Libro: Silvio Memoria trovada de una revolución. Joseba Sanz. Editorial Txalaparta.
Al comienzo de 1986 Silvio se propuso un alto en las giras para poder dedicarse de lleno a la creación. En todo el año 85 solo había hecho una canción, el 29 de diciembre.Habia declarado: “En los últimos años solo he escrito cuatro o cinco canciones. Hace unos tres lustros esas eran las canciones que a veces hacia en un solo día”. Le hacia falta tiempo para componer, para relajarse, para sentirse con ganas de crear. Pero una vez mas surgirían nuevos compromisos y nuevas giras que le llevarían lejos de Cuba.
En abril visito Lima, y en mayo volvió junto con Pablo al Estado español. Pablo llevaba contigo, además de su grupo, a la joven cantante cubana Xiomara Laugart y al pianista Alberto Tosca. Visitaron Donosita, Vitoria, Bilbao, León, Gijón, Coruña, Santiago de Compostela, Ferrol, Pontevedra, Tarrasa, Torrejón de Ardoz y participaron en la Semana Cultural Cubana en homenaje al poeta José Lezama Lima, en Madrid y Barcelona. Se juntaron Alberti, José Agustín Goytosolo, y otros poetas. También Leo Brouwer, Frank Fernández, el trovador Virulo y su grupo, el jazzista Arturo Sandoval y los salseros Van-Van.
En Madrid actuaron en el Pabellón de los Deportes, con un buen lleno total, el 28 y 29 de mayo.Tambien en la prensa serian bien acogidos. Antonio Gómez en El País expresaría:”Tras estos recitales madrileños en los que ambos se han mostrado en plena madures creativa, resultan estéril e infructuosa la ficticia separación entre pablistas y silvistas que dividen a sus admiradores, no hay mas remedio que acuñar al extraña y fecunda relación que les une. Silvio Rodríguez podría ser la exuberancia de textos, de músicas, de concepción, y Pablo Milanes, la solidez; Silvio Rodríguez, la introspección, y Pablo Milanes, la extraversión, pero en ningún momentos unos y otras características se enfrentan, porque cada uno tiene también, en si mismo, los valores del otro”.
El día 28 el primero en salir fue Pablo, logrando una absoluta comunicación con el público. Una de sus ultimas canciones la dedico a “las nuevas generaciones que trabajan y están dando todo para construir una patria mas hermosa aun de la que tenemos”. Entre las dos actuaciones Pablo leyó un comunicado sobre el asesinato del cooperante internacionalista Ambrosio Mogorron por la contra nicaragüense.
Silvio salio luego y también impacto muchísimo: multitud de mecheros y cerillas iluminaban el pabellón para ayudarle a encontrar su Unicornio perdido. Fue el desquite para Silvio de su actuación de 4 meses atrás, cuando tuvo muchos problemas con el audio.
Por las mismas fechas se celebraba en Madrid el IV Congreso de Intelectuales Cubanos Disidentes, y antes de empezar los bises los dos cantantes leyeron una carta conjunta contestando a la propuesta que el exiliado y disidente cubano Carlos Alberto Montaner les había hecho ese mismo día desde un periódico madrileño (Diario 16) para que se quedaran en el exilio. La carta resulto innecesaria, pues lo que habían cantado expresaba más que de sobra lo que pensaban, pero motivo el aplauso mas largo de la noche:
Aquí estamos de nuevo, como tantas veces desde aquel año en que primera vez el generoso pueblo de casi todo el Estado Español dio bienvenida a nuestras canciones. Siempre hemos vuelto con legítimo orgullo, como cuando se visita la casa de un abuelo con honra. Nunca vinimos a quejarnos de lo que del hogar nos pudiera inquietar, porque aunque el mundo es una gran casa, tenemos un rescoldo caribeño que hemos sabido mantener el tibio con el compromiso del amor.
Pero sabemos que hay quienes no piensan ni sienten como nosotros.Incluso existen quienes se proclaman artistas y mienten, se engañen o no a si mismo, porque han sembrado tanto odio que suponen imposible una cosecha de gracia.
Para ser parte de un proceso revolucionario como el cubano, como el nuestro, no basta con escribir frases lapidarias desde una inmaculada urna de cristal; hay que desgarrarse con toda la realidad que entraña el quehacer cotidiano de mujeres y hombres que aman y sufren, que lo hacen mal, regular o bien, que se equivocan y que son victimas de equivocaciones, pero que no eluden el reto que implica hace cada día mejor y siempre mas humana una obra revolucionaria que indiscutiblemente es un ejemplo para América Latina.
