lunes, noviembre 03, 2025

Silvio Rodríguez y su arte otra vez conmovieron a Latinoamérica

 

El periplo del ícono de la nueva trova cubana estuvo cargado de simbolismo, no solo por el reencuentro del poeta con un público que a todas luces le venera, sino por las entrevistas y los honores que le fueron concedidos.

Redacción Central La Habana, Cuba.- Radio Reloj.

La gira de Silvio Rodríguez por Latinoamérica culminó en Cali, Colombia, tras recorrer Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Medellín con llenos absolutos y emotivos homenajes.


Rodríguez deleitó a un público que en todo momento lo reciprocó con aplausos atronadores, gritos ensordecedores, exclamaciones de bravo, por eso no fue de extrañar que la despedida del bardo se volviera inconcebible para sus fans quienes pedían por más canciones al final de la noche.


El presidente colombiano Gustavo Petro lamentó no asistir pero destacó que Silvio ha hecho arte y por eso perdurará por siglos, y esta gira confirmó la vigencia del poeta cuya música sigue convocando multitudes.


El periplo del ícono de la nueva trova cubana estuvo cargado de simbolismo, no solo por el reencuentro del poeta con un público que a todas luces le venera, sino por las entrevistas y los honores que le fueron concedidos.

“Se vive, se siente, Cepeda presidente”, cantaron en Cali previo a un concierto

Iván Cepeda se gozó con los asistentes al concierto de Silvio Rodríguez en Cali, quienes se unieron para dejar claro su apoyo hacia la presidencia

Iván Cepeda Foto tomada de la cuenta de Instagram: @ivancepedacastr (24/10/2025)

Daniel Barbosa

Iván Cepeda será el candidato del oficialismo para las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el próximo año y ya miles de personas están ilusionadas con la posibilidad de verlo en la Casa de Nariño.

De hecho, en el concierto de Silvio Rodríguez en Cali, los asistentes cantaron: “Se vive, se siente, Cepeda presidente”.

Recientemente, Iván Cepeda obtuvo el 64.02% (800.839 de votos) para imponerse a Carolina Corcho y ser el candidato de la coalición Pacto Histórico, el cual está conformado por el Polo Democrático, la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano.

Por supuesto, una de las personas que principalmente apoya a Iván Cepeda fue el presidente Gustavo Petro, quien lo apoyará e invitará a todos sus seguidores a votar por él: “Se impone la democracia y hay que obedecerla. El pueblo ha elegido libre. Y ahora es lo que la sociedad colombiana quiera, si para atrás o para adelante".

Por su parte, Cepeda, quien además de celebrar su victoria, se gozó porque en la antesala del concierto de Silvio Rodríguez en Cali, muchos asistentes cantaron al unísono en apoyo a Iván Cepeda de cara a las próximas elecciones.

A continuación le presentamos el video que compartió Iván Cepeda:

Imágenes y Videos del concierto de Cali.


 





El mapa emocional de una gira

 La gira latinoamericana de Silvio —que pasó por La Habana, Santiago, Buenos Aires, Montevideo y Lima, y que seguirá en Medellín y Cali— ha trazado, más que un itinerario, un mapa de memoria.

por Kaloian Santos

noviembre 1, 2025

Foto: Kaloian.

Una buena parte del tiempo, en los conciertos de esta gira latinoamericana con Silvio, me la paso escudriñando, a través del visor, al público: las miradas fijas, los ojos brillosos, los labios que se mueven antes que él, las manos que suben como si marcaran un compás íntimo. Me estremece ver cómo un manojo de versos y una progresión de acordes activan recuerdos, duelos, alegrías y decisiones vitales. En esa marea de miles se multiplican las historias personales atravesadas por canciones nacidas en la intimidad de un hombre que, al volar, se hicieron sentimientos colectivos.

La gira —que pasó por La Habana, Santiago, Buenos Aires, Montevideo y Lima, y que seguirá en Medellín y Cali— ha trazado, más que un itinerario, un mapa de memoria.

