Bautizada, por la calidez de su voz, como “El Sonido del Cristal, “Ivette Letusé le canta a la vida, al amor y a la sociedad cubana. En tal sentido ha dicho que “las mujeres tienen mucho qué decir desde el punto de vista de nuestra femineidad y nuestra óptica de la vida”. Sus canciones recrean, asimismo, “la sensualidad y la sexualidad; además de todo el imaginario religioso que tenemos los cubanos, las cubanas, y también mucho de mí”.
La talentosa compositora, arreglista y cantante ha ganado reconocido espacio dentro del variopinto panorama musical cubano con una voz que sobresale por el uso de la técnica del canto, en la que hace culto a la fonación, la articulación, la afinación, la proyección e interpretación, cualidades que la también intérprete de varios instrumentos, entre estos el piano, su preferido, ha desarrollado desde la adolescencia.
En sus canciones, transforma en música las reflexiones contenidas en los temas que vocaliza, muchos de los cuales son de su autoría, para encantar con una voz sedosa, suave y frágil. Ella conjuga con acierto todos los elementos de la canción: música, texto y voz; ejercicio en el que potencia un estilo único, su propio sello como artista, en el que igualmente descuella el dominio de varios géneros, como la trova, la canción, el bolero, el son, la guaracha, y hasta el guaguancó.
Ganadora del Gran Premio de Composición e interpretación del Concurso Enrique Jorrín y del Premio Ibermúsicas, de Composición de Canciones Populares, esta alegre protegida de las orishas yorubas Yemayá y Oyá cuenta en su repertorio, además, con poemas musicalizados de grandes autores cubanos, como Rubén Martínez Villena, Carilda Oliver, Regino Pedroso y Alexis Díaz Pimienta. Entre estas creaciones se destacan las del tempranamente fallecido autor de Yo te miro pasar, Ofrenda, Predestinada y Crescendo matinal, entre otras once recogidas en su CD Sinfonía urbana (2012), de las casas discográficas Ojalá y Colibrí, bajo la producción general de Silvio Rodríguez; memorable homenaje al también autor de otras célebres poesías como La pupila insomne, El anhelo inútil y Canción del sainete póstumo. El disco, nominado al premio Cubadisco 2013 fue musicalmente producido por Emilio Vega y en este participan destacados músicos cubanos, además del cantante puertorriqueño Danny Rivera.
Pedro de la Hoz: “como compositora maneja con inteligencia y propiedad las tensiones melódicas y sus apoyos rítmicos…”
Gracias al otorgamiento de la beca El Reino de este mundo, de la Asociación Hermanos Saíz, grabó con éxito de crítica y de público, el CD Deseos. En este disco del sello discográfico Unicornio, de Producciones Abdala, todas las canciones son de su autoría, además de ser la productora musical de esta placa a través de la cual se consolidó la promoción nacional e internacional de su voz única, clara y suave, motivo de encomios para muchos especialistas, entre estos el ya desaparecido y prestigioso escritor, crítico y periodista Pedro de la Hoz, quien la calificó como “renovación en el panorama de la cancionística femenina en la Isla”.
De la Hoz aseguró que «como compositora maneja con inteligencia y propiedad las tensiones melódicas y sus apoyos rítmicos, de manera que cada canción halla cauce coherente. Poesía cuidada, para nada desbordada, anida en textos que se parecen tanto a su tiempo como a la personalidad de la artista». Esta placa contiene los temas titulados Reina del mar, Milagro, A manos llenas, Todo el tiempo, Aquellos momentos, Mi alma, Deseos, Hechizo, y Bendito solar.
En esa desbordante aptitud de La Letusé sin lugar a dudas ha influido una exigente disciplina en las jornadas de ensayo, las que además de sus presentaciones en importantes escenarios, como el del cabaret La Zorra y el Cuervo y en el Hotel Torre K-23, alterna con sus recurrentes estudios de canto y piano, entre otros; además de su insaciable sed de aprendizaje sobre disimiles temas, lo cual le ha permitido consolidar un amplio universo cultural.
La carismática artista, con un riguroso sentido de la solidaridad humana, del amor filial, del cariño y protección hacia los animales (adora a sus tres perros: Laisa, Flopi y Bella) y del respeto a su profesión, ha compartido espectáculos con reconocidas figuras de la música, entre estas Silvio Rodríguez, Waldo Mendoza, Argelia Fragoso, Eduardo Sosa, Buena Fe y Reyna Hernández Sandoval (de La Reyna y La Real). Recuerda con exaltación su actuación, cuando tenía diez años de edad, junto a Merceditas Valdés, La Pequeña Aché; y también cantó acompañada por la Orquesta Juvenil del Sodre, dirigida por Ariel Britos, su director fundador y presidente del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay.
En sus elegantes interpretaciones, caracterizadas por la cálida ejecución de cada nota y un sonido dulce que emana de su capacidad para moldear la voz a cualquier estilo, esta vocalista conecta las emociones y situaciones de las piezas que asume con las propias, para de tal modo crear un halo de éxtasis sobre el escenario; suerte en la que influye la selección de los vestuarios que utiliza para cada ocasión, simples y sin diseños altisonantes o fastuosos, que están en concordancia con el buen vestir y también con los gustos del público insular.
El amparo de su inolvidable madre Silvia Asón
Nacida en la humilde barriada de Jesús María, en el palpitante corazón de La Habana Vieja, Ivette pasó a residir, a los dos años de edad, a una emblemática zona del Cerro, El Canal, donde creció bajo un complejo ambiente popular caracterizado por la fuerte presencia de las raíces afro-cubanas, lo cual se refleja en la religiosidad de gran parte de sus habitantes y en sus manifestaciones culturales. Ella habla con agrado de esta populosa región capitalina, cuna de grandes figuras de la música como el trovador Alberto Tosca.
