miércoles, octubre 30, 2024

"Donde habitan el corazón",recordando a Vicente Feliu.

 https://t.me/TV_EntreManos

"Amigos en Madrid, quedan todos invitados a este concierto especial en memoria de un maestro ✨ Los esperamos! 🥰


'Donde habita el corazón', recordando a Vicente Feliú ❤️
🗓 Lunes 11 de noviembre  🕖 19hs
📌 CC Lope de Vega (C. de Concejo de Teverga, 1 - Pte. Vallecas)
🎟 Entrada libre!

Participan: 🎶 Miryam Quiñones (Perú), Orlis Pineda (Cuba), Salvador Amor (Argentina), El Zuri (Bolivia), Juan Antonio Ordóñez (España), Fernando G. Lucini (España) + Invitados virtuales!"

Homenaje a Vicente Feliu en Chile.

Jose Cid Sanchez

 EN EL DIA DEL NATALICIO DEL GRAN VICENTE FELIÚ, PRIMER DÍA MUNDIAL DE LA CANCIÓN DE AUTOR


Este 11 de noviembre del 2024 , por primera vez y en diversos rincones de todo el mundo, organizaciones e instituciones culturales, se suman a la convocatoria de celebrar anualmente el Día Mundial de la Canción de Autor, en el día del natalicio del gran trovador Vicente Feliú, en homenaje a su legado creativo y de unidad de trovadores y trovadoras más allá de toda frontera. 

Nadie como él supo entender y transmitir que el espíritu que debe mover la Canción de Autor es la solidaridad entre los pueblos. Tuvo la capacidad de conectar a cantores y cantoras de todo el mundo, y de esa forma posibilitar flujos de creación entre artistas de muy diversos países.

Es por esto que entendemos que su figura representa, sin ambages aquello que queremos celebrar en el Día Mundial de la Canción de Autor: la unidad a través del canto.


En Chile estaremos en especial concierto  el mismo lunes 11 de noviembre, a las 19 hrs en el Aula Magna de la Universidad Cardenal Silva Henríquez (General Jofré 462 Santiago) de noviembre.

A cargo del Colectivo Cultural LiberArte; de la mano del Archivo Nacional de Música y la UCSH; con la presencia de un grupo de cantores y cantoras que compartieron con Vicente en distintos momentos de su vida, llevando sus canciones y también canciones de este trovador mayor.


En esta ocasión  haremos también entrega al Archivo Nacional de Música, de material de todos ellxs, con el objetivo de promover en esta fecha la puesta en valor de la canción de autor como patrimonio inmaterial de las comunidades, un trabajo creativo que se desarrolla en general de manera independiente, por lo que está prácticamente ausente de los espacios oficiales de memoria. 


Les esperamos !! 


📅 Fecha: Lunes 11 de noviembre 2024

📍 Lugar: Aula Magna Universidad Cardenal Silva Henríquez, Santiago

⏰ Horario: 19:00 hrs 

🎟️. Entrada Liberada

lunes, octubre 21, 2024

Todas las formas de amor son antiguas como la humanidad.

 Silvio Rodríguez lanzó su nuevo disco, “Quería saber”, y dialogó con Casa Tomada sobre la actualidad política en América, los desafíos del socialismo, las nuevas tecnologías, el amor, la juventud y el lenguaje dinámico


Quería saber


y abrí los ojos bien temprano


cuando se tocan con las manos los luceros


Quería saber


si iba a llegar a mi destino


y no llevé para el camino ni sombrero


Quería saber


y le di un beso a mi comarca


y me subí a una vieja barca de viajero”


Siempre es lindo escuchar su palabra sabia. El timbre de su voz narrando aquellas reflexiones y experiencias de vida, con un grito de lo que duele y el deseo de lo que debería venir. “Quería saber” es el nuevo disco de Silvio Rodríguez, que consiguió con un proceso de grabación con músicos que lo acompañan desde hace más de 20 años. “Hemos compartido muchas cosas buenas, somos compañeros de trabajo”, nos cuenta el músico cubano en diálogo con Casa Tomada sobre la experiencia de la nueva producción. 


