lunes, octubre 21, 2024

Una foto, cuatro trovadores y una mesa de dominó


Silvio Rodríguez le aporta contexto a una instantánea que los muestra a él, Pablo Milanés, Vicente Feliú y Noel Nicola en torno a una partida del pasatiempo cubano por excelencia.

por  Kaloian Santos octubre 15, 2024

Noel Nicola (delante, de perfil), Vicente Feliú, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, junto a otros presentes, en torno a una mesa de dominó en Luanda, Angola, 1976

Desde hace días varios perfiles de Facebook en mi barrio digital han compartido una fotografía que me ha hecho detenerme y recorrerla en detalle. Aunque desde hace un tiempo me siento saturado por las redes sociales, de vez en cuando estos hallazgos compensan con creces la vorágine.

La instantánea en cuestión, que primero circuló en una versión en blanco y negro y luego a color, muestra —nada menos— a Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Vicente Feliú y Noel Nicola en torno a una mesa, inmersos en un juego de dominó. 

Es una foto horizontal, tomada en un plano levemente en picado, con Pablo en el centro, flanqueado, a su izquierda, por Silvio, y a su derecha, por Vicente, a cuyo costado aparece Noel Nicola, espectador de la partida. Todos llevan uniformes militares, lo que sugiere que la fotografía fue tomada a mediados de los 70, cuando los artistas se alistaron en las brigadas internacionalistas que combatieron por la independencia de las colonias africanas. Aunque hay varias imágenes conocidas de los trovadores en esa contienda, esta, en particular, la ignoraba.

Me embargó la curiosidad por conocer los detalles de la escena, así que acudí a Silvio, uno de los protagonistas de la mesa, quien amablemente compartió información sobre la instantánea en un ida y vuelta por correo electrónico.

“Eso fue en el segundo viaje a Angola de Vicente y mío, al que se sumaron Noel y Pablo. Estamos en los bajos del hotel Presidente, residencia oficial de todos los cubanos que pasábamos por allí, siempre a medio construir. Debe haber sido en los primeros días de diciembre de 1976, porque llegamos a Angola el 29 de noviembre, día en que yo alcanzaba a Noel en sus 30. Pablo tenía 33 y el Tinto* 29”, detalla Silvio en su mensaje.

Al comprobar la edad que tenían, tan corta, sobrecoge pensar que esos que aparecen en la foto, sentados jugando al dominó, ya tenían detrás canciones que formarían parte de la identidad de toda una nación, y más allá. Estas letras y melodías dejarían una profunda huella en la vida, los amores, los desamores y las luchas de generaciones.

Ese año Pablo había publicado el disco Pablo Milanés, que incluía, entre otras, las icónicas “La vida no vale nada”, “Para vivir” y “El tiempo, el implacable, el que pasó”. Un año antes, Silvio había lanzado Días y flores, su primer disco, que contenía temas célebres como “Sueño con serpientes” y “Pequeña serenata diurna”. Ya había escrito “Ojalá”, “La era está pariendo un corazón”, “Fusil contra fusil”… Vicente Feliú tenía en su repertorio, entre otras, la estremecedora “Detrás del mar queda el soldado”, y su himno “Créeme” comenzaba a resonar. Noel Nicola había compuesto “Comienzo el día” y “Para una imaginaria María del Carmen”, así como “Es más, te perdono”.  

En la fotografía, todos se muestran concentrados en la partida, con las miradas dirigidas a las fichas dispuestas sobre la mesa. Aunque la foto al parecer ha sido digitalizada de una copia en papel deteriorada por el paso del tiempo y no se alcanza a distinguir el diseño de las fichas, están jugando con el doble nueve por las piezas descartables amontonadas en una esquina de la mesa, entre Pablo y Silvio. Y por el gesto corporal de cada uno de los jugadores en ese instante, tal parece que es el autor de “Yolanda” a quien le toca poner ficha. 

“Se jugaba mucho dominó, tanto entre civiles como militares. Algunos acababan de llegar de Cuba, como nosotros; otros marchaban a Cuba o a misiones en cualquier punto de aquel enorme territorio. Probablemente estábamos recién desayunando y esperábamos a alguien o a algún transporte que nos condujera a una actividad, una reunión o incluso al aeropuerto. Recuerdo que esos días en Luanda hicimos varias actividades, especialmente una muy emotiva en el hospital, destinada a heridos, enfermos y personal de la salud. A lo mejor la foto es de aquel día”, recuerda Silvio.

