viernes, diciembre 29, 2006

Canción de Navidad

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación
y yo que se del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece al fin al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe quees brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas,la luna,porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan solo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva mas para amarla.


Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escucho
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le canto

A Bob Dylan lo vengo a oír en el 69

A Bob Dylan lo vengo a oír en el '69 aproximadamente eran los inicios del bloqueo contra Cuba impuesto por Estados Unidos y era el momento más crudo. Muchos países que no se atrevían a negociar con nosotros entonces, hoy en día han visto que la Revolución está consolidada y tienen relaciones diplomáticas o comercio con Cuba. Pero en aquel momento, sólo la Unión Soviética, los países socialistas y algunos amigos, como los mexicanos, no rompieron con nosotros. El caso es que a Dylan lo oigo por primera vez a fines del '68 o '69. Entonces pasaba por su etapa más oscura y yo no entendía casi nada. A mí me influyeron Los Beatles de manera más duradera. Los Beatles rompieron con la diferencia que había entre la música culta con música popular.



Yo siempre he sido un oyente apasionado de la llamada música culta: Beethoven, Tchaikovsky, Mozart, Brahms, Stravinsky... Empecé a ver cómo ellos rompían con toda una serie de cánones formales que hasta ese momento había tenido la canción. Y me identificaba porque yo también era dado a experimentar. Por ejemplo, he hecho canciones que son una obra de teatro, y canciones que eran todas habladas con un estribillo por el medio. Cuando empecé a cantar, alguien en la televisión me dijo: "Si no cantaras esas cosas tan raras, te hacías una estrella de la noche a la mañana". Hay mucha gente que se empeña en llamarme "el poeta que canta". Yo no creo que sea poeta, soy autor de canciones.

He tratado de escribir libros de poesía, pero me han salido mal. He experimentado para ver cuánto era lo que podía dar un hombre con una guitarra. La canción es un híbrido que produce un producto mulato: música y poesía. O sea, la canción es un producto mestizo de la cultura, como lo es el cine, porque es una mezcla de manifestaciones artísticas.Hubo un momento en que la Nueva Trova cobró conciencia de lo que significaba para los jóvenes.

En ese momento, los más unidos, Pablo Milanés, Noel Nicola y yo, empezamos a hablar sobre el papel de la canción en una sociedad como la nuestra. ¿Qué papel debía jugar la música? La canción había sido relegada por el comercialismo a un pseudo arte de consumo. Pero la canción tenía elementos artísticos o podía tenerlos para ser vista y manejada como un gran arte, como la pintura, la poesía o la sinfonía.


Ese era el espíritu de nuestro trabajo, comprometidos como estábamos con el proceso revolucionario. Sentíamos que no podíamos eludir esas luces que se habían prendido en nuestros cerebros. Había gente, incluso dirigentes, que no creían en nosotros porque la crítica nunca se había escuchado a través de la canción. Nosotros empezamos a criticar sin pedirle permiso a nadie y hubo gente que mal interpretó nuestras intenciones y trataron de silenciarnos. Pero también hubo gente que interpretó bien nuestras canciones y que trataron a toda costa que se nos oyera.

miércoles, diciembre 27, 2006

¿Quien fue Roque Dalton?


El día 14 de mayo de 1935, nace en San Salvador, capital de la República de El Salvador, uno de los más brillantes poetas y ensayistas latinoamericanos : Roque Dalton García.

Comprometido con la lucha de su pueblo, vivió las penurias, alegrías y las contradicciones de una época que marcó igualmente su muerte, a manos de sus propios compañeros en la guerrilla, (*)el día 10 de mayo de 1975.

Hace unos días, mi hijo mayor, demandó explicaciones respecto a su nombre. El por qué de el, de donde provenía tal manera de llamar a alguien. Por qué se llamaba Roque y no Juan por ejemplo. No tuve que hacer mucha memoria para recordar a un poeta y su vida, que llenaron mis horas por largas jornadas y que influenció esta elección a la hora de dar un nombre significativo a este hijo que hoy interrogaba por su patronímico. Roque Dalton García es el nombre del ejemplo. Un hombre al cual podemos perfectamente, asimilar la paráfrasis de su propio homenaje a la muerte del Che. Roque Dalton es: 'la encarnación de los más puro y lo más hermoso que existe en el seno de esa actividad grandiosa que nos impone nuestra época: la lucha por la liberación de la humanidad; la profunda lección moral y política de su vida y de su muerte forma parte inapreciable del patrimonio revolucionario de todos lo pueblos del mundo, y cuya desaparición física es un hecho irreparable para el cual no debemos escatimar lágrimas de revolucionarios; la actitud fundamental a que nos obliga su actual inmortalidad histórica es hacernos verdaderamente dignos de su ejemplar sacrificio'

Un Hombre como Nosotros

'La poesía no se escribe con ideas, sino con palabras' declaraba, a fines del siglo XIX, el poeta francés Guillaume Mallarmé. Esta sentencia, errada en Latinoamérica, y supongo que en el resto del planeta, sobre para todo aquel que tenga como arma de combate la escritura contra las injusticias que se cometen, cae estrepitosamente ante la obra vital y literaria de poetas, narradores y todos aquellos hombres y mujeres que han hecho de la literatura el modo de expresar verdades, sentimientos, deseos, anhelos e igualmente fracasos. Uno de esos hombres: vital, vigoroso y tenaz fue Roque Dalton García, una de las figuras cimeras de la poesía Latinoamericana del siglo XX. Tan genial como desconocido, tan brillante como comprometido con las causas de justicia y libertad de su pueblo: El Salvador, país en el que nació el 14 de mayo de 1935. Hijo de un estadounidense afincado en esas tierras centroamericanas y una enfermera salvadoreña, estudió en un Colegio de jesuitas, que le entregó las armas de la disciplina y la constancia. A pesar de esa formación religiosa supo empaparse de la realidad trágica de su pueblo y abrevar su espíritu inquieto con letras de Neruda, Vallejos y los representantes de la escuela Surrealista. Los poetas franceses como Billón, Saint John Perse, Kafka, Salarrué y hasta Henry Miller allegaron agua a ese molino creativo, inquieto, pleno de un humor desbordante y de extremo rigor intelectual, como solía caracterizarlo el fallecido escritor argentino Julio Cortázar.

Roque Dalton se definía como uno de nosotros, sin más ni menos: 'Yo como tú amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas, el paisaje celeste de los días de enero. También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas. Creo que el mundo es bello, que la poesía es como el pan, de todos. Y que mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poseía de todos'. Poeta y revolucionario son dos conceptos que en Roque Dalton se conjugaron con perfecta armonía. Demostró, mediante su temática como escritor y en la vida práctica como intelectual comprometido con las causas justas de su pueblo y de Latinoamérica, que la verdad sí podía ser encerrada en palabras. Mediante la poseía, sostenía Dalton, era posible decirlo todo

'... Poesía, perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha sólo de palabras...'. '...agradecido te saludo poesía porque hoy al encontrarte (en la vida y en los libros) ya no eres sólo para el deslumbramiento, gran aderezo de la melancolía. Hoy también puedes mejorarme, ayudarme a servir, en esta larga y dura lucha del pueblo...' Para Roque Dalton el trabajo poético le permitía expresar su propia vida, de la que era testigo y coautor, su tiempo, los hombres, el medio que compartían con todas su interdependencias: 'Camino para tal intento, desde el hecho, aparentemente simple de ser salvadoreño, o sea, parte de un pueblo latinoamericano que busca su felicidad luchando contra el imperialismo y la oligarquía criolla y que, por razones históricas bien concretas tiene una tradición cultural sumamente pobre. Tan pobre, que solamente en una debilísima medida la ha podido incorporar a esa lucha que reclama todas las armas'.

Un Poeta Revolucionario

Todo tipo de temas ocupó su mente. Sus letras, opiniones y acciones son expresión de diversidad basada en la riqueza en el uso del lenguaje, y el compromiso político que lo embargaba. Su riqueza oral y escrita se demostraba verbo a verbo, en una poesía de rompimiento con los moldes y usanzas de la época. Sus poemas son verdaderos edificios elaborados con insólitas relaciones, entre elementos disímiles en una lucha dialéctica de unión y lucha de contrarios. Viajó, al igual que su referente político y modelo de hombre: El Che, por gran parte de Latinoamérica. Vivió en Santiago de Chile, donde estudió la carrera de leyes y en México, donde se empapó de periodismo y tertulias literarias. A pesar de militancias, luchas, y avatares políticos su visión de la poesía era firme: 'El poeta debe ser, fundamentalmente fiel con la poesía, con la belleza. Dentro del caudal de lo bello debe sumergir el contenido que su actitud ante la vida y los hombres le imponga como gran responsabilidad de convivencia, Y aquí no caben los subterfugios ni la inversión de los términos. El poeta es tal porque hace poesía, es decir, porque crea una obra bella. Mientras haga otra cosa será todo lo que quiera menos un poeta. Lo cual, por supuesto, no implica con respecto al poeta una privilegiada situación entre los hombres, sino tan sólo una exacta ubicación entre los mismos y una rigurosa limitación de sus actividades, que también sería eficaz en el caso de particularizar la calidad de los médicos, los carpinteros, los soldados o los criminales'.