Foto: Kaloian.

Reinaldo Pineda, costarricense de 57 años, ya acumula varios kilómetros de esta ruta: “Estuve en La Habana, en el primero de Chile, los dos primeros de Buenos Aires, los dos de Montevideo y en Lima. Y estaré en Medellín y Cali, para cerrar”. En cada ciudad, dice, sintió variaciones de un mismo latido: “Lo he vivido con diferentes calibres, por la gente con quienes compartí. En todos, la emoción a flor de piel”.

Foto: Kaloian.

Hay constantes que lo atraviesan: “Tal vez los homenajes a sus compañeros de generación (Vicente, Noel y Pablo), vividos en cada lugar de diferente forma”. Y hay instantes que lo quiebran: “‘Ala de colibrí’ de arranque, por la emoción vivida con mis acompañantes… En todo lugar fue larga la espera del ‘Aprendiz’”. Lo une, dice, una certeza compartida: “El sentir a Cuba y a Silvio muy cerca del corazón, en tiempos complicados en la isla”.

Foto: Kaloian.

Desde Perú, Jhonatan —docente— encontró en esta ruta un círculo por cerrar: “Escucho a Silvio desde los quince. Su poesía hecha canción ha sido, es y será mi refugio. Mi hija se llama Adriana Mariana: su segundo nombre es por ‘Y Mariana’. Mientras ella nacía, en la sala de parto se escuchaba ‘Sólo el amor’”.

Viajó a La Habana y a Lima: “Quería verlo en su tierra y en la mía. En La Habana sentí que asistía a la historia; en Lima, que vivía un trozo de la mía”. “Venga la esperanza” fue su hilo: “En La Habana parecía que el público respiraba a la vez, un canto que resumía dignidad y fe. En Lima fue más bien una oración por no perder la luz”. El punto más alto llegó con “Yolanda”, en voz de Silvio y Malva: “Fue cerrar un ciclo entre la ausencia de Pablo y la permanencia de Silvio. El arte no muere; se transforma, se hereda, nos sobrevive”.

Esa memoria —de personas, ciudades y luchas— también la nombra Aida Roa Villar, chilena, que cumplió 50 años en uno de estos conciertos. “Crecí con sus canciones; las conocí por mi madre. Han estado en mis momentos más difíciles y en los más felices”, cuenta. En esta gira estuvo en Santiago de Chile, Buenos Aires y Lima. Cada plaza le dejó una emoción distinta: “En Chile, siete años de espera. Emoción total. En Buenos Aires me preocupó su salud; admiro que haga tantos conciertos y lo entregue todo con amor. En Lima, que cumplí cincuenta, lloré a mares”.

Foto: Kaloian.

Foto: Kaloian.

En Argentina, la generación que lo conoció en aulas y marchas también dejó registro. Clara Calicchio, de 34 años, habla desde la casa donde, de niña, transcribía letras y preguntaba palabras: “Silvio enseñaba más que música. En 2005 lo vi en la marcha del No al ALCA. Mi devoción creció”.

Esta gira la encontró en el primer Movistar Arena de Chile y en los tres de Buenos Aires. “Al primero en Argentina fui con toda mi familia; éramos ocho”. La conmueve la liturgia compartida —“cuando nombra al Che y aplaudimos, cuando se dice revolución y se grita”— y detiene la cámara en dos momentos: la “Eva” que en 2018 se cantó con pañuelos verdes en alto (“más sentida en Argentina”) y el domingo en Buenos Aires, cuando “Te amaré” se volvió silencio: “Fue escuchar a Silvio recitar y cantar; sus ganas de regalarnos esa canción. De los mejores recuerdos que me llevo”.

Foto: Kaloian.

