo, "desde que la gente está empeñada en quererse amar", y si hay pautas que traicionan esa naturaleza, bueno, en definitiva cada pareja es una microsociedad donde se pueden reinventar esos códigos, desde ahí se lucha también. Y arriba los que luchan.

Regidor Hola amigos. A veces los silviofilos -como GRAN critica- suelen caer en verdaderas teleseries venezolanas por las canciones de Silvio y de ahi caen en un enceguecido trance de idolatria totalitarista jajaja. A mi parecer la obra de Silvio no se puede desglosar individualmente, especialmente las canciones de esa epoca. "En estos días", "Aunque no este de moda en estos días" y "Te doy una canción", esta ultima, desglosa la cotidianidad de Cuba... "y desde la sombras sales tú"... a los procesos politicos que se llevaban adelante, como tratar de menguar los cortes de luz electrica, que la discriminacion racial fuera erradicada, etc., ... pero tambien, no es menos cierto que estas letras tienen un notorio tinte de mujer, estas tres canciones de por si, son una sola y quizas hay mas... unidas, hermanadas.

 Pareciera que al gran amor de su vida, fue a quien le dedico tanta y tanta poesía en esas tres canciones en las cuales hay referencias, ya sea en las letras o titulos, existen guiños entremezclados entre si. Hay mucha cotidianidad reflejada en las letras, por ejemplo; "ayer aprete el interruptor de encender la luz y encendi el sol"... para decir despues; "que se apague la luz y que el sol se levante".... o mas rato; "de las sombras sales tu"... o "en estos días no sale el sol, sino tu rostro"... en fin... por lo mismo, a mi -subjetivo parecer- tienen de mucho de hermanas esas geniales canciones.

 Respecto a la geografia que se presenta ante mi, el clasico "Te doy una cancion" se que era el nombre de un programa de television cubano... quizas hubo algo importante que sucedio o que les sucedio a Silvio y su buen amor, viendo ese programa o quizas que... solo eran las horas juntos, viendo el espacio televisivo.

 Para mi sencillamente, son las revoluciones que vivio Silvio en el amor a una mujer y en el amor a su pueblo y lo que iba cambiando, gestandose, como revolucion y sus preocupaciones, esto fue plasmado como necesidad creativa en cuanto a la disposicion del dia a dia de Cuba y ella. Sin mas me despido. Neruda dijo, la poesia es de quien la emplea, no de quien la escribe, o algo menos asi, por lo mismo tambien son validas las opiniones de desglose de ustedes, pero no se afanen tanto con Silvio, ya dijo el pelao, no pido que me miren bien... no me miren que no estoy! ESTA REALMENTE chato de ustedes, de mi, de nosotros, solo quiere a la musica hoy por hoy y eso es bueno, muy bueno, que siga creando. Adieu!

 Maine Acá hacemos lo que haríamos si nos juntaramos en vivo algunos de nosotros; conversar horas acerca de lo que nos hace pensar la letra de una canción. A veces de ahí nos disparamos a otros temas y nos gusta también. ¿eso es de teleserie venezolana? poco simpático tu calificativo. Dejá vivir. Ni molestamos a Silvio ni a nadie por comentar sus canciones.

RegidorA ver... Es decir, ¿nadie puede criticar lo que dicen ustedes?. Pucha que PESIMOS Silviofilos son; "He procurado ser un gran mortificado para, si mortifico, no vayan a acusarme." Y lo primero que hacen es acusar jajaja. Pero bueno, yo no lo dije en un son peyorativo, sino como una broma. Ademas por lo que entiendo, el foro dice "SIGNIFICADO DE SUS CANCIONES" y no señala, "LO QUE SIGNIFICA UNA CANCION DE SILVIO EN TU VIDA".

 Entonces como lector, creo que hay que ser mas riguroso en una opinion sobre lo que puede significar la cancion tratando de ser objetivo aunque nunca se sera objetivo, ya que los nuevos silviofilos que entramos a esta seccion venimos con la esperanza de coincidir en datos, fechas, como cierta en historiografia, para tener una idea sobre las canciones, en especial quienes generalmente hablamos frente a un publico muy particular, culto y tolerante quienes son los que escuchan la "trova" y bueno, antes de empezar a tocar, damos una explicacion sobre la cancion en cuestion. Sin provocar a nadie, deseandoles la prosperidad del mundo ante tales experiencias amorosas aqui expuestas. Me despido, Regidor!!

Beto Juarez que las sillas al borde del camino no nieguen el camino. + Me encantan las teleseries, brasileñas, venezolanas, peruanas. Toda una contribución latinoamericana a la cultura universal. Y todo un signo de los tiempos (¿Vieron ese episodio de Betty, la Fea, cuando Armando la lleva por primera vez a un motel, y a la hora de dar sus nombres al conserje, Armando, avergonzado él, dice que el nombre de Betty es Alejandra Pizarnik!!!?????). En su hora, Shakespeare era culebrón puro también.

