jueves, marzo 22, 2007

Historia:Andara Nicaragua

Silvio Memoria trovada de una revolución.Joseba Sanz

1983

Poco Después, en abril, Silvio participo en el segundo Festival de la Nueva Canción, en Managua. Tenia especial importancia por realizarse en Nicaragua a apenas tres años de la Revolución Sandinista y cuando la agresión yanqui cobraba su máxima intensidad. Los conciertos se realizaron en el anfiteatro de la Laguna de Tiscapa, en el cráter de un volcán inactivo, sobre un escenario flotante, entre el 18 y el 23 de abril, y finalizaron el día 24 con un concierto de 12 horas, “por la paz y la no intervención en Centroamérica”, en la Plaza Carlos Fonseca Amador.

Tomaron parte Carlos Mejia Godoy y los de Palacagüina, su hermano Luís Enrique, los grupos nicaragüense Mancotal y Pankasan; Isabel Parra (que visitaba Nicaragua por primera vez); los cubanos Silvio Rodríguez, Noel Incola, Vicente Feliz y los grupos los Cañas y Manguare; los venezolanos Lilia Vera y Ali Primera; los mexicanos Amparo Ochoa y Gabino Palomares; Daniel Viglietti, de Uruguay; Luís Rico, de Bolivia; Chico Buarque y Raimundo Fagner, de Brasil; Silverio Pérez y el Quinteto Puertorriqueño de Puerto Rico; Adrián Goizueta y el grupo Experimental, de Costa Rica; y Mercedes Sosa, de Argentina.

A las actuaciones de La Laguna de Tiscapa asistieron Tomas Borge y Ernesto Cardenal, entre otros. Silvio interpreto varias canciones a lo largo de la semana de actuaciones, en que se leyeron también diversos comunicados de solidaridad con Nicaragua de distintas organizaciones políticas latinoamericanas, entre ellas el FMLN.

El concierto final fue grabado por ENIGRAC(Empresa Nicaragüense de Grabaciones), con la colaboración de diversas organizaciones internacionales, y se editaría simultáneamente en varios países un disco doble con una selección de lo mejor de aquellas doces horas de concierto.A la izquierda del escenario se había instalado una gran imagen de Sandino, y varias pancartas en la catedral y el palacio presidencial rezaba: “La lucha es el mas alto de los cantos” y “Nuestra causa triunfara porque es la causa de la justicia y el amor”.La tremenda voz de Mercedes Sosa gritando “campesino, campesino” estremeció las piedras de la ruinosa catedral destruida por el terremoto del 72. Los latifundios se habían acabado y los terratenientes estaban fuera del país.

Ahora la tierra nicaragüense era de los campesinos. La revolución marchaba y el pueblo tomaba parte en ella. Sandino revivió en los cantos solidarios que colmaron la plaza de gritos y palmas dedicados a El Salvador, a Puerto Rico, a Cuba, a Nicaragua…”El canto por el amor deber ser esencial colectivo” afirmo Ali Primera. Los brasileños pusieron la nota de samba solidaria en la plaza y los puertorriqueños cantaron:Aprendan los borincanos lo que Nicaragua enseña:Hay que defender señores la bandera puertorriqueñaCarlos Mejia Godoy, fundador de los Talleres de Sonido Popular y máximo representante del Nuevo Canto Nicaragüense, canto, entre los giros de “Viva Nicaragua Libre” varios temas clásicos como Nicaragua, nicaragüita, Chilotito tierno y especialmente No pasaran, tal vez la mas bella canción de amor y revolución creada jamás en Nicaragua, en la que Gioconda Belli y Mejia Godoy habían unido su aliento poético y el amor por su pueblo revolucionario. La fuerza del amor aparecía como obstáculo infranqueable para el enemigo. Vivir, luchar e incluso matar por amor era una realidad más que palpable.

La guerra estaba allí, muy cerca, alentada por Estados Unidos, mientras en Nicaragua se amaba y se moría por lo mismo.Vendrá la guerra, amar, y en el combateNo habrá tregua ni freno para el canto,Sino poesía naciendo incontenibleDel cañon de fusiles libertarios-Vendrá la guerra amor y en el combateNos fundiremos en las barricadasDeteniendo las hordas criminalesA punta de corazón, fuego y metralla.Cavando sudorosos el futuroEn las faldas de la patria.No pasaran,Los venceremos, amor, no pasaran,Si mañana que irrumpa el nuevo díaCon su fiesta de pájaros y niñosAunque no estemos juntos te lo juroNo, no pasaran.Vendrá la guerra, amor,Y yo me envolveré en tu sombra invencible,Como un fiero león protegeréEsta tierra y mis cachorros.