Ya supera los 20 discos de estudio y vuelve a los parlantes de todos sus seguidores tras aquél trabajo que presentara durante la pandemia del Covid 19, “Para la espera”, motivo por el que nos acercamos por última vez para una entrevista. En ese momento, Silvio había asegurado que “siempre he oído decir que en los tiempos de crisis el arte se enriquece, puede que sea cierto, cabe pensar que en momentos de angustia o de reclusión obligada los creadores dediquen más tiempo a ordenar ideas”. Pues ese trovador cubano, del que todos nos sentimos amigos sin siquiera conocerlo o que todos queremos tener como tío sabio, para que nos dé respuestas a nuestros interrogantes, volvió a su trabajo creativo y nos trae este nuevo material. 


En su nuevo disco hay muchas canciones que, además de hacernos reflexionar, también plantean su grito de denuncia, ¿qué lugar tiene el arte como espacio para generar un debate? 


– Sinceramente, no lo sé. Tuve la suerte de vivir en un país donde las transnacionales de la música no funcionaban. Tampoco me tentó ese mundo y no fui a buscarlo (sin discriminar a quien le guste). Yo siempre he cantado lo que tengo en mente, no porque tenga una teoría sobre el papel del arte. El ser humano es quien conduce el oficio.


El disco es el resultado de un trabajo con músicos con los que toca hace 20 años


– Entre otros puntos que toca en el disco habla de aquellas cosas que nos traban como sociedad. Si bien todos los escenarios son cambiantes, hoy ¿qué valores deberíamos contemplar para superar esas trabas?


– No es solamente en la política: en cualquier circunstancia la inteligencia humana es capaz de aprender de lo que experimenta, de lo que hacemos, de lo que se consigue o no haciendo o dejando de hacer algo. Aprender y ser capaz de poner en práctica lo aprendido es vital para conseguir progreso.


– En este sentido, ¿qué cambios considera que se debe plantear el socialismo para actualizarse?


– Creo que hay dos experiencias socialistas que pueden tomarse de referencia, porque han encontrado no sólo la forma de sobrevivir sino también la de desarrollarse, esas son la de China y la Vietnam.


– Cuba ha vivido grandes cambios en los últimos 5 años, ¿cómo observa la respuesta de la ciudadanía cubana a ese escenario?


– Me parece que todavía gran parte de Cuba espera cambios que no se han realizado y que algunos economistas comprometidos vienen proponiendo desde hace años.


– Siempre su voz es consultada como referente de la cultura americana, ¿cuál es su mirada respecto de la actualidad del continente y el avance de la derecha en muchos países?


– Aunque la Unión Soviética estaba lejos de ser perfecta, el hecho de que hubiera un gran bloque con otra propuesta de vida era importante. La destrucción de esa utopía y todo lo que se ha dicho y pretendido demostrar desde entonces ha incidido en el auge de la derecha. También creo que la pandemia de hace dos años auspició un retroceso económico que las derechas aprovecharon contra el progresismo. 

En noviembre del '22 falleció Milanés: "Un tremendo golpe", dijo Silvio


Quería saber


cómo se dice firmamento


en el idioma de los vientos y los fuegos


Quería saber


la dimensión indescriptible


que transfigura lo imposible en verdadero


Quería saber


si tras la línea que está lejos, donde se despierta el sol


sería grumete, marinero, timonel o pescador”


“Estamos lejos de tener los recursos que ha tenido el primer mundo para superar lo que fue la pandemia, aunque fuimos capaces de hacer una vacuna que muchos reconocen que funcionó”, reflexiona Silvio sobre la experiencia con el Covid 19, y agrega: “Hay que recordar que soy de un país pobre, bloqueado económicamente desde hace más de seis décadas y, para colmo, puesto arbitrariamente en una lista de países que patrocinan el terrorismo”. 


¿Qué guarda de su experiencia con los bellos conciertos en los barrios más humildes cubanos? 


– Sobre todo su utilidad, y por ello las ganas de continuarlos. Pero la pandemia nos detuvo y todo lo que vino después nos impidió seguir.


Hay tantas cosas que uno querría preguntarle a Silvio, y sin dudas se formulan con el temor de estar malgastando la posibilidad. Porque todo sobre lo que reflexiona nos deja pensando, y lo aseguramos perdiendo todo tipo de objetividad periodística. No importa si uno coincide o no políticamente con su militancia, no se puede dejar de sentir que hay enseñanzas en sus palabras. Como la mirada que tiene sobre el nuevo mundo, las nuevas formas del amor y el legado de los más jóvenes.

-¿Cómo se lleva con estas nuevas tecnologías? 