Maine Lo que planteás está perfecto. Todos queremos datos objetivos, o al menos lo más parecido a la objetividad con respecto a las canciones. Cosa que no es excluyente ¿no? porque esos datos, cuando se tienen, se comparten también. Pero si mirás el primer post, el usuario también es nuevo y le interesó conocer opiniones. Está todo bien con discrepar desde el principio hasta el final con lo que se dice.

Lo hacemos todo el tiempo. Pero considerá esto; si un compañero comparte con los demás una opinión que arma y expone, y se toma su trabajo para hacerlo, aunque no lo valores en lo más mínimo, está bueno que discrepes de una forma que no haga sentir que estás pisoteando ese esfuerzo, una cosa es criticar y otra ridicularizar la opinión de alguien. ¿soy una PESIMA silviófila por defender eso? vale. Pero si vos grabás una canción y la subís para compartirla, y alguien se burla de vos gratuitamente, también alguien va a defenderte. ¿Por qué? por respeto. Que más, que yo también deseo la prosperidad.

Y que la comunidad te de el espacio para tu forma de disfrutar del arte de Silvio, como a todos.

Regidor Maine. Para mi esto de hablar sobre el significado de una cancion, se trata solamente de aquello... Si alguien tiene que criticar mi calidad musical, esta bien que lo haga, si es que estoy equivocado en una postura o entonacion... ahora si me tira una broma, mi sentido del humor me permite reirme de mi mismo. 

Ahora, si tu te sientes ridiculizada por algo que escribi, bueno lo siento si les llego un tremendo palo en la cabeza, pero aqui en Chile decimos; "A quien le quede el poncho... que se lo coloque".

 Lo mas curioso es que no individualice a nadie en particular con la frase de las telecebollas venezolanas jajaja. Pero no deja de llamarme la atencion tu reaccion, si te sirve de dato en realidad no leo todos los post que se publican, solo los de algunos silviofilos que intentan desentrañar las canciones con real afan y buen oficio.

 Sin mas me despido dejando una frases para quien cito a las sillas; "y digo que el que se presta para peón del veneno es doble tonto y no quiero ser bailarín de su fiesta." Nos leemos!

Beto Juarez Soy triple tonto y no quiero que vengas a bailar a mis fiestas
 Regidor Es decir, te prestas para el veneno. Cada loco con su tema.

Regidor Aguien me dijo que aqui habian personas "open mind" en este lugar y creo que tu demuestras todo lo contrario. Lee bien duelo trova, yo no soy de amiguismos o de sobajeos ciberneticos al momento de exponer una opinion, para nada, si mi parecer es creer que tu estas errado sobre algun dato que con certeza yo dispongo, te lo hare saber, sin ser peyorativo, ni soberbio. Creo que tu calzas con una vision bastante estrecha sobre lo que es debatir, es mas aqui consulta www.rae.es para tengas alguna idea... Ahora respecto de tu mal humor, bueno, no pense que fueras tan madre del siglo victoriano ingles, tratare de excluirte de mis bromas, ya que con acerrimos amargados es dificil llevar una buena convivencia internautica.
Espero que la ironia, tambien sepas digerirla sin pensar que son empedradas para tus sinapsis, respecto de ser PESIMOS e insisto, son PESIMOS SILVIOFILOS. Por favor y no llames imbecil a alguien que no esta aqui señalando algo... ya que siempre hay que tener un espejo en casa. Sin mas se despide tu ciberamigui Regidor.

Andres Che, acabo de leer todo el post y no me gustó nada. Acerca de la canción, hay dos datos que lamentablemente tuve y no encuentro. Uno, Iván, te preguntabas el año de composición de este tema y lamentablemente no lo encuentro -recuerdo que era un estimativo, pero no lo encuentro-. Dos, regidor, hablabas del programa televisivo "Te doy una canción" como posible detonante de la canción compuesta por Silvio; no encuentro bien el dato pero creo que el programa fue posterior a la existencia del tema y que justamente se llamaba así por el nombre del tema de Silvio.

Creo que estuvo un par de años al aire difundiendo la obra de la Nueva Trova, pero no estoy muy seguro. Me entristece mucho los términos que leí en este post. Regidor, decís que no individualizas a ningún Silviófilo cuando hablás de las teleseries venezolanas, pero cuando lo planteás lo hacés como una GRAN crítica a los silviófilos. Sabés perfectamente las razones de por qué cada uno saltó a contestarte: si no entendés por qué los compañeros pudieron sentirse tocados por tu comentario, al menos comprendé que fue agresiva la forma del planteo. Es falaz explicar que este post se llama SIGNIFICADO DE SUS CANCIONES y no SIGNIFICADO DE SUS CANCIONES EN TU VIDA. Sobre todo para decir en la frase siguiente que no existe la objetividad. Según ese punto deberíamos tener a Silvio explicando sus significados, o directamente no conversar sobre el tema. Vos mismo participás dando tu parecer acerca de algunos temas.