Nadie, nadie detendrá esta victoriaArmada de futuro hasta los dientes…Un “No pasaran” unamine que salio de la plaza para llegar hasta la frontera, haciendo vibrar cada palmo de tierra nicaragüense, escalando volcanes y atravesando lagos, puso fin a la interpretación.Aquel día Daniel Viglietti con su Declaración de amor a Nicaragua, Carlos Mejia Godoy, Silverio Pérez, Silvio Rodríguez y todos los demás hicieron aparecer a Sandino en la plaza.

El pueblo nicaragüense encontró a su “Elegido” en la voz de Silvio. La canción, originalmente compuesta para Abel Santamaría, era también para Carlos Fonseca y Sandino, para Leonel Rugama que murió gritando “Que se rinda tu madre”, para aquellos “animales de galaxia” que en su periplo de “planeta en planeta” habían escogido Nicaragua para, con sus “cañones de futuro”, tratar de cambiar el curso de la historia.

Aquella canción era para sus batallas enterradas, que sembraron, hoy florecida en los miles de managüenses reunidos en la plaza, en los niños que por fin se organizaban, en la lucha de todo un pueblo que recobraba la dignidad robada por siglos de explotación y gritaba con voz firme: “No pasaran”.Silvio recordaba como conoció a Carlos Fonseca Amador, sin saber quien era, ni a que se dedicaba en casa del escritor Quintín Pino Machado, en Santiago de Cuba. Carlos andaba registrando bibliotecas, buscando temas de historia, preparándose intelectualmente.

Unos años después Quintín le confesaría la verdadera identidad de aquel joven que murió en el 76, en la lucha insurrecional contra Somoza. También recordaba como conoció a Tomas Borge y a Ernesto Cardenal, las lecturas de Darío que le hacia su padre y la historia de Ulloa, un piloto nicaragüense que murió defendiendo Cuba en el ataque de Playa Girón. Siempre se había identificado con las luchas de Centroamérica, con El Salvador, con Nicaragua, y conservaba en la casa, como un valioso tesoro, una moneda que un combatiente guatemalteco le habían enviado, a través de su compañera guerrillera, en el momento de su muerte.

También había conocido otras muchas historias sobre su música en las guerrilla centroamericanas: las que le contara Roquito y la que transmitió una periodista búlgara, testigo casual de una masacre de los contras a un batallón sandinista: el jefe del pelotón sin saber como levantar el animo de la diezmada tropa puso en un viejo aparato una cinta de Silvio:Supo la historia de un golpeSintió en su cabeza cristales molidosY comprendió que la guerraEra la paz del futuro:Lo más terrible se aprende enseguidaY lo hermoso nos cuesta la vida.Cuba había enviado gran cantidad de médicos, maestros y asesores a Nicaragua, y distintas brigadas artísticas les habían visitado; el propio Silvio en el 80, Noel Nicolá y Santiago Feliu en el 81, y Pablo había estado apenas unos meses antes con su grupo en Managua y en la zona de Matagalpa.

Esa solidaridad cubana se puso de manifiesto en la interpretación de Silvio junto al grupo Manguare del son: canción urgente para Nicaragua. La música, muy bailable, inspirada en los sones campesinos de la Sierra Maestra, daba la necesaria respuesta a las agresiones imperialistas contra Nicaragua. Todo un pueblo se empeñaba en vivir, en trabajar, en amar, en vivir libres de opresión, mientras Estados Unidos financiaban y potenciaban una cruel y sucia lucha contrarrevolucionaria contra el sandinismo, como antes habían hecho en la Guatemala de Arbenz, el Gobierno de la Unidad Popular de Allende o la Jamaica de Manley.Nicaragua seguía el ejemplo de Cuba, y Latinoamérica y los sectores progresistas del mundo entero la apoyaban.

El día anterior en Paris Gabriel García Marquez, Julio Cortazar, el mexicano Carlos Fuentes, el británico Graham Greene y los alemanes Günter Grass e Heinrich Böll habían hecho público un documento en el que denunciaba “la guerra no declarada de Estados Unidos contra Nicaragua”.El mismo día 24 Daniel Ortega confirmo los rumores de una inminente acción y coordinada de la contra desde territorios de Costa Rica y Honduras, y declaro. “Nuestros gobierno y la Dirección Nacional del FSLN darán todas las armas al pueblo para defender, al precio que sea, la irreversible Revolución nicaragüense”.

EEUU pretendía truncar otra esperanza, como haría pocos meses después, en noviembre, invadiendo Granada donde morirían 24 cubanos. Sus métodos no entendían de derecho ni de dignidad humana. Pero el nuevo pueblo nicaragüense, insurrecto, revolucionario, sandinista, nunca se dejaría dominar por las armas.

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