– Desde mi oficina se encargan de manejar la cuenta oficial de Facebook y la de Instagram la lleva mi hija Malva desde diciembre de 2022. Hace tiempo cerré mi cuenta personal de Facebook. También dejé de monitorear un blog que llevo desde hace unos 14 años. Ahora solo publico artículos y noticias que encuentro interesantes. Para lo que más uso la Internet es para leer la prensa de varios puntos del planeta.


En el diálogo con Rodríguez surge el tema del uso y el abuso de las Inteligencias Artificiales, y el músico cubano consideró que “son bastante mejores que el de la idiotez natural”. En esta línea se le mencionó que el escritor argentino Martín Kohan habla de la “estupidez natural del hombre”, y aseguró: “Juro que no lo había escuchado, bravo por Kohan”, señaló el trovador.


Hace poco tiempo falleció Pablo Milanés, quien fuera un gran compañero artístico suyo, ¿qué dolor generó su pérdida? 


– Fue un tremendo golpe para los que lo conocimos, y también enorme para la cultura cubana.


Cómo gran escritor que es, imagino que lee mucho, ¿qué le gusta leer en este momento de su vida? 


– He leído algo, aunque tengo la impresión de que no lo suficiente. Recuerdo que Alfredo Guevara se quejaba de un estudio que decía que los más grandes lectores difícilmente superaban los 5 o 6 mil títulos. Hoy por hoy me gusta revisitar obras que me aportaron, en cualquier género. Sin quitar que, de vez en cuando, también aparece algo interesante.


¿Y escuchar? ¿Encuentra placer escuchando los nuevos géneros musicales?


– Me pasa idéntico que con la lectura, aunque a veces haya su sorpresita.


El amor también es tema que nos hace pensar constantemente desde el arte, ¿se deben contemplar nuevas formas de amor en un mundo de constantes cambios? 


– A mí me parece que todas las formas de amor son tan antiguas como la humanidad. Lo que algunas puede que no fueran tan publicitadas como ahora. Por otra parte, es muy lamentable que cosas que debieran cambiar se mantengan tan vivas, como las guerras.


Otra cosa que cambia siempre es el lenguaje, ¿cómo se lleva el Silvio poeta con las nuevas formas de lenguaje y las ideas de lenguaje inclusivo? 


– A veces me resultan raros algunos recursos, digamos que gramaticales, por supuesto que por falta de costumbre. A mí me parece que estamos en un momento de efervescencia de ciertas ideas. Supongo que el tiempo irá decantando lo pasajero e irá quedando lo válido, desde todo punto de vista.


"Quería saber", en nuevo disco del artista cubano


Me pregunto quiénes contarán


lo que fue, lo que fuimos.


Me pregunto qué luces usarán


para ver los caminos.


Qué memoria tendrá 


nuestro después,


qué abandonos sabrá 


nuestro después,


y cuán fuerte 


será nuestro después


en su suerte”.


Durante años ha sido desde su música motivador para distintas generaciones, ¿cómo ve a los jóvenes de hoy? 


– Como han sido las juventudes de todas las eras: el resultado de una acumulación histórica que unos abrazan y otros no.


Se les critica mucho a los jóvenes su falta de compromiso, ¿los ve así? 


– Creo que nos comprometemos con lo que hacemos nuestro, con lo que nos conmueve y admiramos.


En “Nuestro después” se pregunta por la memoria que se tendrá y lo que contarán de lo que fue, ¿ha podido acercar alguna respuesta? 


– Hay temas tan complejos que sólo animan a la interrogación.

Crisis eléctrica en Cuba:la cara oculta


 

Un día como hoy,hace 80 años


 

Una foto, cuatro trovadores y una mesa de dominó


Silvio Rodríguez le aporta contexto a una instantánea que los muestra a él, Pablo Milanés, Vicente Feliú y Noel Nicola en torno a una partida del pasatiempo cubano por excelencia.

por  Kaloian Santos octubre 15, 2024

Noel Nicola (delante, de perfil), Vicente Feliú, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, junto a otros presentes, en torno a una mesa de dominó en Luanda, Angola, 1976

Desde hace días varios perfiles de Facebook en mi barrio digital han compartido una fotografía que me ha hecho detenerme y recorrerla en detalle. Aunque desde hace un tiempo me siento saturado por las redes sociales, de vez en cuando estos hallazgos compensan con creces la vorágine.