Juan Sotelo Navarro, chileno de 60 años, le debe a su esposa el descubrimiento del trovador en tiempos de noviazgo, hace más de cuatro décadas. Desde entonces, dice, su obra lo acompaña “incluso en esos años ‘mi perro me buscaba en su puerta cuando me le pierdo’”. Su estremecimiento tiene un título: “Me emocioné todas las veces que oí ‘La era está pariendo un corazón’. Fue una de las primeras canciones ‘raras’ que oí en mi juventud. Trataba de descifrar cómo podía sonar así esa endemoniada guitarra. Lloré todas las veces que la escuché”.

Otra mirada, nacida a la vez de la investigación y del afecto, llegó desde Puerto Rico. Limarí Rivera Ríos, 42, autora de Silvio Rodríguez. Poética del amor revolucionario, viajó a Buenos Aires empujada por una constelación de fechas: “El 21 de octubre mi esposo y yo cumplíamos veinte años juntos y se acercaba la presentación de mi libro en Argentina”. En el concierto, confiesa, “rompí como en catarsis con ‘Ala de colibrí’”. Y guarda una imagen del silencio: “La lectura grave y perfecta del poema ‘Halt!’ resumió el respeto hondo de todos”.

Foto: Kaloian.

Foto: Kaloian.

Para Carlos Alberto Maldonado Espinaza, chileno de casi 53, el primer fogonazo llegó a los 12, con “Debo partirme en dos”: “Fue como un mazazo en la cabeza, y desde ahí el viaje no ha parado”. Siguió la gira desde La Habana, los cuatro conciertos en Santiago, Lima, y ya tiene entradas para Medellín y Cali. Le sorprenden los matices del público: “Unos más cantadores, otros más gritones. En todos lados había gente de todas las edades, y me encanta ver tanta juventud”. Hay un momento que lo atraviesa siempre: la lectura del poema “Halt”, de Luis Rogelio Nogueras. “Lo que sentí diferente fue lo que me ha ido pasando a mí con el poema”. Lo que une a los públicos, cree, es que “ven a Silvio como un bálsamo para estos tiempos atroces”.

También en Buenos Aires, cuando su voz se resintió una noche, la escena fue elocuente. Pilar Faccio, argentina, lo recuerda como un pacto tácito: “Cuando ya parecía que no podía dar más, cantó ‘Ojalá’. En cada pausa se escuchaba un silencio denso, como si todos contuvieran la respiración. Cuando el público empezó a cantar con él, los versos sonaron como de un solo cuerpo”.

A Pilar la atraviesa “Eva”, una y otra vez diferente según con quién la canta al lado —su madre, una amiga, una desconocida—: “La lucha no es la misma para todas, pero hay una voz que nos nombra a todas”. Para ella, estar en un concierto de Silvio “es pertenecer a algo más grande que uno”.

Foto: Kaloian.

La épica íntima de esta gira también se expresa en viajes que desbordan la agenda. Angie Beatriz Morales Jorquera, chilena, guarda el origen en un casete universitario, en plena dictadura: “Mi segunda mamá me hizo escuchar ‘Imagínate’. Desde entonces no ha pasado un solo día sin su música”. Cada concierto, dice, le sube la marea: “Aunque ya sabemos la parrilla, cada presentación tiene su propia magia. No pueden dejar de fluir todas mis emociones, muchas veces hasta el llanto”. En Lima vivió un arrebato: “Fue un arrebato de amistad, abrazos y lágrimas por estar reunidos tantos de mis troperos más queridos”.

Colombia aportó quizá la aventura más nítida del mapa emocional. Sergio Giovanny Flórez y María Alejandra Palacio, ambos de 32, decidieron convertir el miedo a quedarse sin entradas en una bitácora continental: La Habana, Santiago, Buenos Aires, Montevideo y Lima.

“Aseguremos la boleta, así sea en un país cualquiera”, se dijeron. Terminaron armando un viaje económico, con bufandas que vendieron en cada ciudad para financiar estadías y comidas. La música, dicen, iba narrando el presente de cada lugar: Palestina, Pepe Mujica, la memoria chilena, los problemas de cada país. “Las mismas canciones tienen carga social y emocional distinta en cada plaza”, explica Sergio.

Foto: Kaloian.