Allí, en una cálida y modesta vivienda, la inquieta niña creció y se formó como cantante bajo el amparo de su inolvidable madre Silvia Asón, graduada de Licenciatura en Biología en el Instituto Pedagógico Enrique José Varona, Máster en Gerencia Hotelera y Profesora principal de cocina de la Escuela de Altos Estudios de Hotelería y Turismo, referente ineludible en este oficio, sobre el cual recibió adiestramiento en países como España, Francia y Martinica; circunstancia que le posibilitó adquirir vastos conocimientos culturales que posteriormente le trasmitió a su única descendiente.
Recuerda que su progenitora se “emocionaba mucho cuando me veía cantar en los matutinos de mi escuela primaria y posteriormente, ya adolescente, en los espectáculos artísticos de la Escuela Vocacional de Arte Paulita Concepción, donde me gradué en el año 1996 y fui solista de la agrupación que dirigía el gran percusionista Eduardo Córdova, hoy director de Habana Compás Dance, quien influyó mucho en mi formación académica.
“Mi madre —agregó— fue una guía muy importante en mi desarrollo como mujer y como cantante. Sus exigencias y sus desvelos ante cada paso que di en mi vida junto ella, consolidaron mis anhelos en este oficio, del cual sentía enorme orgullo. Perderla prematuramente a la edad de 66 años fue un duro golpe del que aún no logro recuperarme. Pienso que está conmigo, en cada éxito, en cada presentación…”, dijo evidentemente conmovida La Letusé, quien se ha presentado en importantes plazas nacionales; así como de varios países como España, Alemania y Uruguay, entre otros.
También habla con satisfacción de su padre, Rogelio Letusé la O, un connotado periodista, profesor de inglés en la Universidad de La Habana y autor de varios libros sobre diferentes temas deportivos.
Junto a una connotada figura del voleibol
Durante los últimos tiempos, Ivette pasó a residir junto con su esposo Rodolfo Sánchez, gloria del deporte cubano por sus éxitos como voleibolista y por su desempeño, durante varios años, como director del equipo nacional de esta disciplina, quien por coincidencias de la vida para ella, desciende de una importante realeza de destacados músicos cubanos, como su padre, el reconocido bolerista Fernandito Sánchez, “La voz del alma», una de las figuras más representativas de la cancionística popular cubana; su abuelo, Antonio Sánchez (Musiquita), compositor, pianista y violinista, integrante, entre otras, de las orquesta América, Rubalcaba, Arcaño y sus Maravillas, Liberación, del ICRT y Tropicana, además de fundar la agrupación que llevó su nombre y ser autor del célebre tema Yayabo; así como su bisabuelo, el clarinetista Fernando Antonio Sánchez, director de la orquesta homónima en Pinar del Río.
“Rodolfo ha sido mi director ejecutivo, mi apoyo para cada emprendimiento profesional desde hace casi un lustro; además de mi principal crítico, mi amigo y mi consultor. Es un hombre muy querido por sus alumnos, sus fans y sus amigos. Me entusiasma mucho el legado musical de sus antepasados. Agradezco a Dios y a la vida que apareciera en mi camino luego de la terrible desaparición física de mi madre”, dijo La Letusé.
“Realmente me siento contenta con los logros que he alcanzado en mi carrera profesional”
Perteneciente al Centro Nacional de Música Popular (CNMP), esta amigable intérprete igualmente recurre a los clásicos y a lo mejor del legado musical nacional e internacional. “También los canto y los hago parte de mí: de ellos me nutrí desde niña para hacer mis canciones y gusto de cantarlos. Siempre voy a hacerlo, pero me gusta cantar mis propias composiciones. Quiero cantarlas donde quiera para que todos sepan quién es Ivette Letusé”, dijo en febrero de 2020 a la publicación digital La Jiribilla.
Esta vocalista que recurrentemente se hace acompañar sentada al piano y por su grupo, también es Licenciada en Comunicación Social por la Universidad de La Habana (2022). Se graduó del Conservatorio Amadeo Roldán en la especialidad de Dirección Coral en el año 2000. En el curso 2002-2003 ingresó en el Instituto Superior de Arte en la cátedra de Composición Musical. Entre 2001 y 2004 fue profesora de coro y dirección coral en el Conservatorio Manuel Saumell. Fue directora titular del Coro del Ministerio de Comunicaciones.
Ganadora del Gran premio de composición del Concurso Acuérdate de Abril, auspiciado por la Emisora Radio Cadena Habana. Entre sus más recientes y exitosos conciertos se encuentran los realizados en el Iris Jazz Club, de Santiago de Cuba, en el marco del último Festival del Caribe Fiesta del fuego; en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes; en la gala de clausura del XIX Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso y en la VII edición del Encuentro de mujeres cantoras Ella y yo; entre otros muchos escenarios.
“Realmente me siento contenta con los logros que he alcanzado en mi carrera profesional, los cuales son gracias al gran esfuerzo y dedicación que le pongo a mi trabajo y quiero dedicárselos, en primer lugar, a mi madre, a cada persona que me ha apoyado y también a Rodolfo, mi esposo”; finalmente dijo La Letusé, El Sonido del Cristal.
Con una sólida formación académica y numerosas distinciones, la música de La Letusé, “El Sonido del Cristal, permanece vigente no solo en escenarios nacionales sino también internacionales, proyectando la música cubana hacia nuevos públicos y generaciones.
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