'La ventana en el rostro' escrita en el año 1961 fue su primer libro, y en él están contenidos las características de lo que sería todo su trabajo futuro: Un lenguaje fulgurante y de ruptura, la voluntad conceptual y una estructura innovadora que empieza a abrirle paso en la gran camada de poetas, cuentistas, ensayista y novelistas que ha dado Latinoamérica en el siglo XX. Le siguió 'El Turno del Ofendido', donde comienza a perfilarse con mayor nitidez su poesía plena de ironía y crítica no sólo frente a otros poetas, sobre todo los adoradores del soneto, que para Dalton significaba, en ese momento 'una poesía conservadora, anacrónica y no sólo por el formalismo esencial que el sonetismo conlleva, sino porque los problemas de la vida actual no caben en vasos tan puros y estrechos' (Carta de Roque Dalton a los autores de la Revista 'De aquí en adelante'. En el Poema 'Canto a Nuestra Posición' dedicado a su amigo y compañero Otto René Castillo, expresa su crítica afilada a esos llamados de hacer florecer todo en el poema ya que el hombre parecía ser un pequeño dios: '...¿Cómo pudisteis cantar infamemente a las abstractas rosas y a la luna bruñida, cuando se caminaba paralelamente al litoral del hambre y se sentía el alma sepultada bajo un volcán de látigos y cárceles, de patrones borrachos y gangrenas y obscuros desperdicios de vida sin estrellas?...Ay poetas que os olvidasteis del hombre, que os olvidasteis de lo que duelen los calcetines rotos, que os olvidasteis del final de los meses de los inquilinos, que os olvidasteis del proletario que se quedó en una esquina con un bostezo eterno inacabado, lleno de balas y sin sangre, lleno de hormigas y definitivamente sin pan... ay poetas ¡como duelen vuestras estaturas inútiles!.'

Estudió e investigó con rigurosidad y con originalidad la historia de El Salvador a través de la publicación de un libro de testimonio fundamental, para el estudio de los acontecimientos relacionados con las luchas obreras y campesinas en El Salvador: 'Miguel Mármol: la insurrección en El Salvador: año 1932'' donde a través de la historia de este personaje real se da cuenta de la represión al levantamiento campesino y que ocasionó 20.000 muertos en apenas tres meses. Su quehacer literario lo colocó al servicio de su pueblo y cuando este reclamó su presencia en esa Inmensa estepa verde que son las montañas de Morazán, y ellas se convirtieron en su hogar no dudo un minuto en convertirlas en una nueva trinchera de palabras y balas. Morazán se convirtió en el último centro de su creación, no sólo de dardopalabras maravillosas lanzadas al centro de la injusticia, golpes de ideas, de agudezas sustantivas, verbales y adjetivas, bofetadas de realidad, sino también de plasmación de ese hombre nuevo, que años atrás, en montañas de la sierra boliviana se empezó a visualizar en forma de pájaro de fuego llamado Ernesto. Morazán sería su escalón más alto en la vida de un revolucionario, su vida plena pero también su muerte, tan brutal como absurda a manos de una fracción de la organización guerrillera en la cual militaba, en el trágico 14 de mayo del año 1975.

Este hombre, bajo en estatura pero gigante como poeta y rebelde en una conjugación práctica y , estaba convencido que una de las vías fundamentales, posibles de transformar al intelectual en intelectual revolucionario era la acción social. Una práctica que le daba temor, tan presente junto al miedo y la pérdida de la inocencia en cada uno de sus poemas: '27 años: Es una cosa seria tener veintisiete años, en realidad es una de las cosas más serias. En derredor se mueren los amigos de la infancia ahogada y empieza a dudar uno de su inmortalidad'. Esa praxis social debía hacerse en el seno de la lucha de los pueblos que llevan a cabo su combate por dejar sólo de sobrevivir y llegar a conocer lo que es vivir como un verdadero ser humano. Su paso por Cuba, donde dejó a sus dos hijos, para dedicarse a la lucha guerrillera le dio la formación necesaria, no sólo desde el punto de vista político sino que literario y de reconocimiento expresado en su Premio Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 1969, por su poemario 'Taberna y Otros Lugares'.

Este libro de poemas es la expresión de lo que fue Roque Dalton, un insurrecto permanente, un visionario, un hombre dotado de gran sutileza. En plena efervencia pre- Primavera de Praga en el año 1968, Roque Dalton solía visitar las viejas tabernas del centro de la capital de la ex Checoslovaquia, después de su trabajo en la Revista Internacional, que reunía la crema y nata de los ideólogos comunistas de ese entonces. En esas visitas llenas de espumosos brebajes, Roque, armado de una vieja máquina grabadora se deleitaba escuchando las conversaciones de estudiantes, obreros y soldados. De ese trabajo salió Taberna y Otros Lugares, pero también el convencimiento que el socialismo, en aquellos grises países de Europa del Este no eran el modelo natural de esa visión de mundo, que tarde o temprano reventaría por sus propias contradicciones, y que Latinoamérica no debía trasladar mecánicamente las experiencias políticas allende el Atlántico.

El Gran Habitante del Pequeño Pulgarcito

Uno de sus hijos, Juan José Dalton lo describe como un tipo genial, poseedor de sentido del humor inigualable, un hombre que sabía esconder las tristezas bajo una permanente sonrisa y con una decisión inquebrantable. Así, cuenta Juan José: 'En la Habana teníamos un vecino que se llamaba Fernando Martínez, era un experto en marxismo-leninismo. Como en su casa se había roto el refrigerador, mi papá le guardaba la carne y le pollo a cambio de clases de materialismo. Cuenta Fernando que en una de esas calurosas tardes de 1972, había salido a la verja de su casa. Bajando por la calle J, del Vedado (donde aún está nuestra casa en La Habana), venía rodando mi padre. El poste de la esquina lo detuvo. Fernando se le acercó. '¿Roque, que te pasa chico? Mira como vienes...' 'No voy a seguir bebiendo Fernando, porque si no, no voy a poder ser guerrillero', le contestó a modo de autocrítica. 'Efectivamente, nunca más lo volví a ver tomado... Fue la última vez. Nunca creí que esa la despedida', me contó aquel cubano'. Era la última vez pues su próximo paso era integrarse a las fuerzas guerrilleras que actuaban en El Salvador.

Roque era también un escritor del más íntimo lirismo, capaz de expresar los dolores que llegaban del testimonio práctico de las heridas de su pequeño pulgarcito, como una vez definió la poetisa chilena Gabriela Mistral a El Salvador. Sus letras venían del pueblo, de la herida vallejiana que carcomía la vida de ese Salvador suplicante de ser salvado. Nos legó la policromía de su estilo, la riqueza y vivacidad de su prosa refulgente y dinámica, la belleza de sus ideas y lenguaje. Nos dejó un arma defensiva a la cual recurrir, cuando los significados y significantes nos amenazan con evadir sus responsabilidades. Sus escritos no marcharon nunca al margen de la hoy tan vilipendiada lucha de clases pero, esa contradicción vital era transmitida en forma tan sugerente y pedagógica, tan finamente irónica y genial, que podía enseñar más con el corazón que con manuales, con su experiencia más que con citas de sesudos personajes. Roque, a su manera, mostró el escalón más alto del ser humano, para llegar a tener los derechos nunca alcanzados de su pueblo: 'El escritor y el artista latinoamericano promedio, lucha en distintos niveles contra el régimen que lo discrimina, lo humilla y lo persigue; y más, que el poeta y el escritor, es el subversivo, el perseguido, el preso, el torturado. Y comienza a ser el asesinado junto a miles de su pueblo, y el que combate con las armas en la mano, en consecuencia los nombres de Javier Heraud, Edgardo Tello, Otto René Castillo encabezan la lista.

