Silvio: Memoria trovada de una revolución
Joseba Sanz
La madrugada del 11 de septiembre de 1973 el Ejército chileno dio un golpe armado derrocando al Gobierno democrático de la Unidad Popular. Al mediodía Salvador Allende dirigió un mensaje al pueblo, a través de las únicas emisoras aun leales al gobierno, que finalizo con la canción venceremos del conjunto Quilapayun. Horas después caía asesinado en el Palacio de la Moneda defendiendo la dignidad de su pueblo con un fusil ametralladora en sus manos.
Aquella noche las noticias del golpe de la Junta Fascista y del asesinato de Allende llegaron a Cuba. Silvio recibió un fuerte impacto con la noticia y, sumido en el dolor por la muerte de Allende y por la incertidumbre ante la suerte que estarían corriendo sus compañeros chilenos: Víctor, Isabel, Ángel Parra, agarro la guitarra. Recordando aquel ambiente fantasmal de niebla dura y blanca en las calles enigmáticas de Santiago, aquella ciudad acorralada por el humo y la metralla, compuso Santiago de Chile:
Hacia justo un año que Silvio había cantado junto a Víctor en el Estado Nacional de Santiago. En esos momentos Víctor se encontraba retenido en el Estadio Chile junto a muchos otros. Ángel Parra tras ser detenido podría salir al exilio gracia al apoyo internacional. Isabel Parra, Patricio Castillo y Patricio Mans, al igual que otros cantores e intelectuales chilenos lograron refugiarse en una embajada y escapar hacia el exilio. Víctor Jara seria asesinado el 17 de septiembre tras violentos torturas. El poeta Pablo Neruda murió- enfermo de fascismo como se ha dicho- aquejado de un cáncer sin solución, entre la incertidumbre y la angustia del golpe militar.
En octubre de 1973 se realizo una nueva jornada de la Canción Política, que a partir de entonces se celebraría anualmente. Se edito un disco con algunas de las canciones de los conciertos, dedicado a Salvador Allende y al pueblo chileno, con el titulo Jornada de Solidaridad con Chile. A principios del mes de octubre el Movimiento de la Nueva Trova había hecho publico un manifiesto de repulsa y condena del asesinato de Víctor Jara: "Nosotros, jóvenes artistas cubanos, que como Víctor dedicamos nuestra obra a cantar la lucha de los pueblos contra el imperialismo, reconocemos en su gesto heroico y militante un ejemplo a seguir por los que hacen del arte, aun a riesgo de sus vidas, otra arma de la revolución".
Latinoamérica seguía desangrándose por todas sus heridas: la muerte del Che, la dictadura Somocista en Nicaragua, el golpe chileno, las continúas masacres en El Salvador.
Pocos meses antes Roque Dalton había regresado a este país para incorporarse, una vez más, a la lucha de liberación nacional. Moriría asesinado el 20 de mayo de 1975.
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