Después, cuando los periódicos (en su omisión) no puedan explicar esta parte de la historia, nos quedarán las canciones, entre ellas las de Silvio Rodríguez. Después no digan que nadie se atrevió a cantarlo, a sacudirnos… Así lo hizo el poeta el pasado 5 de junio en el concierto de Isla Verde, franqueado por los muros del Presidio Modelo. Allí estuvieron encerrados Fidel y los 25 sobrevivientes del asalto al Cuartel Moncada. También fue la prisión de Pablo de la Torriente Brau, del que deberíamos aprender a escribir sobre las cosas extraordinarias. Gracias, Silvio.
DESPUÉS
Se van las mariposas,
las flores, las abejas.
Se van maravillosas,
se van como una queja.
Se fue el rey carpintero,
se apagaron corales.
Hay como un sumidero
de bienes naturales.
Me pregunto quienes contarán
lo que fue, lo que fuimos.
Me pregunto qué luces usarán
para ver los caminos.
Qué memoria tendrá
nuestro después;
qué abandonos sabrá
nuestro después,
y cuan fuerte
será nuestro después
en su suerte.
Cuando se van los hijos,
los nietos, el futuro,
nos dejan acertijos,
nos mira el lado oscuro.
Se rompen las edades,
se funden los reflejos.
Cuando eres dos mitades
comprendes los espejos.
Y la verdad se vuelve un estirón,
la verdad escondida
donde luchan cabeza y corazón,
cada cual por su vida.
Qué memoria tendrá
nuestro después;
qué abandonos sabrá
nuestro después,
y cuan fuerte
será nuestro después
en su suerte.
(Escrita en 2019 y estrenada en 2023)
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