Sus himnos personales fueron “Te amaré”, que sonó en su boda, y “El necio”: “De ahí nuestra bufanda ‘Yo me muero como viví’. Esa dignidad para asumir retos sin dañar a nadie”. Tres escenas sellaron el periplo: una bufanda entregada a Silvio en La Habana; otra autografiada y devuelta en Uruguay; y, en Lima, la camioneta detenida por Silvio, Malva y Niurka para agradecerles: “Nos han visto en cada concierto”, les dijeron. “Que el artista reconozca el esfuerzo demuestra la humanidad y la pasión de Silvio”, cuenta María.

Foto: Kaloian.

A esta altura, el inventario de canciones —“La era está pariendo un corazón”, “Ala de colibrí”, “El necio”, “Te amaré”, “Eva”, “Te recuerdo Amanda”, “Santiago de Chile”, “Yolanda”, “Ojalá”, “Escaramujo”, “Venga la esperanza”— dice tanto como el mapa. Son títulos, sí, pero sobre todo son llaves que cada quien usa para abrir su propia puerta. También lo es “Halt!”, poema leído por Silvio con una pausa que el público respeta como si fuera un rezo. Y están los homenajes a Pablo Milanés, Vicente Feliú, Noel Nicola; nombres que, sin estar, siguen estando.

¿Qué aprendí mirando al público tanto o más que al escenario? Que la gira no solo reúne a un trovador con su gente: reúne a las personas consigo mismas. Que cada escala y país añade una capa —la historia chilena, la fe cubana, la memoria argentina, la gratitud uruguaya, la emoción peruana, el latido colombiano— y que, sin embargo, el común denominador aparece de manera natural y fluida: respeto, esperanza, comunidad. También, que concierto a concierto se tejen redes de afecto tan necesarias hoy.

Foto: Kaloian.

Al final de cada noche, cuando la ovación se estira y él saluda con esa mezcla de pudor y ternura, hay algo que queda vibrando más allá del último acorde y verso. Tal vez sea lo que cada persona en el público formula con palabras distintas: la certeza de que su poesía hecha canción nos ha acompañado a crecer, amar, resistir; que sigue siendo necesaria. En tiempos ruidosos, la belleza —esa belleza que convoca sin distancias— todavía puede ponernos de acuerdo.

La gira continúa. La gente seguirá llegando con bufandas, con casetes heredados, con hijas llamadas por canciones, con la primera escucha todavía fresca aunque pasen décadas. Y yo, detrás del visor, volveré a buscar esas miradas.

Foto: Kaloian.

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Foto: Kaloian.


Foto: Kaloian.

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Foto: Kaloian

sábado, noviembre 01, 2025

Carlitos lage abrirá el concierto de cali



Un Artículo desde Medellin


 Redacción / Web

Hoy escribo desde Medellín, a pocas horas de asistir al concierto de Silvio Rodríguez, una jornada que, para mí, se convierte en algo mucho más que un espectáculo, es una celebración de una forma de ver el mundo. 


Silvio es sin duda un claro referente de aquella generación de cantautores maravillosos que nos inspiraron, como Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel, Luis Eduardo Aute, Mercedes Sosa, entre otros, quienes no solo cantaban, sino que pensaban, reflexionaban y transformaban el mundo con sus canciones.


Sin duda, sus letras, espacialmente las de Silvio, fueron pieza clave en mi formación personal, y un referente trascendental en la construcción de mi sensibilidad y de mi manera de ver el mundo. Me siento muy afortunado y agradecido de haber tenido esa influencia, de haber vivido esos momentos, porque me ayudaron a formar un carácter crítico, a priorizar el respeto por la vida y a construir mi sensibilidad por el arte y la buena música. Claramente sus letras me ayudaron a ser lo soy hoy. 


