jueves, febrero 13, 2025

Eduardo Sosa: reverencia popular ante su estatura

«Cuba llora a Eduardo Sosa. Se nos ha ido el orgulloso hijo de Tumba Siete, el entusiasta organizador del festival Pepe Sánchez, el que nos trajo de vuelta a Sindo, Corona, Ñico Saquito y ganó con su obra un lugar junto a ellos en el panteón de los grandes. Que no muera su voz», escribió en su cuenta de X el presidente Miguel Díaz-Canel
Foto: Jorge Luis González

Una profunda consternación se percibe por donde quiera que se pasa: Ha muerto el trovador Eduardo Sosa y una isla entera lo llora. Desde hace poco más de una semana su pueblo ha seguido, esperanzado, cada parte ofrecido por el Instituto Cubano de la Música, y en cada casa, en los centros laborales, en cualquier espacio público donde se reunían personas se hablaba del cantor con cariño, y se lamentaba la mala pasada que la salud le jugaba, al sufrir un accidente cerebrovascular, el pasado 3 de febrero.

Dura fue la batalla por la vida del querido artista que puso muy en alto el nombre del género trovadoresco y que cantó el verso martiano con la gracia de los poetas y de las voces que se escuchan llenas de limpideces. Sin embargo, la muerte, otra vez enamorada, aniquiló su resistencia, y apagó su vida, mas no –y nunca podrá lograrlo– la huella de su fecunda existencia.

El Compay Sosa es un ejemplo de coherencia, y de amor a las causas que los seres de bien no deben nunca abandonar. Heredero de sus raíces, noble hijo de su Patria, valiente cantor, será siempre un referente, como Santiago y Vicente Feliú, entre muchos otros, de lo que debe salvaguardar un artista.

Cuba lo supo y lo sintió; lo sabe y lo siente. Por eso hay desolación popular, tristeza en el corazón, y humedad en los rostros. Hoy, que en los homenajes no falta su hermosa voz, hay una conmoción profunda. Un respeto. Una reverencia ante su estatura.

Basta asomarse a las redes sociales. Allí está el mensaje individual, la reacción dolorosa a cada expresión doliente, la palabra colectiva que le profesa un interminable aplauso.  

«Mira tu Mayarí como se reúne para despedirte, por encima de las dificultades... hasta después de irte le das un cocotazo a la mediocridad», escribió en su cuenta de Facebook el trovador Ariel Díaz Peña, en alusión al homenaje que se le tributa en Mayarí, donde naciera Eduardo Sosa.

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