Y tu parecer vale lo mismo que el mío y el de cualquiera. No voy a acudir al "que sentirías si te hicieran tal cosa". No me parece necesario. Me remito a pedirte en una muy buena que si tenés alguna crítica para hacer bienvenida sea, siempre y cuando sea en términos respetuosos. Enviar a alguien a la página de la Real Academia Española a buscar el significado de "debatir" no es respetuoso, es una actitud que empobrece la calidad vincular y cibernética de este foro. No hay pésimos silviófilos. Hay pésimas actitudes. Denme un programa de cómo ser un buen silviófilo; no lo necesito, aprendo de mis compañeros en cada actitud. Y tu actitud para mi gusto no fue ejemplar, sino pésima -me refiero a tus últimos posts, no a tu crítica-. Me pongo todos los ponchos que haya, porque antes que nada me pongo la camiseta de este foro. Y de esta subsección del foro. Y si lo que se hace en esta subsección es un culebrón venezolano, tu crítica fue de terror en su planteo. Saludos

 Escaramujo Todo empezó con esta frasecita y vaya como ha acabado. Sinceramente, puesta al lado del resto del post y comparada con otras cuicas aseveraciones que se han hecho por aquí a lo largo del tiempo, no era para tanto. Es más, equivalía a decir que a los que pasamos por esta sección se nos va de vez en cuando la bola con Silvio. ¿Cómo no admitir tal afirmación?. Y hombre, a veces también caemos en la idolatría (debilidad muy humana y que con Silvio está un poquitín más justificada que con otros músicos), en mi caso esa idolatría que reconozco se dirige más a las canciones que a la persona.

 En cuanto a este párrafo, que recoge la miga de lo que Regidor quiso decir, debo admitir que no lo entiendo mucho. Me pierdo un poco en las ramas de su sintaxis (defecto que comparto contigo ciberamigui porque yo también tiendo a alargar las oraciones más de lo debido sin recurrir a las aconsejables pildoras de los puntos). Después de releerlo me parece que afirmas que esta canción, como la mitad de las de Silvio, mezcla la revolución en el amor con la revolución en Cuba.

 Creo que en lo sustancial coincides entonces con lo que hemos afirmado de manera general casi todos en este tema. No veo pues espacio para grandes polémicas. Si acaso añadiría(como ya hice en mi mensaje anterior) la mención de la insistencia del poeta en la idea de amor anticuado y pasado de moda, opuesto a lo postmoderno que aparece en expresiones como quiero hacerte un regalo viejo , desnudémonos pues como viejos amantes. Por desgracia estas palabras de Regidor han quedado ocultas por el peso de su descalificación. Amigo Regidor, calificar a alguien de pésimo es negar de raíz el valor de sus opiniones e imposibilita el debate. Lo que ha seguido desde entonces no ha sido sino un abanico de insultos, desplegados como la cola de un pavorreal que han cerrado el paso a los argumentos.

 Siguiendo con tus analogías televisivas esta charla me ha recordado a los debates del corazón que ahora emiten las cadenas españolas donde lo que se busca es chillar más, mentir más, insultar mejor.

Nunca un espacio común de entendimiento, nunca la verdad que no es ni mi verdad ni tu verdad sino nuestra verdad. Y decía que las palabras que nos ocultaba el insulto de Regidor eran interesantes. Nos decía que el buscaba una explicación historiográfica, para explicar las canciones antes de tocarlas. En esto creo que te equivocas profundamente Regidor. Es imposible encontrar esa explicación absoluta que buscas, lo mismo que no es útil caer en el subjetivismo y decidir que la canción significa lo que significa.

En el momento en que el autor termina el poema, incluso antes, pasa a convertirse en un lector más,uno que se ve obligado a construir el significado de esos versos a través de una serie de pistas, de códigos, de estructuras que enlazan con el contexto histórico. A eso se le llama interpretar y es un proceso en el que cualquier observación puede resultar enriquecedora para reconstruir el significado global del texto siempre que esté justificada y amparada razonablemente en él.

Yo creo que eso es lo que se intenta hacer aquí, a veces con ardor y vehemencia, otras con brevedad y concreción. Y creo que las canciones de Silvio se prestan a ello,porque este hombre con guitarra calvo lo quiere así.

Regidor Lo de las camisetas dejemoslo para los fanaticos del futbol ya que los fanaticos son peligrosos porque siempre se consumen en sus creencias y son obtusos en sus planteamientos. Respecto a una gran critica, creo que me parece oportuno comentar que no todos los silviofilos pensamos de igual manera como si fuesemos una manada de burros que va en la misma direccion a comer pasto.

 No, algunos tenemos nuestros puntos de vista, que los hacemos valer si creemos que estamos en lo cierto, para que nos corrijan si no es asi... ahora, el asunto no se trata de actitudes, sino, de mal humor o diganmoslo tal cual; de los tontos graves. No era necesario agrandar un cometario tan al pasar, cuando de lo medular poco y nada se ha dicho o rebatido. Si tu y tus dos ciberamiguis, o cualquier ciber amigui se sintio tocado... bueno, lo siento, es mi parecer y no porque lloren debere omitir mi comentario, en Chile las cosas se dicen tal cual son y es mas, mi prudencia va en torno a que no individualice a nadie en particular -para que te quede mas claro-.

