jueves, noviembre 29, 2007

Feliz Cumpleaños Silvio!!

Cronica
El reconocido músico, poeta y cantautor cubano Silvio Rodríguez, quien recibió el grado de Doctor Honoris Causa en mérito a su excelencia artística, y en diciembre próximo ofrecerá un concierto en Chile, cumple este jueves 61 años. Para el domingo 2 de diciembre, el cantautor ofrecerá un "Concierto Ciudadano" en el Parque Costanera de Talca, Chile; para el que se construyó un escenario de 12 por ocho metros y 1.6 de altura, que sumada a la elevación del lugar permitirá que miles de personas puedan ver sin mayores dificultades al artista.

Silvio Rodríguez Domínguez nació en el seno de una familia campesina el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de Los Baños, un pueblo ubicado en un valle fértil de la provincia de La Habana, Cuba, una zona predominantemente tabacalera. Su abuelo fue tabaquero, su padre Víctor Rodríguez fue un campesino liberal y de ideas socialistas, y su madre Argelia Domínguez, una peluquera. La afición de Silvio por la música le vino por su madre, quien se pasaba el día cantando boleros y sones; hasta lo dormía con canciones de la trova. En algunos trabajos colaboró el propio cantautor.

Silvio también ha sido alfabetizador, empleado gastronómico, dibujante y soldado. Fue empleado de la televisión cubana y formó parte del Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de las Artes y de la Industria Cinematográfica (ICAIC), donde hizo música para cine. Parte de esas grabaciones fueron recopiladas en discos como "Cuando digo futuro" y "Memorias".

Ahí fue donde grabó sus primeros discos y canciones, aunque comenzó a escribir poemas a los siete u ocho años. En la revista "Mella" dibujó una historieta llamada "El hueco", con textos profundos de Norberto Fuentes. Cuando trabajaba allí también aprendió los primeros acordes de guitarra con su compañero Lázaro Fundora. A los 16 años retomó los estudios de piano, pero los abandonó de nuevo cuando fue llamado al Servicio Militar Obligatorio, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Después se compró una guitarra y fue en el ejército donde aprendió a tocarla. A partir de ese momento no abandonó jamás dicho instrumento y tampoco dejó de escribir poemas; asimismo compuso algunos relatos.

Entre 1964 y 1965 compuso sus primeras canciones y en 1967 debutó en el programa de televisión "Música y estrellas". Su primera actuación fue en el Museo de Bellas Artes y por esa época hizo un dueto con Luis López, cantando sus temas. Así fue como se presentaron en dos ocasiones en festivales de aficionados de la FAR y aunque no resultaron premiados, fueron felicitados. En 1975, cuando llevaba ocho años de profesional y había compuesto cientos de canciones, grabó su primer disco en solitario titulado "Días y flores". También formó parte del Movimiento de la Nueva Trova, reconocida en todo el mundo. Además de tener la capacidad de atraer a todo tipo de público, Silvio ha colaborado con un gran número de cantantes y músicos de todo el mundo.

Otros de sus discos son: "Al final de este viaje. 1968/1970" (1978), "Mujeres" (1978), "Rabo de nube" (1980), "Unicornio" (1982), "Tríptico volumen uno, dos y tres" (1984), "Causas y azares" (1986), "Oh, melancolía" (1988), "Silvio Rodríguez en Chile" (1990), "Mano a mano" (1993), "Rodríguez" (1994) y "El hombre extraño" (1995). Asimismo, "Domínguez" (1996), "Descartes" (1998), "Mariposas" (1999), "Expedición" (2002) y "Cita con ángeles" (2003), entre otros. En noviembre de 2006 asistió a un mitin político que se desarrolló en el Zócalo de la Ciudad de México, y en donde Silvio cantó algunas canciones, pese al intenso frío que se sintió ese día.

El mismo año fue homenajeado en Cuba por más de 40 trovadores, entre ellos Gerardo Alfonso, Erick Sánchez, Vicente Feliú y Frank Delgado, quienes festejaron por adelantado con canciones su cumpleaños número 60 en un pequeño escenario instalado en el patio del Centro Pablo de la Torriente de La Habana vieja. Después de mucho tiempo de no tocar en su ciudad natal, el 30 de noviembre de 2006, ofreció un concierto en la tribuna antiimperialista José Martí, organizado por la Fundación Guayasamín en honor al comandante Fidel Castro. En el encuentro musical compartió escena con Pablo Milanés, Omara Portuondo, Daniel Viglieti y Miriam Makeba. También editó "Erase que se era", un disco doble con temas compuestos entre los años 1969 y 1970 que en su mayoría no habían sido publicados anteriormente.

El 23 de febrero de 2007, se le dio el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en mérito a su excelencia artística, por la que es considerado uno de los mayores exponentes de la Nueva Trova Cubana. Desde principios de este año, Silvio realiza una gira por distintos países de Latinoamérica y España con la compañía del trío de cuerdas Trovarroco, la percusión de Oliver Valdés y la flauta y el clarinete de Niurka González.


Durante la gira, aprovechando la visita en República Dominicana, el artista Oscar Rodríguez realizó una exposición gráfica basada en la obra de Silvio y como homenaje al artista.
Recientemente, abrió en Chile el concierto a homenaje de los 90 años del nacimiento de la folclorista chilena Violeta Parra, en el que cantó durante 25 minutos frente a más de 15 mil personas.

viernes, noviembre 23, 2007

Me acosa el carapalida:video

Coinciden Silvio Rodríguez y Leo Brouwer en Chile


Alina Martínez C.
La Habana, 22 nov (AIN) El cantautor Silvio Rodríguez y el maestro Leo Brouwer coincidirán en Chile este fin de semana, el primero para sumarse con un concierto al homenaje a la trovadora Violeta Parra y el segundo invitado para recibir un homenaje por su carrera musical.

Ambos están muy vinculados en su trayectoria, pues Brouwer fue maestro del autor de Ojalá, en el emblemático Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), etapa en que se fundió la orginalidad poética y temática de Rodríguez a la genialidad del Director, en canciones memorables.

El prolífico creador de El necio y Te doy una canción, con su presentación en el Parque OHiggins culminará el sentido tributo que varias generaciones de trovadores le han rendido por estos días a Violeta Parra, compositora de la popular pieza Gracias a la vida, en el aniversario 40 de su desaparición física.

Organizadores de ese espectáculo aseguran que más de 50 mil personas colmarán el sitio al aire libre para recordar a una de las cancioneras latinoamericanas más apreciadas, con influencias en otros relevantes cantantes.

Esta es la segunda ocasión este año en que Rodríguez visita Chile, en su anterior estancia fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet, quien según anuncios de la prensa local, condecorará el venidero tres de diciembre a Brouwer con la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda.

El cantautor cubano ha anunciado, también de acuerdo con reportes de medios digitales de prensa, su presencia y actuación en el recital que brindará su compatriota Leo Brouwer en el Teatro Oriente de Santiago de Chile, el cuatro de diciembre próximo.
Brouwer, director emérito de la Orquesta de Córdoba, será homenajeado durante un apretado programa que desarrollará en la capital chilena y que incluye este fin de semana una clase magistral en la Escuela Moderna de música, presentaciones de libros y discos. También recibirá el grado de doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile.

Calificado como uno de los músicos más virtuosos y entre los más relevantes compositores latinoamericanos, Brouwer reserva para el concierto el estreno de varias obras de su autoría, entre ellas Lamento por Rafael Orozco para clarinete y orquesta de cuerdas, que interpretará la solista cubana Niurka González.

Las otras creaciones son Concierto de La Habana número 7, Sonata de Baja California y Canción de gesta.
La Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda fue creada en 2004 por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, en ocasión de conmemorarse los 100 años del natalicio del poeta chileno.

Leo Brouwer, Premio Nacional de la Música, es un reconocido virtuoso de la guitarra, cuyo estudio y desarrollo ha fomentado en Cuba. Ha compuesto piezas que forman parte del programa de estudios en conservatorios de todo el mundo, y dirigido las Orquestas Sinfónica de Cuba, Berlín y la Filarmónica de México, entre otras.

Homenaje a Violeta Parra

Con show jazzístico y megaevento solidario continúan los homenajes a Violeta Parra

Mercurio-PL.

Conmemoraciones veraniegas por los 40 años de su muerte. Exposiciones, eventos varios y hasta una campaña para rebautizar una calle con su nombre, a 90 años de su nacimiento.Sin dudas, éste es el año de Violeta Parra(1917-1967), la cantautora chilena más reconocida en el mundo.


Un período que tendrá su momento más fuerte esta semana, con diversos homenajes musicales en vivo, que comenzaron el viernes 16 y el sábado 17, con la aplaudida presentación de "Violeta Parra Sinfónico" en Concepción, con la voz de Claudia Acuña.Pero será este viernes (23) cuando la celebración alcance su punto máximo. Ese día, desde las 17:00 horas en la Elipse del Parque O'Higgins, se desarrollará el evento "Violeta Canto de Todos", en que se homenajeará a la cantautora por un nutrido elenco de artistas, encabezados por el trovador cubano Silvio Rodríguez.Junto a él estará un numeroso grupo de intérpretes nacionales que encabezan sus hijos Ángel e Isabel Parra, y que saldrán a escena en bloques.


El comienzo está destinado al mundo pop, con nombres como Nicole, Anita Tijoux, Sergio Lagos y Saiko. A las 19:30, en tanto, está pauteada la presentación de Los Tres, para luego dar paso a Isabel Parra y la facción "histórica" de Inti-Illimani, quienes interpretarán el "Canto para una semilla".Silvio Rodríguez llegará a continuación junto con el anochecer, Silvio se unirá al "famoso conjunto Inti Illimani Histórico" para interpretar "décimas autobiográficas de Violeta Parra".para dejar el cierre a cargo del grupo Congreso.


La entrada al evento es gratuita, pero los organizadores han solicitado a los asistentes llevar productos para ir en ayuda de los damnificados por el terremoto que afectó al norte grande, como alimentos no perecibles, leche en polvo, pañales, agua embotellada, artículos de aseo y juguetes, entre otros.

En versión jazz


El megaevento solidario no es el único homenaje musical que habrá para la cantautora esta semana.En el Teatro del Centro Cultural Matucana 100 se presentará mañana miércoles la cantante Francesca Ancarola, junto al Ensamble Quintessence, quienes tributarán a la autora de "Gracias a la vida" en clave jazz.En el homenaje se mostrarán los arreglos que Federico Dannemann y Roberto Dañobeitía hicieron para algunos temas de la artista.Las entradas para el evento que se desarrollará a las 21 horas tienen un valor de $5 mil, y se pueden adquirir previamente a través de Ticketmaster.

Concieto Talca:Acceso Libre

Nuevamente fue cambiado lugar del Concierto de Silvio Rodríguez

El amaule
Definitivamente el recital se realizará en el Parque Costanera de Talca (6 oriente 11 sur), el domingo 2 de diciembre, a las 19 horas



Escrito por Maria Jose Muñoz




Primero fue el Estadio Fiscal, luego la Alameda frente al Teatro Regional, pero esperando lograr que el “Concierto ciudadano” que ofrecerá el cantautor cubano, Silvio Rodríguez, pueda ser disfrutado por las miles de personas que se esperan lleguen de todo Chile, se cambió el lugar para no tener problemas de árboles y no dificultar el tráfico de la ciudad.