La instantánea en cuestión, que primero circuló en una versión en blanco y negro y luego a color, muestra —nada menos— a Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Vicente Feliú y Noel Nicola en torno a una mesa, inmersos en un juego de dominó. 

Es una foto horizontal, tomada en un plano levemente en picado, con Pablo en el centro, flanqueado, a su izquierda, por Silvio, y a su derecha, por Vicente, a cuyo costado aparece Noel Nicola, espectador de la partida. Todos llevan uniformes militares, lo que sugiere que la fotografía fue tomada a mediados de los 70, cuando los artistas se alistaron en las brigadas internacionalistas que combatieron por la independencia de las colonias africanas. Aunque hay varias imágenes conocidas de los trovadores en esa contienda, esta, en particular, la ignoraba.

Me embargó la curiosidad por conocer los detalles de la escena, así que acudí a Silvio, uno de los protagonistas de la mesa, quien amablemente compartió información sobre la instantánea en un ida y vuelta por correo electrónico.

“Eso fue en el segundo viaje a Angola de Vicente y mío, al que se sumaron Noel y Pablo. Estamos en los bajos del hotel Presidente, residencia oficial de todos los cubanos que pasábamos por allí, siempre a medio construir. Debe haber sido en los primeros días de diciembre de 1976, porque llegamos a Angola el 29 de noviembre, día en que yo alcanzaba a Noel en sus 30. Pablo tenía 33 y el Tinto* 29”, detalla Silvio en su mensaje.

Al comprobar la edad que tenían, tan corta, sobrecoge pensar que esos que aparecen en la foto, sentados jugando al dominó, ya tenían detrás canciones que formarían parte de la identidad de toda una nación, y más allá. Estas letras y melodías dejarían una profunda huella en la vida, los amores, los desamores y las luchas de generaciones.

Ese año Pablo había publicado el disco Pablo Milanés, que incluía, entre otras, las icónicas “La vida no vale nada”, “Para vivir” y “El tiempo, el implacable, el que pasó”. Un año antes, Silvio había lanzado Días y flores, su primer disco, que contenía temas célebres como “Sueño con serpientes” y “Pequeña serenata diurna”. Ya había escrito “Ojalá”, “La era está pariendo un corazón”, “Fusil contra fusil”… Vicente Feliú tenía en su repertorio, entre otras, la estremecedora “Detrás del mar queda el soldado”, y su himno “Créeme” comenzaba a resonar. Noel Nicola había compuesto “Comienzo el día” y “Para una imaginaria María del Carmen”, así como “Es más, te perdono”.  

En la fotografía, todos se muestran concentrados en la partida, con las miradas dirigidas a las fichas dispuestas sobre la mesa. Aunque la foto al parecer ha sido digitalizada de una copia en papel deteriorada por el paso del tiempo y no se alcanza a distinguir el diseño de las fichas, están jugando con el doble nueve por las piezas descartables amontonadas en una esquina de la mesa, entre Pablo y Silvio. Y por el gesto corporal de cada uno de los jugadores en ese instante, tal parece que es el autor de “Yolanda” a quien le toca poner ficha. 

“Se jugaba mucho dominó, tanto entre civiles como militares. Algunos acababan de llegar de Cuba, como nosotros; otros marchaban a Cuba o a misiones en cualquier punto de aquel enorme territorio. Probablemente estábamos recién desayunando y esperábamos a alguien o a algún transporte que nos condujera a una actividad, una reunión o incluso al aeropuerto. Recuerdo que esos días en Luanda hicimos varias actividades, especialmente una muy emotiva en el hospital, destinada a heridos, enfermos y personal de la salud. A lo mejor la foto es de aquel día”, recuerda Silvio.

La escena denota un fragmento efímero de calma en medio de la turbulencia y urgencia de una guerra. “La verdad es que no recuerdo mucho la mesa de dominó de la foto. En Angola había dominó en todas las unidades de cubanos y creo que se usaba mucho para relajar, para drenar tensiones”, confirma Silvio.

En la imagen destacan algunos detalles, como su brazo derecho enyesado. “…el quinto metacarpiano, una fractura clásica de quien se faja con la pared. Sigo con ese meñique jorobado”, revela el trovador.

Otra curiosidad de la fotografía es la figura de un niño, muy sutil, superpuesta sobre parte del cuerpo de Pablo y la mesa. Hasta el momento se desconoce el autor de la foto, quien podría aclarar algunas incógnitas como esta; pero es probable que el efecto se deba a una doble exposición por error del fotograma. 