 Aqui no se trata de que tu figures como el que lleva adelante una defensa corporativa, por LA HEREJIA QUE DIJE jajaja... ya que solamente señale que son pesimos silviofilos, en cuanto a que la trova es un movimiento en el cual se incluye una serie de valores, que al parecer ustedes carecen, como es la tolerancia ante la critica, o peor aun, la tolerancia ante una simple broma, que no tiene nada de perjudicial ni que cambiara sus vidas.

 Por lo mismo, creo que no implica un mayor esfuerzo en comprender el porque cite el texto de "Resumen de Noticias". Si fuese que hubiese "destruido" o "ridiculizado" un post de alguien, bien me parece que todas juntas cacareen... pero no fue asi, sino que nada mas que fue una simple broma que hirio la tonteria de la egosensibilidad de unos pocos, en donde parece que se estan uniendo mas.

 Si para contarles que significo en mi vida el Unicornio y sus aventuras sobre que sera incluyendo las teorias populares, mejor me compro un ludo (y asi lo hare) para una proxima ocasion. Saludos!

Beto Juarez ¿Por qué no te compras un bo-ludo?? Digo... Andres Mi respuesta a tus comentarios, regidor, va por mensaje privado, como debería haber ido en un principio. Mis disculpas a los lectores de esta sección por haber prolongado un sinsentido. Saludos, y a seguir opinando sobre la canción

 Julian Qué buen análisis Ivan, lástima que se haya desviado un poco el tema, me gustaría que alguien ahondara un poco en lo que puede significar salvar a alguien de su desnudez en pleno centro de la soledad, yo no pienso en una desnudez física, yo pienso en una desnudez espiritual, en esas personas que esconden lo que sienten y desnudan sus miedos en la soledad, para sí mismos y no los comparten con nadie, creo que Silvio le propone que desnude su alma con él , quiere que ella desnude sus sentimientos cuando está con él. A ver qué opinan los demás.

Juan Carlos Baldera tro mas que fomenta discusiones fuera de lugar. Yo no me enredo en pleitos esteriles. Volvamos al tema central que es nuestra opinion acerca de lo que significa esta cancion. A mi me parece que la frase "desempolvemos algo" es buen punto de partida para observarque habla de un reencuentro, y más aún, la frase que analiza Julián es complemento. Un distanciamiento amoroso a causa del tedio, y un reencuentro, pero con la propuesta de que sea una relación con matices distintos a los que la distinguian la primera vez. Ahora la propuesta es vivir de corrido, sin hacer poesía, como dice Iván en su análisis, sin complicaciones, aunque yo añadiría, sin prejuicios morales.

 El amor es una palabra que se repite inistentemente, a pesar que el planteamiento es que no esta de moda. Hay pues una paradoja, que yo interpreto como rebelión a las costumbres, a la forma de amar de usanza tradicional. La propuesta entonces es: vamos a amarnos de una manera distinta, rompiendo las reglas.

 Creo, a título particular, que ese es el intríngulis de la cuestión: la primera vez, el tedio de lo convencional acabó la relación, en esta segunda oportunidad el amante plantea querer sin convencionalismos, es decir, no se trata solo de reiniciar una vieja relación, sino replantearla, reorientarla, primero como una forma de "salvarse" y al mismo tiempo, como una forma de reinventar el amor desde el punto de vista de lo social. monica Estoy de acuerdo en todo lo que se ha dicho sobre esta canción, así que no añado nada.

Así, en plan minimalista, me quedo con las dos últimas líneas de Juan Carlos, se trata simplemente de un replanteamineto para salvarse, para reinventar el amor.

 Y por cierto, Iván, esta canción es del año 1969, así que Silvio tendría unos 23 añitos. Me sorprende, como siempre, su madurez. Gracias por todos los análisis; me encanta leeros. Luis Y bueeeeeeeeno, en definitiva mi forma de amar no es la de Silvio ni es la de "Maria la del Barrio", es mia! (y mas pintoresca jaja longi) Larga vida a la desnudez y a la liberacion masculina!!!
Beto Juarez
“Aunque no esté de moda” es una canción que Silvio escribe durante el “pasmosamente fértil” período entre 1967 y 1971. Tiene cerca de 40 años de antigüedad la canción. Difícilmente se podría decir que es una creación contemporánea. Tener presente esto necesariamente ha de complicar nuestro entendimiento de sus laberintos. Pensemos, por un momento, en la reciente remake de la pieza de Shakespeare El mercader de Venecia, protagonizada por Al Pacino. ¿Cómo acercarnos de modo medianamente satisfactorio a esta obra? Disponemos de dos vías de acceso.

Un enfoque sería el de preocuparnos por ver cómo dialoga el autor con su época (las tensiones de poder, las supersticiones sociales e ideológicas, etc), qué cosas defiende, qué cosas rechaza; podríamos, en esta vena, darnos a investigar qué personajes son reales, históricos, y cuáles son inventados, imaginarios. Si nuestro interés es más que el de mero observador o consumidor casual, si nos interesa la cuestión técnica, podemos analizar cómo el autor trabaja las formas canónicas, cómo elabora las limitaciones del lenguaje, cómo procesa influencias, cómo niega o se suma a tal o cual escuela estética, o (si es autor de peso) cómo influyó en otros que vinieron después.