Ayer el alcalde de Talca, Patricio Herrera, dio a conocer que el lugar definitivo del esperado concierto será el parque del sector costanera, en las riberas del Estero Piduco, donde el miércoles pasado se efectuó el show de la Teletón. Para el concierto de Rodríguez, que se realizará el domingo 2 de diciembre a las 19 horas, se construyó un escenario de 12 por 8 metros y de una altura de 1,65 metros, el que sumado a la altura del lugar permitirá que miles de personas puedan ver sin mayores dificultades al artista. Lo que queda pendiente son las pruebas del sonido, y definir la ubicación del escenario, que lo más probable es que sea de oriente a poniente.



Para este llamado “encuentro ciudadano” se han unido en su organización, además de la Municipalidad, la Cruz Roja, Bomberos, el servicio de Urgencias del Hospital y la Defensa Civil. Para lograr la visibilidad deseada el lugar elegido tiene poca sombra, por ese motivo el alcalde indicó que “queremos pedirle a la población que lleven gorros o sombreros, bloqueador solar y una buena provisión de agua en botellas plásticas”.



Para que un concierto donde los ciudadanos sean los protagonistas no habrá lugares especiales para personalidades o sector vip, sólo tendrán preferencia los discapacitados. Buscando lograr comodidad entre los asistentes habrá también baños químicos y estacionamiento en los alrededores. Se espera que lleguen alrededor de 20 mil personas al concierto. El alcalde además indicó que los dineros que se deben invertir para la realización del concierto no serán recursos municipales, sino que aportes de personas que no quieren ser nombradas y tampoco se entregaron cifras, pues aún no está claro el total.



El embajador de Cuba, Giraldo Mazola, señaló que “el encuentro de Silvio con los chilenos, de Talca y de todas las zonas que le rodean, va a ser el reencuentro permanente que Silvio ha tenido con el pueblo chileno, desde hace más de 30 años, hay muchas de sus canciones que fueron inspiradas en Chile, otras que los chilenos han hecho suyas que por sus contenidos, que reflejan instantes, momentos de la lucha del pueblo de ustedes, el está muy feliz de venir”.

Mensaje de Silvio

El embajador de Cuba en Chile, entregó parte de en un mensaje que el cantautor enviado a la última reunión de los chilenos solidarios con Cuba, en el que señalaba desde Madrid (18 de octubre), “estoy muy feliz porque además muy pronto volveré a Chile (…) Aprovechando mi estancia en Chile, propusimos a la alcaldía de Talca que trabajáramos juntos para celebrar el concierto popular que habíamos anunciado. Según las últimas conversaciones supe que se había fijado fecha para el 2 de diciembre. Como también propusimos, este concierto será totalmente gratuito y la entrada al mismo será completamente libre (…). Les abraza Silvio Rodríguez”.

jueves, noviembre 22, 2007

Los cubanos cantamos lo que nos trae el aire.

Cubarte

Madrid.- Su extensa gira por Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Castellón, Granada, Las Palmas, Tenerife y Madrid da testimonio del gran tirón que Silvio Rodríguez (San Antonio de Los Baños, 1946) sigue manteniendo en España.

Cabeza visible e insustituible de la Nueva Trova, el cantautor cubano es mucho más que un músico. En su isla es una leyenda, un mecenas de la música, un perpetuo foco de atención mediática y un creador multidisciplinar. Ahora llega a España sin la necesidad de presentar un nuevo disco, aunque con la intención de no olvidar el que fue su último trabajo, "Érase que se era" (2006).

¿Cómo analiza, desde la distancia, el surgir de la Nueva Trova?
La Nueva Trova adoptó ese nombre porque en los 60 se hablaba de «la nueva Cuba». Musicalmente, partíamos de las tradiciones cubanas y también tomábamos en cuenta lo más interesante que nos llegaba del exterior. Pusimos mucho énfasis en la poética de los textos. Y los apasionantes años que vivíamos hicieron el resto.
¿Quiénes serían hoy los renovadores de aquel movimiento?
Ahora hay un dúo en Matanzas, llamado Lian y Rey, que hace lo que podría ser el comienzo de la trova del futuro, por su cercanía a la música de vanguardia. También me parecen sólidos Karma y el dúo Ariel y Amanda. Y hay compositores jóvenes con interesantes búsquedas expresivas, como Inti Santana, Ariel Barreiro, Mauricio Figeiral o Karel García.
¿Qué diálogo se establece entre las generaciones de la Trova?
Lo nuevo generalmente parece partir de la información que le proporcionan las etapas anteriores. Pero, a veces, varias generaciones se funden en un mismo quehacer, como ha sucedido con Buena Vista. O el trabajo que hacen los jóvenes del trío Trovarroco junto a un veterano como yo. La música no es sólo un lenguaje universal, también es un idioma intergeneracional.
Cuba es famosa por la calidad y la cantidad de su producción musical. ¿Está sacándole el país el suficiente rendimiento económico a esta riqueza?
Desdichadamente, no. Teniendo la materia prima, que es lo básico, no hemos sabido armar una industria que beneficie al país y a los músicos. Es una contradicción, porque Cuba ha invertido mucho en formar a excelentes profesionales, pero después algunos han tenido que emigrar porque no hemos sido capaces de sostener lo que contribuimos a crear. En ese sentido, nuestro punto más flojo es una buena red de distribución.
¿Qué opina del rap cubano?Como el rap se originó en otro país, empezó siendo visto como extraño. Desde entonces, ha ido cobrando fuerza y hay experiencias con un nivel de realización artística muy alto, como algunas expresiones en torno a Robertico Carcasés. Hoy por hoy satisface que el rap cubano suene muy cubano y, a la vez, experimental.
¿En qué proyecto está embarcado ahora mismo?
Uno de los trovadores fundamentales de mi generación murió hace dos años. Para él acabamos de terminar 37 canciones de Noel Nicola, antología que vamos a lanzar en Madrid el 16 de octubre, en el Instituto Cervantes. Ahora mismo escribo las canciones para un largometraje de animación, titulado Meñique. Originalmente es un cuento del francés De Laboulaye, que José Martí adaptó para su revista juvenil La edad de oro.
¿Qué cantan los cubanos por la calle? ¿Qué canta usted?
Los cubanos cantamos lo que nos trae el viento y lo que inventamos. Y yo igual.
Fuente: Diario Información/España

Llena de revolución y poesía el auditorio de Telde ante 8.000 personas

Mas cronicas en el blog Telde actualidad: Silvio 10-Organización O
Canarias-7

Las Palmas de Gran Canaria/ Un concierto generos de casi tres horas donde sonaron la mayoría de sus temas emblemáticos que tocó acompañado del Trío Trovarroco, de Santa Clara, el percusionista Óliver Valdés y su compañera sentimental y flautista, Niurka González.
Ojalá que los años no le toquen la cabeza mientras le caigan, para que pueda seguir componiendo y deleitando con sus poesías musicadas o sus músicas poetizadas. Con Silvio Rodríguez Domínguez (La Habana, 1946) nunca se tiene claro si es lo uno o lo otro y precisamente en eso radica su grandeza. Este viernes dio ante 8.000 personas el que con toda probabilidad sea su último concierto en Las Palmas de Gran Canaria, dejando en la boca de todos el sabor de su particular revolución musical en un más que generoso recital de casi tres horas.


Este viernes nos dio a todos sus fans más de una canción de madrugada, cuando más necesitábamos su luz, nos dio más de una canción y nos hizo un discurso sobre su derecho hablar, nos dio más de una canción con sus dos manos (con las mismas de matar), nos dio más de una canción que decían ‘Patria' y siguió hablando para nosotros, nos dio canciones como disparos, como libros, como guerrillas, pero sobre todo, como el amor, breves, intensas, complejas en su sencillez e inmortales como ese gran sentimiento.


Un lugar predilecto, el Auditorio de Telde, con una magnífica noche en la que en el cielo tiritaban las pocas estrellas que la contaminación lumínica libera de sus fosforescentes fauces, un atrezzo comedido, un público entregado desde el primer sonido de cuerdas, unos músicos de altura y un Silvio envejecido, con la voz algo más rota y frágil, pero enorme. En sus entrevistas previas avisó de que sería generoso con su repertorio más conocido y no defraudó. Pero como el músico inquieto y poco complaciente que es, las hizo sonar envueltas en guitarras, percusiones, tres cubano, bajo y vientos, para la sorpresa de un público acostumbrado a escucharlas desnudas.


Y a su favor hay que decir que esta vestimenta funcionó en la mayoría de los casos, como en su colosal ‘Quien fuera' y hacía aguas en otras como ‘Óleo de mujer con sombrero', tocada a una velocidad que le quitaba toda la intensidad dramática de la canción. Tan sólo se permitió tocar ‘Unicornio' solo a la guitarra tras la primera pausa y ‘Te doy una canción' y el ‘Playa Girón' en los bises ante el regocijo general de los asistentes que llevaban pidiendo estas canciones durante todo el concierto. Sin embargo, lejos de desentonar, las orquestaciones en temas como ‘La Maza', ‘El Escaramujo', ‘Gaviota' o ‘Canción del Elegido' daban una nueva entidad a los temas, los renovaba y los hacía sonar frescos a pesar de los años.


También, como no, hubo tiempo para recordar a Noel Nicola, al que homenajea en su último trabajo, tocando canciones como ‘Es más, te perdono'. Antes de empezar a tocar ‘Mariposas', de uno de sus últimos trabajos de mismo título, aseguró que era una de las canciones que más le habían pedido para confeccionar el repertorio (el cancionero elegido parte de peticiones de fans) y cuando el público le gritó ‘Ojalá', aseguró: "No, Ojalá no la pidió casi nadie', despertando la carcajada general.


Por supuesto que fue una de las más pedidas y durante el concierto, donde no faltó, fue una de las más ovacionadas, con todo el mundo de pie, incluido Silvio, que apenas tocó la guitarra, dejando la instrumentación para el Trío Trovarroco, de Santa Clara, el percusionista Óliver Valdés y su compañera sentimental y flautista, Niurka González. Hablar de Silvio es hablar inevitablemente de política, que tampoco faltó. Recitó de memoria el comunicado que el actor Danny Glover realizó a favor de los cinco cubanos detenidos por los Estados Unidos por presuntas actividades terroristas, lo que le ganó el aplauso del público.


Un público que paradójicamente ha interiorizado su ideal revolucionario en las acomodadas democracias occidentales. Casi tres horas pues de un hombre que llega ya al final de su viaje, tras más de veinte discos poblados de poesía y guitarras, que hicieron que me sintiera feliz, un hombre feliz, y espero que me perdonen por este día, los que no pudieron asistir, porque, probablemente, el pasado viernes 9 de noviembre pudo ser su última oportunidad.

las poderosas leyes de la inercia me mantienen activo.

