A mediados de diciembre de 1989 Silvio y Afrocuba dieron un recital con Carlos Varela en el teatro Carlos Marx de la Habana, el mayor teatro de la isla. Se llenó completamente por un publico desbordante de entusiasmo. Se juntaban dos generaciones de trovadores, dos cantantes conflictivos, críticos, consecuentes, con distintos problemas, distintas luchas, pero compartiendo el cariño público cubano. Varela cantón canciones bien conocidos por los habaneros, como son: Guillermo Tellhttp://www.megaupload.com/?d=NEPI9HVL. Jalisco Park o Memoriashttp://www.megaupload.com/?d=0OON2WEJ en que dice:
No tengo Supermán,
tengo a Elpidio Valdés
y mi televisor fue ruso
(...)No tuve Santa Claus
ni árbol de Navidad
pero nada me hizo extraño
y así pude vivir
teniendo que inventar
los juguetes una vez al año(...)
Otra canción de Carlos, Tropicollagehttp://www.megaupload.com/?d=TFGTHD8F, muestra un aspecto muy interesante y motivo de las mayores contradicciones en la Cuba actual. Todos los cubanos conocen esta canción por "Tropicolas", a pesar del camuflado "collage" final y es una alusión a las colas que llenan las calles de la isla. Cada vez era más dificil a finales del 90, por no decir imposible,comprar algo en Cuba sin hacer cola. Las dificultades para adquirir cualquier producto, esté o no racionado, eran considerables. Mientras tantos los extranjeros tienen acceso a todo. Los mejores hoteles y las mejores playas son para su acceso exclusivo. Se mueven a lo largo de la isla en transportes especiales y tienen servicios de alquiles de coches(Havanautos) y de taxis(Turistaxi) que son solamente pra extranjeros. Los turistas no hacen cola en los restaurantes y del mismo modo pueden adquirir todo tipo de productos en tiendas especiales(llamadas Diplotiendas), o en las tiendas de sus hoteles. En estas tiendas el pago es obligado en divisas, en dolares americanos.
Pasaron los años en que el pueblo era dueño de los hoteles que una vez fueron de los ricos norteamericanos, aquel enero del 59 en que Fidel y sus guerrilleros sucios y harapientos se instalaron en el Habana Hilton a su llegada a La Habana y los campesinos inundaban el hall para verlos, la transformacion del exclusivo Havana Bilmot Yacht and Country Club(en el que incluso a Batista le costo mucho esfuerzo ser admitido) en el Club Obrero Cubanos, la puesta a disposición del pueblo de balnearios, centros turísticos y playas, anteriormente de uso privado. Hoy se mantienen algunos de estos centros con libre acceso para el pueblo, para el disfrute de sus fines de semana o su mes de vacaciones pagadas(del que gozan todos los trabajadores), pero muchos servicios turísticos se han vuelto a destinar para el uso exclusivo del turismo internacional. La explotación del turismo como una fuente importante de ingresos para el país junto con la monopolización de la divisa por parte del gobierno han creado contradiccioens sociales en la isla.
Se fue en Havanautos,
rumbo hasta Varadero,
Havana Club en la arena.
Fumandose un habano
se tiro algunas fotos
recostando a una palma.
Volvió a Havana Libre,
alquilo un Turistaxi
para ir a Tropicana.
Después al aeropuerto
y así se fue creyendo
que conoció La Habana
Ese tipo pagó la cuenta
que le estaban sacando,
pero en la Polaroid
y en su cabeza lleva:
Tropicollage.
No fue a La Habana Vieja,
no conoció los barrios
de obreros y creyentes.
No se tiró unas fotos
sobre los arrecifes
donde hay un mar de gentes.
No vio a los constructores,
Ladrillo y aguardiente
cementando el futuro.
No tropezó en la calle
con unos de estos tipos
que dan cinco por uno.
Eso tambien es mi país
y no puedo olvidarlo,
y el que quiera negarlo
en su cabeza lleva:
Tropicollage.
Y a los refutadores
que me están escuchando
piensen en lo que digo.
Yo sé que la divisa
hace a la economía
como hace al pan el trigo.