Al hacer esto, situamos la obra en su contexto preciso (un tiempo histórico: vale decir, una trama de relatos sociales confinados en determinada geografía) y, por ello mismo, la aislamos de nuestra experiencia inmediata: es el fatal signo de toda pesquisa, según Heisenberg: nunca observamos un evento en su singularidad específica, objetivamente, ya que al momento de hacerlo, es decir por el sólo hecho de observarlo, nuestra intervención modifica el evento en sí.

Esta sería una vía de acceso. Otra manera de analizar una obra semejante sería la de extrapolar sus temas mayores y proyectarlos a nuestro presente, a nuestra experiencia contemporánea, sea personal, sea colectiva. Toda creación dialoga con su tiempo y, necesariamente, también discute algunas cosas en términos de eternidad (nacemos y morimos hoy tal y como lo hicieron los hititas).

Volviendo al ejemplo de El mercader de Venecia, podemos extrapolar la cuestión de la discriminación, de la usura, etc, y olvidarnos del todo de la época precisa en que este drama toma residencia, y usar esos temas en términos consistentes con nuestra vida cotidiana.

 La ventaja de este acercamiento es que nos permite traer la obra a nuestra circunstancia, hacerla parte de nuestro paisaje inmediato. La desventaja es que en esa extrapolación, en esa traducción, la obra pierde su especificidad. Lo que podamos extrapolar sobre la avaricia, sea la moraleja que sea que extrapolemos desde la demanda de Shylock de una libra de la carne de su deudor en pago por cierto dinero no devuelto a tiempo, siempre dejará de lado las tensiones sociales de la época (la judería europea ante la Inquisición, el nacimiento del sistema financiero internacional); siempre será, digamos, una versión diet, descafeínada, truchona.

 Habría, por supuesto, una tercera vía de análisis en el caso de Shakespeare llevado al cine por Hollywood: sería la cuestión muy técnica de cómo se hace una versión, cuánto se respeta el texto original, etc. Pero esta tercera vía no nos importa aquí, ya que estamos dialogando sobre “Aunque no esté de moda”. En lo que sigue, intentaré situar “Aunque no esté de moda” en su tiempo y su circunstancia. A ver qué sale. Los sesenta fueron años de inédita conmoción mundial. Demasiadas cosas estaban pasando o estaban por pasar “el momento menos pensado”.

El mundo estaba al borde de Algo Grande. Se sentía en el aire que se avecinaba un cambio drástico. Los hippies, las drogas, la revolución cubana, el mayo francés, la primavera de Praga, la nouvelle vague, el Apolo 11 en la luna, Hendrix poniéndole fuego a su guitarra, el Che muriendo y la era pariendo. Cuesta hoy entender lo que fueron esos años. Tal vez porque nos tocó ver nada más que las cenizas de aquellos fuegos que en su día iluminaban el cielo. Los sesenta ponen en cuestión casi todo lo conocido y aceptado hasta entonces, desde el estatuto de la Universidad hasta la cuestión colonial y las relaciones de pareja.

Los sesenta, entre tantas cosas, inventan la juventud como categoría social, como sujeto histórico. Silvio, como todos los espíritus atentos de esos años, no fue ajeno a esos tsunamis. Todo lo contrario. Hacia 1967, en Cuba la revolución ya no era una amenaza, era el oficialismo.

Si en otros lugares levantar la bandera del Che era un riesgo y un desafío a los poderes, en Cuba era un rito obligatorio y con el pasar de los años los niños serían instruidos desde la escuela básica a venerar su figura. Hacia 1967, la revolución cubana era, por primera vez, confrontada consigo misma. Se sabe, nada hay más conservador que una revolución que triunfa. Por eso es que Schopenhauer, observando el Terror de Robespierre, intuyó que “hay momentos en la Historia en que lo más revolucionario es lo más reaccionario”. Paradojas de la historia de las sociedades.

 Por esos años, como sabemos, Silvio estaba que se salía de la vaina, como que le costaba meter debajo de su piel todo lo que veía, imaginaba y sentía. Pariendo canciones como conejos (o los conejitos del cuento de Cortázar) y enfrentando no pocos problemas con los administradores de las nuevas irrefutables verdades. “Con el oportunismo tengo un duelo”, dejó dicho en una canción temprana. Y para mayor claridad tenemos el texto ese, en forma de diario, que Juangui compartió con nosotros hace unos días: no se tragaba toda la papilla dizque revolucionaria que le querían hacer tragar.

Ese Silvio joven que decía “siento una rabia que me enfermo cuando me dicen lo que debo hacer” es el que se gana un crucero en el Playa Girón, para calmarse un poco. Toda una purga neo-stalinista para domesticar al salvaje trovador que no hacía caso de lo que le decían, que amaba a los Beatles, que hacía canciones dylanianas. En fin, el horror. Había que “reeducarlo” (si hasta lo habían dopado, nos cuenta).