José Neketan Las Palmas de Gran Canaria

Canarias 7
El próximo viernes 9 de noviembre, la gira de este cubano universal (San Antonio de los Baños, 1946) llegará, quizás por última vez, a Gran Canaria. Será en Telde, en el Auditorio del parque de San Juan (las entradas se venden a través de la Caja de Canarias a 25 euros).
—Cada una de sus apariciones por las Islas siempre vino acompañada del comentario del público, «este concierto va a ser el último». Recientemente usted comentó que si no acaba con las giras, ellas acabarán con usted. ¿Será este el definitivo? Y si es así, ¿cómo piensa despedirse de este público canario?
— Llevo cuatro décadas sobre los escenarios y aunque admiro mucho a Mick Jagger, lo cierto es que no pretendo emularlo. Después de tanto tiempo llega un momento en que se sienten deseos de hacer otras cosas, o al menos yo lo siento así. Si esta resultara ser mi última visita a las Islas Canarias, cosa que espero que no sea, me estaría despidiendo con el repertorio que traigo preparado, que es de canciones conocidas y solicitadas a lo largo de mi trayectoria. Aún así prometo un par de sorpresas cada noche.
—¿Qué papel ha jugado Canarias en su carrera?
— Quizá no tanto en mi carrera como en mi vida. Las Palmas fue la primera tierra fuera de Cuba que visité, en enero de 1970, cuando llegué a su puerto a bordo del Océano Pacífico. La primera visión de otro lugar del mundo, para cualquiera, ya significa una impronta especial. Por otra parte, por mis venas corre algo de sangre tenerifeña. Creo que son circunstancias que me vinculan mucho, además de los buenos amigos que tengo allá.
—¿Qué recuerda de aquella primera vez en estas Islas?
—Yo había pasado cuatro meses pescando entre Dakar y Cabo Verde y viajaba de regreso a Cuba. Hicimos un par de paradas de abastecimiento, primero en Las Palmas y después en Lanzarote. Bajé en las dos islas, pero muy brevemente, porque no tenía documentos. En las tiendas estaba Abbey Road y por la radio se escuchaba Tu nombre me sabe a hierba. Eché un vistazo a las suecas del parque de Santa Catalina, pasé por las tiendas de los indios, me perdí en un tumulto, me tomé una caña en un bar, regresé a mi barco e hice una canción titulada Navegando Hacia el Este, sobre las sociedades de consumo.
—¿Recuerda algún concierto en las Islas de forma especial?
— Recuerdo uno que hice junto a Caco Senante en el teatro Guimerá, hace muchos años. La gente inundó la sala de flores.
—¿Qué le mueve a hacer esta nueva gira?
— Unos amigos me la propusieron y me pareció razonable.
—¿Ha elegido el repertorio?
— Prometí que mientras me duraran los 60 cantaría canciones que me han pedido mucho. Eso estoy haciendo.
—Después de esta gira, ¿qué le espera?
— Mucho trabajo, música para cine, terminar canciones, empezar un disco que ya tengo en mente y, por supuesto terminarlo.
—¿Cómo será su jubilación?
— Mi jubilación laboral fue efectiva el 28 de febrero de este año. Pero las poderosas leyes de la inercia me mantienen activo.
—Cuando mira atrás, ¿qué ve?
— Veo al Mundo levantándose, cayendo y volviéndose a alzar, como siempre.
—¿Y contra qué lucha?
— Apenas soy un autor de canciones. Mi función es observar y cantar lo que observo, a ver si con eso ayudo a mejorarnos todos.
—¿Qué tienen sus canciones para vencer al tiempo?
— Quién sabe si el asombro con que le he cantado a cada cosa.
—¿Cuál es el mérito de Silvio Rodríguez?
— No apegarse al espejo. He escuchado que la muerte presume.
—¿Qué destaca del los músicos que le acompañan en esta ocasión?
— Hace tres años que andamos juntos y los sitúo entre los mejores con quienes haya trabajado. Por una parte están Rachid López, Maykel Elizarde y César Bacaró, que conforman el trío Trovarroco, combinadores de lo académico con la música popular. También me acompañan la excelente percusión de Oliver Valdés y en la flauta y el clarinete el virtuosismo sonoro de Niurka González.
—Noel Nicola es el protagonista de su nuevo disco y uno de los artistas que más le influyó e inspiró. ¿A quién considera usted que ha inspirado o influenciado?
— Noel es un compañero de generación a quien tuve la suerte de conocer desde muy temprano, cuando los dos apenas comenzábamos. El murió hace dos años y acabamos de terminar un CD homenaje llamado 37 canciones de Noel Nicola, en el que muchos de sus amigos cantamos sus canciones. Espero que este disco llame la atención sobre la muy interesante obra de Noel e invite al mundo a escuchar sus canciones por él mismo.
—¿Cómo ve ahora desde la distancia temporal aquel movimiento llamado la Nueva Trova?
— Creo que fuimos una generación privilegiada, porque nos tocó un tiempo histórico y unas circunstancias excepcionales en nuestro país. Fuimos adolescentes cuando comenzó una revolución que se proponía cambiar radicalmente el mundo y nosotros, los jóvenes, llevábamos en los corazones la impaciencia y el altruismo. Partíamos de una tradición trovadoresca gloriosa pero muy marginada. Fue un crecimiento paralelo sumergirnos en la justicia social y a la vez en la reivindicación cultural.
—¿Podría darse en la Isla un movimiento creativo similar?
— Ahora mismo en Cuba, y fuera de ella, hay muchos de trovadores y trovadoras de quehacer riguroso. En La Habana, alrededor del Centro Pablo de la Torriente se reunen muchos. En la provincia de Villa Clara esta ocurriendo un fenómeno trovadoresco muy interesante, con grupos de cuerdas pulsadas de proposiciones muy abiertas. El trabajo vocal también prolifera en muchos lugares: hay duos como Lien Y Rey, Karma, Enigma, Ariel y Amanda. Todos son jóvenes y ya acumulan un nivel de excelencia admirable.

sábado, noviembre 17, 2007

Escaramujo:video

Escaramujo:letras


¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza
con otra, como un dibujo?
Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y el mar?
Yo vivo de preguntar:
saber no puede ser lujo.

El agua hirviente en puchero
suelta un ánima que sube
a disolverse en la nube
que luego será aguacero.
Niño soy tan preguntero,
tan comilón del acervo,
que marchito si le pierdo
una contesta a mi pecho.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.

Soy aria, endecha, tonada,
soy Mahoma, soy Lao-Tsé,
soy Jesucristo y Yahvéh,
soy la serpiente emplumada,
soy la pupila asombrada
que descubre como apunta,
soy todo lo que se junta
para vivir y soñar:
soy el destino del mar:
soy un niño que pregunta.

Escaramujo:analisis

beto juarez En otro lugar del foro algunos amigos me explicaban hoy algunas cosas sobre Escaramujo y El guije.
Cosas que dieron por tierra con mis previas teorías sobre esas canciones.
Me pasé la tarde dándole vueltas a eso del escaramujo. Todavía me cuesta aceptar que el escaramujo es una planta y no una criatura. Algunos hábitos se resisten a ser aniquilados. Desde la primera vez que la escuché, armé una idea de la canción en función de esa lectura; por eso, después de que me desasnaron de modo tan contundente como amable, contrariado me fui al disco y lo escuché varias veces con la letra en la mano, sin perderme una coma, hasta que en algún momento, sin darme cuenta del todo, empecé a escucharlo de otra manera, como por primera vez. Además, hallé en youtube una versión de este año, en Sevilla, muy bonita, mucho más caribeña. Resultó una jornada bastante curiosa, intensa, a merced de los laberintos de la palabra, la voz y la guitarra de Silvio.
Ahora bien, y perdonen la tozudez, además de reparar en el detallito particular de que la letra de la canción por sí sola no da pistas sólidas para descubrir lo que ustedes me aclararon sobre el escaramujo, yo me puse a pensar en una serie de cosas que aparecen en Escaramujo a las que antes yo no había prestado atención.
Mi anterior entendimiento de la canción me llevaba a creer que en Escaramujo, como en El Guije, quien decía “yo” en la canción era el escaramujo del título. De allí, quizás, mi sorpresa, mi resistencia a aceptar que ese ente es, en realidad, una planta. Es que yo estaba increíblemente mal encaminado. En ningún momento en la canción oímos al escaramujo: quien habla, quien dice la canción, de cabo a rabo, es Silvio mismo.
En la primera estrofa, la última pregunta de la serie inicial de preguntas dice claramente: “¿Y por qué el escaramujo es de la rosa y el mar?” Y tras decir eso, Silvio, el que dice la canción, afirma: “yo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo”.



Y si acaso en esta estrofa introductoria hubiera/hubiere/hubiese alguna sombra ambigua, al final de la segunda y tercera estrofas está todo definitivamente claro. En ellas oímos: “Soy de la rosa y de la mar, como el escaramujo”. El narrador de la canción es COMO el escaramujo; ergo, NO ES el escaramujo. Por tanto, en la canción el escaramujo no habla, tan solo se habla de él, como de muchas otras cosas. En Escaramujo no pasa lo que en El Guije, canción en la que se nos informa de entrada, desde el vamos: “Del fondo soy de la laguna fría…”. Allí habla el guije, esa criatura inverosímil y entrañable; allí el guije es asunto de la canción y narrador de su propia fábula.



Imaginen pues mi sorpresa: llevo escuchando Escaramujo por lo menos unos 5 años, me precio de entender muy bien a Silvio y de pronto, de un plumazo, resulta que el escaramujo no es una criatura y también que ni siquiera es él quien narra la canción. Demasiado para un fan dedicado, militante, fundamentalista, como me precio de ser. Así que para no ceder a las crecientes olas de la devastación, me puse a interrogar a fondo la letra de la canción.



Escaramujo es, obviamente, una canción cantada por alguien que mira el mundo con ojos de niño. Alguien que, como los primeros filósofos, no da nada por seguro, se asombra de todo, se consume en un afán de saber. Afán de saber y mirada de niño que se traducen en el recurso a las preguntas medio tontarronas y a la vez muy serrucha-pisos que son típicas de los infantes, preguntas que marcan la cancha sobre la que juega Escaramujo. Esas preguntas onda: ¿papá, por qué los globos se caen para arriba?, por ejemplo. Quienes son padres tienen vastos repertorios de preguntas semejantes.
“Niño soy tan preguntero”, declara Silvio en la estrofa siguiente, y ni falta que hacía esa confesión. O tal vez sí, ya que en la segunda estrofa el narrador de la canción ya no es tan infantil. En esa estrofa, por lo demás, tenemos la única alusión a la naturaleza vegetal del escaramujo: “tan comilón del acervo que MARCHITO si le pierdo”. Este es un escaramujo cuya savia, cuya clorofila, es el acervo, es la tradición, es la poesía.
Dije que esta estrofa ya no es tan infantil porque a lo largo de ella vemos que el niño ya no pregunta tanto, sino que está empezando a sistematizar conocimiento: la lluvia para él ya no es milagro inexplicable, ya no impulsa a preguntar nada, por que él sabe, ha aprendido (y, como a todos nos pasa, “se convierte en su saber”) que el agua que hierve suelta vapor, que éste forma nubes y que éstas devienen lluvia: “el agua hirviente en puchero suelta un ánima que sube a disolverse en la nube que luego será aguacero”.
En términos de historia de la humanidad, en esas dos estrofas hemos pasado de la filosofía primera de los presocráticos, del asombro ante lo inédito del mundo, a los inauditos esfuerzos lógicos de Aristóteles y los geómetras pitagóricos, quienes abrirán la vía que culminará en la colosal abstracción de Descartes y las supersticiones positivistas (y de allí entraremos a la era moderna y el mundo industrial): ya no bastan mitos asombrosos, desde ese momento la magia es ridiculizada, menor, y se buscan explicaciones en términos de causa y efecto. La ciencia, en suma. O como quiere Silvio: “si saber no es un derecho, seguro entonces será un izquierdo”.
La tercera estrofa es alucinante. Nada nos prepara para ella. Al menos yo, vapuleado como venía con tanta nueva y desconcertante información, caí fulminado. Creo que hoy es mi estrofa favorita en toda la obra de Silvio: en la inteligencia que gobierna Escaramujo (¡y Silvio dijo en Sevilla que la hizo como contribución a un disco para niños!), lo que la tercera estrofa, la conclusión de esta historia del pensamiento humano en 5 minutos según Silvio Rodríguez, viene a postular es un salto olímpico, una suerte de paradigma epistemológico. Un salto que el mismo Silvio, firme en sus ideas marxistas, acaso no vio venir. Ya que estamos, Escaramujo puede entenderse como ilustración del principio lógico hegeliano que es el soporte teórico del materialismo dialéctico: la primera estrofa es la tesis, la segunda estrofa es la antítesis, la tercera es la síntesis.
Silvio empieza a enunciar la estrofa final, la síntesis del problema de Escaramujo, diciendo ser “aria, endecha, tonada” y luego, contra todo pronóstico sobrio, contra sus usos más canónicos incluso, pasa a enumerar a las más altas personalidades espirituales de la historia. Lao Tsé, Buda, Mahoma, Jesús (diferenciado de su versión Yahvéh). Todos ellos aparecen mencionados explícita o lateralmente. Es más, Silvio se da modo de incluir un mito precolombino: la sensacional serpiente emplumada de los aztecas.