Pero lo que no entiendo
es que por el dinero
confundan a la gente.
Si vas a los hoteles
por no ser extranjero
te tratan diferentes.
Eso ya está pasando aquí
y yo quiero cambiarlo.
¡Como no!
Y el que quiera negarlo
en su cabeza lleva
Tropicollage
Quieren llevarse a mi país en una bolsa de CUBALSE
de esas que dicen en inglés que se compra fácil.
Collage, collage, collage...
Y esta ciudad no cabe en una foto
de almaneque de país, collage, collage, collage...
La gente está inventando antenas para el canal del sol,
collage, collage, collage.
Y es que a tropicollage le gusta salir en la televisión...
La situación economica que atraviesa Cuba ha obligado a orientar de esta maneras los esfuerzos hacia el turismo. El cubano se ve privado de determinados servicios, pero los ingresos que el turismo genera repercuten por otro lado de manera positiva en su nivel de vida y en su bienestar. Aun así, la situación es conflictiva. Los cubanos no pueden acceder a gran parte de los servicios para el turismo, a las tiendas para turistas ni a ningún producto que se venda en divisa, teniendo prohibido y muy penalizado su uso. En aquella fechas sólo podían comprar la cantidad de bienes racionada por su libreta y los escasos productos que quedaban liberados: tabacos ( que también se racionaría en el 91), helados y poco más. Los productos garantizados por la libreta de racionamiento proporcionan los alimentos básicos para cada unidad familiar. Esta libreta sirve para garantizar que llegue para todos, pero en muchas ocasiones los productos no llegan a la tienda o hay que hacer colas de horas para conseguirlos. La politica alimentaria provee un litro de leche diario para los niños y respeta dietas especiales para los enfermos. El reparto racionado es la forma más justa posible de distribución pero muchos cubanos no soportan fácilmente la continúa monotonía en el consumo y las angustias de la espera.
Otros productos como frigoríficos o televisores se adjudican en base a los méritos laborales. En mayo de 1986 se había prohibido el mercado libre campesino, debido a que daba lugar a especulación y enriquecimiento. Esto unido al continuado descenso de los productos "libres" provocaba desde entonces mayores problemas de abstecimiento alimentario.
Los productos básicos garantizados por libreta se pueden adquirir con un 10% del
sueldo, con lo que se acumulan grandes cantidades de dinero que, debido a la política de gratuidad o subvención estatal en muchos servicios(cultura,deportes...), sobran en el bolsillo, encontrando salida sólo en el mercado negro. Muchos productos se producen sólo, o en su mayoria, para la exportación y el pueblo cubano tiene problemas para encontrarlos. Es el problema del azucar; en uno de los paises mayores productores mundiales resulta a veces muy dificil encontrar azúcar para echar al café.
Los cubanos, y en su mayoría las cubanas, que cada vez encuentran más dificil compaginar su trabajo fuera de casa con las colas de horas y las actividades domésticas-que, en muchos casos, siguen recayendo sobre ellas-, pierden horas interminables en las tiendas, a veces con la incertidumbre añadida del "¿llegará para mi?".Mientras tanto los extranjeros circulan por La Habana con bolsas repletas en que dice "Easy Shopping".
Ni siquiera la tradicional "Tropicola", bebida refrescante réplica de la Coca del Imperio, está ya al alcance de los cubanos, sino al precio de un dolar en las diplotiendas, junto a la Coca-Cola(porque aqui así si no existe bloqueo).
"Este país es surrealista" aducen algunos cubanos. Otros como el guarachero y socarrón cantautor Pedro Luis Ferrer se lo toma con más humor al expresar en sus conciertos"Arbol que nace torcido...para el consumo nacional".Pedro Luis que en poesía cultiva fundamentalmente la décima es autor tambien de la no divulgada Canción del Intur dedicada al Instituto del Turismo-que según dice riéndose fue un encargo del Intur- y cuyo contenido es parecido a Tropicollage de Varela.
