BBC Estudio 834
Símbolo de un espacio y un tiempo.
"Yo nací en San Antonio de los Baños, que es un pueblo que está a unos 40 kilómetros de La Habana. Es un pueblo que tiene su personalidad, un pueblo con un nivel cultural bastante alto, con una cantidad enorme de publicaciones a lo largo de su historia, muchas de ellas humorísticas. Es una tierra de humoristas, de pintores, de cantores repentistas. Es decir, de poetas".
Ahí nací yo, que tuve una etapa de dibujante, o sea que pasé por esa cosa que te inculca o te imprime el pueblo: el gusto por las artes plásticas. Incluso me gane la vida haciendo dibujos de historietas en la adolescencia.
¿Cuándo y cómo Silvio Rodríguez deja las artes plásticas y nace el trovador?
En el Ejército, tratando de palear la soledad nocturna y los largos días y noches de campamento.
Pero es verdad también que a mí me venía la vocación musical desde antes y que había conocido en el semanario Mella un compañero que se llama Lázaro Fundora, que tocaba la guitarra.
Yo había tenido estudios de piano de niño en dos ocasiones: la primera porque me llevaron mis padres y la segunda como a los 15 o 16 porque fui yo mismo. Me halaba tanto que me busqué una profesora y empecé a dar clases de piano.
No prosperé mucho porque no tenía piano y el piano es un instrumento complicado; en primer lugar es caro y nosotros no teníamos acceso a eso.
Me encontré con la guitarra por segunda vez en el Ejército. Algunos compañeros tenían guitarra y yo se las pedía. Me daba vergüenza porque a veces quería estar más tiempo que ellos con la guitarra.
Se me creaba mucho conflicto, hasta que una de las veces que salí de pase me compré una guitarra. Sesenta pesos me costó mi primera guitarra.
La música me entró en el Ejército. Empecé a hacer canciones en ahí. Mi primer público fueron mis compañeros de armas, los tres o cuatro reclutas que se reunían conmigo para escuchar mis primeras canciones
A partir de entonces empecé a tratar de aplicarme. Primero tuve esa etapa en que se te rompen los dedos. Después se te ponen verdes y luego poco a poco vas perdiendo hasta los callos, se te va curando y ya no te sangra. La realidad es que la insistencia interviene mucho en el progreso que uno hace, y como yo tenía tanto tiempo.
La música me entró en el Ejército. Empecé a hacer canciones en ahí. Mi primer público fueron mis compañeros de armas, los tres o cuatro reclutas que se reunían conmigo para escuchar mis primeras canciones.
Se cuenta mucho de tu adolescencia, por las calles de La Habana, con tu guitarra. Silvio Rodríguez cantaba, en un dos por tres terminaba detenido, salía, volvía a cantar...¿Cómo recuerdas aquellos tiempos?
Yo más bien cantaba en casa de mis amigos, no cantaba en cualquier lugar y te voy a explicar por qué.
Desde que empecé a trabajar en canciones me planteé la canción no como un pasatiempo. Yo veía que ser escritor era algo importante, que celebraba, que gratificaba la sociedad; que ser cineasta era algo extraordinario, que ser bailarín era un fenómeno, que ser poeta era lo máximo. Y yo veía que los cantores eran lo último y me identifiqué mucho con los cantores por esa razón.
Yo sentía que la canción necesitaba reivindicaciones, que en realidad la canción era más importante que el valor que se le daba.
Uno de mis propósitos fue hacer una canción lo mejor hecha posible, trabajar mucho las canciones, las músicas, la guitarra, los textos, las ideas, para que no fueran canciones de fondo. Por esa conciencia que tenía de que yo no hacía canciones para usarlas de fondo es por lo que no me gustaba cantar en todas partes.
¿Qué efecto tuvo la Revolución Cubana en Silvio Rodríguez?
Cuando triunfó la Revolución hacía un mes que yo había cumplido 12 años. En la Cuba revolucionaria se inauguró mi adolescencia.
Hasta entonces había sido un niño protegido en su casa y a partir de la Revolución, incluso por las mismas necesidades del país que mostró la Revolución y que nos hicieron tomar conciencia, como el hecho de que éramos un país con muchos analfabetos y que había que alfabetizarlos.
Recuerdo que en 1961 se detuvo la enseñanza oficial para que los muchachos que lo desearan se incorporaran a la campaña de alfabetización, cosa que por supuesto hice.
Yo me acababa de desmovilizar. Los únicos zapatos que tenía eran unas botas rusas que daban en el Ejército. Eso fue un lío en la televisión que yo saliera con mis botas rusas, que qué cosa era eso. No había donde comprarse un par de zapatos
Yo tenía 14 años, fue la primera vez que salí de mi casa, que dormí fuera de mi casa¿Y vaya si dormí; dormí una pila de tiempo y en condiciones bastante difíciles. Empecé a crecer.
En esa época yo estaba muy cerca de la actividad del Escambray (alzados contrarrevolucionarios). De mi propio contingente hubo un muchacho que mataron, que es un mártir de la Revolución hoy día, que es Manuel Ascunse Doménech. Lo asesinaron, lo torturaron...un muchacho de 15 años. Ésas eran cosas muy fuertes que las viví de muy cerca.
¿Hubo en algún momento cierto desencuentro con el aparato cultural de la Revolución?
Sí, sí. Todo empezó, aparentemente -la parte que nos afecta- cuando la televisión cerró un programa que yo tenía que se llamaba ¿Mientras tanto¿. Los problemas que yo tuve en la televisión si los cuento hoy en día pueden parecer bufonescos, completamente absurdos.
Yo me acababa de desmovilizar. Los únicos zapatos que tenía eran unas botas rusas que daban en el Ejército. Eso fue un lío en la televisión que yo saliera con mis botas rusas, que qué cosa era eso. No había donde comprarse un par de zapatos.
Otro problema es que yo no me daba los cortes. Estaba tratando de dejarme crecer el pelo después de tenerlo muy corto durante tres años, era lógico que quisiera que me creciera un poco.
En la televisión había como una especie de obsesión en aquella época cuando a un hombre le crecía más de 2 centímetros. Los cabellos era un lío, te mandaban a pelar inmediatamente, había pánico con eso.
Yo espero que no desaparezca la Revolución Cubana. Cuando yo digo que no desaparezca la Revolución lo que espero es que no desaparezca el espíritu y los logros, las cosas que ha conseguido este pueblo a través de ese proceso
Era increíble porque te estoy hablando del año 1967, todavía no hacía 10 años que un Ejército libertador con los pelos por aquí había bajado de la sierra y nos había entregado la libertad.
¿Que tan ligado esta Silvio con la Revolución Cubana? ¿Crees que si desaparece la Revolución desaparecerá también la obra de Silvio?
Yo espero que no desaparezca la Revolución Cubana. Cuando yo digo que no desaparezca la Revolución lo que espero es que no desaparezca el espíritu y los logros, las cosas que ha conseguido este pueblo a través de ese proceso.
Estoy muy conciente de que algo diferente se avecina, pero espero que no sea para atrasarnos, sino para adelantarnos; que sea para dar un salto cualitativo. Eso implica que muchos de los logros de la Revolución, de lo que nos ha mostrado, de lo que nos ha enseñado, se mantenga e incluso crezca. Ojala sea así.
A mí no me parece mal que mis canciones estén ligadas a la Revolución. Hay cosas peores a las que estar ligado en esta vida que a una revolución que aunque haya tenido errores, se lo ha jugado todo por los que menos tienen. Por eso para mí es una honra correr la suerte de la Revolución.
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