Por si no bastara con todo lo anterior, hecho esto, como quien se quita una pelusa de la hombrera del cardigan, viene y anuncia: “soy la pupila asombrada” (como en la primera estrofa), “soy todo lo que se junta para vivir y soñar” (la ciencia, el saber insondable de la especie, el genoma, como en la segunda estrofa) y, finalmente, cerrando el ciclo: “soy el destino del mar, soy un niño que pregunta” (la síntesis de la tercera estrofa). Frase que nos recuerda la conocida anécdota de Newton jugando con unos guijarros a la orilla del mar, comparando ese grano de arena con la vastedad de lo desconocido, augurando un vasto porvenir para la ignorancia y sancionando que nunca dejaremos de ser niños ante el misterio del cosmos, por mucho que caminemos por la luna y patatín y patatán.
No deja de sorprenderme la apuesta de Silvio por los maestros del espíritu. Hay, lo intuyo, una moraleja, una enseñanza esencial allí, pero no me da el cuero para siquiera hacerle un pespunte. No me olvido de que “el escaramujo es de la rosa y del mar”, como no olvido que la rosa es, según El Nombre de la Rosa, el mayor símbolo en Occidente de la pasión, y el riesgo, de saber, de preguntar (en otra canción, Silvio ha recordado a Giordano Bruno, como recordarán).
Cedo la osadía a los sabios silvistas del foro.
Como me excedo en abusar de la paciencia de los amigos silviófilos, concluyo mis perplejidades volviendo a mi motivo inicial: el parecido que yo veía entre las canciones tituldas Escaramujo y El Guije. Parecido, claro está, inexistente. Sin embargo, a la cola de la serpiente emplumada que se menciona en Escaramujo, quisiera comentarles que acá en Bolivia tenemos también, legado por las culturas ancestrales, el mito de la criatura que habita en las lagunas. Una variación de la tradición romana de los dioses lares, según algunos. En la parte en que yo vivo, en la zona tropical, lo llamamos “El Jichi”. En la región andina, la tradición aymara y quechua, en su elaborada cosmogonía (una cosmogonía en la cual, por ejemplo, el pasado es aquello que está delante de uno, ya que es lo conocido, lo que se puede ver, en tanto que el futuro está detrás, a la espalda, puesto que es ignoto, que no se puede ver) tiene lugar en lo alto de la jerarquía de divinidades para los “achachilas”, los dioses tutelares. En ambos casos se cuenta que esta criatura que habita en lagunas y arroyos es quien hace posible que existan las lagunas y los arroyos, ya que cuando “El jichi” muere o se va a otro lado, la laguna se seca. Es una tradición, o leyenda, muy viva, a tal punto que existen relatos de viajeros (desde el siglo 18) quienes afirman haber visto al jichi, haber logrado sacar fotografías y cosas así. Otros estudiosos afirman que estas criaturas son parientes de Nessie, el famoso habitante del Loch Ness en Irlanda. Imagino que otros países guardan leyendas similares y que en ellos el guije de Silvio tiene familiares muy cercanos. Así sea, ya que el oficio de guije, me imagino, ha de ser muy solitario

reijavo no te preocupes por la extensión de tus comentarios, lars larsen nos tenía acostumbrado a testamentos muchísimo más largos. Y no pr eso menos interesantes por supuesto.

Pero beto, amigo, a veces las cosas son mucho más simples de lo que queremos que sean (conste que digo " a veces" y conste que con esto no quiero decir que esta canción tenga que ser precisamente una de ellas).

Fijate que la temática de la canción podría haber prescindido de la rosa y de dicho molusco, pero entonces, ¿por qué silvio los emplea? vaya a saber uno! sólo silvio lo sabe, quizás por alguna anécdota, algun escrito que cayó en sus manos, quién lo sabe si no él...

Tus análisis filosóficos-epistemológicos-teológicos son ciertos, concuerdo con ellos, pero a veces me pongo a pensar que silvio no se da tantos cabezazos para hacer una canción, vuelvo a decir, a veces sí, pero a veces no, y con esto no quiero decir que esta precisa canción sea una de esas.....


escaramujo Excelente lectura Beto. De la mano de voz de Silvio uno puede llegar a muchos destinos. Tu explicación ilustra muy bien uno de los factores que considero que convierten la poesía de nuestro aprendiz de brujo en algo diferente. Se trata de la progresión temática, gracias a la que el contenido crece, añade nuevos matices, le salen ramas tiernas que luego por arte de magia se unen armoniosamente con lo anterior para crear un significado único.

Como señaló Silvio en sus conciertos de España,(en Madrid se detuvo a contar eso más que en Sevilla y ,de paso, puso a parir creo que a Alberto Cortez?) Escaramujo es una canción de encargo. La compuso para un disco de la Unicef dedicado a la infancia que luego no apareció. Por eso la voz infantil. Pero como creo que en Silvio también hay algo combativo siempre me parece que el ombligo de la canción está en ese verso que ya te señalé en otro sitio: Si saber no es un derecho seguro será un izquierdo reforzado por este otroyo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo. Y es que en nuestro mundo no todos los niños tienen las mismas opciones de recibir una educación digna, en algunos lugares porque el estado no se encarga de proporcionarla, o los menores están desprotegidos; en otros, del primer mundo, porque se distingue entre la educación privada, pagada, para unos pocos y una educación pública que tiene que afrontar todos los problemas, luchar con las injusticias sociales, solventar lo que ya no tiene arreglo. (¿A que a ningún Silviófilo se le pasa por alto a qué me dedico?)

Y claro, si un niño pierde ese derecho, ¿qué está perdiendo? Silvio nos lo explica en el resto de la canción: la vida, porque el ser humano vive desde su más tierna infancia de preguntar. Por eso, como bien comentas en tu mensaje, se habla de la ciencia (el agua hirviente en puchero..), el deseo de aprender ([i]marchito si le pierdo una contesta a mi pecho(curioso, Silvio aprende con el corazón)), la poesía y la música que son un modo de conocimiento que llama a las fronteras de la vida y la muerte en todas sus formas, desde las refinadas operas, hasta las endechas de los trovadores, para finalizar en las coplas de los humildes mariachis(soy aria, endecha, tonada).El último lugar lo reserva para el conocimiento filosófico, espiritual, místico, religioso (Mahoma, serpiente emplumada, Jesucristo) que busca responder y lanza la misma pregunta que lanzaba el niño al descubrir el mundo: ¿qué narices pintamos aquí?.
Por eso la síntesis: el destino del mar y el niño que pregunta se unen. Por cierto, me planteo si ese destino del mar no será una alusión al origen de la vida en los océanos. No sé, posiblemente es todo más simbólico.

Igualmente no dejo de coincidir con los demás en el placer de ese verso que celebra el asombro del conocimiento: [/i]soy la pupila asombrada que descubre como apunta. Es visual, pictórico, fotográfico, es esa imagen de la pupila humana abriéndose y reflejando lo que ve.

En fin, supongo que repito muchas de las apreciaciones que ya se han hecho, pero realmente es una alegría poder platicar un trecho con ustedes, y una alegría contar con Beto, entre nosotros.

beto juarez Se me había escapado ese elemento que señala el homónimo silviófilo. Me fui por las ramas y olvidé el tronco.
Por suerte, hay pupilas que apuntan bien y descubren todvía mejor. Descubren, es decir quitan velos que cubrían a las cosas.

Es cierto, lo ue menciona Escaramujo es una preocupación contante en el maestro. Ya en Acerca de los padres tomaba una posición sin ambages. Y es más fuerte incluso en Cuando era un enano y en una muy rara titulada, creo, La nueva escuela.

Recuerdo también haber visto en algún lugar una charla con Verónica Castro en la que Silvio dice que su lema personal es una divisa martiana: "ser cultos para ser libres".

Y así... qué lindo seguirle el hilo a todas esas palabras que se juntan para vivir y soñar. Qué lindo, de verdad.

monica Gracias a todos por vuestros comentarios, es un gusto leeros; sin duda hay más de un profesor de literatura por aquí (al menos vocacionalmente). De verdad, qué bien esribís....
He vuelto a escuchar lo de Madrid y de Alberto Cortez sólo dice algo así como que la canción que le tocó a él cantar hablaba de bomberos... ¿me habré perdido algo?

escaramujo Sii. Yo no tengo el concierto, pero recuerdo lo de los bomberos, y yo lo entendí como una ironía, como si la canción de Alberto Cortez fuera un poco ridícula. Como no conozco la canción, pues no estoy seguro.

Gracias por las palabras cariñosas. Hay días en que los que entramos en un aula las necesitamos.

monica Bueno, entonces es sólo cuestión de interpretación...; yo no percibí ironía ninguna y además me extrañaría un poco que Silvio se metiera con Alberto Cortez o con cualquier otro autor sólo por eso; creo que para esas cosas es bastante respetuoso.


beto juarez
Como expuse más arriba, más allá de ciertos entusiasmos interpretativos, se me hace evidente que uno de los ejes que discute Escaramujo es la cuestión del saber, rastreando ese proceso de adquisición de conocimiento desde la ingenuidad de la infancia hasta la madurez racional.
Es una suerte de lugar común comparar el desarrollo científico de la humanidad con el del ser humano: la prehistoria, la antiguedad, corresponde a la infancia, la edad media a la pre-adolescencia, la modernidad a la madurez. Se dice, entonces, que cada individuo reproduce, a escala, los diversos estadios recorridos por la especie desde el descubrimiento del fuego hasta las líneas de chat.
Me gusta mucho contrastar esas ideas con el arte de Silvio. Algo de ese gusto personal se ha traspapelado en lo que, así sea en forma muy esquemática, mencioné sobre Escaramujo.