'Su pequeña amada patria era un tema constante en sus letras. Mezclaba en ello la rabia y la ternura, el amor y el odio más profundo. Mientras su madurez biológica avanzaba inexorable, su florecimiento intelectual, nutrido en tierras latinoamericanas y europeas, desbordaba los cauces poéticos conocidos hasta la época. Su amor por ese pedazo de tierra de 20.000 kilómetros cuadrados, no tenía los límites señalados en mapas y acuerdos políticos, pero se había transformado, con el paso de los años y el exilio, en un dolor que laceraba todo su ser, y lo convencía que la redención de su Salvador, pasaba por liberarlo de todo aquello que roía su existencia. Roque estaba convencido, que la libertad de su diminuta tierra era parte de la construcción de múltiples patrias dispersas por la mestiza Latinoamérica. La edificación de un verdadero Nuevo Mundo, con hombres nuevos era considerada por Roque Dalton como un camino plagado de dificultades, una senda difícil, dura y terrible, que necesitaba de inéditos y más penetrantes dolores para lograr erradicar su enajenación: 'Necesitas bofetones, electro-Shocks, Psicoanálisis, para que despertés a tu verdadera personalidad... habrá que meterte a la cama, a pan de dinamita y agua, lavativas de cóctel molotov cada quince minutos, y luego nos iremos a la guerra de verdad, todos juntos, novia encarnizada, mamá que parás el pelo'

Ser Fuerte sin perder la Ternura

Roque fue también periodista, de aquel que desolla, que enseña y no hace de la lisonja el pan de cada día. Se alejó y burló del dogmatismo obnubilante, verdadero opio del deseo y práctica de cambios. Los esquemas incuestionables, hayan sido políticos o literarios no eran su alimento. No existía disyuntiva entre su creación artística y su actividad política, entre versos y reforma agraria, entre ensayos literarios y prácticas guerreras ¿Su máxima? La duda, siempre la duda en lugar del dogma que adormece. La crítica que construye en lugar del acatamiento incondicional. El aprendizaje de esto fue un proceso doloroso: 'Mi actitdu ante el contenido ideológico y la trascenedencia social de la obra poética está determinada fundamentalmente por dos hechos extremos: el de mi larga y profunda formación burguesa y el de la militancia revolucionaria que mantengo desde algunos años. La práctica en las filas del partido ha organizado mi preocupación e siempre por los problemas de la gente que me rodea, del pueblo, en último grado y ha ubicado con exactitud ante mi atención, las responsabilidades fundamentales a las cuales deberse, así como a la forma concreta de realizar esos deberes a lo largo de la vida. Pero los largos años en el Colegio Jesuita, el desarrollo de mi primera juventud en el seno de la chata burguesía salvadoreña, el apegamiento a formas de vida irresponsables, alejadas con santo horror del sacrificio o de los problemas esenciales de la época, han dejado en mí sus marcas, las cicatrices que aún ahora duelen'.

Estas palabras escritas en su Ensayo 'Poesía y Militancia en América Latina' son ese ejemplo de autocrítica que animaba a Roque Dalton y que resumen esa vida plagada de contradicciones pero siempre honesta. El destino con la revolución marcó su existencia, era un indiscutible compromiso de pareja. En un mundo como el que se nos presenta en este nuevo milenio requiere de nuevos honores, de nuevas formas de enfocar los cambios necesarios para los pueblos subdesarrollados, pero igualmente se necesita de un conciencia de revolucionarios, de poetas como Roque que si la muerte no lo tuviese en su seno, seguiría convocando a esta generación de móviles y globalización en la necesidad de ser revolucionarios hoy, en la época dura, la única que da posibilidades de ser sujeto de epopeyas: 'Ser revolucionario cuando la revolución ha eliminado a sus enemigos y se ha consolidado en todos los sentidos puede ser, sin lugar a dudas, más o menos glorioso y heroico. Pero serlo, cuando la calidad de revolucionario se suele premiar con la muerte es lo verdaderamente digno de la poesía. El poeta entonces la poesía de su generación y la entrega a la historia'. Roque Dalton García entregó su poesía a toda una generación de latinoamericanos que a 27 años de su asesinato, tan brutal como absurda a manos de un grupo de dogmáticos que jamás conocieron al verdadero Roque, camuflado bajo el nombre de Julio Delfus Marín en las montañas de Morazán. Quienes lo asesinaron jamás le perdonaron su humor, su desparpajo ante las más insólitas situaciones, su imaginación llena de optimismo por el mejoramiento humano.

El poeta Nicaragüense Julio Valle al saber sobre la muerte de su amigo dijo a su hijo Juan José 'Mirá hermano, quienes mataron a Roque no tenían humor' una ingeniosidad tan permanente y vital que hizo exclamar a Eduardo Galeano que Roque era capaz de hacer reír hasta las piedras. Capaz de sacar sonrisas, pero recordarnos sobre el sufrimiento de sus hermanos en el Poema de Amor: 'Los que ampliaron el Canal de Panamá (y fueron clasificados como 'silver roll' y no como 'gold roll') los que repararon la flota del pacífico en las bases de California, los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua, por ladrones, contrabandistas, por estafadores, por hambrientos... los sembradores de maíz en plena selva extranjera, los reyes de las páginas rojas, los que nunca sabe nadie de dónde son, los mejores artesanos del mundo, los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera, los que murieron de paludismo o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla en el infierno de la bananeras, los que lloraron borrachos por el himno nacional, los arrimados, los mendigos, los marihuaneros, los guanacos hijos de la gran puta... los eternos indocumentados, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, los primeros en sacar el cuchillo, los tristes más tristes del mundo, mis compatriotas, mis hermanos'

Roque Dalton murió, y ahora que El Salvador luego de muchos años de guerra civil empezó una nueva y enigmática caminata por inéditos derroteros, es imperativo recordar a aquellos, que regaron con su fresquísima sangre el camino que hoy transitan otros nuevos hombres. El murió, pero está encarnado en muchas vidas, (2)que encuentran en su ejemplo, la luz que guía y alecciona. Ha resucitado en este nuevo El Salvador, tal vez un poco mejor que aquel sangrante país que conoció sus pasos terrenos. Roque Dalton, hombre pequeñito de estatura pero gigante y feroz con la pluma y el fusil está riendo, y lo hace henchido de placer a pesar de las masacres y las lágrimas jamás recuperadas. Roque es el recuerdo de la sangre joven prodigada por salvadoreños e internacionalistas que lucharon por un Salvador más justo, que entregaron sus vidas por una causa que no importaba tener como norte la muerte si de verdad se moría entre pájaros y árboles, como decía el poeta Javier Heraud. Roque ha triunfado y pronto será: Parques infantiles, escuelas, hospitales, será nuevos poemas por venir, un continente reidor y feliz por tener en su vientre a millones de nuevos Roques por nacer.



* notas del blogmaster:Concretamente los miembros del Ejercito Revolucionario del Pueblo fueron quienes le asesinaron,para la cual utilizaron diversas calunmias.




(2) actualmente sus escritos han sido difundidos de manera legal y forman parte del contenido programático oficial de algunos niveles de educación media.




* Pablo Jofré Leal es periodista y escritor chileno.





Silvio y los Daltón

Libro:Silvio Memoria trovada de una revolución.Joseba Sanz


1968

Tambien la moda llegaba a la isla. Contra las tendencias conservadoras y antiextranjerizantes de algunos sectores de la dirigencia revolucionaria los jóvenes asimilaban la moda moda inglesa a pesar de las dificultades del país. Silvio no lo podía entender: "Apareció un excelente cine inglés y Albert Finney, el apogeo de los Beatles y fue la época de las minifaldas y la moda de llevar una medias tejidas. Como aquí no teníamos los materiales para hacer esas medias, las muchachas se las tejían como podían. Resultaban un poco grotesco, para mí era tremendamente triste.Yo no le echaba la culpa a la Revolución ni al país ni a nadie. Lo que veía en eso una expresión de lo ridículo. Nosotros teníamos cosas mejores que hacer, que mostrar y de las cuales enorgullecemos, que de cosillas como aquéllas. En Epistolario del Subdesarrollo hablaba de aquellas medias y de los muchachos que se abrían las costuras de los pantalones para que quedaran más anchos".

Alcanzaremos colores más brillantes
que los de "Eastman Colour".
Nuestros campañas serán más sonoras
que esas pobres campanas del subdesarrollo.

Silvio no estaba en contra de las influencias extranjeras,mucho menos en la música, pero veía fuera de lugar en la Cuba revolucionaria aquella locura de la moda al más puro estilo capitalista. Lo veía como un síntoma del subdesarrollo. En 1965 el libro de Edmundo Desnoes Memorias del Subdesarrollo(premio "Casa" 1965 de novela), que sería llevado al cine en 1968., habia reflejado certeramente el frenesí desarrollista de los primeros años de la Revolución y sus muchos errores derivados de no aceptar el tercermundismo y creer que Cuba podía ser una "Suiza del Caribe" sólo por el hecho de verse libre del yugo imperialista.Junto a esto, a otros niveles, se evidenciaba en algunas personas el deseso de vivir "a la europea", de espaldas a la realidad.

Silvio seguía reuniéndose con los poetas del Caimán Barbudo en la heladería Coppella: "Allí en las mesitas al aire libres, bajo los árboles y la luces ocasionales de los murales lumínicos del Habana Libre, saboreábamos interminables granizados de chocolate bizcochado e intercambiábamos poemas, relatos,canciones.Era una época de descubrimientos. El mayor de nosotros no tenía más de 23 años y éramos una suerte de colones, descubriendo mediterráneos y echándose el ojo y la garra a cuanto había en el mundo".Otros lugares de reunión habituales eran el monumento al Maine, la casa de Aida Santamaría, o la del poeta Luis Rogelio Nogueras, donde a veces estaban Antonio Conte, Raúl Rivero, Fina García Marruz o Víctor Casaus. A menudo Silvio, tocado por la inspiración, desaparecía durante media hora y componía una nueva canción que les mostraba a continuación.