En fotografía, la doble exposición ocurre cuando un mismo fotograma de una película se expone más de una vez. Era un error común en la fotografía analógica, en especial cuando, al haber usado un rollo y dejarlo sin revelar, se volvía a utilizar tomándolo por virgen. También es posible que la foto haya sido tomada a través de un vidrio, capturando el reflejo de manera accidental.

Otra incógnita es la identidad de la cuarta persona que juega (y del resto de los presentes), que aparece de espaldas y hace pareja con Pablo. Algunos comentarios en Facebook especulan que podría tratarse del trovador cienfueguero Lázaro García. El autor de “Si de tanto soñarte” también estuvo en Angola en 1976 junto a otros fundadores de la nueva trova. Sin embargo, Silvio apunta que, por el lugar y el momento en que se tomó la foto, debe tratarse de otra persona, puesto que Lázaro estaba en el sur y, por la fecha, quizá camino a Cuba. 

Lázaro, por cierto, musicalizó “Ahora mujer que estás lejos”, un poema del cineasta Jorge Fuentes, escrito por entonces en tierras angolanas cuando filmaba con su cámara, entre el silbido de las balas y el estruendo de los cañones, la contraofensiva que detuvo la invasión sudafricana en 1976. 


El propio Silvio escribió canciones sobre su experiencia en Angola, las más conocidas son “Testamento”, “Canción para mi soldado”, “Pioneros” y “Angola es una”. Pablo musicalizó “Havemos de voltar”, un poema de Agostinho Neto, el primer presidente de Angola y presidente del Movimiento Popular de Liberación de Angola. El tema quedó incluido como cierre de su disco No me pidas, de 1978.

La imagen de reciente circulación se suma como testimonio de aquellas brigadas artísticas cubanas que llegaron a remotas regiones de África. Músicos, actores, actrices y cineastas que con su arte llevaron un mensaje de esperanza y resistencia a las tropas cubanas y a las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (Fapla) en su lucha contra el colonialismo y el apartheid.  

En uno de sus mensajes, Silvio evoca otras memorias relacionadas con el pasatiempo más popular entre los cubanos: “En casa de Vicente, cuando vivía en Alamar, se jugaba a menudo. Yo llegaba y allí estaba él con su familia y pasábamos un buen rato. A quien le gustaba mucho el dominó era a mi mamá y a su esposo, el Rolo. Nunca jugaban de pareja, eran los rivales perfectos; a los que los rodeábamos nos tocaba ser parte de aquella rivalidad de tonos clásicos, solo comparable con la de Batman y el Joker”. 

Miro la foto una y otra vez y es como si hablara. Me estremece la camaradería tan fuerte alrededor de una mesa de dominó. Hace poco volví a ver el documental Que levante la mano la guitarra,dirigido por Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, Wichy. En esa película de 1983, siete años después de que se tomara la foto, Silvio hace una poderosa declaración de principios y hermandad, a propósito de su relación con Pablo Milanés, que bien podría aplicarse a los protagonistas de esta imagen histórica, ser un texto al dorso de la instantánea. Dice así: 

…hay una cosa que yo creo que es cardinal (…) y es que hicimos trinchera juntos, la cavamos juntos, y luego la defendimos juntos. Y eso es algo importante para los hombres: combatir en una misma trinchera.

*Así era conocido Vicente Feliú (1947-2021) entre sus amigos y otros allegados.



Hubo un pais(1970).


 

Silvio Rodríguez, un unicornio azul entre la gente

 

carlos portolés


Tiene 77 años y no se retira. Seguramente porque no puede. Su vocación es cantar verdades eternas. Algunas duelen y otras consuelan

20 sep 2024 . Actualizado a las 21:41 h.


Compañeros poetas, dice Silvio. Teniendo en cuenta los últimos sucesos en la poesía quisiera preguntar —me urge— qué tipo de adjetivos se deben usar para hacer el poema de un barco con hombres de poca niñez.


Así comienza su Playa Girón. Con la confirmación burlona de su independencia completa. Silvio Rodríguez no se parece a nadie y, aun así, Silvio Rodríguez interpela con una facilidad que asombra. Es lo que tiene saber cantar las cosas elementales. Las que no se esquivan. Las que esperan agazapadas en los recodos del sendero.