La escena denota un fragmento efímero de calma en medio de la turbulencia y urgencia de una guerra. “La verdad es que no recuerdo mucho la mesa de dominó de la foto. En Angola había dominó en todas las unidades de cubanos y creo que se usaba mucho para relajar, para drenar tensiones”, confirma Silvio.

En la imagen destacan algunos detalles, como su brazo derecho enyesado. “…el quinto metacarpiano, una fractura clásica de quien se faja con la pared. Sigo con ese meñique jorobado”, revela el trovador.

Otra curiosidad de la fotografía es la figura de un niño, muy sutil, superpuesta sobre parte del cuerpo de Pablo y la mesa. Hasta el momento se desconoce el autor de la foto, quien podría aclarar algunas incógnitas como esta; pero es probable que el efecto se deba a una doble exposición por error del fotograma. 

En fotografía, la doble exposición ocurre cuando un mismo fotograma de una película se expone más de una vez. Era un error común en la fotografía analógica, en especial cuando, al haber usado un rollo y dejarlo sin revelar, se volvía a utilizar tomándolo por virgen. También es posible que la foto haya sido tomada a través de un vidrio, capturando el reflejo de manera accidental.

Otra incógnita es la identidad de la cuarta persona que juega (y del resto de los presentes), que aparece de espaldas y hace pareja con Pablo. Algunos comentarios en Facebook especulan que podría tratarse del trovador cienfueguero Lázaro García. El autor de “Si de tanto soñarte” también estuvo en Angola en 1976 junto a otros fundadores de la nueva trova. Sin embargo, Silvio apunta que, por el lugar y el momento en que se tomó la foto, debe tratarse de otra persona, puesto que Lázaro estaba en el sur y, por la fecha, quizá camino a Cuba. 

Lázaro, por cierto, musicalizó “Ahora mujer que estás lejos”, un poema del cineasta Jorge Fuentes, escrito por entonces en tierras angolanas cuando filmaba con su cámara, entre el silbido de las balas y el estruendo de los cañones, la contraofensiva que detuvo la invasión sudafricana en 1976. 


El propio Silvio escribió canciones sobre su experiencia en Angola, las más conocidas son “Testamento”, “Canción para mi soldado”, “Pioneros” y “Angola es una”. Pablo musicalizó “Havemos de voltar”, un poema de Agostinho Neto, el primer presidente de Angola y presidente del Movimiento Popular de Liberación de Angola. El tema quedó incluido como cierre de su disco No me pidas, de 1978.

La imagen de reciente circulación se suma como testimonio de aquellas brigadas artísticas cubanas que llegaron a remotas regiones de África. Músicos, actores, actrices y cineastas que con su arte llevaron un mensaje de esperanza y resistencia a las tropas cubanas y a las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (Fapla) en su lucha contra el colonialismo y el apartheid.  

En uno de sus mensajes, Silvio evoca otras memorias relacionadas con el pasatiempo más popular entre los cubanos: “En casa de Vicente, cuando vivía en Alamar, se jugaba a menudo. Yo llegaba y allí estaba él con su familia y pasábamos un buen rato. A quien le gustaba mucho el dominó era a mi mamá y a su esposo, el Rolo. Nunca jugaban de pareja, eran los rivales perfectos; a los que los rodeábamos nos tocaba ser parte de aquella rivalidad de tonos clásicos, solo comparable con la de Batman y el Joker”. 

Miro la foto una y otra vez y es como si hablara. Me estremece la camaradería tan fuerte alrededor de una mesa de dominó. Hace poco volví a ver el documental Que levante la mano la guitarra,dirigido por Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, Wichy. En esa película de 1983, siete años después de que se tomara la foto, Silvio hace una poderosa declaración de principios y hermandad, a propósito de su relación con Pablo Milanés, que bien podría aplicarse a los protagonistas de esta imagen histórica, ser un texto al dorso de la instantánea. Dice así: 

…hay una cosa que yo creo que es cardinal (…) y es que hicimos trinchera juntos, la cavamos juntos, y luego la defendimos juntos. Y eso es algo importante para los hombres: combatir en una misma trinchera.

*Así era conocido Vicente Feliú (1947-2021) entre sus amigos y otros allegados.



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