Los jineteros:jovenes dedicados al cambio negro, venta ilegal de productos y trapicheo en general) abundan en los alrededores de los hoteles cambiando pesos por dólares en el mercado negro, ofreciendo hasta 10 y 12 veces el valor oficial. Los turistas, una vez más, son los mayores beneficiadoss consiguiendo moneda nacional a precio regalado. Persiguen a los turistas e incluso les pagan para que les hagan "favores" como entrar en una "diplotienda" y sacar para ellos determinados productos para su consumo o para la especulación. Extranjeros residentes en la isla consiguen así un beneficio rápido, utilizando su simple derecho a comprar en dólares.
Estos Jineteros continuamente relatarán al turistas las penurias economicas a que les someten "el caballo"2(Fidel), su imposibilidad para consumir nada y su necesidad de ropa, tabaco y alimentos. La situación es compleja, sin duda, pero a menudo se esconde mucha hipocresía y falsedad detrás de todo esto. Si bien es muy cierto que el turismo y la política económica han generado contradicciones muy visibles, no es menos ciertos que esto ha potenciado la existencia de un sector de población que tiene en el turista acaudalado su punto de referencia. El turista se convierte en un ser mágico, que viste como quiere, que come lo que quiere, que tiene acceso a todo. Las personas que realmente pasan penurias y sufren más duramente el desabastecimiento no son las mismas que están en la calle dedicadas al negocio negro. El sueño de muchas de estas personas, que muchas veces visten mejor que el propio turista, es la economía libre de mercado. Nunca creerán que en Europa existe el paro, que no todos tienen que comer, que nadie tiene, como ellos, educación gratuita en los niveles universitarios, que muchas personas no pueden acceder a la sanidad de que ellos disfrutan.
Ni siquiera la tradicional "Tropicola", bebida refrescante réplica de la Coca del Imperio, está ya al alcance de los cubanos, sino al precio de un dolar en las diplotiendas, junto a la Coca-Cola(porque aqui así si no existe bloqueo).
"Este país es surrealista" aducen algunos cubanos. Otros como el guarachero y socarrón cantautor Pedro Luis Ferrer se lo toma con más humor al expresar en sus conciertos"Arbol que nace torcido...para el consumo nacional".Pedro Luis que en poesía cultiva fundamentalmente la décima es autor tambien de la no divulgada Canción del Intur dedicada al Instituto del Turismo-que según dice riéndose fue un encargo del Intur- y cuyo contenido es parecido a Tropicollage de Varela.
Los jineteros:jovenes dedicados al cambio negro, venta ilegal de productos y trapicheo en general) abundan en los alrededores de los hoteles cambiando pesos por dólares en el mercado negro, ofreciendo hasta 10 y 12 veces el valor oficial. Los turistas, una vez más, son los mayores beneficiadoss consiguiendo moneda nacional a precio regalado. Persiguen a los turistas e incluso les pagan para que les hagan "favores" como entrar en una "diplotienda" y sacar para ellos determinados productos para su consumo o para la especulación. Extranjeros residentes en la isla consiguen así un beneficio rápido, utilizando su simple derecho a comprar en dólares.
Estos Jineteros continuamente relatarán al turistas las penurias economicas a que les someten "el caballo"2(Fidel), su imposibilidad para consumir nada y su necesidad de ropa, tabaco y alimentos. La situación es compleja, sin duda, pero a menudo se esconde mucha hipocresía y falsedad detrás de todo esto. Si bien es muy cierto que el turismo y la política económica han generado contradicciones muy visibles, no es menos ciertos que esto ha potenciado la existencia de un sector de población que tiene en el turista acaudalado su punto de referencia. El turista se convierte en un ser mágico, que viste como quiere, que come lo que quiere, que tiene acceso a todo. Las personas que realmente pasan penurias y sufren más duramente el desabastecimiento no son las mismas que están en la calle dedicadas al negocio negro. El sueño de muchas de estas personas, que muchas veces visten mejor que el propio turista, es la economía libre de mercado. Nunca creerán que en Europa existe el paro, que no todos tienen que comer, que nadie tiene, como ellos, educación gratuita en los niveles universitarios, que muchas personas no pueden acceder a la sanidad de que ellos disfrutan.
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