Silvio colecciona vivisecciones. No hay otra explicación. Solo alguien que quiere traer llantos al mundo puede escribir Ojalá, lo más mutilador que se ha hecho jamás Silvio Rodríguez en la actualidad.  voz y una guitarra. Ya en los acordes primeros, una punzada de advertencia se infiltra por el oído y trepa lentamente hasta lo más remoto del pensamiento. Pero es que entonces empieza a cantar cosas. Cosas para irse derecho a la cama. Un dolor tan puro, tan cristalino, tan absoluto, que pide la muerte por lo menos. Por lo menos. La muerte como el menor consuelo posible. Y en esa evocación momentánea del sufrimiento completo, el del pensamiento y el corazón acompasados en la sombra, rememoramos también nosotros, como Silvio, nuestras propias batallas perdidas. Nuestros ojalás y nuestros por lo menos.


No es original cantarle a la vida y a la muerte y las flores y al desamor. Claro que no. Él hace un ejercicio sencillísimo que, sin embargo, es también inaccesible. Aparece con su voz suave y, desnudando las palabras, va depositando sobre una bandeja, una por una, las realidades aguijonadas y las rosadas. Las enfurecedoras y las de esperanza. Las pasadas ya y las que vendrán aún. Silvio no es un inventor, sino uno que pinta. Que hace salir, con sus retratos de apariencia apocada pero fondo infinito, todo aquello que está escondido.


Silvio Rodríguez en la actualidad. Kaloian Santos

Es difícil, en serio que lo es, que no haya, al menos, una canción de Silvio que hable de ti. No de ti en un sentido figurado y colectivo e indefinido. No, no. Que hable de ti. Concreta y exactamente de ti. Que se acople a la silueta de tus recuerdos y de tu pensamiento y de tu cuerpo. Algunos dirán que eso es porque su música es como el horóscopo. Que a fuerza de navegar en las generalidades acaba creando una falsa sensación de adivinamiento. Bueno, puede ser. Puede ser, claro. Unos creen en el horóscopo y otros creemos en Silvio Rodríguez. ¿O acaso no necesitamos todos consuelo?

Hay algo de ingenuo en sus trabajos, si es que procede usar un término tan laboral para referirse a su obra. Parece en ocasiones un niño descubriendo el fuego. Primero, el asombro por su fulgor. Luego, la observación calmada —calmada pero aún pasmada— por su figura salvaje y cambiante. Luego el daño al intentar atraparlo con las manos. Finalmente, la aceptación de su lumbre y de su calor. Y es esa candidez tan evidente, tan accesible, lo que hace de él una novedad en todas las épocas. 77 años y los paisajes que colorea siguen siendo universales. No prescriben. Caminando por las calles, infiltradas entre el gentío y los ruidos, sigue habiendo mujeres con sombrero que se han perdido. Como perdidos permanecen también los unicornios azules que dejan rastro de flores mudas. Y días en los que no puede uno, porque su cuerpo tembloroso no le deja, sumarse a la plaza. ¿Cómo sumarse a la plaza cuando algo te falta hace tantos días?


Y qué cosa fuera del mundo sin todo eso. Si no se creyera, aunque sea un poco, en la locura y en el delirio. Un amasijo de carne con madera, seguramente. O quizás un eternizador de luces del ocaso. También a veces se sorprende uno a sí mismo en una renuncia impensable. Se asombra y reflexiona. Vaya, si yo con diez años de menos habría blasfemado. Con diez años de menos no habría esperado.

Y ahí continúa Silvio como un Pepito —Grillo, no de ternera—. Agarrado a los cogotes y a las orejas. Con unos poquitos acordes y unas poquitas palabras. Con un murmullo constante que narra las mañanas frías y los soles que llegarán. Claro que llegarán. Llegarán. No pueden no llegar. En el universo mitológico de sentimientos desgarrados, el que se inventó Silvio un día, hay un espacio reservado para lo que aún es imposible distinguir del todo. Para los pájaros que vendrán mañana piándole a la luz que vence y renace.

La música, un estilo de vida

 En "Más allá de un piano" quiero contarles lo que significa para mí ser músico, desde las anécdotas más cotidianas hasta las más especiales.

Malva Rodríguez. Foto: Daniel Mordzinski.


por  Malva Rodríguez González


 octubre 2, 2024


Malva, esta pianista de 21 años en eterna formación, pretende levantar la mirada del teclado y pensar “en voz alta” sobre el mundo artístico y musical que la rodea. ¡Bienvenidos a este espacio de reflexiones y delirios musicales!


