Si os hablo de Ismael Serrano, a más de uno le vendrá a la cabeza su famoso “Papá cuéntame otra vez” y a otros sus más que reconocibles gorgoritos.
Este ya no tan moderno cantautor, como se hacía llamar en los 90, llenó hasta la bandera el pasado miércoles el Wizink Center (por segunda vez este 2018), con motivo de sus 20 años sobre los escenarios.
Con una banda de 6 músicos a sus espaldas y una escenografía más propia de una obra de teatro que de un concierto, salió a cantar el vallecano entre aplausos y ovaciones de su incondicional y fiel público.
Ismael Serrano
La emoción estaba presente en cada palabra que salía por la boca del cantautor que, con sus ojos llorosos, nos mantuvo con un nudo apretando nuestras gargantas durante las más de 3 horas que duró el recital.
Hasta el tercer tema no apareció el primer invitado, Javier Bergia, que junto con Pedro Guerra, fueron los “colegas de la noche” de la misma quinta que el cantante.
En el cuarto tema que sonó en el Palacio, subió al escenario un agradecido Marwan, el cual sólo tenía palabras bonitas, abrazos y cara de embelesamiento para su “referente”.
Marwan
Pero el madrileño con ancestros palestinos no fue el único en mencionar lo importante que habían sido las canciones del protagonista de la noche en su vida. Zahara y AndrésSuárez, que cantaron “Todo cambia” de Mercedes Sosa y “Vine del norte” respectivamente, también le recordaron a Ismael Serrano lo trascendental que había sido su música para sus trayectorias profesionales.
No sólo ellos tenían cosas que agradecer en esta maravillosa velada. El vallecano, con dificultad para que no se le cayeran las lágrimas, recitó un discurso en el que daba las gracias a todos sus seguidores por estar ahí y haberle dejado formar pare de sus vidas.
Y es que en 20 años de letras que describen situaciones rutinarias con tanta precisión como para que creyéramos que hablaban de nosotros, esos agradecimientos nos llegaron directos a los corazones de todos y cada uno de los que llenábamos el palacio. Como bien dijo Ismael, “no es que antes se hicieran mejores canciones ni que los primeros discos fueran los mejores, es que probablemente lo que echemos de menos es quiénes éramos nosotros cuando los escuchábamos” .
Ismael Serrano y Víctor Manuel
Y como en todas las buenas familias, aquellos a los que Ismael admiraba enormemente ya en su juventud, tampoco faltaron a la reunión: Un incombustible Miguel Ríos, al que la voz sigue sin temblarle ni un ápice, y un siempre rotundo Víctor Manuel, nos demostraron que en el escenario no hay edad para los buenos.
Las sorpresas de la noche, y también los momentos más divertidos y distraídos del concierto, los pusieron el rapero Nach, la risueña Silvia Pérez Cruz y su prodigiosa voz, y el actor Álvaro Morte (el profesor de “La Casa de Papel”). Este último, junto a Fetén Fetén, desataron la locura de los presentes cantando una versión del ya himno de la generación millenial “Bella Ciao”.
La traca final la completaron Pasión Vega y Rozalén, que con sus maravillosas voces, cada una en su estilo, hicieron que el final de esta maravillosa reunión sólo pudiera superarlo un soberbio Ismael Serrano cantándonos a todos sus fans (incluido su padre allí presente) “Papá cuéntame otra vez”.
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