El cubano Silvio Rodríguez cautivó el pasado viernes al público ecuatoriano en su primera presentación en Guayaquil, en el marco del Bicentenario de la Independencia, que se cumple mañana. Rodríguez se presentó en un espectáculo de acceso libre y gratuito el estadio Alberto Spencer.
El estadio Alberto Spencer se repletó de amantes de la Trova que enarbolaron banderas de Cuba, Chile, Venezuela y Colombia. En las afueras del Modelo, 50 buses intercantonales justificaban la presencia de cientos de espectadores de otras provincias, como Cañar, El Oro, Pichincha o Manabí.
Guayaquil. “Hace tiempo que queríamos estar aquí. Siempre habíamos estado en Quito; nos gusta mucho Quito, pero queríamos estar en Guayaquil”. Eran las 21:15 en la fresca noche del viernes en el estadio Alberto Spencer. Silvio Rodríguez había terminado de cantar la primera canción de su concierto, En el claro de la Luna, y se sinceró al frente de los 35.000 seguidores de su música sobre el recinto deportivo guayaquileño.
El cantautor cubano se mostró fiel a su estilo en el viejo estadio de la Avenida de las Américas: sobrio, conciso, centrado en su música, con las palabras justas. No habló demás entre canción y canción, de las 31 que interpretó a lo largo de la noche, en las dos horas y 22 minutos que duró su recital.
El intérprete se acercó a su público al comentar “yo soy de pueblo, de campo”, refiriéndose a sus orígenes en San Antonio de los Baños, a 37 kilómetros de La Habana. Citó al dramaturgo alemán Berthold Bretch, al actor estadounidense Danny Glover y al poeta cubano Rogelio Nogueras. Agradeció por el concierto al presidente Rafael Correa, quien, a pesar de que asistió, no subió al escenario. También recordó a su amigo y colega, Noel Nicola, trovador cubano fallecido en el 2005.
Recordó que cinco de sus compatriotas están detenidos en Estados Unidos “por haber penetrado a grupos terroristas previendo que atacaran a nuestro país” y señaló que ese país “falló al prevenir los ataques terroristas a la nación soberana de Cuba”. Apenas había cantado los temas Claro de la luna, Sueño con serpientes, Quién fue y Óleo de mujer con sombrero cuando subió al escenario la secretaria del Migrante, Lorena Escudero, quien le dio la bienvenida a nombre del Gobierno ecuatoriano y anunció que el Primer Mandatario lo había designado embajador de la campaña “Todos somos migrantes”. Luego le entregó la medalla Bicentenario del Ministerio de Cultura.
La asambleísta María Alejandra Vicuña, en cambio, entregó la Orquídea de la Paz del Instituto Ecuatoriano-Cubano a Niurka González, la esposa del cantautor, quien tocó la flauta traversa.El presidente de la República, Rafael Correa, en primera fila, coreó entusiasta cada una de las canciones del gran trovador.
En primera fila también estuvieron el gobernador del Guayas, Roberto Cuero, la ministra del Migrante, Lorena Escudero, acompañada del ministro de Cultura, Ramiro Noriega; y el ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh.
Estuvieron además, el Secretario de la Administración Pública, Vinicio Alvarado; el Secretario General de Comunicación, Fernando Alvarado; el presidente del Consejo Nacional Electoral, Omar Simons, entre otros.
Pero Silvio fue, sobre todo, su música, coreada en masa por los asistentes. Especialmente las canciones más populares, como Sueño con serpientes, El Necio, Ojalá, La Maza, Playa Girón, Te doy una canción, pero, aunque en menor medida, melodías no tan difundidas como las anteriores, tales como Oleo de Mujer, Mariposa, Quién fuera, El dulce abismo, Papalote, Postguerra, Son desangrado…
No existió canción del cubano que no fuera cantada por lo menos por parte del público, el cual llegó desde diversas zonas del país, con quiteños y cuencanos a la cabeza, pero también con melómanos de Gualaceo, Ibarra, Loja, Riobamba, Alausí, Latacunga... Buses de cooperativas de esas ciudades aparecían estacionados en las afueras del estadio, como prueba del interés que existió en el Ecuador por la presencia del trovador. Las elaboradas letras de la música de Rodríguez tuvieron un toque adicional. El sonido de la flauta de Niurka González, una multipremiada concertista cubana, quien además es esposa del cantante. A ellos se unieron el virtuoso trío Trobarroco, también proveniente de la isla, integrado por Rashid López en guitarra; Maykel Elizalde, en tres, y César Bacaró, en contrabajo. El percusionista fue Oliver Valdés.
Rodríguez se presentó con un sombrero de paja toquilla, una camisa negra de mangas cortas y jean. De entrada se sacó el sombrero y fue ovacionado. El música de 62 años, 41 de ellos como profesional, mostró que la fina y armoniosa voz que le hizo famoso sigue vigente. Con guitarra en mano y los ojos cerrados, interpretó la mayoría de sus temas.
Fue ahí que interpretó El Escaramujo, un canto al derecho del niño y hombre a saber y preguntar… “Yo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo… porque el escaramujo está en el fondo del mar”. Luego de una hora y media de concierto, las luces se encendieron en señal de despedida pero el público quería más. Gritaba su nombre y le decía “Silvio, Ecuador está contigo”. Si por El Necio fue ovacionado, por Ojalá nadie se quedé callado. En uno de los tantos libros escritos en honor al cantante, se relata que Ojalá fue escrita y dedicada a una profesora de la cual estuvo enamorado y luego perdió.Antes de partir de Cuba, hace cerca de 10 días, había dicho al diario Granma que tenía previsto interpretar en Guayaquil sus temas más conocidos y fue así. Con ellos terminó el concierto.
Unicornio, canción que alguna vez Silvio dedicó al poeta y amigo Roque Dalton, quien fue asesinado en 1975 por sus propios compañeros revolucionarios en El Salvador, también recordo recordó a su compañero de trova, Noel Nicola, fallecido hace 4 años. y Playa Girón cerraron su repertorio. Eran las 23:32 en la ya entonces ventosa y no tan calurosa noche porteña, que se despedía del trovador.
Silvio se despidió complaciendo y recordando los acontecimientos de Playa Girón. Aunque dejó con ganas de saber más de Causa y Azares, de recordar la América de Ernesto, hablar de Mujeres y la más bella de las Blancanieves, de tener una Cita con Ángeles y de incluso saber Por quién merece amor.
Previo a la actuación de Silvio Rodríguez, los artistas ecuatorianos Hugo Hidrovo, Beatriz Gil, Carlos Prado y Héctor Napolitano ofrecieron un repertorio de música urbana, latinoamericana y nacional.
Napolitano‘Napo’ interpretó la canción favorita de Mandatario, Hasta siempre comandante. Expresó que cualquier justificación al ataque de Angostura por parte del ejército colombiano, el 1 de marzo del 2008, era “traición a la patria”.HidrovoHugo Hidrovo agradeció al gobierno por la nueva Ley de Cultura que obligará a las emisoras a programar música nacional
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