Nadie confunda la humanidad con el temor. Hemos tomado las armas, incluso las terribles, para defender, sin reparar en riesgos, lo que consideramos hasta justo: el pueblo que edifica nuestra Revolución, la Revolución que edifica nuestro pueblo. Y nadie nos paga para defender lo que creemos. Solo nuestra propia conciencia nos somete cada día a un riguroso pero necesaria examen, y cuando no estamos de acuerdo con algo, así como cuando estamos de acuerdo lo cantamos y lo asumimos en Cuba y donde sea necesario: la única prisión que padecemos es la no poder librarnos de la espantosa verdad de las guerras, la miseria, la ignorancia y toda la injusticia que mantienen el egoísmo y la explotación en el mundo.
Aquí estamos de nuevo, y como siempre regresaremos a Cuba. Estamos orgullosos de vivir, de trabajar, de crear allí, de discutir y pelear a los cuatro vientos para que todo se haga mejor, para nosotros mismos hacerlo mejor, nunca creyendo que tenemos la verdad absoluta en nuestras manos, porque la sencilla verdad, la nuestra, hace tiempo que la comparte la mayoría de nuestro pueblo, y juntos, la recrearemos, como ahora, en trabajo, en amor, en canciones, en dignidad.
Pablo Milanes y Silvio Rodríguez.
Madrid.
Aquella noche La Pequeña serenata diurna de Silvio compuesta en 1974 como una reflexión personal, sin ninguna intención política, cobraría pleno sentido, entre las luces de los mecheros y las ovaciones del publico.
Vivo en un país libre,
Cual solamente puede ser libre,
En esta tierra, en este instante
Y soy feliz porque soy gigante.
Amo a una mujer clara
Que amo y me ama
Sin pedir nada
-o casi nada,
Que no es lo mismo
Pero es igual-.
Y si esto fuera poco,
Tengo mis cantos
Que poco a poco
Muelo y rehago
Habitando el tiempo,
Como le cuadra
A un hombre despierto.
Soy feliz
Soy un hombre feliz
Y quiero que me perdonen
Por este día
Los muertos de mi felicidad
Al día siguiente otro disidente cubano, Armando Valladares, publicaría en ABC unas líneas tergiversando grotescamente la realidad sobre Silvio y sus canciones. Afirmaba que Ojala estaba dedicado a Fidel como expresión de rechazo ante su persona y su política. Valladares no llegaba a captar el contenido amoroso de esta canción y sostenía que Silvio había alegado ante el Gobierno Cubano que la canción estaba dedicado al Presidente norteamericano Nixon y no a Fidel. Silvio expresaría años mas tarde: “Yo pienso que los que dicen estas cosas no han leído bien el texto de la canción. Una canción que diga”Ojala que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan para que no las puedas convertir en cristal” evidentemente no esta hablando de alguien a quien uno odia, sino todo lo contrario, alguien a quien uno lo ve como un ser mágico, que convierte en cristal las hojas que le tocan el cuerpo. Ahora, es alguien que es una obsesión también y uno se la quiere arrancar de adentro porque llega un momento que esta obsesión se hace molesta”.
Los argumentos de Valladares, que con mucha imaginación podrían tenerse en cuenta, perdían toda sus coherencia al asegurar que Resumen de noticia hablaba de los presos político, cuando la alusión a los burgueses(a “los presos de su propia cabeza acomodada”) era clara; y ya rondaban el limite de lo absurdo al asegurar que con “los delimitadores de las primaveras” Silvio aludía a la primavera de Praga. Según Valladares cuando Silvio canto esta canción en el festival de Varadero 70 “fue arrestado por la Seguridad del Estado cubana y enviado como castigo a pescar en el barco Playa Girón, del que le saco su amiga Haydee”. Su afirmación resulta muy interesante (divertida mas bien), máxime sabiendo que Silvio había vuelto del Playa Girón meses antes de dicho festival-
Valladares seguiría desvariando, de una manera un tanto inconexa, a lo largo de su artículo sobre la censura de las canciones de Silvio en Cuba y sobre su “habilidad” para esconder lo que el llama sus “verdaderos sentimientos sobre el régimen”.
Los disidentes cubanos en el extranjero, enemigos acérrimos de la Cuba revolucionaria, una vez más trataban de desprestigiarla encubiertamente el liberalismo económico en nombre de la liberta; la demagogia en nombre del pluralismo; la corrupción y la falsa democracia en nombre del pluripartidismo y persiguiendo exclusivamente la defensa de sus propios intereses.
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