Lima, may. 10 (ANDINA).-
El jueves 22 de febrero, a los silvistas peruanos les faltaban metáforas para definir su alegría. Silvio Rodríguez, el cubano que con una guitarra, un cuaderno y un lápiz reconstruyó la trova para darle un mensaje social con profundidad poética, volvía a cantar en el país tras una ausencia de 21 años.
Al día siguiente de esa fecha histórica para sus seguidores, el intérprete de la voz nasal recibía el grado de doctor honoris causa de la universidad San Marcos y retribuyó cantando a capela en la vieja casona sanmarquina, prometiendo que volvería muy pronto, eso sí, con precios más asequibles a las masas que lo idolatran como a un apóstol apócrifo.
En su concierto en el Jockey Club, el músico y poeta cubano agradeció al colectivo Silvio a la Carta (SALC) por haber "mantenido viva" su música. Se los repitió personalmente en una reunión privada que sostuvieron dos días después.
Eso renovó las energías de los SALC, quienes, contentos como niños exploradores, han cargado las pilas para brindar un menú más variado (15 temas nuevos junto con los clásicos de siempre).
Es el mismo espíritu que los anima desde esa primera noche de 1994, cuando debutaron en un repleto Sóngoro Cosongo de Barranco.
Trece años después, como todo conjunto, el elenco ha sufrido cambios. Sobre todo, desde que empezaron a ser cuna de talentos. De sus canteras salieron el multiinstrumentista Lucho Quequezana (hoy de gira por Canadá) y los intérpretes Piero Montaldo y Myriam Quiñones. Esta última compartió escenario con Rodríguez en su concierto en Lima.
Sin embargo, el SALC cree que ahora la formación está compacta y que el grupo suena mejor que nunca. "Nos definimos como una banda. Todos somos multiinstrumentistas, fusionamos con ritmos peruanos el trabajo de Silvio", dice Piero Mercado, uno de los integrantes.
Las metas del grupo, además de continuar con sus temporadas siempre exitosas, son más presentaciones en provincias, recopilar el trabajo de los trovadores peruanos y cerrar el año grabando un álbum doble con invitados. Es el espíritu del silvista.
(FIN) DOP/RES
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