En Más allá de un piano quiero contarles lo que significa para mí ser músico, desde las anécdotas más cotidianas hasta las más especiales. Intentaré llevar a palabras conciertos, eventos escolares y alguna que otra reflexión aleatoria, con la esperanza de poner mi granito de arena en darle visibilidad a este hermoso universo artístico y cultural cubano que cada día luchamos por preservar y enriquecer.


Ya que terminó el verano y regresó la rutina, comenzaré con un tema tan cotidiano para algunos como peculiar para otros: ¿Cómo pasamos las vacaciones los músicos?


La respuesta es “un poco como todo el mundo”, por supuesto. No estamos ajenos a divertirnos, despertarnos un poco más tarde de lo que acostumbramos y pasar tiempo con nuestros seres queridos. Sin embargo, hay un detalle que a menudo sorprende (sobre todo a padres de niños que acaban de entrar a un conservatorio y se están adentrando en ese estilo de vida que es tocar un instrumento): el estudio constante. Sí, en las vacaciones se estudia y, para los músicos, hay varios tipos de vacaciones (aclaro que es mi experiencia, mi percepción, que para mis propios compañeros puede resultar tan cercana como lejana: cada músico, así como cada persona, es diferente). 


Están las vacaciones normales. Recesar y estudiar probablemente la misma cantidad de horas que durante la escuela; pero, por supuesto, es mucho más fácil porque hay más tiempo libre y el trabajo se siente menos.


Luego están las vacaciones que lo son solo por el hecho de no ir a la escuela, dado que, ya sea por tener un evento extraescolar (conciertos, cursos de verano, concursos, ensayos), por tener que aprovechar más el tiempo libre y poder cumplir después planes que no te permitirán estudiar o simplemente porque eres una persona en extremo  disciplinada… te pasas el día estudiando. Y cuando digo “el día” me refiero a las legendarias 8 horas. Este es un mérito tan alto, que quienes lo alcanzan merecen el respeto de todos. Tener la capacidad de estudiar 8 horas en una jornada o, peor aún, mantener tal  ritmo de estudio así por días es una hazaña que requiere tanto de resistencia como de planificación y disciplina. No sé si lo recomiendo; con los años he aprendido que no es tan importante el tiempo de estudio como la forma en que se aproveche. 


Aun así, sigue siendo práctica común entre los músicos convertir las horas de estudio en medallas, y llevarlas con orgullo para que todo el mundo vea cómo nos esforzamos y cuánto compromiso tenemos con nuestro instrumento.


Por último, están las vacaciones que el resto de los mortales conoce, en las que no se estudia. Para un músico activo constan, si acaso, de “una semana, repartida en los dos meses de receso. Un día por aquí, dos por acá.” Son muy necesarias; por mucho que amemos lo que hacemos, tomar distancia y refrescar contribuye al eterno proceso de búsqueda y aprendizaje.


Imagino que algunos se pregunten por qué estudiar en vacaciones. ¿No se supone que el punto de tener vacaciones es todo lo contrario?


A lo mejor piensan que tiene que ver con la vocación del artista, que no podemos estar ni un día despegados de nuestro instrumento; que el mismo estudio para nosotros es un receso y un deleite que no se compara con ninguna  otra actividad…


Pues no. La respuesta es cien por ciento práctica, instrumental (nunca mejor dicho) y nada romántica. Mediante el estudio creamos una serie de reflejos automatizados necesarios para el dominio del repertorio y, para que una acción se convierta en reflejo, requiere repetición y tiempo (horas de estudio). Estudiar un instrumento es como hacer ejercicio. Si paras mucho tiempo, comienzas a perder músculos, te oxidas, e incluso comienzas a perder progreso o, lo que es lo mismo, retrocedes. Por supuesto, hay instrumentos para los cuales esto es más terrible. Por ejemplo, a los instrumentistas de viento se les deteriora el sonido a los días de no tocar. Pero yo, que soy pianista, les cuento que nosotros, aunque no tengamos ese problema, tenemos otros.


Antes de salir de vacaciones la gran mayoría ya tiene su nuevo repertorio; piezas que nos deben salir fluidas e (idealmente) de memoria para el curso siguiente. Para eso hay que estudiar. No queda otra. 