Me tomaré la libertad de comentar un par de cosas más. El amigo escaramujo recuperaba el lema enigmático que Silvio presenta hacia el final de la canción: “Soy el destino del mar”. Antes, al comienzo de esa estrofa última, el maestro había afirmado: “Soy aria, endecha, tonada”. En su momento, el homónimo silviófilo nos ofreció un par de conjeturas muy pertinentes. Creo hallar un atisbo de respuesta posible a ese ambiguo destino del mar en esta otra frase: “yo vine para preguntar, flor y reflujo”. Es decir, esa tesis materialista, tan cara a Gramsci, que ve la Historia como una sucesión de “corsi e ricorsi”; vale decir “flujos y reflujos”, pleamares y bajamares, el vaivén insondable del mar. Notemos que Silvio usa ese “flor y reflujo” también a la manera del mar: éste aparece por vez primera al inicio de la parte final, y vuelve a aparecer, igual pero distinto por el mero hecho de la repetición, al cierre de la canción. Corsi e ricorsi, pues.

Otra frase que también mencionaron los amigos silviófilos fue esa que dice: “soy la pupila asombrada que descubre como apunta”. De la mano de esa palabra que en muchos casos Silvio usa a manera de brújula, PUPILA, esta frase me abre muchas puertas.
Antes de seguir, me gusta dejar en claro que me interesa ver, en la medida de lo posible, cómo analiza Silvio el problema filosófico de la percepción. Cómo responde él, desde su experiencia individual, a este interrogante tan viejo como el hombre, como el mundo. Tan nuevo como el hombre, como el mundo.
A Platón se atribuye una frase que hoy para nosotros es un lugar común, esa que dice que los ojos son las ventanas del alma. Como Hegel mostró, esta frase indica tanto que por conducto de nuestros ojos es posible, desde el afuera, conocer el alma presa en el cuerpo; pero también, y sobre todo, que es gracias a los ojos que nuestra alma tiene una salida al mundo.
La percepción, entonces, es nuestra ventana, nuestra puerta, nuestra salida al mundo. Por la percepción es que, a la manera de los primeros filósofos, en algún momento de nuestras vidas todos nos interrogarnos por la presencia del mundo y preguntamos cosas como “¿por qué existe algo y no más bien la nada?”.

Como no podía ser de otra manera, Silvio ha dejado constancia de esta inquietud en muchas canciones. Entre ellas, Escaramujo sería una de las más coherentes, así como también esa maravilla del disco Causas y Azares titulada Hallazgo de las piedras.
En esta otra canción, la inquietud “cognoscitiva” que menciono aparece marcando la cancha ya desde la primera frase:
“El mundo entra por la puerta con mil sabores que no puedo recordar”
A esta frase le seguirán:
“Cómo ha crecido lo que miro, los viejos ruidos ya no sirven para hablar”.
“y otras cosas que conozco bien, que cuando un niño no sabía observar”
“y todo crece en cada libro, en cada cinta, en cada cuento, en cada vista alrededor”.
“Crecí parejo como un cielo, lleno de objetos que brillaban como el sol.
¿Cómo vivir frente a un espejo y no saberlo hasta tocarlo y verme yo?”

Afirmaciones diversas y al mismo tiempo muy cercanas entre sí, a través de las cuales Silvio va rodeando su objeto, acosándolo cada vez con mayor precisión, hasta lograr una síntesis mayor:
“Y es doloroso aprender a vivir, todo profana la atención vital”.

Con todo lo dicho en mis comentarios iniciales sobre Escaramujo, me parece que no es necesario que haga un análisis muy detenido sobre estas frases de Hallazgo de las piedras. Lo que sí me resulta interesante señalar es cómo Silvio asocia su crecimiento persoal, su ir haciendose hombre maduro, casi exclusivamente con los poderes de la visión (“cómo ha crecido lo que MIRO”, “es aguerrido para VER y reposar”, “cuando niño no sabía OBSERVAR”, “y no saberlo hasta tocarlo y VERME yo”, “Y todo crece en cada VISTA alrededor”): la visión, el órgano de la percepción por excelencia, es esa PUERTA exquisita que le permite a Silvio traer el mundo a su casa y hacerlo suyo, hacerse individuo en ese mundo ajeno, inédito, del cual no se tiene memoria porque es totalmente nuevo (esos “mil sabores que no puedo recordar”).
Notemos cómo Silvio registra su acceso al mundo del saber, cómo documenta su adiós a la infancia (infancia significa, etimológicamente, “lo que no habla”). “Los viejos ruidos ya no sirven para hablar”, nos dice el maestro. ¡Qué precioso! ¡Qué preciso! A los psicólogos que estudian a Piaget les toma por lo menos tres años sistematizar eso que Silvio condensa en ocho palabras.

Poco antes de aprender a comerciar con el mundo por vías del lenguaje nos bastaba con llorar, o hacer otros berrinches, con intensidad variable, adecuada al caso, para que nuestras demandas fuesen atendidas. Nuestra madre sabía leer esos “ruidos” como “cambio de pañales”, “hambre” o “calor”. Pero crecemos, profanamos la atención vital, y llegamos al lenguaje, a esos nuevos “ruidos” que de allí en más nos servirán para hablar. Y comienza un nuevo pedazo de la historia, desde cero. O casi. Mejor, como siempre, lo dice el pelao: “se rompe todo y todo vuelve a comenzar”.
Antes de ceder la palabra a los ingeniosos amigos silviófilos, quiero remarcar el aire de familia que vincula Escaramujo con Hallazgo de las piedras. Escaramujo hace girar su calesita de preguntas en torno al eje “soy la pupila asombrada que descubre como apunta”. Ese asombro de niño “preguntero” que es marca de fábrica de Escaramujo gobierna también el texto de Hallazgo de las piedras, como lo indica la primera palabra del título: HALLAZGO, es decir descubrimiento, revelación asombrosa ante la pupila que (se) pregunta. Y porque es un asombro ante el mundo en su totalidad es que Silvio refiere la sorpresa de su descubrimiento de objetos tan triviales y poco llamativos -para nosotros los mayores- como son las piedras, objetos que para el niño preguntero son extraordinarios, a tal punto que no sabe ni siquiera cómo llamarlos, ya que ante esas piedras prosaicas y sin relieve alguno el niño descubre que “los viejos ruidos ya no sirven para hablar”. Ese asombro, o borde de lo indecible, no cesará, se irá haciendo más complejo mientras más se interne el niño por el laberinto del mundo. Así, más tarde nombrará a “los cines y las construcciones, la fosforera y el avión”, sintiendo siempre la nostalgia de que antes (en ese “entonces” lejano) “con los juegos siempre basta(ba) para comprender” y que “es doloroso aprender a vivir”.

El enigmático destino del mar, el flujo y reflujo el mar de la Historia, que, como sostengo, constituye el leit motiv de Escaramujo, aparecerá también en Hallazgo de las piedras.
Dado todo lo expuesto, que esa referencia a los “corsi e ricorsi”, al ciclo infinito de finales y comienzos que hacen andar la historia, clausure las conjeturas de la canción ya no nos puede sorprender.
Escuchemos, con volumen muy alto, a nuestro querido Silvio decir:
“Este pedazo de la Historia es aguerrido para ver y reposar.
Parece que es definitivo: se rompe todo y todo vuelve a comenzar”.
Hacia el final, segundos antes de postear estos divagues, vengo recuerdo que en el mismo disco Causas y Azares, en otro lugar, Silvio declara: “poco me importa dónde rompa mi estación, si cuando rompa está rompiendo lo imposible”.
¡Pensar que todavía me encuentro gente que me pregunta por qué escucho a Silvio Rodríguez!




Ralle Mi humilde analisis:

Estuve buscando sobre lo que significa "escaramujo" y creo que algo recordaba o que incluso aprece en el librito del disco que escaramujo es un crustaceo que vive pegado a las rocas donde rompen las olas del mar (algo asi como un "picoroco" termino chileno). Y buscando y buscando descubri que en Europa le dicen asi a una planta parecida a la rosa mosqueta.

Creo que el mar representa la vastedad del conocimiento humano y Silvio pretende vivir como el escaramujo: constantemente ser bañado por estas aguas pero tener el tiempo para reflexionar entre cada aprendizaje= marea alta-marea baja, flujo-reflujo, aprendizaje-reflexion

Comparto por supuesto la explicacion de que los niños represntan la sed total de conocimientos, las ganas de conocer: por que? por que? como el niño de "La gallina dijo Eureka" de Les Luthiers.
Y por otra parte el conocimiento no sirve de nada sin el ser humano, sin el ojo:

"soy la pupila asombrada
que descubre como apunta"


Aqui pueden ver al escaramujo crustaceo:

http://waste.ideal.es/especies43.html


y aqui al escaramujo rosa:

http://www.infojardin.com/fichas/foto-rosas/rosa-canina-flores.jpg

Concierto en Sevilla







































sábado, noviembre 10, 2007

El Papalote:letra


(o El papalote se fue a bolina)

Será por tu vivienda,
hecha de ruinas y de misterios;
porque rompías la roca
para ganarte un par de medios;
o por tus tirapiedras,
los más famosos de La Loma,
con la mejor horqueta
de la guayaba y duras gomas.


Será por todo esto
que mi memoria se empina a ratos
como tus papalotes,
los invencibles, los más baratos;
y te levanta en peso,Narciso el Mocho,
para ponertejunto a los elegidos,
los que no caben en la muerte.


El papalotecae, cae, cae, cae, cae.
El papalotecae, cae, cae, cae, cae.
Se va a bolina la imaginación.
Buena cuchilla la picó.


Una vez de tus manos


un “coronel” salió brillando.
Qué pájaro perfecto:
cuántos colores, qué lindo canto.



Ninguno de nosotrosiba a volarlo,
ya se sabía:era un encargo caro
del que mandaba, del que tenía.


Llevabas en el puño
aquel dinero de la tristeza;
dinero de aguardientede “El Sol de Cuba”,
de la cerveza;
y te seguimos todos
a celebrarlo, sucios y locos:
para ti “Carta Oro”
y caramelos para nosotros.


La gente te chiflaba
cuando en la tarde subías borracho;
tú contestabas piedras
y maldiciones a tus muchachos.

Eras el personaje
de los trajines de tu pueblo;
eras para la gracia;
eras un viejo;
eras negro.

Una noche el respeto
bajó y te puso bella corona–
respeto de mortales
que, muerto, al fin te hizo persona–.

