domingo, abril 05, 2020

Seran felices los obreros si son dueños de sus empresas?

silvio dijo... ¿Serán felices los obreros si son dueños de sus empresas?... Eso es lo que está por ver, Rojo ciudadano; porque aunque en los discursos se diga que lo son, si los obreros no pueden decidir su producción, ni pueden importar y exportar, ni decidir el empleo de sus beneficios ¿en qué mandan en definitiva los obreros? Es más que obvio que todavía los obreros son mandados --no por dueños sino por burócratas que, por no ser dueños, sólo se guían por directrices o libritos o jefes--. Está por ver si el socialismo funciona en algún país o no.


El hecho de que se mantenga no es índice de funcionalidad. Tampoco de imposición, como le gusta decir a los enemigos jurados del socialismo. Que digan los europeos cómo se mantuvo allá y hasta dónde. Hay bastantes libros sobre eso. El de este país se mantiene porque la mayoría del pueblo lo sostiene, más que por los resultados (que son un frankestein de retazos arrancados al bloqueo y a nuestras tonterías) con el sueño, con la necesidad de que de pronto se encuentre la manera de hacerlo eficiente. No creo que Vietnam y China hicieron lo que hicieron por claudicación. Yo creo que se dieron cuenta de que si todo el mundo y las leyes que lo rigen son capitalistas, hay que seguir empleando algunas de sus fórmulas, sobre todo en lo que respecta a la motivación laboral. La discusión sobre si el socialismo es posible en un mundo capitalista data del siglo 19. Fue un experimento, una audacia revolucionaria lanzarse a construirlo rodeado de países que veían aquel nacimiento como algo que les partía el corazón (léase el bolsillo). Hacerlo a 90 millas del imperio ha sido tan o más audaz que aquel primer experimento. Y ya dije por qué nos mantenemos (creo yo), aunque también porque somos una isla (bendición y maldición a la vez).

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