sábado, octubre 09, 2021

 Las dos caras del concierto:

- Afuera unas 40 personas ofendiendo, gritando improperios y mentiras que ni ellos mismos se creen. Hablaban de "cientos de cubanos muertos y más de 700 desaparecidos", decían que "en Cuba no se puede tener un celular" y otras cosas ridículas. Y eso no fue lo peor: afirmaban que Silvio no era un artista, gritaban a través de un amplificador "ASESINO" y "TRAIDOR" a nuestro Silvio que nunca ha matado ni una mosca. Molestaban a los que fueron a disfrutar el concierto diciéndoles "cómplices del asesinato" y "gentuza que hace turismo sexual"...en fin, algo patético y vulgar 👉(les dejo el link en los comentarios). Una escena que demuestra el odio en todo su esplendor, una escena que le da vergüenza a cualquier persona sana de este mundo, una escena que marca nuevamente a la contrarrevolución y la define. Lo increíble es como algunos quieren multiplicar escenas así en nuestro país, en nombre de la "democracia".



- Adentro...adentro un ambiente de amor: unas 10 mil personas sentadas movían las manos mientras tarareaban, luego se paraban y levantaban la bandera cubana con orgullo y aplaudían y cantaban su canción favorita visiblemente emocionadas. Quizás no vuelvan a presenciar algo así en sus vidas, quizás es la única vez que verán al mejor cantor de una época, al reparador de sueños, al trovador que siempre ha creído en las utopías. Corazón adentro, Silvio se dio entero hecho canción.

🤔 Pero aquellos quizás tengan razón. Silvio ha sido un asesino,l: un asesino de la injusticia, de la vulgaridad, del mercado, del verso fácil, del panfleto, de lo caduco, de la maldad, del cinismo, de la cobardía. Quedémonos con lo bueno, quedémonos con el número: mientras 40 personas odian y atacan; 10 mil se unen, sonríen y aman. Quedémonos con la lección de defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio. Silvio ha sacrificado mucho, ha sufrido toda su vida, pero nunca ha dejado de creer. Es por ello que al borde de los 75, aún toma su guitarra, suena un acorde y un público honesto le aclama.



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