Pobre del que pensó–pobre de toda aquella gente–,
que el día más importante
de tu existencia fue el de tu muerte.
Papalote: volantín, cometa.
La Loma: barrio de San Antonio de los Baños.
Irse a bolina: caída en tirabuzones
que sufre el papalote
vencido en los torneos entre cometas
en los que se añade una cuchilla a la cola de los papalotes
para intentar cortar el vuelo de los adversarios.
Coronel: papalote grande.
El Sol de Cuba: bodegón del barrio La Loma.
Carta Oro: marca de ron cubano.
(1972)

El papalote:video

Analisis del Papalote

lars larsen
ENCUENTRO EN LAS NUBES
En Sudamérica los papalotes se llaman barriletes, volantines, cometas o voladores, según los países. Me sabía un par de nombres más que ahora se me escapan (en Colombia, creo, tienen otra denominación). De todos modos, más allá de los nombres particulares, esas criaturas del aire son, necesariamente, una metáfora plena de la infancia: la fragilidad del papalote abriéndose paso entre las nubes, a merced de los caprichos del aire, desafiando la infinitud del espacio, refleja perfectamente al niño que sediento de experiencia va al encuentro del destino que lo aguarda entre los pliegues del tiempo. Y como los papalotes, también la infancia se va a Bolina. De una u otra manera, siempre se va. Los primeros otoños de mi vida tienen sus cielos cubiertos de papalotes varios.


En mi infancia, allá lejos y hace tiempo, no teníamos un Narciso el Mocho que vendiera barriletes/volantines/papalotes. Los hacíamos nosotros, entre amigos del barrio o de la escuela. No era difícil, bastaba comprar papel de seda, conseguir un poco de caña o maderitas finas y livianas. Y listo. El resto del material requerido se hallaba fácil entre los cajones de la vieja y ruidosa máquina de coser, marca Singer, que mamá cuidaba como un gran tesoro. Hablo de tijeras, hilo (que nosotros llamamos “piola” o “piolín”, dependiendo del grosor), cosas así. Cualquiera que haya hecho alguna vez un papalote/barrilete/volantín sabe de lo que hablo. Había una suerte de tácito calendario de eventos entonces; si bien el tiempo, eso que llamamos el tiempo, realmente no existía. No había Internet.


No había tele por cable. Menos todavía, juegos electrónicos. Para copiarte un cassette, por ejplo, tenías que poner una grabadora frente a otra, hacer callar a todo el mundo en tu casa (sobre todo, asegurarte de que el perro no se largara a ladrar en medio de la grabación, ya que eso te obligaba a empezar todo de cero) y encerrarte en la sala o en tu cuarto, habiendo dejado previamente un cartel en la puerta rogando no interrumpiesen bajo ninguna circunstancia. Ese calendario tácito del que hablo, imponía por sí solo, según la época del año, determinados juegos. Había una época de jugar con trompo, otra de jugar con bolitas/canicas, otra de ir al río, y otra, cuando llegaba tiempo de vientos y lluvias, de jugar con papalotes. Esta era, de lejos, la época favorita de todos. Si bien, ahora que caigo en cuenta, era más un rito de chicos, exclusivo de los varones.


Las niñas no jugaban con papalotes/barriletes. Curioso. No era difícil hacerlos, como dije. Cualquiera hacía el suyo sin mayor problema. Incluso yo, que desde siempre soy la inutilidad manual con patas, podía hacer los míos. Lo único jodido era el así llamado “topo” del barrilete: vale decir, el triángulo ubicado en el preciso cruce entre el arco y la flechita transversal, que habría de sostener la frágil estructura de papel, del cual saldría el hilo con el que uno remontaría el papalote y controlaría sus progresos una vez éste ganaba altura y se daba a danzar entre las nubes. Toda la suerte del papalote se jugaba en la perfección del “topo”. Si no lo calculabas bien, tu cometa tendería a trepar por las nubes “cabeceando” para un lado, o peor aun, tendería a irse en picada, trazando una suerte de tirabuzón descendente, apenas luego de haber cobrado gallináceas, irrisorias alturas.


Si el “topo” te quedaba muy abajo, por ejplo, tu papalote no podría nunca trepar por las escaleras sutiles del aire, simplemente se clavaría en tierra de punta, como una flecha obesa y coloridamente torpe. Nuestros papalotes, obviamente, no se iban a Bolina, como los de Silvio. Quedaban atrapados entre cables de luz, en techos vecinos, entre copas de árboles o, cuando se habían encumbrado tanto que casi no los veías ya y justo se te acababa la piola (el hilo) y los perdías, simplemente se iban quién sabe adónde. Era una gran calamidad. Todavía recuerdo muy bien la desazón, la tristeza infinita, irreparable que te daba perder así tu cometa/volantín: era un destino indigno, injusto, cualquier cosa menos eso.


Aquello era un poco como esos files que borramos de la computadora y los vemos atravesar de un costado a otro de la pantalla, rumbo al basurero; files que una vez llegan a la canasta de basura ubicada en el extremo inferior izquierdo de la pantalla son completamente deleteados para siempre y de los cuáles no sabemos dónde es que van a parar. ¿Habrá por ahí, en algún confín de Ciberlandia, un basurero donde se apilan todos esos archivos deleteados? ¿Habrá un servicio de basureros virtuales que pasan recogiendo files de las canastas de basura de todas las computadoras cuando todos dormimos? Me gustaría saberlo. Mi hermano mayor era campeón olímpico del arte del papalote. Un talento nato. Un prodigio inexplicable, ya que nadie le enseñó. Los volantines que él hacía eran verdaderas obras de arte. Sus “topos”, perfectos de toda perfección, garantizados para que el barrilete se remontara erguido, soberbio, siempre más y más ávido de altura.


A veces, cuando yo volvía de la escuela, encontraba -a la puerta de casa- colas de hasta doce chicos esperando a mi hermano, para que él, con su mano santa, les hiciera los tales “topos” a sus cometas. “Ingeniero”, le decían por nada más. Es más, si no le decías “ingeniero”, olvídate de que él te iba a hacer el favor aquél. En fin. Y no sólo se la jugaba con los “topos” mi hermano, también hacía unas colas delirantes, de quién sabe cuántos colores, cuántas formas. Experimentaba todo el tiempo, mientras nosotros, conservadores, repetíamos una y otra vez el único, básico modelo que estábamos seguros no nos iba a fallar: el cuadradito de tamaño variable, con breves colitas en los lados y gran cola de cadenas de papel colgada del vértice inferior (era importante que esta última cola fuese larga, que hiciera mucho peso, ya que de esa manera “centraba” la trayectoria del papalote, le impedía “cabecear”). Mi hermano mayor, en cambio, te hacía papalotes con forma de gusano, de velocirraptor, de nave espacial, de lo que quisieras.


Y claro, como era tan bueno, al final ya no los hacía para jugar o distraerse, como nosotros. Los vendía. Y vaya que cobraba bien el muy cretino. Siendo un “juego de estación”, lo de los papalotes era todo un mundo, con sus códigos y sus leyes no escritas. Tenías que ser iniciado en ese submundo, no entrabas así nomás. No. Es que en el cerrado orbe de los volantines/cometas se hablaba un lenguaje único, que tenías que manejar sí o sí. Todo ello era parte del rito de pasaje. Saber qué significaba que el barrilete te “pida” o “tire piola”, por ejplo, eran claves esenciales para manejarte exitosamente en ese mundo. Cuando Silvio recuerda su papalote y nos dice que “se va a Bolina” demuestra que él también era versado en el código, si bien nosotros en Sudamérica, obviamente, no usábamos esa expresión particular.


Había muchas cosas para hacer con los papalotes. Muchas formas de jugar con ellos. A mí, la que más me gustaba era “mandar telegramas”: esto consistía en lo siguiente: una vez el cometa/volantín estaba bien bien alto, del lado donde lo sostenías hacías pasar la piola (el hilo) por un pedazo de papel y, por alguna razón física que nunca entenderé, mientras el volantín “te pedía más piola” para seguir subiendo, ese pedazo de papel, el telegrama, también iba ganando altura, hasta que al final llegaba a juntarse con el barrilete, allá arriba, en su inalcanzable reino de nubes. Mandarle telegramas al papalote que agrandado e intocable “cabeceaba” allá arriba era lo más. No se puede explicar eso.


Por todo esto, y tantas otras cosas que callo y que me callan, lo habrán adivinado ya, me gusta demasiado “El papalote“. Y esta última versión, grabada en el disco Erase que se era, me parece la más linda de todas. Esta versión es, a su modo, un papalote de sonido puro, un “pájaro perfecto”, que me lleva por nubes de recuerdo a esos días cuando yo era un enano --como si la flauta de Niurka le diera alas a ese papalote de olvidos, para que pueda empinarse de nuevo por cielos más intensos, siempre más y más alto, entre nubarrones grisáceos de memoria que presagian vientos cruzados y chubascos aislados. Como es una canción en la que Silvio regresa a su infancia, “El papalote” está marcada, obviamente, por un fuerte tinte nostálgico.


La canción cuenta dos historias, si bien hacia el final se cierra en sí misma en torno a la muerte solitaria del viejo Narciso. Con todo, queda claro que el protagonista de la canción es tanto Narciso el Mocho como Silvio cuando era niño. La primera estrofa, por ejplo, está contada con mirada infantil (ese repetido “¿será?”, tan típico de un niño) y quiere transmitir esa frescura, esa inocencia. Pero esta canción de Silvio no es la única en visitar el paraíso perdido de la infancia a lomos de un barrilete/volantín. Hay otra que a mí también me gusta mucho, desde siempre y desde antes. Se llama “Cometa de la Farola” y la escribió y la canta Jaime Roos. No sé si hay muchos amigos acá en el foro que conocen esta canción, pero tendrían que conocerla. Es una gran canción.


La letra de “Cometa de la Farola” dice: “Dále que sopla torcido No se te vaya a caer Que cose y que pinta y qué linda que está Que tira y que tira y qué lindo que va Polleras de trapo marcando el compás Cañas ligeras que saben volar Dale más piola que llega hasta el sol Cometa de la Farola Niña del Parque Rodó Que cose y que pinta y qué linda que está Que tira y que tira y qué lindo que va Creció retobada en el viento del sur Violeta pintada en algún cielo azul Dale más piola que llega hasta el sol Sí, sí... Tira y que tira y trepa y con la cometa Se fue mi amor Ay que tira y que tira y sube Y hacia las nubes me voy Ay que tira y que tira y trepa y con la violeta Se fue mi amor Ay que tira y que tira y sube Y hacia las nubes me voy...” Como ven, Jaime Roos aprovecha la nominación rioplantese de “cometa” para ligar la imagen del papalote o volantín o barrilete (la cometa) no tanto a su infancia en general, sino, más precisamente, al momento en que la infancia concluye: Roos vincula el recuerdo de las cometas infantiles con el primer amor.


La cometa en Roos es –también- esa niña del Parque Rodó. Así, siendo “cometa” un sustantivo de género femenino, él relaciona las colas del cometa a las faldas (“polleras”) de esa muchacha, a las trenzas de su pelo, etc [truco similar al que despliega Serrat cuando dice “Tu nombre me lleva atado en un pliegue de tu talle y en biés de tu enagua”]. “Qué linda que está”, “Qué linda que va”, dice el Jaime al dar piola a la memoria, celebrando a la vez a esa niña del Parque Rodó y a la cometa que se va hacia el sol.


Por supuesto, ambas canciones tienen lo suyo, y no se puede incurrir en la torpeza de decir si una es mejor que la otra. Lo que me llama la atención es la diferencia de tono sentimental, la forma que esas evocaciones personales eligen para manifiestarse en el producto artístico. En buena medida, las músicas que sostienen ambas canciones marcan esos tonos: “El papalote” es una canción triste, nostálgica, que recuerda con dolor un período de vida que se ha ido para siempre.