Fueron años de muchas tensiones para Silvio y mucho de ese estado turbulento está reflejado en las canciones de entonces. Un detalle que me parece muy importante y del que poco se habla es que Silvio nace y pasa su infancia en el campo, o en un pueblo pequeño, y que se va a la ciudad, a la capital siendo ya joven. Que es hijo de padres divorciados y que su madre se vuelve a casar con otro hombre.

 De ahí que su hermana Anabel no lleve el mismo apellido. Ahora bien, Anabel no es mucho menor que Silvio, de modo que podemos conjeturar que todo esto del divorcio y el segundo matrimonio de Argelia ocurrió durante la infancia o pubertad de Silvio. No tengo que resaltar que los divorcios son particularmente traumáticos para los niños. Y ya todos sabemos, por Freud, que es en el ámbito familiar donde se mapean traumas y neurosis que gobernarán nuestras vidas.

 Con todos estos datos a la mano, me animo a decir que en “Aunque no esté de moda” Silvio está aterrado, que escribe y canta esa canción a manera de instalar un mecanismo de defensa. Resulta que entre los elementos revolucionarios que agitaban en los sesenta al mundo uno de los más drásticos y escandalosos era el movimiento doble de la liberación sexual y la liberación femenina: dicho rápidamente, el amor libre, el intercambio de parejas, la toma de conciencia por parte de las mujeres de que el sexo era instrumento de placer y no de servilismo domestico, la cuestión del aborto, la píldora, etc, etc, fue un despertar, un grito antiguo, de dimensiones impresionantes (“lo más necesario, lo que ni nombre tiene”).

Y para nosotros, los machos latinoamericanos, no digo aceptar esto sino apenas haber sido enfrentados a esto tiene que haber sido un hueso particularmente duro de roer. Mi padre, por ejemplo, jamás aceptó este lado de los sesenta (para él, ya el hecho de que esta cuestión haya tomado estado público es el síntoma más agudo de la decadencia de la civilización).

El estaba por la revolución hasta por ahí nomás. Siempre me ha llamado la atención el que Silvio recuerde los movimientos de los sesenta con admiración, con nostalgia, con respeto (incluso hasta la cuestión de las drogas: ahí lo tenemos en su saludo a Poe, celebrando muy compinche a ese “fumador de amapolas que era juglar”). Excepto cuando se trata de la cuestión del amor libre, de la liberación femenina (en su versión sesentona, al menos).

 En este punto siempre es irónico (como leemos en el breve “diario” de 1967; como escuchamos en la canción “Yo te di una flor”), siempre se refiere a estos movimientos con sorna. Me parece entender por qué. “Aunque no esté de moda” lo dice con todas las letras: “Mis entrañas no entienden de estética y cambios”. Hay cambios que se avecinan que hacen que Silvio se mee en sus pantalones de campaña. En la peli Manhattan, esa joya, Woody Allen se divorcia de su mujer (Meryl Streep). Tras la separación, la exmujer de Woody se va a vivir con otra mujer (es lesbiana) y se lleva con ella al hijo que tuvo con Woody. Obviamente, a él esta situación lo vuelve mono.

Un día de esos que le toca visitar a su niño, Woody enfrenta a las dos mujeres. Una de ellas le dice que se quede tranquilo, que piense que su hijo tendrá dos madres. ¿Estás loca?, dice Woody, ¿no sabes acaso que ya es bastante difícil sobrevivir a una madre? Como sabemos, todo niño está “enamorado” de su madre. Y si ya es bastante difícil aceptar que ese objeto de amor ame a otro, y que ese otro sea papá, tanto más difícil, pues, ha de ser para un niño que de pronto nuestra madre ame a otro hombre, uno que ni siquiera es aquel a quien llamamos papá (y, por consiguiente, que papá desaparezca del espacio familiar).

Ese dolor, esa herida, dice el psicoanálisis, nunca puede ser resuelta, siempre estará ahí, de una u otra manera. Y será durante el acceso a la madurez cuando se manifieste del modo más álgido. Silvio, por esos días de 1967, tiene miedo de todos esos cambios que movilizan a las chicas de su generación. No quiere amor libre, para nada. “Quiero amor, quiero amor, amor compartido”, aúlla (y ese grito no es otra cosa que la demanda de que la chica repita lo que Silvio le ordena).

Silvio es un chico de campo, es hijo de padres separados; como todos, él añora lo que no tuvo ni tiene: en este caso, un hogar tradicional, el desnudarse con su pareja como viejos amantes. “Viejos amantes” no en el sentido de amantes que sostienen una antigua relación, sino en el sentido de amantes que sostienen una relación al uso antiguo. Tal como dijo Schopenhauer, ¿no? En pleno alboroto sesentón, Silvio le pide a su amada tener los cojones para ir más allá del zeitgeist, de los discursos de oportunidad, “aunque no esté de moda”, ya que, más allá de “estéticas y cambios” siempre efímeros, “lo mismo de siempre nos queda adelante”. El ha vivido eso de que una mujer de pronto deje a un hombre y se vaya con otro (su propia madre, nada menos). Lo ha vivido de modo demasiado doloroso, demasiado cercano.