En aquellas reuniones también solía estar Roque Dalton, poeta salvadoreños exiliado en Cuba, que trabajaba para la "Casa", y con el que haría una muy buena amistad.Roque era poeta, escritor y periodista. Anteriormente había estado en Cuba en el 61, de visita desde su exilio mexicano; y de nuevo en el 62, en que residiría durante más de un año desempeñando varias tareas: en Radio Habana Cuba, en la Unión de Escritores y Artistas Cubanas (UNEAC) y en la "Casa", antes de regresar a El Salvador. Volvería de nuevo a Cuba en el 65 y tras dos años en Praga retornaría a La Habana en el 67. Era hijo de un norteamericano y una salvadoreña, y había recibido su educación en las mejores escuelas católica de su país. Sus estudios universitarios los comenzó en Santiago de Chile, para volver a El Salvador e integrarse a los 22 años en el partido comunista.

Desde ese momento empezarían para él la lucha por liberar su "paisito" y también la cárcel y el exilio. Hablaban mucho de la realidad latinoamericana, del "Pulgarcito" de América y de sus compatriotas, "los vendelotod, los hacelotod, los comelotodo". Sentía mucho cariño por su pequeña patria que "se cruzaba en cinco horas". Silvio comenzaría a sensibilizarse con la situación de El Salvador a partir de su relación con Roque. Tenía un carácter muy alegre a pesar de sus prisiones, sus fugas y sus combates. Era ciertamente feo, debido entre otras cosas a una fractura en la nariz. Era "un jodedor irredento", no tenía sentido de la solemnidad, le daba risa. Según Eduardo Galeano, "hacía reir hasta a las piedras".Contaba con humor anécdotas de El Salvador: cómo le liberaron en una ocasión 24 horas antes de que se cumpliera la sentencia de muerte que desconocía y cómo había escapado, la ultima vez, al derrumbarse los muros de la prisión por un terremoto. Los amigos habaneros le acusaban de ser el inventor del Daltonismo y él se defendía diciendo que conocía el humor de todos los colores, especialmente el verde, y amenazaba con volar sobre la ciudad con un traje de Supermán que tenía en la terraza de su casa. En la cintura del mismo con pequeñas letras había puesto.

ESTE TRAJE PERTENECE A SUPERMÁN. SÓLO SUPERMÁN PUEDE VOLAR CON ÉL. CUALQUIER INTENTO POR OTRA PERSONA ES RESPONSABILIDAD DE QUIEN LO EMPRENDA.
THE SUPERMAN COMPANY INC.
En el baño de su casa tenía instalada una placa de cobre que había tomado "prestada" en Praga:
CONSULADO GENERAL DE EL SALVADOR
PRAGA
Roque le haría un pequeños poema a Silvio, que aparecería años más tardes en su Libro levemente odioso, y que dice así:

Cayó mortalmente herido de un machetazo en la guitarra
Pero aún tuvo tiempo de sacar su mejor canción de la funda
y disparar con ella contra su asesino
que pareció momentáneamente desconcertado
llevándose los índices a los oídos
y pidiendo a gritos
que apagaran la luz.

1981

El sol caía tras las montañas tiñendose de rojo los campos chatalecos. Se acercaba otra noche de posta y alerta. Antes, cenar un poco y escuchar la radio, compañera imprescindible del guerrillero.

Mi unicornio y yo
hicimos amistad,
un poco co.......
...........con verdad
Con su cu.........
pescaba una canción
saberla c..........
..........anción

Sin duda aquello era Radio Habana Cuba. El sonido llegaba con dificultad pero parecía la voz de Silvio. No podía entender bien la letra, y aunque la música no se le hacia conocida el timbre de la voz le sonaba familiar. Sólo podía ser él. De pronto escuchó la voz del locultor:
-...Unicornio, el ultimo éxito de Silvio...
-¡Coñóoo!-exclamo Juan José y se transporto mentalmente al Teatro de Bellas Artes de La Habana, donde había escuchado a Silvio por primera vez.
La música de Silvio había estado muy presente en su vida. Recordaba a su compañero Sebas, que moriría combatiendo, cantando Oleo de mujer con sombrero, las veladas junto a su hermano Roquito y otros compañeros en que cantaba su música, y la solenme presencia de la Canción del Elegido en los entierros de compañeros caídos y los mítines políticos. Trataba de escuchar la canción entre las continuas interferencias del aparato, y cuando atrapaba una frase entera tenía la sensación de que Silvio estaba presente en aquella noche de Chalatenango, bajo las estrellas, con un fusil, luchando por liberar aquella tierra. Al fin las interferencias cesaron y pudo escuchar la canción con mayor claridad.

Mi unicornio azul ayer se me perdió,
pastando lo dejé y desapareció.
Cualquier información bien la voy a pagar.
Las flores que dejó
no me han querido hablar.

Mi unicornio azul
ayer se me perdió,
no sé si se me fue,
no sé si se extravió,
y yo no tengo más
que un unicornio azul.
Si alguien sabe de él,
le ruego información,
cien mil o un millón
yo pagaré.
Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

Mi unicornio y yo
hicimos amistad,
un poco con amor,
un poco con verdad.
Con su cuerno de añil
pescaba una canción,
saberla compartir
era su vocación-

Mi unicornio azul
ayer se me perdió,
y puede parecer,
acaso, una obsesión,
pero no tengo más
que un unicornio azul
y aunque tuviera dos
yo sólo quiero aquél.
Cualquier información
la pagaré.

Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

Poco después Juan José sería hecho prisionero y recluido en la Penintenciaría Central de Mariona, donde pasaría largos meses sin ninguna certeza de sobrevivir. Por las noches, cuandos les encerraban en las celdas, siempre se escuchaba a algunos de los presos cantar con voz triste en medio del silencio respetuoso de sus compañeros:

...nació de una tormenta
en el sol de una noche,
el penúltimo mes.
Fue de planeta en planeta
buscando agua potable,
quizás buscando la vida
o buscando la muerte,
eso nunca se sabe...

En una ocasión durante una visita de los familiares de los presos se celebró un mitin improvisado, que los guardias de la prisión no pudieron impedir, y se leyó un comunicado del Comité de los Presos Políticos de El Salvador. Al final se cantaron varias canciones, entre ellas Madre.

...Madre que tu nostalgia se vuelva el odio más feroz...

Muchos de los presos lloraron abrazados a sus seres queridos. Algunos de ellos nunca saldrían de allí con vida.
Juan José sería liberado casi milagrosamente, con una suerte heredada sin duda de su padre Roque Dalton, al no comprobar el ejército su verdadera identidad. Su hermano Roque se encontraba desaparecido, probablemente en poder de la fuerza armada,Poco después, a principios de 1982 en La Habana, Juan José le relataría todas estas historias a Silvio, en casa de Víctor Casaus. Aquella noche Silvio encontraría su Unicornio perdido.

La canción había tenido una enorme repercusión a todos los niveles, había despertado gran cantidad de fantasías.El propio Silvio se sorprendería: "Me han escrito de muchos países y me dicen "por aquí está tu Unicornio" y "he visto pasar tu Unicornio", sentimientos mitad simpaticos, mitad solidarios. A mí lo que me maravilla de esa canción es el sentimiento de solidaridad y de gratitud que es capaz de despertar en la gente". Cada persona buscaba su unicornio e incluso algunos creían haberlo encontrado. Le habían llegado cartas, telegramas y mensajes de muchos lugares, dando razón de él, los cuales no le habían hecho dudar de la evidencia que ahora le confirmaba Juan José: su Unicornio Azul no podía estar sino en Chalatenango, en Morazán, en Usulután, y sus pastos no podían ser otros que las laderas de los volcanes Guazapan, San Vicente o Santa Ana en el más pequeño de los países latinoamericanos.

viernes, diciembre 22, 2006

Conciertos en Buenos Aires





































Jerusalen Año Cero

De mano en mano se pasa la verdad
y en cada mano olvidará
algo de cierto y también se llevará
de cada mano el parecer.
Si camináramos calendario atrás,
todo estaría al revés.

Algunos dicen que es falso
y otros repiten que es cierto,
que entró en Jerusalén siendo de día,
se dice que su túnica era blanca,
que iba posada en sus ojos
un ave del mediodía.

Aquel fue tiempo de tumbas,
aquel fue tiempo de flautas,
de mercaderes, de Legión Romana.
Se dice que la chusma lo seguía
que en su palabra sencilla
se lavaba la mañana.

El Rey de los judíos,
el hijo de los hombres,
El Cristo, El Nazareno
lo llamaban.

Jerusalén año cero y se cambió
la suerte con lo que pasó.
Jerusalén, año cero y Nazaret
y el caserío de Belén.
Jerusalén año cero fue el lugar
donde ocurrió, o donde no.