Y la presencia de Narciso el Mocho, los rasgos de su biografía etc, hacen gravitar “El papalote” hacia el lado del lamento, de la elegía: el papalote que Silvio empina en esta canción es su infancia, claro, y también es la vida de ese viejo borrachín, cuyo paso por la tierra sólo habrá de cobrar sentido con la muerte. Por la acción de ese peso, el papalote que empina Silvio tiene que irse, necesariamente, a Bolina y el estribillo nos narra cómo “cae, cae, cae, cae, cae, cae” (se repite seis veces, para que reproduzcamos en la imaginación esa lenta y fatal caída) porque “una cuchilla lo picó”.


Que ese papalote que recuerda la infancia representa también la vida de Narciso se evidencia en que Narciso es “mocho”, es decir, mutilado: Silvio no lo dice, pero imagino que le falta un brazo o una mano y que Narciso perdió ese miembro en un accidente. “El papalote cae, cae, cae” porque “una cuchilla lo picó”, o sea, porque una cuchilla corta el hilo que sostiene al papalote en el aire e impide que se vaya a Bolina. Narciso resulta mutilado en un accidente y a partir de allí se deja caer, más y más, hasta que acaba siendo un borrachín, un tipo “para la gracia” de los niños (que son crueles en grado mayor). La canción de Roos, por otro lado, es celebratoria, es festiva, hasta ingenua en su evocación. Y por eso es que la cometa multicolor de Jaime sube y sube y sube, tira y tira pidiendo más piola, para llegar hasta el sol.


Es más, en la segunda línea de la canción Roos advierte de tener cuidado del viento “torcido”, no vaya a ser que la cometa se caiga. Esta cometa sólo puede subir y subir y subir. No se va a caer ya nunca más. [Narciso es negro, es viejo; la cometa de Jaime es colorida, “violeta pintada en algún cielo azul”: los colores que predominan en ambas canciones hacen eco con el tono de la canción respectiva: la una, nostálgica, fúnebre; la otra, alegre, celebratoria; el papalote cae, cae y cae, la cometa sube y sube y sube]. Esa cometa que pide más piola es la memoria del cantautor pidiendo más imágenes de ese tiempo feliz, que también se ha ido, pero que no ha “caído”, como en Silvio.


Como la cometa de Jaime Roos “creció retobada en el viento del sur”, ella marcha decidida, moviendo sus polleras al compás, a una cita más allá del sol. En fin... Cuántas cosas pueden caber en las alas de un papalote, de una cometa. Pd1.- aquí pongo un link para quienes quieran bajarse “Cometa de la Farola”.

http://rapidshare.de/files/34680579/13__Cometa_De_La_Farola.mp3.html PD2.- descubro ahora un detalle que creo nadie ha advertido. La versión de “El papalote” en Erase que se era, trae una diferencia respecto a la versión recogida en el disco Antología. Mínima, apenas perceptible, pero diferencia al fin y al cabo. “Se va a Bolina, la imaginación, buena cuchilla la picó”, canta Silvio ahora. “La picó” y no, como antes, “lo picó”. En las versiones precedentes, lo que se iba a Bolina era el papalote, en esta última, es la imaginación.


Chiara En el concierto que dió en el año 1977 en Cataluña( España) Silvito hace la siguiente explicación acerca del Papalote : "Cuando yo era niño, yo nací en un pueblo de la provincia de la Habana, cuando yo era niño en mi pueblo había un hombre, un viejo, que queriamos mucho todos los muchachos del barrio, le decían "Narciso el mocho", por que le faltaba un pedazo de dedo y se ganaba la vida picando piedras y esas piedritas pequeñas él las vendía como gravilla para construcciones, o sino, recogía estiercol de caballo por las calles y los montes y vendía los sacos de estiercol como abono, en sus ratos libres hacía guantes de pelota, tira piedras y Papalotes.


Papalotes es lo que se le llama cometa...En fin lo que quería decirles es que este hombre es una de esas típicas personas que en las sociedad clasistas no han tenido oportunidad, no de estudiar, sino que, nisiquiera de trabajar, está reducido por su ignorancia a la que ha estado condenado desde niño, a las formas mas viles y mas miserables de trabajo y de supervivencia.


Todas estas frustraciones este señor las bolcaba en un gran amor hacia los niños, y hacia papalotes para los muchachos organizaba pitenes de beisbol y nos enseñaba a jugar la pelota...Por allí había un bar, un bodegón que se llamaba 'El sol de Cuba', esto sucedía en san antonio...en un barrio llamado La Loma y otra cosa que les quiero aclarar para que puedan entender bien la canción es que nosotros decimos cuando hay una pelea de Papalotes, osea de cometas,ustedes saben que se les ponen cuchillas en las colas, y cuando una cuchilla de un papalote corta a otro, este se va así girándose entonces se dice "SE VA A BOLINAR", entonces escucharan en la cancion se va a bolinar constantemente para que entiendan la canción" Esta sacado textualmente de las propias palabras de Silvi oen ese concierto =) ojalá les haya escuchado, yo escuché su explicación y luego elt ema y comprend´aún más =) besooss


beto juarez
Leí el post de Chiara y más tarde, a propósito de no sé qué, algo me hizo volver a pensar en esa introducción que Silvio hace a El Papalote en 1977. Yo recordaba, mal o bien, la explicación que él dio el año pasado en Sevilla, pero algo en dicho post afectaba mi recuerdo de esa otra, más reciente explicación (la pueden oír por youtube). Comparando ambas introducciones, reparé en algunas diferencias que despertaron mi curiosidad. Básicamente, que el énfasis que Silvio da a determinados aspectos de la canción varía notablemente entre una explicación y la otra.


Y de ese modo, por supuesto, varía también nuestro entendimiento de la canción. O mejor aún: nuestra respuesta activa, y afectiva, emocional, a la canción, a El Papalote. Para decirlo de modo apurado, de acuerdo a la introducción de 2006, el núcleo reflexivo de El Papalote sería la evocación nostálgica de la niñez (y Silvio incurre en un lapsus cuando menciona el barrio de La Loma, dice “Yo vivo”. Estamos en 2006, Silvio hace como 50 años que no vive allí. Por ello, se percata rápido del impasse y corrige: “Es el barrio donde yo viví cuando era niño” Ese lapsus, por supuesto, añade peso considerable a la carga nostalgiosa que un Silvio casi sesentón quiere imprimir, en esa oportunidad, a su canción). En la explicación de 1977, por el contrario, Silvio da mayor énfasis a la cuestión de la desigualdad de clases, un recuerdo de su infancia, anterior al triunfo de la revolución.


Dice Silvio: “Este hombre es una de esas típicas personas que en las sociedades clasistas no han tenido oportunidad, no de estudiar, sino que ni siquiera de trabajar… Está reducido por su ignorancia, a la que ha estado condenado desde niño, a las formas más viles y más miserables de trabajo y de supervivencia. Todas estas frustraciones este señor las volcaba en un gran amor hacia los niños”. Con esta explicación, 29 años anterior a la que comenté unas líneas más arriba (la del 2006), nuestra expectativa es inteligentemente orientada a un asunto abiertamente político: nada de nostalgia allí.


Silvio tiene poco más de 30 años entonces, está en una época de ardores combativos y ese ánimo, esa fuerza, contagia todo su repertorio, además que orienta su quehacer trovador, como tiene que ser. Por supuesto, en ambas explicaciones Silvio nos ilustra con generosos detalles respecto a ciertos términos y nombres propios que él usa en su canción: ése sería el texto manifiesto de su explicación; pero el más importante, el subtexto, el texto latente debajo de esas explicaciones, está agazapado, y por eso opera sobre nuestra atención de manera más poderosa. A tal punto que cambia no sólo la naturaleza de El Papalote, sino el sentido mismo de la canción.


No en balde han pasado casi 30 años entre una interpretación y la otra. Se me ocurre, a partir de esos destellos, que podríamos escarbar un poco en esta práctica marginal de Silvio: sus comentarios en vivo a sus propias canciones. Me permitiré, en lo que sigue, algunas consideraciones sobre esta particularidad del arte de nuestro querido Silvio. Espero no aburrirlos mucho. Un artista lanza una obra al mundo. Algo quiere comunicarnos, algo quiere lograr con ésta: ya sea emocionar, shockear, distraer, entretener, concientizarnos sobre x o z asunto. Algo busca. Sea consciente de ello o no. Una obra de arte porta un “mensaje” (digámoslo así). El artista, pintor, músico, cineasta, escritor, quiere llegar a nosotros, darnos algo, hacernos ver algo que antes no estaba allí.


Y a menudo no le bastará sólo con la obra-en-sí, por sí misma. El creador se sentirá compelido a intervenir en la recepción de esta obra en el público. Esa intervención se hará ya sea desde la presentación de la misma (formato), a través de entrevistas, en cierto juego de publicidades, etc. Un músico serio, y Silvio tal vez sea el más serio en nuestra lengua, tiene muchas maneras de ejercer esta suerte de derecho a intervenir en la recepción, en la percepción final de su trabajo.


No lo puede dejar así nomás, al aire, librado al azar de los malentendidos. En un concierto en vivo, por ejemplo, puede hacer que una canción suene más agresiva recurriendo al uso de guitarras eléctricas, o hacer que la misma canción adquiera dimensiones intimistas al despojarla de todo adorno superfluo y cantarla con el mínimo apoyo instrumental. En un disco, puede imprimir a éste un concepto sólido ya desde el arte de tapa (el retrato que se elige, los colores, la tipografía), y ya en el librito que consigna las letras puede añadirse dedicatorias, comentarios y una variada serie de cosas. No tengo mayores instrumentos de análisis de esos otros elementos que menciono, pero me parece que Silvio privilegia los momentos de comunicación directa con su público, sin mediación de periodistas ni nada, para instrumentar sus intervenciones.


Silvio prefiere hablarnos, comentarnos a manera d confidencia algunos detalles enigmáticos de sus canciones e incluso alguna vez, no demasiado infrecuentemente, ha dicho abiertamente, sin ambages, que tal canción habla de x asunto específico. Vale decir, que tal canción significa tal cosa y nada más que tal cosa. Pero también pasa que en el caso de Silvio, como sabemos muy bien acá en el foro, se observa una fuerte tendencia, a lo largo de todos estos años, a distraer la perdiz, a invitar a la pluralidad de opiniones e interpretaciones, a no dejar que se establezca un sentido único sobre sus canciones. O sobre algunas de ellas.


Para decirlo en criollo: al ser preguntado sobre qué quiere decir una particular canción suya, Silvio siempre se hará el distraído y nos contestará elusivamente. Así, por ejemplo, lo hemos escuchado decir, sin que se le mueva una ceja, que Sueño Con Serpientes habla de una indigestión y del subsecuente sueño intranquilo que tal ingesta le provocó. Es típico de Silvio, de ahí que un ingenioso y certero silviófilo haya calificado estas respuestas suyas como “casiopeínas”. Curiosamente, paralelo a este juego perverso de prestidigitador de significados en que se complace el Aprendiz, no es extraño que cuando da conciertos Silvio se tome la molestia de “explicar” algunas canciones. Esto también lo ha venido haciendo desde siempre. Y me parece que en los últimos años lo hace con más frecuencia (gracias al cielo).