Pero esa alegría que siento de reencontrarme con la buena música, contrasta con la preocupación que me genera pensar que ahora la influencia que tienen los jóvenes para su formación sea el reguetón.  Sonidos estridentes sin ningún tipo de estética, letras que invitan a la banalidad y a no respetar los límites éticos o morales, son los ritmos que hoy están construyendo permanentemente la mentalidad de nuestros jóvenes. Esto es supremamente preocupante, pues son ellos los que mañana dirigirán el mundo y tomarán las decisiones, esas decisiones que estarán peligrosamente mediadas e influenciadas por su formación superficial, irrespetuosa y sin límites de ver la vida y el mundo.


Ciertamente para mí fue un regalo poder acceder a la música creada para formar y educar generaciones. Yo tuve el privilegio de nutrirme de canciones que invitaban a la reflexión, a la belleza del verso, a la conciencia, a la inspiración, y me inquieta mucho pensar que las nuevas generaciones no tienen esa oportunidad. Todo este ambiente de banalidad empobrece su visión de la vida, los estimula a buscar la vida fácil, consumir sustancias psicoactivas, a tener como referentes a youtubers que no les aportan positivamente y les proponen una competencia por la fiesta y la vida sin control.  


Así que hoy, mientras las luces se encienden y Silvio sale a tarima, pensaré en mi gratitud absoluta por esa música que me ayudó a formarme, y recordaré también mi deseo ferviente para que las nuevas generaciones tengan acceso, como nosotros lo tuvimos, a la música que forma, que cuestiona, que abre caminos, y que no se conforma con lo trivial.





Nubes


 

¡Gracias Peru!!!




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Impresiones previas al concierto de Lima



 

 

Crónica de una telonera de Silvio Rodríguez: las cosas no son así

 

Foto: Alessandro Maradei

Crónica de una telonera de Silvio Rodríguez: las cosas no son así

 3 minutos de lectura

En primera persona, Maine Hermo cuenta cómo llegó a abrir para el cubano en el Antel Arena.

12/5

Mando un mail imposible, destinado a perderse en una bandeja de entrada accesible a cualquiera que sepa dos o tres cosas de Silvio. El Aprendiz hace rato que anunció que vuelve. Abrir su concierto me cambiaría la vida adentro de la piel.

Ta, pero esas cosas no son así. Mi entrenamiento me desprende de cualquier espera, no soy tan naíf. Estoy jugando un rato a andar por el camino no señalizado, el mítico. Capaz que por eso soy tan breve y liviana en lo que escribo. No hay idioma conocido en el que pudiera decirle todo.

20/5

En un rato me encuentro con Nati para ir a la marcha.

Miro la hora: llegó respuesta.

Recobro la sensación de tener un músculo en el pecho que es capaz de tales brincos. Debe ser una respuesta automática, dice mi pesimismo automático.

Me tratan de usted. Me hacen saber que Silvio accedió con gusto y que me agradece por dar el paso. Que más adelante se comunicará una compañera para coordinar los detalles de producción.

¿Qué?

No puede ser, las cosas no son así.

Centro. Encuentro a María. Caminamos entre pancartas hasta que no aguanto. Aleja el celular de su cara para enfocar. Lee, me mira con lágrimas, abrazo explosivo. No podemos hablar, es la marcha del silencio. Levanto del suelo algo que brilla.

A mis afectos solo les muestro la pantalla. Me devuelven miradas extrañadas, pero húmedas. “No puede ser... pero parece que es” dicen los ojos. “No es tan raro, es Silvio”, dicen. Y yo llevo una vida compartiendo los audios ruidosos e hiperagudos de las inéditas, escribiendo sobre sus canciones. Tal vez se acuerda. Puede ser, lo inverosímil no pasa por ese lado.

2/7

Busco una excusa (ansiedad) y escribo para ver qué formación llevar. Me consultan cómo quiero tocar. Pregunto si podemos ser cuatro (infrecuente) y les parece bien.

Amabilidad y simpleza. Pero, por sobre todo, respuesta. Lo que no me pasa con la mayoría de los sellos y la prensa.

