martes, noviembre 28, 2006

Yo soy de donde hay un río


Hoy es el cumpleaños de Silvio y para celebrar este acontecimiento aqui teneis un extracto del libro:-Silvio:Memoria trovada de una revolucíon de Joseba Sanz.Editorial Txalaparta.

No sabia muy bien por que, pero tenia la sensación de que toda aquella gente estaba esperando a que comenzara a cantar. Veía las luces de los puestos de tiro al blanco, escuchaban las melodías cercanas de las barracas amontonadas en el parque y sentía el bullicioso de los niños que jugaban y se divertían con las atracciones. Entre el publico podía distinguir a su madre.

-Bien, ¿como se llama el muchacho?-dijo el barraquero.
-Silvito, Silvito Rodriguez-contesto la amiga de Argelia, su madre, que lo llevaba en brazos y que había decidido de repente presentarlo a aquel concurso.
-¿Y que nos va a cantar?-
-Pues..., no lo se-respondio.
-estupendamente, con todos ustedes: Silvio Rodríguez.

Silvito se encontró frente al micrófono y comenzó a cantar con su aguda vocecilla el anuncio de la Brillantina Gravi, tantas veces escuchado en la radio:
“Use brillantina Gravina que ahora tiene Cedolina.

Con la brillantina Gravi bien peinado quedara...”
El publico quedo sorprendido por su corta edad y el dominio su voz. La gente aplaudía y Silvito seguía cantando sin entender muy bien todo aquello, ensimismado, con la vista fija en los caballitos de colores que giraban frente a él.

Silvio hacia nacido 18 meses atrás, el 29 de penúltimo mes de 1946, en una pequeña casita situada en el barrio de La Loma, en un pueblo llamado San Antonio de Los Baños, a 26 km. De La Habana. Era un pueblo pequeños, situado en un valle de gran riqueza maderera. Gran parte de la población trabajaba el tabaco. Poseía también diversas industrias y fabricas: de producción textil, de especies para sazonar y de levadura de cerveza, entre otras. Tenia muchas tradición en el campo de las publicaciones humorísticas, hasta el punto de haberse ganado el sobrenombre de “San Antonio del Humor”. Artistas plásticos y dibujantes, como Eduardo Abela, Loquito Nuez o Jose Luis Posadas, nacieron en San Antonio. La “décima campesina” tenia mucho auge en el pueblo, y de allí habían surgido también grandes cantadores como Patricio Lastal, Marichal y Angelito Valiente.

Desde que abrió los ojos tuvo a su tío, que formaba parte de la Jazz Band Mambi, tocándole rumbas en el armario, frente a su cuna. Su madre cantaba boleros, danzones y sones, mientras cocía yuca., quitaba el polvo o freia platanitos, y su abuela, María León, le dormía con las canciones de la radio y de cuando aun no había radio, del Tiempo-España. La familia materna de Silvio era muy musical, muy bailadora. Argelia había formado, en su juventud, un dúo con su hermana Orquídea y siempre que había alguna actividad cultural le decían a su abuelo. “Mande a las muchachitas”, y ellas se presentaban a cantar.

La primer canción que recuerda haber escuchado a su madre es El Colibrí, una canción anomina cuyo origen se pierde en sus bisabuelos. Tiene tal contenido emotivo para Silvio que años mas tarde la cantaría en sus primeros giras latinoamericanas y estuvo a punto de grabarla en su primer disco. Silvio de este modo aprendió a cantar casi antes que a hablar, imitaba los sonidos de su madre, con una voz muy aguda, y los de esa caja llena de misterios que era la radio, de la que salían multitud de melodías que lo hechizaban.

Cuando Dagoberto, su padre, le paseaba en brazos por el pueblo Silvio no perdía detalle de cualquier sonido que pudiera resultarle nuevo o atrayente. Algunas veces se acercaba con el hasta la taberna El sol de Cuba que vendía la cerveza de la misma marca, donde solía el rato con los conocidos bebiendo unos tragos. Los amigos de Dagoberto ya conocían la vocecilla de Silvio que continuamente cantaba los anuncios del Jabón Candado o la Quinina Bayol, que pasaban por las emisoras habaneras y le animaban a Dagoberto a que le presentaron en la radio.

Unos meses mas tarde Dagoberto instalo su propio negocio en la Habana: Tapicerías el Sueño, con lo que sus viajes a la capital eran constantes Había sido obrero agrícola durante mucho tiempo y trataba de encontrar en su propio negocio una seguridad económica para aquellos tiempos difíciles. Un día decido acercarse al estudio 1 de la emisora CMQ para inscribir a Silvio en el concurso radiofónico Buscando Estrellas, en el que actuaban principiantes.

A la semana siguiente Dagoberto y Argelia se presentaron con Silvio a las nueve y media de la mañana en el estudio de la CMQ, en la intersección de la calle 23 con la calle M.