Ambas actitudes son opuestas y complementarias, la una hace posible la otra. Y, en buena medida, de esa inteligente estrategia de zapa de las expectativas de su audiencia es que se nutre la vigencia artística y creativa de Silvio Rodríguez. No digo que eso sea lo que le permite a Silvio seguir sacando discos o componiendo nuevas canciones, sino, incluso mejor, que ese jueguito perverso de “guerrilla semiológica” hace posible que sus canciones, todas ellas, mantengan una frescura, una lozanía casi sobrenatural.


Piensen en cualquiera de las canciones de la radio, en cómo éstas agotan su (escaso) misterio en una semana y luego ya no los podemos oír ni aunque nos paguen, y compárenlas con la doriangrayesca juventud eterna de, digamos, Días y Flores. Me gusta llamar “intervenciones” a estos textos que Silvio memoriza antes de decirlos al público (la prueba de que son memorizados está en los shows de España del 2006: si se escucha lo que él dice en Sevilla o en Rioja o en Madrid, no quedan dudas). Vale decir, no son textos improvisados al calor del momento: son intervenciones estratégicamente pensadas. Tanto que uno puede imaginar revisiones, tachones, etc en esos textos, en el proceso previo al salir de gira.


Shows tan exquisitos como los del 2006, revelan el celo profesional de Silvio, y nos dejan conjeturar que esa seriedad, ese celo, esa responsabilidad, se trasmite a todos los aspectos de sus actuaciones. Tanto a los aspectos visibles, inmediatos, como a los invisibles, los que ocurren entre bambalinas. Ahora bien, ¿por qué interviene Silvio de esa manera en la recepción de sus canciones? Bueno, en primer lugar, ¿por qué no? Todos lo hacen. Pero hablamos de Silvio.


Es decir, hablamos de un músico que tiene una relación privilegiada con el lenguaje, de un artista que es tan músico como poeta. Y claro, esas intervenciones de que hablo son puro juego de lenguaje. Son un para-texto, un suplemento que hace bisagra con la canción en sí. Textos que, sin perder su exterioridad, quieren actuar desde el interior de la canción a que refieren: subvertir la naturaleza misma de las canciones y en haciendo aquello subvertir de cabo a rabo nuestra muy burguesa e inercial y pasiva actitud de reaccionar siempre de la misma manera ante un hecho artístico que es el mismo y no lo es, al mismo tiempo.


Recordemos que Silvio siempre afirma que él no busca dar recetas ni consejos facilistas, que él prefiere estimular nuestra imaginación. Ya que eso es lo que él, a su vez, recibe, o busca, en los artistas que admira. Esa apertura a la imaginación, al preguntar, es lo que Silvio experimenta ante Chagall, ante Bach, ante Tarkovski.


Silvio, no tengo la menor duda, mueve sus fichas en estos textos de intervención como un Capablanca que en vez de trebejos se diera a trovas. Interviene con el propósito de multiplicar las potencias de sentido de la canción. Interviene para, al enfatizar tal o cual aspecto de una canción, reinventarla, mostrarla como si la acabara de hacer: es decir, alterarla: hacerla, etimológicamente, OTRA. Y si Silvio nos dice que, pongamos por caso, El Matador está inspirada en el mito griego del Minotauro, y nos da una charla con lujo de detalles para ilustrar esa “explicación”, ¿cómo vamos a contradecirlo? Por mucho que para mi respuesta emocional ante una canción como Oleo de Mujer con Sombrero, para dar otro ejemplo, a mí no me importe en lo más mínimo saber en quién o qué se inspiró Silvio, ni qué es lo que él busca explorar para sí en esa canción, o si el sombrero del título alude a un sombrero real o si esto y lo otro, lo que el creador me diga, todo dato factual que me sea dado siempre actuará sobre su creación, la hará cambiar de lugar en mi imaginación.


Y mi respuesta emocional, la respuesta desde mi novela personal no se alterará en lo más mínimo. Mi respuesta racional, por otro lado, será, necesariamente, una de curiosidad y expectativa. En una de esas intervenciones, hemos escuchado a Silvio decir: “Uno a los héroes los idealiza un poco y cuando vive al lado de ellos se da cuenta de que son seres humanos. Yo creo que esto, con otras palabras por supuesto, es lo que narra esta canción”. (FRASE 1). Sin más contexto que el fragmento que he entrecomillado, podemos pensar que Silvio está explicando Canción del Elegido, Hombre o El Mayor.


No es el caso. En otra ocasión, poco antes de darse a cantar, ya sobre los primeros acordes de una de sus canciones, Silvio empieza hablar como quien hace una confidencia tímida y dice que esa canción “pretende ser una especie de declaración de principios, o más bien de cuestionamiento de cuál es el sentido de la canción… con qué está armada la canción y a quiénes sirve la canción”. (FRASE 2). Nuevamente, careciendo del contexto pertinente, guiándonos sólo por este dato, podemos pensar que Silvio se refería a Compañera, La Canción de la Trova o Defensa del Trovador. No es el caso tampoco. (Recuerden estas frases que he llamado FRASE 1 y FRASE 2, por favor).


Silvio lleva cerca de 35 años de vida profesional. Si bien no gusta de salir en gira muy seguido, cada vez que lo hace siente la demanda de ofrecer a su público interpretaciones de sus canciones más recientes como también de las más antiguas. Pero él no es hoy el mismo artista que era en 1968 cuando compuso El Pintor de las Mujeres Soles. Ni es tampoco la misma persona. Por ello, necesariamente, su relación con esas canciones “viejas” ha cambiado junto con él. El tiempo pasa, todo cambia, empezando por las palabras. En 1959, decir “Revolución Cubana” denotaba una suerte de metaesperanza, la esperanza que hacía posible toda esperanza. En 1959, uno decía “Revolución Cubana” y hablaba del futuro, lo acercaba un poco. Hoy, cuando uno dice “Revolución Cubana” no dice lo mismo que entonces. Y así con tantas otras cosas. Las canciones, por ejemplo: En 1989, Por Quien Merece Amor deletreaba, para mí, el nombre de cierta muchacha. Hoy, esa canción está más allá del bien y del mal, y de aquella chica no me acuerdo ni el nombre.


Y si esto me pasa a mí con una canción de Silvio, ¿qué cosas no le pasarán al maestro cuando recupera sus canciones antiguas? Ocurre también, como se dice de algunos artistas mayores de la música popular del siglo pasado, artistas con extensas carreras profesionales, que cuando éstos vuelven a su repertorio inicial a menudo sorprenden a sus audiencias con interpretaciones cargadas de una densidad, de una emotividad que las canciones no tenían décadas atrás, cuando fueron grandes éxitos. Es que pasa que a menudo los artistas jóvenes no saben qué es lo que están diciendo, es como que son médiums de una fuerza que los supera.


Recién cuando llegan a la madurez artística es que pueden descubrir el alcance real de esos logros iniciales. Es más, a menudo los artistas maduros, que no pueden ya componer como cuando eran principiantes, interpretan esas composiciones “primerizas” de un modo que aquel joven que fueron años atrás jamás podría haber soñado. Vamos, que Sinatra sólo pudo cantar, lo que se dice CANTAR, My Way después de haber cumplido 60 años. Mercedes Sosa grabó Gracias a la Vida a los 18 años. Con una voz incomparable. Pero era puro virtuosismo hueco. Hoy, cuando vuelve a cantarla, hoy que ella canta desde las ruinas de su voz juvenil, uno oye esa tromba entrañable y se estremece de pies a cabeza.


Es que le ha tomado una vida a “la negra” entender qué es lo que pasa cuando semejante canción se trepa a la piel del aire. Por todo eso, para mantener una relación fresca con su repertorio, para no volverse grabadoras ambulantes, los artistas serios establecen un continuo diálogo con sus obras. Y es por eso que una canción compuesta a los 17 años significa algo determinado cuando se tiene 17 años, y que a los 30 significa otra cosa, y que a los 50 significa algo distinto otra vez. Por eso, cuando Silvio tiene alrededor de 3O años, en 1977, quiere rescatar de El Papalote (composición que entonces ya tiene cerca de 10 año de antigüedad) lo que esta canción tiene de militante e intrínsecamente político e interviene sobre su interpretación de la canción sin medias tintas.


Por eso, también, cuando Silvio se acerca a la vejez, al fin del camino, es que se siente más cerca del origen, y entonces al rescatar El Papalote él va e interviene sobre la canción al explicarla antes de ponerse cantar, para “anular”, o poner en segundo plano, todo contenido político en la canción y de paso levantarla, con gesto de mago, con dos palabras abracadabrantes, como un monumento a su infancia, a sus juegos de niño, al barrio en que su pupila salió a descubrir el mundo. ¿Cuál de esos enfoques e El Papalote es el “correcto”? Cada silviófilo sabe la respuesta. Mencioné antes que recordaran esas frases descontextualizadas, que llamé FRASE 1 y FRASE 2. Estoy seguro que los silviófilos más dedicados las reconocieron y contextualizaron de inmediato. Y ellos saben cuál es el contexto matriz de cada una de esas frases.


La FRASE 1 es de 2006; la FRASE 2 es de 1983. Lo interesante, lo hermoso es que estas frases son “explicaciones”, intervenciones de Silvio sobre una y la misma canción. Emboscándose entre datos concretos de la explicación de donde la extracté, la FRASE 1 enfoca la canción hacia afuera, la presenta como una paradoja de las relaciones con nuestros semejantes, como una meditación sobre nuestras pasiones, las cosas que admiramos, etc.


Mientras que la FRASE 2, siguiendo una estrategia similar, toma esa misma canción y la vuelve un arte poética, la dirige hacia adentro, la formatea como un monólogo de Silvio con sí mismo, proponiendo una suerte de “óleo del artista comprometido en el confesionario”. Es como si, figurativamente, al ejecutar esa intervención Silvio anulara al público y se encerrara entre las invisibles paredes de su intimidad creadora. Basta de misterio barato. Aquí los dejo con las “explicaciones” enteras.


Pongo primero la de 1983 por obvias razones patrióticas. La canción que Silvio explica es, ya lo han adivinado, Playa Girón. Bolivia, minas de Siglo Veinte, 1983 "Esta canción que voy a cantarles se las quiero explicar un poco a los compañeros mineros que están aquí. En general (a) las personas que no conocen mis canciones, porque es obvio que hay parte del público que las conoce. Yo… hace algunos años estuve en un barco de pesca, de la Flota Cubana de Pesca, durante algunos meses…. navegando por la costa occidental africana, en un barco llamado Playa Girón.


Esta canción está dedicada a los hombres de ese barco. Pero además de eso pretende ser una especie de declaración de principios, o más bien de cuestionamiento de cuál es el sentido de la canción; para qué sirve la canción; con qué está armada la canción y a quiénes sirve la canción". España, Sevilla, 2006 "Hace unos años, yo hice un viaje por las costas de Africa, con (… ¿está Adriana ahí? ….. Gracias, me siento honrado)… Esto… Hice un viaje con los pescadores cubanos por las costas de Africa, y esto es una canción que recoge mi asombro…. Siempre… Uno a los héroes los idealiza un poco y cuando vive al lado de ellos se da cuenta de que son seres humanos... Yo creo que esto, eso, con otras palabras por supuesto, es lo que narra esta canción".