Octubre

“No me den nada para darle ni me digan nada para que le diga”. Tiene aludes de personas queriendo llorar en su hombro la sangre del continente, la persecución, los casetes perdidos. No voy a pedir para saludarlo. Aparte imaginate los nervios. Disfrutar de lo simbólico de compartir las tablas ya es pila.

17/10

Probamos sonido entre instrumentos de Trovarroco, sillas de Malva y Niurka. La de Silvio y su atril están en mi espalda. “¿Le dejo cartita?”, paveo.

20.00

“Soy Maine Hermo y, por obvias razones, hoy es el día más feliz de mi vida”.

Telonear en el Antel Arena es tocar mientras la gente entra -ni enterada de que había algo antes- y con hórridas propagandas luminosas. Pero yo, feliz. Ovacionan a gritos las amistades que pudieron estar. La mayoría no está porque tenían entrada para el día siguiente.

20.31

Me tiro en el piso del camarín y cierro los ojos. Golpecitos en la puerta. Es la productora de Estudios Ojalá, que abrazo con todo mi ser. Dice que en un ratito va a venir Silvio a saludarme y se va.

Se me cae el sistema. Está de gira, no para de recibir políticos, referentes, amigos. Estuvo disfónico. Sabiendo que ya cumplió conmigo... viene.

Retribuir con algo. ¡Las remeras! Mis amigas me sorprendieron con unas que se hicieron para la ocasión. Despojo a Nati de la suya, fuerza mayor. Salimos al pasillo.

20.45

Viene la productora, atrás Silvio, atrás Kaloián, su fotógrafo. Se acerca. Me dice que quería agradecerme, me da su Quería saber firmado “Para Maine con gratitud”. Lo abrazo. “Por buscarme”, dice. Empiezo a ver que ese agradecimiento no es solo una fórmula de cortesía.

¿Buscarlo no es lo que hace “cuando menos una buena parte de la humanidad”? No pregunto. Tras el intercambio de presentes (torpeza, casi se nos caen) espero su despedida. Silvio permanece. Me animo a conversar sobre aquella, la canción de Silvio más mía. Kaloian saca fotos que me envía al otro día temprano. Vuelvo a escuchar el “gracias” que motiva esta crónica.

18/10

Hoy venimos de público, temprano. Observo y pienso cosas. Disfruto de Silvio enormemente. Me encuentro gente, me dan cariño, un unánime “te lo merecés” y un consenso tácito de que, por lo mismo, mi participación era improbable.

Improbable porque soy cantautora, no empresaria de la canción. Cuando decide un productor, hay pocos (por suerte hay) que entiendan el espíritu de que existan teloneros. Las decisiones comercialmente viables se toman entre managers y especuladores.

19/10

Pienso. Cuando recibí esa respuesta que no esperaba, sentí que me devolvían algo que se me había caído y que ahora tenía que cuidar más. Repaso, me detengo en su agradecimiento. Conjeturo. No me agradeció la ingenuidad de desaprender y escribirle para ser la telonera, como si las cosas fueran así. Me agradeció que yo supiera, muy en el fondo pero muy seriamente, que escribir ese mail tenía todo el sentido del mundo. Me agradeció que le creyera, que lo buscara sin apelar, sin estructuras, que lo conociera como para apostar que él también -con todo el sistema en contra- protege seriamente su ingenuidad.


Hay personas que justifican la vida,cuya existencia ayuda a vivir


 




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Setlist de Paula Ferré

 Paula Ferré fue ovacionada como telonera de Silvio Rodríguez

Paula Ferré fue ovacionada como telonera de Silvio Rodríguez

Fuente: Dafne Strobino Niedermaier

El sábado 11 de octubre la cantautora Paula Ferré fue la telonera del primer recital de Silvio Rodríguez en el Movistar Arena. Fue muy bien recibida y ovacionada de pie por el público que iba llegando al estadio.