Fue enemigo del Imperio
y amigo de la palabra,
decía que todo era para todos:
se dice que enseñaba a los pastores
a compartir las ovejas
y a cuidarse de los lobos.

Tanta enseñanza hizo ruido
en el poder de los templos
y en la madera lo clavaron recio.
Se dijo que por mago o hechicero,
pero si la historia es cierta
fue porque hiciera silencio.

El Rey de los judíos,
el hijo de los hombres,
El Cristo, El Nazareno
lo llamaban.


(1969)

jueves, diciembre 14, 2006

Video de El Necio

El Necio

(Es una canción de marketing, de precios. Y para que nadie se imagine que soy santo, voy a poner el mío (por ahora): El levantamiento del bloqueo a Cuba y la entrega incondicional del territorio Cubano que E.E.U.U. usa como base naval en Guantánamo.)

Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.

Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras(acaso multiplicar panes y peces).

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.

Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.

David Byrne habla sobre Cuba y Silvio

¿Cuál era el concepto inicial de Luaka Bop?

David (lider de los talking Heads)
Al principio no había concepto. Sabía que habría unos cuatro discos de música brasileña, y después hicimos una serie de recopilaciones de música cubana, material que durante años no se había podido conseguir en ningún sitio. Hicimos una recopilación de Silvio Rodríguez, el gran cantautor cubano, que fue la primera grabación de música contemporánea cubana que se sacó en Estados Unidos. Habíamos encontrado una especie de rendija en el famoso embargo de Estados Unidos a Cuba que permitió que la música pasara al otro lado.

Me gusta la manera en la que Silvio ha sabido derivar la música cubana hacia el rock, el rock psicodélico, para ser más exactos, así que para mí esto fue muy importante. El disco de Silvio se vendió bien en Suramérica y en España, en donde ya era muy admirado y querido, y no le fue mal en los USA, aunque nada que ver con lo que consiguió en los países latinos. A mí me pareció lo típico, a veces hace falta un extranjero ingenuo para que se aprecien las cosas que los habitantes del país ignoran que tienen. Así, fue un niño de NY el que hizo la primera gran recopilación del famoso artista cubano. Igual que los ingleses, que venden rock y música dance (ambas cosas productos originales americanos) y que regresan a los USA mutados y con versiones salvajes.

Yale y yo fuimos a Cuba unas semanas antes a coordinar el trato con Silvio, a ver el país, y a buscar en EGREM (el sello discográfico del gobierno cubano) cosas que estaban descatalogadas. Nos lo pasamos muy bien... es un país tan musical. Recorrimos el país, esperamos en colas para comprar pollo frito, en cada pequeña ciudad escuchamos buenísima música en vivo. Cuando nos paramos en una ciudad al este de La Habana, Santa Clara, había un carnaval y escuché la canción "Dirty Old Town" de mi álbum latino, Rei Momo, las PA’s explotaban. Era muy emocionado.

Yale:
El viaje a Cuba fue el primero que hice con David. Él esperaba que tuviera solucionados todos los detalles y yo esperaba que él trajera libros que yo quería leer. En ambos casos quedamos defraudados. Después de leer todos mis libros él tenía libros de Carl Jung y de español, no gracias. Nos gastamos todo el dinero. Cuba, que no tenía relación con Estados Unidos, no permitía acceder a los bancos norteamericanos, por tanto no se podían usar las tarjetas de crédito o los cheques de viaje norteamericanos. Sólo dinero contante y sonante. Yo no llevaba suficiente para los dos y casi nos meten en la cárcel por no poder pagar el alquiler del coche, finalmente nos dejaron ir y les envié el dinero cuando volví a casa.

Cuba es un lugar muy divertido. Como, de alguna manera, éramos invitados oficiales, había funcionarios del estado esperándonos en cada ciudad. Esa no es realmente la manera de viajar que me gusta, así que me rebelé y un día intenté que comiéramos en un restaurante en el que no éramos invitados oficiales. Después de esperar en una cola durante una hora sin que la cola se moviera, una de las personas del gobierno apareció. Pensó que teníamos problemas. Intenté ver como funcionaban las cosas allí, no nos habían servido ni una cerveza aunque estábamos en la barra del bar, sólo servían a los que estaban en mesas, fui a la cocina a preguntar porqué la cola no se movía si había mesas libres, los cocineros estaban fumando, ni cocinaban ni hacían nada.
La persona del gobierno se encontró a unos conocidos que estaban sentados en una mesa, les hizo levantarse y nos comimos lo que ellos habían pedido. Me rendí y dejé de rebelarme después de todo esto.


¿Os pidió el gobierno cubano que hicierais la recopilación de música cubana?

David

El gobierno cubano nos ayudó bastante, es su discográfica, después de todo (aunque algunos artistas hayan conseguido tener cierta autonomía... su propia publicidad, por ejemplo). Al principio pensaron que sólo estábamos interesados en los clásicos, Beny Moré, etc.; pero también nos interesaba la música que íbamos encontrando casualmente por las callejitas. La sección rítmica a capella del Grupo Vocal Sampling y el sonido doo-wop de Los Zafiros... y cualquier cosa con un wa-wa, el sonido de un viejo sintetizador o el de un órgano Farfisa, todo esto nos interesaba mucho.

¿Cómo encontrasteis a los artistas?

David
A algunos ya los conocíamos - Los Van Van y otros - con algunos de ellos nos tropezamos cuando buscábamos en los archivos del EGREM, a algunos a través de amigos como Ned Sublette de Qbadisc, un sello que sacan música cubana contemporánea.

miércoles, diciembre 13, 2006

El historietista que lleva dentro


P. Armas. Fonseca • La Habana
La Jiribilla


Edición: 2 al 8 de Diciembre del 2006
La profesión de periodista le permite a una acumular grandes placeres y, por supuesto, no pocos sinsabores. En mi caso prefiero olvidar los últimos y deleitarme en los primeros. Y que Silvio Rodríguez me respondiera con dibujos una corta entrevista, ha sido, sin duda, una de mis grandes satisfacciones profesionales.

Ocurrió a mediados de 1990. Le llevé al cantor una propuesta de preguntas para que haciendo un viaje a la semilla, las respondiera con dibujos. Pretendía publicar el trabajo en la Revista Cómicos, pero llegó el derrumbe de la URSS y el cierre de la mayoría de las publicaciones. Al final se insertaron en Bohemia aunque sin el despliegue con el que concebí aquel trabajo periodístico.

Y luego las incluí en mi libro La vida en cuadritos, publicado en1993 y que recoge charlas, reseñas, noticias sobre los cómics que se trasmitían por Radio Reloj, todos los sábados en una sección homónima.

Sobre el autor de decenas de canciones antológicas se han publicado con justicia miles de cuartillas y, por supuesto, muchísimas más acerca de la música que de la historieta, sin embargo, Silvio entró al arte por ese género, en la revista Mella, bajo la batuta del maestro Virgilio Martínez, quien un buen día le dijo que hiciera los dibujos de El hueco, una historieta que dibujaba Juan Padrón habitualmente. La primera vez Silvio solo tuvo que entintarla, pero la segunda hasta cinco o seis más, las hizo solo. Por tal razón confesó que era lo que más cariño le despertaba al recordar su época de historietista. Época que por suerte quedó como flirteo juvenil para dar paso al amor esencial hacia la música, arte que se le ha entregado sin reservas y con el que ha hecho la obra que lo trasciende.

Interrogado sobre la historieta respondió: “Es una de las artes del siglo XX. Aunque no surgió en él, sino en el XIX, es en esta centuria cuando ha alcanzado su mayor desarrollo”. Y agregaba: “Este género es prácticamente ilimitado, y todo depende de la imaginación del autor. Realmente con esas formas expresivas se puede hacer de todo, no dudo que hasta hacerla sonar como música algún día”.

Cuando se le preguntó a Silvio si el cómic seguía siendo una gran pasión, dijo: “Me apasionaba tanto que tengo una colección tremenda de historietas y revistas especializadas, y es en una de las cosas en las que invierto mi dinero cuando salgo al exterior. Justamente, —recalcó— para mantenerme informado sobre ese medio artístico”.

Al interrogarlo sobre el futuro del género en Cuba, afirmó: “Este no es un país que aprendió anteayer la historieta, hay trayectoria de dibujantes y especialistas fuertes, muy fuertes”.
Y bueno lo mejor es paladear las respuestas dibujadas de Silvio a:

¿Cuál es tu canción preferida?













¿Qué es el amor?



















Cuando estás lejos, ¿qué significa Cuba para ti?

















¿Qué representó El hueco en tus inicios como artista?













Realiza él o los dibujos que tú deseas.

Carta Poetica







Carta a Silvio Rodríguez

Alexis Díaz - Pimienta • La Habana

La Jiribilla

Edición:2 al 8 de diciembre de 2006

Querido Silvio:

No sabes

–me ha dado pena decírtelo

y he optado por escribírtelo–

cuántas veces en tus naves

poéticas, con tus graves

canciones y tus poemas

dilucidé mis problemas.