Los instrumentistas en desarrollo no podemos permitirnos estar una gran cantidad de días sin tocar nuestro instrumento. Estaríamos perdiendo un tiempo valioso en el cual construir y consolidar habilidades para toda la vida; habilidades que nos facilitarán el proceso de aprendizaje.


Así que quien conozca a algún músico o tenga un amigo que está aprendiendo a tocar un instrumento seriamente, sepa que existe la posibilidad de que esta persona conciba su día en tiempo de estudio. Si dice: “Hoy no tengo que hacer nada” en realidad quiere decir: “Hoy puedo distribuir mis horas de estudio como me plazca” y, cuando lo invitan a esas salidas que empiezan a las 5 de la tarde y acaban por la noche, si quiere tener un buen día de estudio debe levantarse a las 9, para empezar a tocar a las 9:30 o 10 de la mañana. Hacer una primera tanda de dos o tres horas, parar para almorzar y luego estudiar una o dos horas más (sobre todo si es pianista) para poder disfrutar sin culpa de ese tiempo con amigos.


Esta lógica, quizá extraña para algunos, es la vida de un músico clásico, de academia, de esos que tocan Bach y Beethoven, Chopin y Liszt y, de vez en cuando, se fajan con algún compositor contemporáneo. Esa hermosa cotidianidad es la que nos permite después pararnos sobre un escenario y dar lo mejor de nosotros haciendo lo que más nos gusta: música; y es lo que hace de esta profesión, más que un trabajo o afición, un estilo de vida.



Concierto “Dominicana canta a Pablo” rendirá homenaje a Pablo Milanés


Maridalia Hernández, Pavel Núñez, Frank Ceara, Adalgisa Pantaleón y José Antonio Rodríguez conforman el elenco artístico

Momento. Pablo Milanés y José Antonio Rodríguez cantaron juntos la canción titulada “Amor de otoño”.

Listín Diario Santo Domingo, RD


16/09/2024 12:44 | Actualizado a 16/09/2024 12:44


“Dominicana Canta a Pablo”, homenaje musical al fenecido cantautor cubano Pablo Milanés, tendrá lugar el 28 de noviembre en el teatro La Fiesta del Hotel Jaragua, con la dirección musical de Miguel Núñez.


Los cantantes dominicanos Maridalia Hernández, Pavel Núñez, Frank Ceara, Adalgisa Pantaleón y José Antonio Rodríguez conforman el elenco artístico.


“Para este concierto nos acompañará el director musical (Miguel Núñez) que acompañó a Pablo Milanés en su gran trayectoria musical y con la participación en vivo de la orquesta completa de todos los músicos que tocaban con Milanés”, puntualizó el empresario artístico Billy Hasbún, productor de Vibra Produtions.


De igual manera, destacó que “Dominicana Canta a Pablo” será un tributo para recordar los grandes éxitos de Pablo Milanés en las voces de los artistas


“Este concierto será un homenaje al inolvidable Pablo Milanés donde grandes artistas nacionales rememorarán sus canciones en un espectáculo lleno de romance, nostalgia y recuerdos”, destacó Hasbún.


Resaltó que será una noche memorable para celebrar el legado y trayectoria de uno de los cantautores más importantes de los últimos tiempos y autor de “Yolanda”, “Yo no te pido”, “El breve espacio en que no estás”, entre otros clásicos. 


“Su melodiosa voz y sus letras, cargadas de sensibilidad y de poesía, marcaron a toda una generación”, añadió.


Una de sus canciones de protesta más célebres fue "Yo pisaré las calles nuevamente", letras de denuncia al golpe de Estado de Chile de 1973. 


Considerado uno de los artistas más importantes de América Latina, llevó a cabo numerosas giras y proyectos en todo el mundo a lo largo de su trayectoria.


Ganador de dos Grammy Latinos y una estatuilla a la Excelencia Musical, conjugó géneros y sonoridades que oscilaron entre la tradición y la modernidad en tanto su discografía abarcó el filin, el jazz, la rumba, el son o el bolero, desplegados en medio centenar de álbumes. 


El legendario cantautor cubano Pablo Milanés falleció a los 79 años en Madrid, España.

El legado de Pablo Milanes

 Su colección de su discografía, compuesta con 50 títulos numerados y ordenados cronológicamente, atesora, en 53 discos de audios y 5 DVDs y más de 600 canciones y 7 Hrs de videos.