Allí no solo encontré las músicas que buscaba, sino que pude descubrir otras muchas que desconocía y fueron marcando mi camino musical, un camino poco convencional para un estudiante de violonchelo del Conservatorio Nacional de Perú. Así conocí la música de Fito Páez, Paquito D’Rivera, Caetano Veloso o Illapu, y grabaciones que desconocía de artistas admirados como Maria Bethânia, Pablo Milanés, Mercedes Sosa o Juan Carlos Baglietto. Conseguir un casete era un lujo y lo escuchaba con el orgullo de quien tiene una joya únicas Mis padres, atentos a mi ecléctico buceo musical, me regalaron un radiograbador (radiocasetera) portátil, con el que pasaba horas escuchando programas de músicas latinoamericanas en la radio. El ritual se repetía cada noche, grabando y regrabando casetes Basf (de mayor fidelidad y resistencia que otras marcas) con los temas que quería volver a escuchar una y otra vez hasta chancarlos (grabarlos encima) con nuevos temas que iba descubriendo.