Cuántas veces imité

tu canto y enamoré

utilizando tus temas.

No sabes en cuántas fiestas

fuiste mi héroe (aún lo eres).

No sabes cuántas mujeres

conquisté con tus protestas

sociales, con tus molestas

metáforas cotidianas.

Desde todas las ventanas

de la ciudad te imité.

Dos ídolos: tú y el Che.

Dos soles y dos mañanas.

Recuerdo que me ponía

la mano sobre la oreja

y la camisa más vieja

y un jean que se me caía.

Recuerdo que todavía

no me sabía afeitar.

Y sin guitarra. Juglar

mitad gaucho y mitad hippi.

Tiempos de Flipper y Skippi.

Tiempos de Onán y solar.

Imberbe y delgado andaba

cantando por los rincones

pedazos de tus canciones.

Dicen que desafinaba.

Eran tiempos de Plan Jaba.
Tiempos de acné juvenil.

Calculaba: en el 2000

yo tendría 33.

Qué lejana la adultez.
Qué largo era el mes de abril.

Y ahora aquí me ves, gastando

papeles en recordarte.

Recuperando una parte

de mi vida. Confesando
que todos –duros y blandos,

desafectos y afectivos–

somos hijos putativos

de aquella voz falseteada,

de una cabeza ladeada...

que todos fuimos cautivos

de tus cantos, trovador.

Con velas y fosforeras.

En avenidas y aceras,

entre un fusil y una flor.

Hasta tus cambios de humor

nos parecían poéticos.

Y tus silencios proféticos.

Y tu ojalá el Ojalá.

Mi generación está

–los gruesos y los famélicos,

los negros y los rubitos,

los hombres y las mujeres,

los finos y los aseres–

marcada por varios hitos.

Y uno eres tú. Monolitos

te hemos levantado dentro

de cada uno, en el centro
de nuestra propia existencia.

Monolitos de inocencia.

Efigies para el reencuentro

contigo en algún lugar

de la isla o la memoria.

Toda vida es transitoria,

pero tú –viejo juglar,

rapsoda espectacular–

te has repartido en canciones,

y éstas en palpitaciones,

y éstas en ratos felices,

y éstos en hondas raíces

dentro de otros corazones.

Por eso ahora he querido,

en este confesionario

con forma de epistolario,

escribírtelo al oído.
Gracias por haberme sido

útil en la adolescencia.

Gracias por la persistencia

(léase, testarudez).

Gracias por la sencillez.

Gracias por la coherencia.

Por último, te confieso

que cuando te di la mano

por vez primera –un lejano

domingo– me sentí preso

de tal emoción, fue un peso

tan grande lo que sentí,

que charlamos como si

fuera lo más natural,

pero la pasé muy mal.

Silvio estaba junto a mí,

vaso de ron en la diestra,

con su perfil vallejiano,

su silencio boddyliano,

su cara de Obra Maestra.

Desde entonces tu-mi-nuestra

amistad ganó el derecho

a crecer, y satisfecho

he vuelto a hablarte y a verte.

Sólo me faltaba hacerte

una carta, y ya la he hecho.

En el Centro Pablo

Silvio Rodríguez y sus hermanos de oficio
La Jiribilla
Edición 2 al 8 de Diciembre del 2006
Estrella Díaz • La Habana Fotos: Alain Gutiérrez


“¿Que qué pensaba y sentía mientras escuchaba cuarenta de mis canciones cantadas por igual número de trovadores? Pues gratitud y me gustaría que todo el mundo pasara por una experiencia así: es conmovedor que la gente se aprenda tus canciones y que las quieran cantar; me parece una cosa muy linda y una recompensa enorme y lo que les deseo es, como dice un amigo: ¡lo que me desean, tengan!”, expresó el trovador Silvio Rodríguez.

Tales declaraciones de Silvio fueron hechas a esta reportera instantes después de concluir en el patio del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en La Habana Vieja, el segundo concierto que esa institución preparó a propósito del 60 cumpleaños del trovador y que se convirtió en uno de los homenajes más cercanos, profundos, amorosos y, sobre todo, sinceros que se le tributan a un hombre que, aunque rehúsa de luces, lentejuelas, perlas y multitudes, su sola presencia se convierte, si no en huracán, al menos en rabo de nube…



Los conciertos titulados Te doy una canción del sábado 25 y domingo 26 de noviembre fueron, además, una lección de respeto visto desde dos grandes vertientes: los propios músicos y el público. Los cuarenta trovadores que participaron en ambos recitales sabían que estaban allí para reverenciar a Silvio y a eso se limitaron y ¡crecieron!… atrás, muy atrás, quedó cualquier vestigio de vanidad personal: todo el que se subió al escenario supo y transmitió una profunda admiración hacia uno de los fundadores de la Nueva Trova cubana.

También el público, numerosísimo como era de esperar, que acudió al patio de Muralla 63 a disfrutar de la poética de Silvio supo tomar distancia de la voz que hacía suya una canción de Silvio. ¡Felicitaciones! para ese público, integrado por varias generaciones, que no se dejó seducir por la tentación de desbalancear el espectáculo con gritos y aplausos desmedidos. Todo lo contrario: la contención mostrada le dio a ambos conciertos un empaque definitivo.

Cuando el concierto del sábado 25 llegaba al final, Silvio subió al escenario y cantó “El colibrí” canción anónima que, confesó, le fue enseñada por su madre y “de ahí salieron todas las demás”, enfatizó entre aplausos que ponían punto final a una noche en que la trova escribió, sin duda alguna, una hermosa página en su historia.

La responsabilidad de abrir el concierto del 25 fue de Gerardo Alfonso quien hizo su versión de “La historia de las sillas” y continuaron Erick Sánchez (“Nubes de alivio”), Dúo Janet y Quincoso (“Discurso fúnebre”), Jorge García (“La maza”), Inti Santana (“El guije”), Diego Gutiérrez (“Generaciones”), Alberto Faya (“Mi lecho está tendido”) y Pavel Poveda (“Olivia”).

Por la entrega raigal merecen mención aparte el Dúo Cofradía quien realizó una esplendida versión de “Si seco un llanto”, Diego Cano, con su imponente voz retumbó las yagrumas con “Óleo de mujer con sombrero”, mientras que Yamira Díaz puso un toque de conmovedora ternura con “Se demora”.

Siguieron Silvio Alejandro (“Nunca he creído que alguien me odia”), Fernando Bécquer (“No vayas a cerrar los ojos”), Dúo Karma (“Que ya viví que te vas), Lázaro García (“Hoy mi deber era”), Charly Salgado (“Acerca de los padres”), Tony Ávila (“El día feliz que esta llegando”), Vicente Feliú (“Un día nuestros fantasmas”) y Frank Delgado (“Ella salió desnuda”) y Santiago Feliú (Canción de la Columna Juvenil del Centenario).

La responsabilidad del cierre del primer concierto fue de Heidi Igualada, trovadora de timbre tierno y cautivamente y quien con su “Unicornio” dejó un aliento tibio en medio de una velada amenazada, constantemente, por la inminente lluvia.

De este primer concierto hay un aspecto importantísimo a destacar y es que los trovadores más jóvenes escogieron los temas más antiguos de Silvio, es decir, aquellos que fueron compuestos a mediado de los sesenta ¿La causa? Pues, quizás, porque de aquellos tiempos datan textos cáusticos, crípticos, concentrados y en los cuales las insatisfacciones eran, casi siempre, motivo inspirador. No estoy hablando de calidades: esa está probada por el paso de los años.

El poeta y cineasta Víctor Casaus, director del Centro Pablo, al inaugurar el concierto del 25 aseguró que ambas presentaciones, también, eran una manera festejar los años de existencia del espacio A guitarra limpia “un proyecto que las trovadoras y los trovadores cubanos han hecho suyo y eso es lo importante”.

Recordó Casaus que los más de setenta conciertos realizados “han sido una forma de transmitir esa herencia y esa presencia importantísima de la nueva trova como expresión de nuestra cultura y también de dar un espacio a las gentes más jóvenes que aún no tienen acceso a los circuitos de difusión para que prueben fuerzas enfrentándose a sus futuros y posibles públicos”.

En estos diez años, dijo Casaus, hemos hecho mucho con muy poco y recordó que el Centro Pablo, institución que cumple su primera década de trabajo en diciembre próximo, “siempre se trata de alejar de la inercia y el burocratismo, males que pueden lastrar el trabajo cultural”.

Insistió que las tres becas de creación otorgadas “son diferentes caminos para contribuir a la difusión de la nueva trova cubana” y señaló que “este esfuerzo del Centro Pablo se une al de otras instituciones que tienen, también, becas que son determinantes para que los trovadores puedan defender y hacer valer en el espacio público sus modos de ver y pensar la realidad y encontrar los públicos receptores imprescindible para todo artista”.