Frente al micrófono iban pasando niños de distintas edades. Todo eran mayores que Silvio y se les veía nerviosos y asustados. Silvio percibió esta tensión y cuando escuchado su nombre se quedo paralizado con un miedo terrible.
Dagoberto le cogió y le acerco al micrófono. Germán Pinelli, presentador del programa y gran animador de la radio cubana, trato de tranquilizarle. Silvio se sentó y respiro profundo. La orquesta comenzó a tocar. Era la primera vez que cantaba con acompañamiento, pero esto en lugar de asustarle le tranquilizo. Cuando escucho los instrumentos se sintió mas tranquilo y comenzó a cantar. Su entrada fue perfectamente. Canto un bolero, Viajera:
“Viajera que vas por tierra y por mar
Dejando los corazones latir de pasión,
Vibrar de emoción y luego mil decepciones...”.
Pinelli estaba entusiasmado, se deshacía en elogios-Esto es increible-repetia. Los premios se daban por aplausos y cada vez que la mano de Pinelli se posaba sobre él el estudio se venia abajo. Silvio gano el primer premio.

Al día siguiente se encontraba Argelia haciendo las compras en la bodega
cuando escucho comentar a la gente:
-El chiquito que canto debía de ser familia de Pinelli, porque estaba entusiasmado con él.
-Pues es mi hijo-dijo Argelia-
En San Antonio, Silvio comenzó a asistir al Kindergarten y mas tarde a la escuela.
Desde muy niño comenzó a demostrar su pasión por la naturaleza, por los espacios abiertos. Pasaba horas jugando entra la malezas y las ramas de un árbol muy frondoso que crecía junto a la casa, imaginándose selvas y gorilas. Le encantaba el entorno natural del río Ariguanabao, aunque su madre le había prohibido acercarse. Mucha gente se había ahogado en aquel extraño río que moría en San Antonio, sin llega al mar. Se decía que tenia propiedades medicinales y muchas personas llegaban en carreta desde la Habana, tras dos días de viaje, para bañarse.

Años mas tarde evocaría sus juegos y fantasías de instancia en las que se entremezcla la naturaleza, siempre escenario de sus juegos, y una fantasía desbordante con elementos de cuentos y fábulas, de las que ya por entonces la leía su padre. Esto se ve en El rey de las flores, canción de Silvio muy conocido en Cuba, que no ha sido editada en el Estado Español. Silvio nos habla en un lenguaje infantil sobre el rey de las flores que “tiene lagartos que cantan de salto en salto, y arañas, babosas y aves bonitas”.

También en la primera mentira se aprecian elementos fantasiosos y de fábula, junto con el anhelo infantil de descubrir nuevos mundos. En esta canción Silvio viaja a la búsqueda del primer hombre que mintió y, cuando por fin lo encuentras, este le descubre sus intenciones: “Yo quiero una princesa convertida en un dragón, quiero el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón, yo quiero un vellocino de oro para un reino, yo quiero que Virgilio me lleve al infierno, yo quiero ir hasta el cielo en un frijol sembrado...” Igualmente el enanito de El reparador de sueños es representativo de esto, siendo el Unicornio el máximo exponente de esa imaginación sin limites, de esa visión plena de fantasía.

Nunca abandonara aquella visión infantil del mundo, aquella ansias de conocimiento, aquellas forma de verlo todo con ojos grandes, de asombrarse con todo. Siempre mantendrá esa óptica infantil, esa impresión del primer encuentro con el mundo, como expresaría años mas tardes: “Yo creo que eso es fundamental en cualquier creado. Me parece que gran parte de ese ojo, del ojo certero, del ojo de puntería que pueda tener un creador, estriba en no abandonar esa óptica, esa capacidad de asombro, ese susto de la maravilla, o con la maravilla”. En sus canciones estará siempre presente el deseo de no abandonar la niñez, unido a veces, como en la canción Llegue por San Antonio de Los Baños, a la reafirmacion de su carácter guajiro, campesino, en el estribillo.”Guajirito soy...”

Cuando Silvio tenia cuatro años nació su hermana María de los Angeles, lo que supuso algo nuevo e interesante para la inagotable curiosidad de Silvio.
Un día su tío el músico le regalo una tumbadora, que fue su primer instrumento. Silvio pasaba horas sacándole ruido y tratando de imitar a Benny More, a Roberto Faz, Chapottin, o la Orquesta Aragón, que actuaban en los bailes que se daban en el Parque Central o en el Circulo de Artesanos.

Cuando acabo el primer grado toda la familia se mudo para La Habana, ya que el negocio de tapicería iba viento en popa. Se instalaron en una pequeña casa, en Centro Habana, en la calle San Miguel 575.

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