Silvio Rodríguez encantó a su fanaticada boricua
El artista cubano iniciará esta semana su gira por Estados Unidos, país que no visita hace 30 años. (Primera Hora / Ana María Abruña Reyes)
lunes, 31 de mayo de 2010
Mariella Fullana Acosta / Primera Hora
Habían pasado 13 años desde la cita anterior. Pero él recordaba y ellos, ciertamente, también. El cantautor cubano Silvio Rodríguez se reencontró ayer a las 4:30 de la tarde con el público puertorriqueño en el concierto que ofreció en el Coliseo de Puerto Rico en Hato Rey. Bastó que saliera para que el cariño de los boricuas hacia el intérprete se hiciera sentir al ovacionarlo por varios minutos.
Silvio Rodríguez inició su concierto con el tema En el claro de la luna, dejando “claro” desde el inicio que su calidad vocal sigue impecable, al igual que sus dedos, con los que le da vida a su guitarra.
“Buenas tardes, buenas tardes. Estamos muy agradecidos porque hayan dedicado un rato de sus vidas por estar con nosotros, muchas gracias por estar”, comunicó, quien recordó esos 13 años de ausencia de Puerto Rico.
“Debuté un martes 13 y no me ha ido tan mal a la verdad”, señaló para continuar con El papalote y darle la bienvenida a “la gente de mi tierra”. Le siguieron Cassiopea y Carta a Violeta Parra.
Ve más fotos del concierto La primera canción que cantó el público, que llenó la versión reducida del Coliseo de Puerto Rico, fue El necio. Esta canción fue una de varias de las 24 melodías que vocalizó el artista, que fue bien recibida por los asistentes.
Aunque el concierto contó con personas de diversas edades, los jóvenes se hicieron sentir, sobre todo los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico que gritaron consignas durante el evento como “Que vivan los estudiantes” y “Qué viva la UPR”, y que, además, mostraron una pancarta que decía “La educación es pública”. A ellos, Silvio Rodríguez los tuvo en cuenta al dedicarles el tema Escaramujo.
“La educación no es un negocio; entonces, esta canción se la quiero dedicar a todos esos jóvenes que se están sacrificando, y que habla, precisamente, del derecho a la enseñanza”, dijo el cantor, arrancando gritos y aplausos.
De forma similar pasó con Canción del elegido, la cual Silvio dedicó a los cinco presos políticos cubanos aprisionados en Estados Unidos.
Cuando decidió que era momento de descansar brevemente, el artista aprovechó para presentar a “dos grandes amigos”: Roy Brown y Zoraida Santiago, quienes a dúo cantaron Boricua en la luna y Oubao moin, que provocaron la exaltación patriótica en la mayoría de los presentes, entre los que se encontraban el ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá con su esposa y su hijo menor.
De regreso al escenario, Silvio Rodríguez siguió con Cita con ángeles, Pequeña serenata diurna y Mariposas, entre otras. El plato fuerte de la noche vino con Óleo de una mujer con sombrero, Quién fuera (en la que se destacó en la flauta Niurka González) y La maza, que fue la falsa despedida.
Luego de la insistencia del público, Silvio Rodríguez entró con su banda para cantar de pie Ojalá, que los presentes cantaron casi como un himno al amor. Seguido interpretó La era está pariendo un corazón, que dedicó al actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien se encontraba en el concierto.
De su disco nuevo escogió Demasiado, con la que dio las gracias a San Juan y se despidió. Pero a pedidos del público, el cantautor volvió para interpretar Te doy una canción, la cual dijo iba para el joven cubano Carlos Muñiz Varela, quien fue asesinado en Puerto Rico en 1979. El cierre vino con Unicornio, que fue cantada al unísono por los asistentes.
Silvio Rodríguez volvió a demostrar con esta presentación por qué sigue despertando pasiones. Y es que carga consigo el sentimiento, la pasión y las palabras para decir con poesía lo que muchos no se atreven a decir. Ojalá que la próxima cita sea más pronta que la anterior.
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