Según el acta del jurado, integrado por Silvio Rodríguez, Víctor Casaus y Germán Piniella, se acordó por unanimidad otorgar el Premio del Concurso Del verso a la canción a los siguientes proyectos: Soñar despierto (Rita del Prado), Textos de poetas de Villa Clara (Diego Gutiérrez),
La isla en peso: doce maneras de estar lejos (Mauricio Figueiral), De la moderna voz a la vanguardia: textos de José Martí y César Vallejo (Ángel Quintero) y Cuba y la noche del dúo de Janet y Quincoso.

Ese mismo jurado fue el encargado de otorgar los premios del concurso Una canción par a Pablo y decidió, también por unanimidad, seleccionar a los trovadores Samuel Águila, Ihosvany Bernal, Raúl Verdecia, Juan Carlos Pérez, Marta Campos, Silvio Alejandro Rodríguez, Heidi Igualada, Fernando Cabreja y Oscar Eduardo Sánchez como finalistas que participarán en el concierto A guitarra limpia que se efectuará en diciembre próximo y que estará dedicado por entero a homenajear a Pablo de la Torriente Brau en el aniversario 70 de su caída en combate.

El Primer Premio de Una canción para Pablo fue conferido a “Contra lo oscuro” (Juan Carlos Pérez), el Segundo a “Caminar contigo” (Marta Campos), el Tercero a “Hijo de islas” (Silvio Alejandro Rodríguez), mientras se otorgaron dos cuartos premios a las canciones “Hay palabras” (Heidi Igualada) y “Arquitecto del sol” (Fernando Cabrera). Igualmente se decidió conceder una Mención Especial de estímulo al joven trovador Eduardo Sánchez por su canción “Torrente Brau”. La Beca de creación Sindo Garay, que por primera vez concede el Centro Pablo y que beneficiará con una ayuda económica durante un año a los trovadores seleccionados, le fue otorgada a Isael (Pipo) Carrazana, Junior Navarrete, Leonardo García y Eric Méndez.

Igualmente se presentó el Cuaderno Memoria dedicado al séptimo aniversario de A guitarra limpia y que en formato de papel recoge los momentos vividos en ese espacio durante el año anterior; también fueron presentados los nuevos CDs de la Colección A guitarra limpia que incluyen el quehacer de Trovarroco (con Silvio, Lázaro García y Vicente Feliú), Dúo Ariel y Amanda, Charly Salgado, Pavel Poveda y la Antología 5.

El concierto del domingo 26, en el que coincidieron hasta cuatro generaciones de trovadores y al que asistió el ministro cubano de cultura, Abel Prieto, también estuvo lleno de sorpresas.
Una de ellas fue el mensaje que trajo desde Brasil Marilia Guimaraes, una entrañable amiga de Silvio quien con nerviosa palabra deseó larga vida al trovador. También Martín Martínez, de Trovacub, fraterna y querida institución que promueve la trova cubana desde México, felicitó a Silvio a quien calificó de “persona que ha tenido a través de su música la capacidad de tocarnos el corazón”.

Silvio había cantado el día anterior, pero no había hablado y fue invitado a ello: “Había varios planes para celebrar este cumpleaños; como se trata de una fecha como se suele decir, cerrada, se crearon algunas expectativas.

De esas varias opciones preferí el ofrecimiento de Víctor y del Centro Pablo, por una cuestión de afinidades, de historia común y de amistad. Esta es una de esas ocasiones que no puede haber desvíos de recursos que le pongan peros a la amistad; en las que no hay razón alguna para malas calificaciones porque los viejos amigos se reúnen para celebrarse, para aplaudir la resistencia ante el paso de los años, para glorificar la suerte de poderlo contar y de poder contar los unos con los otros.

Por eso, gracias Víctor, gracias María, gracias Centro. Hace cuarenta años, quizás, yo andaba por los rincones de una fiesta como ésta, moviéndome a la sombra de la celebración de algún señor mayor tratando de fijar la melodía que se me acababa de ocurrir o registrando mis bolsillos en busca de un par de horas de intimidad con el ser maravilloso que acababa de conocer.

En medio de bullicios ajenos vivía mi exiguo drama de juventud, el que consistía en todo lo que es materia de canciones o sea, todo, menos aplausos y homenajes. Por eso aclamo las anónimas celebraciones cuando uno sabe que el dolor que parece arrasarnos será una siembra nutritiva.
Gracias, pues, a los que ahora pasan por esos momentos cruciales, gracias a los que les importan poco mis palabras, gracias a los que ni siquiera prestan atención. Y gracias muy especiales a las trovadoras y trovadores que han dedicado tiempo y esmero en aprenderse y versionar mis canciones. Si una vez dije que para un autor no había nada más gratificante que escucharse en las voces del pueblo, ustedes me han hecho saber que esa felicidad se complementa al sentirnos queridos por nuestros hermanos de oficio. Gracias a todos y ojalá les suceda todo lo bueno que me ha pasado a mí.”

Luego de estas hermosas palabras de Silvio Rodríguez, comenzó el segundo día de concierto y fue el Dúo Ariel y Amanda a quien se le encargó la difícil misión de comenzar el recital y lo hizo con el tema “Canto arena”.

Luego siguieron Alain Garrido (“Para mirar nacer”), Junior Navarrete (“En mi calle”), Ángel Quintero (“Al final de este viaje en la vida”), Enriquito Núñez (“De la ausencia y de ti”), Ireno García (“Esta canción”), Alejandro Valdés (“Crisis”), Juan Carlos Pérez (“Rabo de Nube”), Norge Batista (“Sueño con serpiente”), Samuell Águila (“Aceitunas”), Augusto Blanca (“Paula”), Ihosvany Bernal (“Defensa del trovador”), Leonardo García (“La gaviota”), Pepe Ordás (“El dulce abismo”), dúo de Lien y Rey (“La resurrección”) y José Antonio Rodríguez (“La vida”).
De este segundo recital hay que destacar varias cosas como por ejemplo las declaraciones de Carlos Varela quien aseguró que “En estos días” es una de las canciones “más hermosas que se han escrito” y la dedicó a otro trovador mayor: Noel Nicola. Igualmente Varela responsabilizó a Silvio por haber “seguido el camino de la guitarra” y sentenció “estaría dispuesto a regalarte toda mi música y hasta mi vida”.

Marta Campos con su leve y cubanísima versión de “La gota de rocío” logró conmover al auditorio; Manuel Argudín y su “Ángel para un final” pusieron en un punto muy alto el concierto, mientras que ese santiaguero de voz y corazón de privilegios que es Eduardo Sosa, cerró con “Te doy una canción”.

Inmediatamente después los cuarenta trovadores, “como cuadro apretado a la orilla de Los Andes” al decir de José Martí, se juntaron en el escenario y a voz común entonaron “Vamos a andar”, antológico tema de Silvio.

La emoción se hizo verso, la emoción se hizo canción; por un momento sentí que algo bueno se amalgamaba ¡nunca antes vibró así ese patio!, ¡nunca antes se mezclaron público y músicos con tal intensidad bajo esas yagrumas!

“Y nada más” fue el regalo final de Silvio.
Subió al escenario, rasgó la guitarra y cantó las primeras frases… lo demás fue energía desatada.
De repente tomé conciencia de que en apenas cuatro horas (dos aproximadamente para cada concierto) habíamos hecho un intenso recorrido por la historia cubana de los últimos cuarenta años: amor, dolor, ternura, rabia, congoja, nostalgias, añoranzas, batallas (ganadas y perdidas), felicidad (ampliada y disminuida, según cada caso), desesperación, futuro, anhelos… todo lo humano y lo divino resumido en una obra, en un quehacer, en un nombre, en un hombre: Silvio.

Los trovadores opinan ¿Por qué esa canción y no otra?


(Fernando Bécquer, “No vayas a cerrar los ojos”)


Esta canción la conocía hace mucho tiempo, pero nunca pensé que la iba a cantar en público. Nunca he sido un intérprete de la obra de Silvio; solamente he cantado alguna que otra canción en descargas muy informales como “Óleo de una mujer con sombrero” o “La maza”. Escogí “No vayas a cerrar los ojos” porque es la que tiene que ver con lo que hago. Uno a veces cree que inventó algo y se da cuenta que todo está inventado y que Silvio hace más de treinta años se nos adelantó.Me gustó mucho escoger esa canción y tuve el atrevimiento de llevarla a mi estilo. Eso lo pude hacer porque la canción me permitía eso. No quise escoger una canción muy conocida por respeto a la obra de Silvio y porque no soy un super cantante que pueda cantar “clásicos”. No se qué le habrá parecido a Silvio, pero yo lo disfruté muchísimo.