Y le da miedo. Y no sabe cómo enfrentarlo. Por eso intenta un salto por encima del horizonte de discurso que incendia, en esos días, la imaginación de sus inquietos contemporáneos. Por eso le dice a ella: “me quiero salvar haciendo revolución desde tu cuerpo, por variar”. Es decir, que la revolución salga del cuerpo de ella (de su centro) hacia el mundo y no que se imponga desde fuera (otra vez: “siento una rabia que me enfermo cuando me dicen lo que debo hacer”), como una influencia externa, no visceral, no nacida de las entrañas. “Por variar”, añade, como quien no quiere la cosa, como a regañadientes.

Es como que se resigna a que su amada agite todas las otras banderas de moda, las que quedan bien entre los jóvenes ebrios de futuro y aventura y cambio, pero que, para variar, en el asunto sexual y amoroso no deje que le llenen la cabeza: que decida su vida desde lo que le dicen sus entrañas y no desde lo que la ideología de moda inscribe sobre su piel desde fuera (y vaya uno a saber a nombre de qué intereses). O mejor, en palabras de Silvio: “aprendamos palabras de la vida”.

 Basta de discursos sobre cómo vivir, estaría diciendo Silvio, dejemos que la vida imponga sus abecedarios. Y ése es el “regalo viejo” que Silvio tiene para ella, a diferencia y en franco rechazo de los “regalos nuevos” que promocionan las pancartas de la época. Sólo así, entiende el Silvio joven, él se podrá salvar (¿Alguna duda sobre lo aterrado que está Silvio? ¿Cuántas veces lo han oído que busque salvarse?). Simultáneamente, le asegura: “te quiero salvar de tu desnudez”.

 Que el cuerpo de ella (de toda mujer, esto es) sea de cristal, alude a la fragilidad de las mujeres como sujetos históricos: ellas resisten desde el “centro de su soledad”. Toda una biopolítica aquí, en este gesto de querer salvar a la mujer de su desnudez. Si bien el gesto se queda en el aire, ya que Silvio no ofrece una salida. Ese “te quiero salvar” es preocupante por donde sea que se lo mire. No recuerdo ningún otro lugar en la vasta obra del Budita en que él suene tan mesiánico.

Y ni qué decir de la triste paradoja de pretender salvar a la mujer invitándola a caer en las ceremonias de dominación machista, ese ruido de pasos que viene de la oscuridad de la memoria de la especie, vigila que todo esté “en orden”, y se vuelve a ir. Años más tarde Silvio escribirá “Eva”. En la superficie, Silvio parece haber al fin hecho las paces con los movimientos femeninos. Pero “Eva” es una canción muy pensada, muy artificial. Hasta la música es complaciente (ni qué decir de lo monótona y cuadrada que es).

No dice nada que las usinas aprobadas por los gestores ideológicos no hayan dicho miles de veces. No sorprende, no molesta, es un rosario de lugares comunes. “Eva” es una canción sumisa, domesticada, oportunista (pese a que el “mensaje” en apariencia sea de lo más progre: la gracia es que Silvio no se la cree).

 En cambio, “Aunque no esté de moda” es visceral, contra todo, sin negociar: en esta canción, Silvio no quiere agradar a nadie, quiere salvarse, por más que para ello deba ir contra la ruta que marca la flecha de tránsito de los tiempos. “Aunque no esté de moda” es, como dije, una canción situada, hija de su época, altamente biográfica, en el más hondo sentido. Tiempo después, Silvio se casará, será padre y se divorciará y volverá casarse y etc. Necesariamente, su actitud ante las instituciones cambiará. Y, una vez más, este cambio se reflejará en las canciones. Volviendo al clima ideológico de los sesenta. Todos aquellos movimientos se hacían bajo la bandera modernista del progreso.

Del mismo modo que la revolución era el último paso, según Marx, en el progreso de las sociedades, en ese largo camino que se inició en las cavernas del semimono cazador de venados, también los otros gestos de la revuelta que incendiaban Occidente por esos días reclamaban para sí la noción de progreso, de evolución, de vanguardia. Silvio, ya lo dije, no acepta del todo estos ideologemas. Sobre todo el que toca a la soledad en el centro de la desnudez de aquellas criaturas de cuerpo de cristal.

 No puede Silvio Rodriguez aceptar todo eso, sus “entrañas no entienden de estética y cambios”. Por eso, entiendo yo, juega con esas metáforas del sol y el interruptor de luz. El interruptor es el progreso, la electricidad, la modernidad. Y sus promesas de vida más fácil, menos primitiva (y en términos sociales, de mayor justicia para los humillados y ofendidos).

Silvio, el niño campesino, sabe de los primores de la vida elemental y añora la arcadia aquella cifrada en la promesa de una mujer para un hombre hasta que la muerte los separe. No le vengan a él con esas modernidades del amor libre, del me visto y me voy, gracias, estuvo bueno, ¿cómo me dijiste que te llamabas? De eso se asombra Silvio. Apretó el interruptor y despertó al sol.