Paula Ferré es compositora, cantante y guitarrista nacida en Buenos Aires. Ha representado a Argentina en varios países de América y  Europa como en el Festival Barnasants de Barcelona y el Festival “Dándole cuerda” en sus ediciones en Brasil, Perú y Costa Rica. Fundó el Movimiento Mujertrova en 2013, que reúne a más de 70 trovadoras latinoamericanas, cuyo foco es visibilizar el trabajo de las mujeres en el arte y la militancia cultural a través de la canción.

Ferré teloneó a Silvio Rodríguez en el primer recital que dio en Argentina, el sábado 11 de octubre, con una muy buena respuesta del público quien la ovacionó de pie. Fue el mismo Silvio quien la eligió para abrir su concierto.

Destacada por su voz representativa de la trova argentina, sus composiciones combinan ternura y fuerza, generando una propuesta sincera y conmovedora. Paula Ferré lleva 30 años de trayectoria como cantautora encontrándose en escena junto a reconocidos artistas como Silvio Rodríguez, León Gieco, Víctor Heredia y Teresa Parodi, siendo Vicente Feliú su padrino artístico. Es fundadora y directora de La Casa Museo de la Trova Argentina.

Paula interpretó temas de su autoría: “Violeta 5 de Febrero”, “Color de río”, “Manos de madre”, “Camino del olvido”, “Vamos cantando”, “A Palestina” y “Mujer Originaria”; y “Al carnaval” de Alejandro Sicardi. Estuvo acompañada por Adrián Odriozola en guitarra y voz y Leandro Jacha Brignone en percusión.

Hay una versión junto a Silvio Rodríguez de “Mujer originaria” que se puede escuchar en todas las plataformas musicales.

Sobre Mujertrova

Mujertrova es un movimiento de mujeres trovadoras en Argentina y un encuentro nacional que se realiza en forma anual en Buenos Aires desde 2013, alternando con encuentros regionales en todo el país

El Encuentro Nacional Mujertrova surge en el país a nivel nacional a partir de la convocatoria de la trovadora Paula Ferré.  El objetivo es reconocer y encontrar a las mujeres compositoras e intérpretes que vienen recorriendo el camino de la canción social y persistiendo en el compromiso de la trova.

Con la realización del Encuentro de 2013, se dio por primera vez en la historia de la música argentina que las trovadoras se organizaron para fortalecer su labor en distintos puntos del país y de Latinoamérica.

Sobre La Casa Museo de La Trova Argentina

La Casa Museo de La Trova Argentina es un espacio, ubicado en el municipio de Tres de Febrero, en el oeste del Gran Buenos Aires, que busca promover el encuentro alrededor de la trova, un lugar de preservación de la historia de la canción social de Latinoamérica, contada en primera persona. Se realizan conciertos de diferentes artistas, cantantes, compositores, pintores, poetas y músicos de varios instrumentos y estilos.

Durante 18 años en lo que hoy es La Casa Museo de la Trova Argentina, se alojó en sus giras Vicente Feliú, fundador del Movimiento de la Nueva Trova Cubana, y fue dejando regalos, placas, premios, discos y elementos que luego formaron parte del proyecto.

En 2016 el trovador Humberto del Monte Mar, se enfermó y no pudo cantar más, por lo cual les amigues trovadores y trovadoras se juntaban a cantar en la casa para sostener a su familia económicamente. En marzo de ese año, Humberto cumplió años y con los músicos que se hicieron presentes se fundó La Casa Museo de la Trova Argentina en su honor, con la firma de todos los invitados y él presente.

En La Casa Museo de La Trova Argentina hay exhibidos cuadros, discos, premios y otros objetos de la trova de Latinoamérica.

Para más información: @paula_ferre_trovadora /  www.paulaferre.com.ar

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Huracán de la solidaridad




 

Regala Manuel Argudín un homenaje a su amigo, el cantautor Silvio Rodríguez

 
Ambas presentaciones significaron una oportunidad cultural para hacer un recorrido por el legado de la trova cubana en un ambiente universitario, donde existió un diálogo entre la música, las generaciones y las geografías. (Foto de la Dirección General de Prensa de la UdeC)

El cantautor cubano Manuel Argudín presentó 2 conciertos-homenaje titulados “Venga la esperanza” en honor al cantautor, guitarrista y poeta cubano Silvio Rodríguez. Uno fue en el Centro Universitario de Bellas de Artes Manzanillo (CUBAM) y el otro en el Foro Universitario “Pablo Silva García” de Colima. En ambos encuentros, estrenó su nueva canción Aimee, dedicada a su esposa por sus 40 años de vida juntos.