(Yamira Díaz, “Se demora”)


No tengo muchas cosas de Silvio; las cosas que poseo de él están en placas de acetato… algo de lo que hizo con Afrocuba, con unos arreglos tremendos y me digo: bueno, ya después de esto no se puede hacer nada más. Cuando había escuchado muchas cosas, vino un amigo con unos cassettes y me dijo: mira a ver si ahí encuentras algo. Cuando escuché “Se demora” supe que era la canción. Claro que el arreglo que hice no tiene nada que ver con lo que hace Silvio, pero me gustó tanto la canción, tiene tanto que ver conmigo y decidí hacer una versión bien pequeñita. Estoy muy contenta por la reacción del público.

(Gerardo Alfonso, “La historia de las sillas”)


Podía haber cantado cualquiera. A mí me encantan muchísimas canciones de Silvio y de hecho canté desde el público la mayoría de los temas. “La historia de las sillas” es un poco mi propia historia y mi convicción de cuál es el rumbo a seguir. Es algo que está clarísimo. Para mí la silla es una metáfora del acomodamiento al cual nunca me voy a resignar. La relación entre la compañía y la soledad y la prisa son elementos con los cuales estoy viviendo constantemente en mi labor artística y me identifico mucho con esa canción. Pero cualquiera de las que se cantaron tienen para mí un gran valor porque todas llevan un mensaje hondo desde el punto de vista ético. La sorpresa está en abrir un concierto con un mensaje tan profundo, fuerte y trascendente como el de “La historia de las sillas” y me siento muy honrado. Creo que además de festejar el cumpleaños de Silvio, estos conciertos han sido un acto de reivindicación de una obra que merece estar en un alto nivel y un reconocimiento y una divulgación más intensa de lo que ha tenido hasta ahora. Es decir, hasta donde Silvio no pudo lanzar sus canciones lo continuamos nosotros con las voces de las generaciones más jóvenes.

(Diego Cano, “Óleo de mujer con sombrero”)


Había escogido otra canción. Estas cosas me pasan muy a menudo, soy un tipo tardío para estas cosas. Había escogido una canción que estaba seguro nadie había seleccionado que era “Cuantas veces al día”, un tema que, personalmente, me gusta muchísimo. Cuando se hace la reunión aquí, en el Centro, descubro que no estaba “Óleo de mujer con sombrero”, que es un tema que siempre he cantado y que fue de los primeros que me aprendí. Decidí que tenía que estar. Hubo alguien que me dijo que era una canción muy manida, pero creo que tenía que estar. Con este cambio, también, me sentí mucho más seguro. “Óleo…” es de esas canciones que uno las hace propias.

(Dúo Karma, “Que ya viví, que te vas”)


Cuando se nos habló de la posibilidad de participar en este concierto nos pareció algo super lindo y no nos demoramos ni un minuto en decidirnos, pero con exactitud no te puedo decir por qué esta canción… es un tema de un tremendo lirismo, la relación con la guitarra, el tratamiento de la melodía y de la armonía. Tratamos de hacer una versión un poquito diferente; estábamos asustados porque no sabíamos qué iba a parecer la versión, pero a nosotros nos gustó mucho y espero que a Silvio y a las demás gentes también.

(Diego Gutiérrez, “Generaciones”)


“Escogí “Generaciones” porque es una canción que tiene que ver con mi poética personal. Es un tema que conozco desde hace mucho tiempo, pero al escucharla recientemente me di cuenta que tiene que ver conmigo. Vi que podía hacerle una versión más a lo Diego. A mí los temas más conocidos de Silvio, los que se consideran clásicos, me gustan muchísimo, pero para un concierto preferí escoger algo no tan conocido porque uno siempre quiere aportar algo nuevo, algo que de verdad sea impactante para la gente. Eso sin desdorar las canciones más conocidas. El factor psicológico está por ahí.

(Dúo de Ariel y Amanda, “Canto arena”)


Escogimos ‘Canto arena’ por varias razones. Una porque no es una canción típica para ser interpretada a guitarra limpia, es un tema que se conoce en una versión hecha con Afrocuba, que no se toca normalmente en las casas cuando uno disfruta las canciones de Silvio. Lo otro es porque nos parece que encierra mucho el sentido de este concierto, es decir, la importancia que tiene la canción, cómo la canción pude navegar y fluir entre las gentes y convertirse en el mismo público que la está escuchando. Creo que esa es la esencia de los conciertos; por eso hicimos ‘Canto arena’ y además una versión igual, pero que no es la misma.

(Inti Santana, “El güije”)


La esencia de Silvio tiene que ver con esa posibilidad de soñar. De eso se habla en el documental Que levante la mano la guitarra, de Víctor Casaus. Además de que esa canción siempre me gustó desde que la escuché, como que me completó. Es una canción que no es de crónica… quizás no se pudiera tomar para buscar la historia de Cuba como otras canciones, pero es esencial porque tiene que ver con el poder de soñar de las gentes. Cuando conocí esa canción yo era un adolescente y me identifiqué con el güije de la soledad que es como que la historia de un ogro. En ese período de la vida uno siempre tiene una parte escondida y sin mostrar. El güije apela a la capacidad de soñar, a la parte linda y a lo aparentemente más feo. Cuando vi a tanta gente conmovida aquí con cada una de las canciones que se han escuchado en estos dos días, me confirmó la idea de que la obra de Silvio ilustra la historia emotiva no sólo de Cuba sino de Hispanoamérica, quizás.

(Heidi Igualada, "Unicornio”)


Podía haber escogido cualquier otra; de hecho inicialmente me incliné por ‘Esto no es una elegía’, después cambié para ‘Unicornio’. Este tema no me lo aprendí para este concierto; es una canción que siempre me ha acompañado y que he tocado en descargas con los amigos desde que era muy jovencita. Creo, además, que ‘Unicornio’ tiene mucho que ver conmigo, con mi lirismo, con mi forma de decir. No fue muy pensada la selección. Me gusta y ya.

(Erick Sánchez “Nubes de alivio”)
Primero es una canción que me gusta mucho

y que no está grabada en ninguna parte. La descubrí hace muchos años en casa de un amigo común que tengo con Silvio y que murió hace unos diez años. La mamá de ese amigo me regaló un cassette que se escuchaba muy mal, pero pude aprendérmela. En el momento de la vida en que me encuentro parado ahora, pues la canción me alivia un poco.

(Charly Salgado “Acerca de los padres”)


Esta es una canción del año 69 y es un tema de muchísima rebeldía, de fuerza… a veces cuando lo canto la gente piensa que es mío. Tiene una influencia que rebasa la trova; es un tema que me fue fácil hacerle el arreglo porque se nota la influencia, por ejemplo, un poco “bitlémana” y “dylaniana” y además el texto es imprescindible. Por eso, creo, que está en el libro Que levante la mano la guitarra.

(Martha Campos, “La gota de rocío”)


Una de las primeras canciones que escuché de Silvio fue ‘En mi calle’, pero ‘La gota de rocío’ la siento muy pegadita a mí. Es un texto de peso, pero muy cubano, muy soneado y tiene que ver conmigo, con mi línea de trabajo. Además, la disfruto al máximo y he hecho una versión muy sencilla y respetuosa para entregársela al público y, especialmente, a Silvio.

(Samuell Águila, “Aceituna”)


Cuando tenía unos 14 años y era estudiante de música, hubo un encuentro pioneril con Silvio Rodríguez y en ese encuentro, que fue la primera vez que vi a Silvio de cerca, canté ‘Aceituna’. Pensando en un homenaje por su cumpleaños creí que sería lindo volverle a regalar esta canción después de 15 años, me pareció una cosa hermosa. Además me pareció que era una canción que significa mucho por la época en que se hizo… Silvio estaba en Angola, en la guerra junto con Vicente Feliú y con Lázaro García y me parece una versión distintita. A mí me gustan mucho las cosas guitarrísticas y es una canción que tiene su ‘moña’ con la guitarra.

(Ihosvany Bernal, “Defensa del trovador”)


“Es una canción que conozco desde hace muchos años y siempre me ha gustado muchísimo. También me interesa promover la música de los otros trovadores y defender sus derechos. Me gusta lo que dice esa canción y punto.”




sábado, diciembre 09, 2006

Video de Blancanieves

Blancanieves

(A la Fundación del Nuevo Cine y a la Escuela Latinoamericana de Cine de San Antonio de los Baños)


Mi alma creció silenciosa y normal
hasta cuando cumplí cinco años.
Crecía yo en mi pueblo natal,
anhelando lo nuevo y lo extraño.

Fue entonces cuando hubo domingo
para una matinée infantil.
Era marzo, era abril era el color
y era una luz del asombro
ilustrando el amor... el amor.

Soy de provincia y por eso tal vez
el seguro de mi alma es tan leve.
Confieso que bien pasados los diez,
volví al cine tras mi Blancanieves.

Aun me estremece inmaculada
frente a la infamia y el horror.
Fue mi primer amor y fue también
la única excusa para una alma ilusa
que mientras vivió, dio a Blancanieves
su leve, su primer canción.

(1986)

sábado, diciembre 02, 2006