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sábado, junio 16, 2007
¿Quien fue el Mayor?
Ignacio Agramonte y Loynaz, nació el 23 de diciembre de 1841 en Puerto Príncipe, actual provincia de Camagüey en la casa marcada con el número 5 de la calle de La Soledad, hijo del Lic. Ignacio Agramonte Sánchez Pereira, abogado como muchos de sus antecesores, y María Filomena Loynaz y Caballero, procedente de una vieja familia adinerada del Camaguey. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal y luego, ante la imposibilidad de iniciar estudios superiores en Puerto Príncipe, en 1852 es enviado a Barcelona, España, donde ingresa primeramente en el colegio de Isidoro Prats en el que cursó tres años de Latinidad y Humanidades. En 1855 comienza sus estudios elementales de Filosofía, en opción al título de Bachiller en Artes, en el colegio de José Figueras, ambos centros docentes estaban ascriptos a la Universidad de Barcelona, donde ingresa en 1856; al año siguiente regresa a Cuba y en la Universidad de La Habana estudia Derecho Civil y Canónigo, para recibir su título de licenciado en 11 de junio de 1865. Dos años más permaneció Agramonte en la Universidad, pues aunque ejercía como abogado, continuó los estudios correspondientes al doctorado hasta el 24 de agosto de 1867 que realiza su último examen. El 1ro. de agosto de 1866 contrae matrimonio con Amalia Simoni quien seria el amor de su vida, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, unión de la que nacen sus dos hijos: Ernesto, nacido en la manigua, y Herminia, a la que no llegó a conocer, son muy conocidas la literatura epistolar que dirigió a su amada.
"Idolatrada esposa mía: Mi pensamiento más constante en medio de tantos afanes es el de tu amor y el de mis hijos. Pensando en ti, bien mío, paso mis horas mejores, y toda mi dicha futura la cifro en volver a tu lado después de libre Cuba.¡Cuántos sueños de amor y de ventura, Amalia mía! Los únicos días felices de mi vida pasaron rápidamente a tu lado embriagado de tus miradas y tus sonrisas. Hoy no te veo, no te escucho, y sufro con esta ausencia que el deber me impone. Por eso vivo en lo porvenir y cuento con afán las horas presentes que no pasan con tanta velocidad como yo quisiera..."
Camagüey, julio 1 de 1871
En 1867 se vincula a la fundación de la logia Tínima, creada con fines conspirativos. Una vez iniciada la Guerra por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, los camagüeyanos secundan la acción con el levantamiento armado en Las Clavellinas, el 4 de noviembre. Ignacio Agramonte queda en el la ciudad a cargo del aseguramiento del movimiento revolucionario, por lo que se incorpora a la manigua el día 11 en el ingenio El Oriente, en las cercanías de Sibanicú. Muy pronto muestra sus dotes de dirigente político al enfrentarse en la reunión del paradero de Las Minas a Napoleón Arango y sus seguidores el 26 de noviembre de 1868, quienes proponían un acuerdo con la metropli basado en reformas políticas; Agramonte replica vigorosamente:
"Acaben de una vez los cabildeos, las torpes dilaciones, las demandas que humillan: Cuba no tiene más camino que conquistar su redención, arrancándosela a España por la fuerza de las armas."
Levantamiento en Armas
Existía una contradicción sobre el momento de llevar a cabo el levantamiento en armas pues los camagüeyanos eran partidarios de aplazar el levantamiento hasta 1869 después de la zafra azucarera mientras que por otra parte los manzanilleros seguidos por el resto de los orientales no querían esperar más y se pronunciaron el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua bajo el liderazgo de Carlos Manuel de Céspedes.
Las discrepancias que existían se pusieron de manifiesto al convocarse y celebrarse la Asamblea de Guáimaro, en donde se aprobó la Carta Constitucional redactada por Agramonte y el habanero Antonio Zambrana. Estas discrepancias estaban dadas porque Céspedes defendía el mando centralizado político-militar e Ignacio Agramonte se pronunciaba por las instituciones democráticas.
El 26 de febrero de 1869 en Sibanicú, queda constituida la Asamblea de Representantes del Centro, la que integra Agramonte, más tarde haria prevalecer sus opiniones en la asamblea de Guaimaro donde se redacta la primera constitución de la republica en armas. A pocos días de la Asamblea de Guáimaro, el 26 de abril, Agramonte renuncia al escaño en la Cámara de Representantes, al ser nombrado Mayor General del Ejército Libertador, jefe de la División de Camagüey. Su primera actividad militar es la organización de talleres y fábricas donde se reparan y elaboran los medios necesarios para las fuerzas insurrectas; en este período dirige importantes acciones como el Combate de Ceja de Altagracia, y el ataque a Puerto Príncipe, participa como segundo al mando en el Combate de Minas de Juan Rodríguez, dirigido por el mayor general Thomas Jordan.