La velada inició con el sonido de su guitarra acústica y la voz de Manuel Argudín regalando al público Tú vas a estar conmigo, una obra de su autoría con la que hizo suspirar a las y los asistentes.

Con un formato íntimo pero vibrante, Argudín logró poner un énfasis en la cercanía entre artista y su público, en la complicidad del verso. Contó que el género de la trova nació a finales del XIX, precisamente cuando los trovadores eran músicos bohemios y románticos, pues unían la poesía con el canto y el compromiso social.

Afirmó que la trova no es política, sino que va más allá. Narra al amor, la vida cotidiana, los paisajes, y siempre en compañía de una guitarra. Dijo que cuando llegó una nueva etapa para la trova aparecieron grandes referentes como Pablo MilanésAmaury PérezJoan Manuel Serrat y Silvio Rodríguez, este último uno de los cantautores más importantes de nuestra época.

Sobre Silvio Rodríguez, Argudín compartió cómo lo conoció. Confesó que se habían visto en reuniones con amigos: “Conocíamos el trabajo del otro, pero realmente nos comenzamos a hablar cuando él me pidió que hiciera un concierto sustituyéndolo en un evento muy importante de Cuba en el 2000”.

Ese evento fue un concierto con la Orquesta Sinfónica de Camagüey, realizado en Cuba. El director el italiano, Valter Sivilott, le pidió a Silvio que hiciera la clausura del concierto. Este director había preparado 7 canciones de la autoría de Silvio con sus músicos.

Sin embargo, Silvio no pudo acudir al concierto y llamó a Manuel para llevarlo a cabo. No sería la primera ni la última vez que esto sucedería.

Durante ambos conciertos, Argudín ofreció un repertorio que combinó las obras más destacadas de Silvio Rodríguez, como UnicornioTe doy una canciónOh, melancolía y Venga la esperanza -título que inspiró este concierto homenaje-.

Argudín compartió que a él y a Silvio no solo los une la música o el ser trovadores. En realidad, dijo, tienen una comunicación muy natural. Describió a Silvio como un hombre metódico y uno de los más importantes cantautores de América Latina.

En una entrevista, se le cuestionó sobre si existe alguna canción que le guste más que otra. Con su peculiar tono de voz y personalidad espontánea: “He cantado muchas, la mayoría me gustan y puedo tocarlas. Sin embargo, la más difícil, la que no puedo interpretar es Derecho humano. Es una canción muy personal de Silvio, sobre todo cuando la letra dice: ‘pido que no me miren bien, pido que no me miren mal; yo pido, pues, que no me admiren, yo pido, pues, que no me sigan, que sólo estoy cantando un poco por cantar…’”.

En ambas presentaciones, se le entregó un agradecimiento, el primero de ellos de mano de Nohema Larios, directora del CUBAM, “por regalarnos este concierto maravilloso que el público ha disfrutado tanto”.

La presentación en el Foro “Pablo Silva” estuvo a cargo de Nancy Molina, quien, con gran sensibilidad, introdujo la figura de Silvio Rodríguez a través de un emotivo recorrido por fragmentos de sus canciones, enlazando cada tema con reflexiones sobre la esperanza y la poesía en la vida cotidiana. Posteriormente, dio paso al trovador habanero Manuel Argudín, destacando su trayectoria como heredero de la tradición más entrañable de la Nueva Trova Cubana.

Ambas presentaciones significaron una oportunidad cultural para hacer un recorrido por el legado de la  trova cubana en un ambiente universitario, donde existió un diálogo entre la música, las generaciones y las geografías.