Es decir, se eligió revolucionario y siguió sus entrañas hasta donde más pudo, y tras declarar “estoy en deuda con lo nuevo, con la verdad, con la aventura y el placer” viene y descubre que ha desandado el camino y ha vuelto al comienzo, al lecho de los viejos amantes. Tal y como lo sospechó el viejo Schopenhauer. Beto juarez PD. La alusión a los dibujos en la mano de la mujer que al verlo a Silvio, lo interrogan, irían también dentro de esta línea de razonamiento.

Si, de acuerdo a la sabiduría popular, las líneas de la mano dicen cosas sobre nosotros, ¿no es extraño que los dibujos en la mano de ella "interroguen" (es decir, cuestionen) a Silvio y a no a su portadora? reijavo No me gustan las cosas que están a la moda, porque en algún momento ya están pasadas de moda. El amor no está de moda, y eso se agradece y le agradezco su canción a Silvio.

Beto Juarez Hay una canción de Santi Feliú que dice así, ¿no? "El amor no está de moda". Pero no sé si estoy de acuerdo. Nada hay más promocionado y bien visto que el amor. Al menos cierta noción de amor. En fin, decía Lennon "¿de qué hablamos cuando hablamos de amor?". PD. Pensar que "moda" y "moderno" comparten la misma raiz semántica.

Reijavo Que en el día de San Valentín se vendan flores como pan caliente no quiere decir que el amor esté de moda beto, ni que las "teleseries venezolanas" que algunos ven por estos lados tengan alto rating tampoco significa eso. El amor de pareja es algo que siempre está ahí manifestandose siempre con las mismas cosas, es algo que no evoluciona con el tiempo, estoy seguro que se siente de la misma forma ahora que hace mil años atrás.

JuanCarlosBaldera El amor, estimado Javier, es finalmente un producto del desarrollo de la materia, como lo es el pensamiento, y por tanto evoluciona. No se en que proporciones ni en que aspectos específicos. Pero estoy seguro que el amor de hoy, más liberal en actitudes, que es precisamente, emanado del raciocinio que es comprender que ese sentimiento tiene un nombre, aunque persiste involuntario, es distinto, pues, al sentimiento que tenian los hombres de las cavernas, más cercano al instinto.

Reijavo Yo creo que tu te refieres a ciertas conductas sociales que se derivan del amor, como el respeto, la igualdad, más libertad, etc. Yo no hablo de eso sino a ese fueguito que se siente en la boca del estómago cuando te gusta alguien, o ese celo que uno siente en determinadas circunstancias, o cuando das tu primer beso de amor, esas cositas básicas de nuestro organismo, esas gotas de sensaciones.

Y conste que jamás hablpe del hombre de las cavernas, es obvio que si nos vamos tan allá, la configuración biológica ysocial del ser humano era otra, cercana a lo instintivo como tú dices. Hablaba de unos cuantos miles de años solamente. Abrazos Juan Carlos. Regidor Me parece sin duda alguna que la intervercion de


Beto Juarez es una de las mejores que he leido. Quisiera agregar lo siguiente.

La "Trova Cubana" no es un movimiento espontaneo como lo fue la "Nueva Cancion Chilena", con lo que dices tu se confirma el hecho de que tanto Silvio, como Pablo, Vicente y Noel -por nombrar los mas conocidos- fueron programados por la revolucion para ser los embajadores culturales de esta, a nivel mundial. Desde el descubrimiento hecho por los nazis de los "Mass Media", es que ha corrido una suerte de "costumbre" entre todo tipo de regimenes -en especial los totalitarios y revolucionaros- el tener algunos voceros del "pueblo". No hay para que alarmarse sobre aquello, fue mucho mejor que fuese asi, si antes que Silvio estudiara musica -un ofrecimiento generoso de la revolucion-, su obra era; "...

Yo también canté en tonos menores. Yo también padecí de esos dolores. Yo también parecía cantar como un santo. Yo también repetí en millones de cantos: Te quiero, mi amor, no me dejes solo. No puedo estar sin ti mira que yo lloro..." Gracias a la revolucion, Silvio es un maestro de la armonía, de la guitarra influenciada por el bossa nova y las costumbres flamencas, porque... porque fue educado por los mejores profesores de musica en Cuba.

Por lo mismo puedo señalar que la cancion, lo mas probable, es que sea de unos años antes del ´67, ya que Silvio por lo general -y todo trovador- tiene la costumbre de hacerlas "madurar" de masticar la idea, volverle dar una vuelta... una y otra vez, hasta quedar conforme, por lo mismo si escuchamos algunos temas ineditos en comparacion a las versiones grabadas, ahi estan las aplicaciones de esta "maduracion" musical.

La visceralidad de la que habla Beto, es tambien conocida en canciones como "La familia, la propiedad privada y el amor", en donde tambien se gestan algunos acordes iguales a la cancion "Aunque no este de moda en estos días". Ojala se pudieran leer mas opiniones como las de Beto. Saludos!