En abril de 1870, a causa de las discrepancias con Céspedes en cuanto al modo de realizar la guerra, renuncia a la jefatura militar de Camagüey y permanece sin mando, aunque mantuvo su graduación y participó en combates como Ingenio Grande, Jimirú, Socorro... y continuó su propio adiestramiento, especialmente en la utilización de la caballería en función de la guerra de guerrillas.
A principios de 1971 Céspedes le ofrece la jefatura militar de Camagüey, la que reasume el 17 de enero, cuando la situación de los insurrectos era muy grave en la región, momento a partir del cual se experimenta un mejoramiento progresivo y las fuerzas mambisas pasan de la defensiva a la ofensiva.
Estatua de Ignacio Agramonte en la Plaza de la Revolución de Camagüey
El Rescate de Sanguily
Como el Rescate de Sanguily se conoce una de las prohezas militares de los inicios de la guerra de los diez años llevada a cabo por Ignacio Agramonte.
El 7 de octubre de 1871, el mayor general Ignacio Agramonte acampó con la fuerza de su mando, unos 70 jinetes, en el potrero de Consuegra, al sur de Puerto Príncipe, ocasión que aprovechó el brigadier Julio Sanguily para solicitar autorización para dirigirse al bohío de Cirila López, en la finca Santo Domingo, frente a Loma Bonita, para que ésta le arreglase la única muda de ropa que poseía. Sin el debido permiso marcha al amanecer del día siguiente, poco tiempo después de llegar a su destino es sorprendido y hecho prisionero por una caballería española compuesta de 120 rifleros a caballo.
Enterado Agramonte de la funesta noticia escogió 35 jinetes y ordenó a Henry Reeve que siguiera el rastro del enemigo a marcha forzada, el que es divisado en la finca de Toño Torres o pozo de La Esperanza, cuando trasponía la cuenta del camino. Casi a la vista de los españoles El Mayor explicó a sus compañeros que era preciso: "rescatar vivo o muerto a Sanguily o perecer todos en la demanda". Sorprendidos los españoles por la furiosa carga iniciada por el capitán Palomino, apenas pudieron ofrecer resistencia organizada, dejando sobre el campo once muertos, llevándose Agramonte consigo a su querido oficial.
Cámara de Representantes En Guáimaro se creó una Cámara de representantes que tuviera el poder de nombrar y deponer al presidente de la República , esta cámara posteriormente limitó los poderes de Carlos Manuel de Céspedes y tarde lo destituyó, frenando así el curso de la guerra y por consiguiente facilitando el cese de las hostilidades sin la independencia.
Valor y lealtad
La insurrección en Camagüey es aplastada casi completamente en 1870, la mayoría de los terratenientes abandonan la lucha y el Mayor General Ignacio Agramonte es designado por el presidente Céspedes para asumir el mando en enero de 1871, lo que le permite a Agramonte convertirse en uno de los más brillantes jefes militares cubanos. Este patriota fue capaz de establecer la disciplina férrea, aunque anteriormente no estaba de acuerdo con ella, además logró tener un mando único y fue capaz de organizar fuerzas de infantería y caballería, de gran movilidad. Entre sus muchas acciones está el legendario Rescate de Sanguily, acción que fue llevada a cabo con solo 35 hombres, los cuales se enfrentaron a más de 100 españoles armados del batallón de Pizarro. Muere el 11 de mayo de 1873, en Jimaguayú preparando la invasión a Las Villas, tras lograr reconstruir las fuerzas del centro. Una emboscada lo sorprende con pocos ayudantes y una bala en una sien lo derriba. Los soldados españoles carterean el cadáver y los oficiales al reconocer los documentos, ordenan llevar el cuerpo hacia Puerto principe, donde es expuesto en el hospital de la Iglesia de San Juan de Dios, y quemado al día siguiente.
De su figura Martí expresa lo siguiente:
"Pero jamás fue tan grande, ni aún cuando profanaron su cadáver sus enemigos, como cuando al oír la censura que hacían del gobierno lento sus oficiales, deseosos de verlo rey por el poder como lo era por la virtud, se puso de pie, alarmado y soberbio, con estatura que no se ha visto hasta entonces, dijo estas palabras: Nunca permitiré que se murmure en mi presencia del Presidente de la República." (refiriéndose a Carlos Manuel de Céspedes).
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